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�La oportunidad hay que tomarla; la Argentina ya no da para más�

Los primeros argentinos que serán soldados españoles llegaron a Madrid. Y dijeron que lo hacían porque �allá la cosa está mal�.

Tomé esta decisión porque en Argentina las cosas están muy mal; es una oportunidad que nos brindan y hay que tomarla, porque allá no da para más”. Así explicó su llegada a Madrid uno de los jóvenes que dejaron Argentina cuando promediaba el Día del Padre, para comenzar una nueva vida en la Patria Madre. Los primeros 72 argentinos que se incorporarán a las Fuerzas Armadas españolas partieron de Buenos Aires el domingo poco después de las 17 y tocaron suelo ibérico ayer a las 10 (hora argentina). En los próximos meses se les unirán otros jóvenes –de entre 18 y 27 años- argentinos y uruguayos, que fueron seleccionados tras la convocatoria lanzada en abril por el Ministerio de Defensa de España, para cubrir las vacantes que se abrieron allí tras la eliminación del servicio militar obligatorio.
En el Aeropuerto Internacional de Barajas, ubicado en Madrid, miembros de los tres ejércitos (de tierra, aire y mar) españoles esperaban a los futuros soldados, 61 varones y 11 mujeres, todos con doble ciudadanía. Se trata del primer contingente de soldados hispanoamericanos que se integrará a las tropas ibéricas. El director general de Reclutamiento y Enseñanza Militar de la cartera de Defensa española, teniente general Gregorio López Iraola, anunció que 37 de los aspirantes se incorporarán al Ejército de Tierra, 21 al de Aire y 14 al de la Armada. Para mañana a la tarde se espera la llegada del segundo contingente, que partirá desde la capital uruguaya.
“Alrededor de las 15.45 (hora española) comenzaron a aparecer por la puerta que da a la sala de espera, todos con una expresión de desconcierto en el rostro producida por los flashes de los fotógrafos y las preguntas de los periodistas”, narró ayer en su edición digital el periódico español Diario16. “Es una oportunidad; la experiencia de mi vida”, evaluó al cronista del diario español El Mundo una de las chicas elegidas, que se desempeñará en un centro de la Armada española ubicado en la localidad gallega de El Ferrol.
Tras superar el fugaz momento de fama, los reclutas abordaron varios micros que los llevaron a tres centros militares, donde pudieron descansar y llamar a sus casas argentinas para tranquilizar a padres, madres y hermanos.
La convocatoria para que argentinos y uruguayos hijos de inmigrantes se sumen a la milicia fue lanzada en abril último, poco después de que el presidente José María Aznar cumpliera con su promesa electoral de eliminar el servicio militar obligatorio. Ante la baja vocación por el uniforme y el fusil demostrada por los jóvenes españoles –en la primera llamada que se hizo este año para integrar las filas del ejército profesional se presentaron sólo 6000 interesados, contra los 12.235 que se habían presentado el año pasado– el gobierno de Aznar optó por contactar a los descendientes de los españoles que entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX decidieron emigrar hacia el Río de la Plata.
¿”Buscas una oportunidad”? preguntaba el secretario López Iraola en la carta que fue enviada a 27 mil argentinos y 7 mil uruguayos. Seiscientos chicos presentaron su solicitud para lo que evaluaron como una chance favorable: sueldo básico de hasta 600 dólares, con acceso a seguro social, de desempleo y de vida; cursos de formación especializada, con 500 horas de práctica por año; alojamiento, alimentación y 30 días de vacaciones por año, con la posibilidad de elegir el destino (tierra, mar o aire). Tras extensas pruebas físicas y psicológicas, 304 aspirantes argentinos y uruguayos fueron seleccionados para viajar a España. Allí firmarán un contrato por 18 meses, con opción de extenderlo a tres años.

 

 

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