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El obispo responsabilizó a Romero �de no tener voluntad de gobernar�

El obispo de Orán, Jorge Lugones, afirmó que �lo más doloroso es que era previsible y lo sabían�. La Iglesia convocó a �la paz social�.

La Iglesia Católica, a través de la Comisión de Pastoral Social de la diócesis de Orán y por medio de los obispos de Orán, Jorge Lugones, y de Salta, Mario Cargniello, pidió a los sectores involucrados en los enfrentamientos producidos en General Mosconi que pusieran todos los esfuerzos para alcanzar “la paz social”. Lugones responsabilizó directamente al gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, de no tener “voluntad política para gobernar” y agregó que “parece que nadie entiende, ni escucha o no le interesa”. Respecto de los enfrentamientos armados producidos en aquella zona, el obispo sostuvo que “esto es lo más doloroso porque esto era previsible y lo sabían. Pero no hay voluntad ni creatividad”, agregó en declaraciones realizadas a Radio Mitre de Buenos Aires.
Por su parte la Comisión de Pastoral Social de la diócesis de Orán advirtió que la lucha armada es “una encrucijada sin salida” para lograr soluciones a los justos reclamos de quienes no se sienten “escuchados, respetados y representados” en el norte de la provincia de Salta. El obispo Lugones dijo además que funcionarios del gobierno nacional sabían que “había gente sediciosa que ya estaba alentando y hasta entrenando gente: ellos sabían lo que pasaba en la zona”.
A través de un comunicado de la Pastoral Social de Orán, firmado por el sacerdote Juan Martín Aguirre y titulado “Sin paz no somos nada. La paz es fruto de la justicia”, los representantes de la Iglesia Católica hicieron un llamado al gobierno nacional, provincial y municipal para que asuman “la responsabilidad política y social que les cabe, buscando soluciones justas e inmediatas que procuren el bien común” y respecto de los dirigentes populares dijo que ellos “tienen una significativa responsabilidad en estos sucesos que nos preocupan”. En la misma declaración se dice que “esto sólo se puede sustentar en la debida valoración de los derechos humanos, hoy violentados en General Mosconi por la indiferencia, ineptitud y lentitud en la toma de decisiones”. La Comisión advirtió que “la lucha para lograr justas reivindicaciones de ningún modo puede poner en peligro vidas humanas. En defensa de la vida y su dignidad, don de Dios, les pedimos sensatez para conducir a quienes en ellos confían y no entorpecer la conducción con intereses personales o sectoriales que pervierten la justicia de los reclamos”.
La Pastoral Social local convocó a la “serenidad de todos para superar la gravedad del momento” y recordó, con dolor, que los salteños están “casi acostumbrados a vivir en medio de situaciones violentas, de desigualdades excesivas en el orden económico y social, pero no podemos privarnos de la calma que se requiere en situaciones de crisis como la que vivimos”. La Iglesia dijo que “sólo a través del diálogo honrado, sincero, realista y comprometido con el bien común se pueden lograr las urgentes soluciones a los justos reclamos de quienes no se sientan escuchados, respetados, representados”, pero advirtió que “la lucha armada” como metodología “no es el camino, sólo una encrucijada sin salida”. Lugones dijo también que en la situación planteada en Mosconi “hay gente que está siguiendo su propio interés y esto no es el interés de la gente”, asegurando que “en Tartagal y General Mosconi queremos una cultura del trabajo y no una fracturista, de la división y la sedición, que no ayudan a nadie”.

 

 

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