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ESTUDIOS SOBRE LAS CONDUCTAS IRRACIONALES QUE PUEDE DESPERTAR LA PC
Cuando la computadora es el enemigo

Un estudio británico le puso nombre: furia de escritorio. Es ira descargada contra la máquina. Especialistas explican cómo la cultura laboral actual genera comportamientos irracionales.

Página/12
en Gran Bretaña

Por Marcelo Justo
Desde Londres

Usted está sentado delante de la computadora, aprieta una tecla y el documento que tiene que presentar en una hora desaparece inexplicablemente. Lo que es peor: la computadora no responde a sus desesperados tecleos, actúa como una siniestra e impávida criatura, como un monstruo electrónico tercamente opuesto a su voluntad. Entonces sobreviene la explosión. Después de apelar a la razón, a la paciencia, de imaginarse un budista zen, de asegurarse que es un incidente menor y que en la vida sólo la muerte no tiene arreglo, usted empieza a gritar, a patear sillas, a golpear paredes, y, cuando no queda más remedio, a agredir al verdadero culpable: ese aparato caprichoso e indiferente que hace lo que quiere. No es una excepción: un estudio británico –que bien podría extenderse a muchos otros países– describió este comportamiento como un mal relativamente habitual de la vida moderna.
Según el estudio de la compañía de computadoras “Novatech” sobre los hábitos laborales de 4500 trabajadores, uno de cada cuatro británicos padece de esta suerte de furia electrónica que ya tiene nombre propio: desk rage (furia de escritorio). Lejos del estereotipo nacional de inglés flemático ante la adversidad, las entrevistas del estudio demuestran que los oficinistas de estas islas sucumben como un latino cualquiera al desborde emocional. El estudio registra inútiles trompadas a la pantalla que terminan con un dedo quebrado, el usual “golpe al costado del aparato” para recuperar su funcionamiento normal, de intensidad variable de acuerdo a la furia experimentada, y algunos casos extremos que terminan lisa y llanamente con la destrucción del antagonista. “Una tarde después que una serie de errores y desperfectos de la computadora me arruinaran el día, la desenchufé, la cargué en mis brazos, la llevé a la salida de emergencia, la alcé en el aire y la tiré por las escaleras. Mis compañeros de oficina me miraban pasmados. A ninguno se le ocurrió intervenir”, comenta uno de los entrevistados.
Algunos especialistas en temas laborales explican que estos exabruptos de la vida cotemporánea se deben a que muchos empleados se sienten controlados por la computadora. En una versión moderna del fantasma de la máquina devoradora, la computadora se convierte en un enemigo con vida y voluntad propias, obstinadamente decidido a destrozar al usuario. Sin embargo, Frank Bond, experto en Psicología Laboral de la Universidad de Londres, opina que hay tendencias más profundas que esta tensión hombremáquina de tantas novelas de ciencia ficción. “Vivimos en una sociedad cada vez más violenta, con una cultura laboral cada vez más absorbente. El estrés laboral moderno socava nuestra capacidad para reaccionar racionalmente. El sistema de defensa que le impide al trabajador agarrársela con el jefe y ahorcarlo, deja de funcionar con la máquina”, indicó Bond a Página/12.
Contrariamente a lo que se pensaba décadas atrás, cuando se soñaba con un mundo feliz basado en el progreso científico, la computadora y otros desarrollos tecnológicos están sobrecargando nuestra vida laboral y colonizando nuestro tiempo libre. Según el “Institute for the Future”, una organización que estudia el impacto tecnológico en la vida social, el oficinista promedio británico recibe diariamente 171 mensajes, 46 llamadas telefónicas, 15 memos, 19 cartas de trabajo y 22 e-mails. Una de las organizaciones que surgió durante la década pasada en respuesta al creciente estrés, la “International Stress Managment Organization”, clasifica a los e-mails entre las 20 causas más importantes de tensión laboral. “El problema se agrava por la velocidad del avance tecnológico y porque no nos da tiempo para calibrar el impacto que tiene en nuestra vida. Mucha gente llega a recibir hasta 100 e-mails por día y porque sonfáciles de responder, sienten que deben contestar de inmediato. No me sorprende que ocurran estas explosiones de rabia: la computadora es percibida como una máquina insaciable”, señala Diane Miller, consultora en temas laborales.
Esta tendencia se profundizará en los próximos años. La compañía británica de análisis de Internet, “Jupiter”, predice que en cuatro años habrá 40 veces más propaganda por e-mail y se duplicará el número de mensajes que el oficinista promedio debe responder. Una parte creciente de esta comunicación circulará a través de las computadoras. “La computadora se ha convertido en uno de los grandes medios de comunicación. Nos llegan todo tipo de noticias, muchas de ellas malas cuando prendemos la pantalla y esto puede tentarnos a tomar represalias irracionales. La típica es “matar al mensajero”: enojarse con la computadora por lo que nos está diciendo. Pero hay además un nuevo fenómeno que preocupa mucho a las compañías porque puede tener efectos devastadores sobre su funcionamiento. Las computadoras mismas pueden ser un medio privilegiado para vengarse de la empresa. Gente frustrada laboralmente, decide cobrarse una revancha plantando un virus en el sistema de la compañía”, señala Bond.

Juicios por estrés laboral

Por M. J.

El desk rage es la manifestación de un fenómeno más complejo: el estrés laboral. Estudios realizados en la última década, demuestran que se pierden cerca de 30 millones de horas laborables por año, a un costo de alrededor de tres mil millones de dólares, por enfermedades y ausentismo derivados del estrés. “El estrés laboral vuelve al empleado irritable, ansioso, con problemas de insomnio y concentración. Es una de las causas de dolencias cardíacas y gastrointestinales, y determina el descenso de las defensas del organismo, es decir, nos expone a más enfermedades. Tiene un efecto derivado: se fuma más, se toma más, se come en exceso”, indicó a Página/12 Gary Cooper, uno de los más importantes especialistas en psicología laboral de Gran Bretaña.
Las causas del estrés son debatidas y complejas. El exceso de horas de trabajo, la inseguridad laboral y los cambios tecnológicos son fuente de tensión. El tipo de trabajo también puede resultar perjudicial. Según una exhaustiva investigación realizada a mediados de los 90, el trabajo repetitivo y poco estimulante, duplica el riesgo de enfermedades coronarias y afecta la salud física y mental del individuo.
En todo caso el problema está desbordando la curiosidad profesional de los psicólogos laborales o las negociaciones sindicales por mejores condiciones de trabajo. En los últimos cinco años ha habido un impresionante aumento de acciones judiciales contra las compañías por casos de estrés, basados en una vieja ley victoriana que obligaba a los empleadores a adoptar las medidas necesarias para que el lugar de trabajo fuera seguro y saludable. En 1999 los empresarios británicos pagaron unos 500 millones de dólares en indemnización por esta causa. En parte debido a este creciente costo legal, las compañías británicas ofrecen con creciente frecuencia servicios de reflexología, masaje y aromaterapia a sus empleados. En cuanto al desk rage, un nuevo Ludismo empieza a manifestarse en los países anglosajones que, sin llegar a los extremos del movimiento antiindustrialista del siglo XIX, que destruían maquinaria fabril, deciden desconectarse de móviles, e-mails y sitios de la red para preservar la salud mental.

 

 

 

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