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BAJO ENTRE 9 Y 11 POR CIENTO LA NAFTA Y SUBIO 15 POR CIENTO EL GAS OIL
El impuesto salió por la manguera

Las petroleras
aplicaron disciplinadamente
las variaciones impositivas a los precios de los combustibles. Los expendedores desconfían de que en el futuro no se queden con parte de la rebaja. Estiman que caerá el consumo de gas oil y que no habrá mayor demanda de nafta.

Expendedores: �Esperemos 15 o 20 días para ver qué hacen las petroleras, a ver si no hacen lo de siempre, que es aumentar el precio con cualquier excusa�.

Por Raúl Dellatorre

Las petroleras dominantes del mercado de combustibles ajustaron ayer, a lo largo de la jornada y a diferentes horas, los valores en surtidor de sus productos, reflejando estrictamente las modificaciones en las cargas impositivas dispuestas por el Ministerio de Economía. El precio de las naftas (común, súper y ecológicas) fue rebajado entre 10,6 (Repsol-YPF) y 11 centavos (Shell y Esso) por litro, en tanto que el gas oil y el diesel oil fueron incrementados en 8 centavos por litro (en todas las marcas). En términos relativos, representa una rebaja del 9 al 11 por ciento en las naftas y un aumento del 15 por ciento en el gas oil. Carrefour, en cambio, sólo aplicó la rebaja en las naftas en las 12 estaciones de autoservicio que expenden dentro de sus instalaciones. “No quisimos aplicar variaciones distintas a las resueltas en los impuestos, para que no se diga que nos quedamos con parte del gravamen”, explicó el vocero de una de las empresas líderes. “No veo cuál es el mecanismo para que la rebaja de las naftas beneficie al usuario, con precios libres y un mercado tan oligopólico y cartelizado que no tardará muchos días en despojarlo”, expuso, en cambio, un representante de los expendedores de combustible.
El ajuste surge de una rebaja de 10,6 centavos en el impuesto a la transferencia sobre las naftas (pasó de 48,65 centavos por litro a 38) y de un aumento de tres centavos al gas oil, que además deberá pagar una tasa adicional de cinco centavos destinada al Fondo Vial (la carga total pasa de 12 centavos a 20 por litro). El sacrificio fiscal por la rebaja impositiva en las naftas ascendería a 480 millones de pesos, de los cuales se recuperarían 330 millones por el incremento del ITC al gas oil, conforme a cifras del año pasado. Sin embargo, estimaciones de los expendedores indican que la merma en las ventas de gas oil será más significativa que la suba en el consumo de naftas, lo que agrandaría la brecha.
“Es un tarifazo liso y llano para el gas oil, que es el combustible que utiliza la actividad productiva”, opinó Manuel García, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes. “Lo peor es que se maquilla la rebaja en el ITC a las naftas para que parezca una medida en favor de la reactivación: esperemos 15 o 20 días para ver qué hacen las petroleras con el precio, a ver si no hacen lo que hicieron siempre, que es subirlo bajo cualquier excusa. No hay que olvidarse que el mercado es tan oligopólico y está tan cartelizado como antes de estos ajustes”, agregó.
La facilidad otorgada a los transportistas (excluidos los taxistas) de aplicar el aumento del gas oil como pago a cuenta del IVA podría dejar a más de una empresa con saldo a favor en el impuesto, de difícil recuperación. Los expendedores también quedarían expuestos a esa situación, aunque por razones distintas. Carlos Calabró, titular de la federación que los agrupa, afirmó que “estamos inventando un sistema tributario distorsivo: el combustible tiene IVA, el expendedor tiene una percepción de IVA (que retiene el proveedor del combustible), y además paga el impuesto sobre los movimientos bancarios que también se puede descontar de IVA; pero cuando usted hace una venta con tarjeta de crédito, la empresa emisora cuando le paga también le descuenta el IVA. O sea que, desde el punto de vista impositivo, esto es un caos”.
Con respecto a la respuesta del consumo a los nuevos precios, Calabró recordó que “la gente está acostumbrada a cargar por 10, 15 o 20 pesos”. Si por ese precio ahora carga más litros que antes, no necesariamente va a consumir más, sino que tardará más días en volver a la estación de servicio. La conclusión es que consumiría igual pero gastaría menos, lo cual implica una baja en la facturación. En cambio, el gas oil para el transportista es un insumo. “El consumo de nafta es inelástico al precio, pero el del gas oil no, y nunca eneste país tuvo un precio de 60 centavos de dólar como ahora”, subrayó Manuel García.

 

El debate en Brasil

El canciller brasileño expresó ayer su “solidaridad” con las medidas adoptadas por el gobierno argentino. “Entendemos que esas medidas son importantes, exprimen un esfuerzo creativo importante del gobierno argentino para lidiar con los problemas que enfrentan y el gobierno tiene nuestra plena solidaridad”, aseguró Celso Lafer en una conferencia de prensa conjunta con su par Adalberto Rodríguez Giavarini, desde Brasilia. En similar sentido se pronunció el titular de Hacienda, Pedro Malan, quien desde Nueva York señaló que “nos interesa, como brasileños, que Argentina se recupere” y agregó que “fue en el marco de ese espíritu que consideramos las medidas que nos fueron adelantadas” por Domingo Cavallo en su visita a Brasil de la semana pasada. Sin embargo, desde la poderosa Federación de Industriales de San Pablo (Fiesp) salieron a criticar la actitud de la administración Cardoso de apoyar las medidas de Cavallo y la acusaron de “argentinizar la industria brasileña”. “Estamos convencidos que lo que ocurre en Brasil tiene efecto en Argentina y lo que ocurre en Argentina afecta a Brasil”, dijo Lafer, diplomático, antes de agregar que la “búsqueda de soluciones convergentes y un trabajo común es la mejor manera de responder” a la crisis. Pero el titular de la influyente Fiesp, Horacio Lafer Piva, salió a cruzarlo: “el gobierno (de Cardoso) está conduciendo su política industrial de acuerdo a los intereses de la Argentina y debilitando al sector productivo brasileño”, disparó, y rechazó el tipo de cambio especial instrumentado por Cavallo para los exportadores argentinos como una forma de compensar la devaluación del real.

 

ESTUDIAN LA IMPLEMENTACION DE LAS REBAJAS EN PEAJES
Rutas congestionadas de deudas

Por Cledis Candelaresi

Después de reunirse por la tarde con el secretario de Obras Públicas, Aníbal Rothamel, los concesionarios de rutas nacionales por peaje quedaron a la espera de dos normas clave para su negocio. En primer lugar, la resolución que ordenará cómo instrumentar en las casillas de peaje la anunciada rebaja de entre 30 y 60 por ciento promedio en el precio de los tickets. En segundo término, un decreto de necesidad y urgencia para que el Estado les pague con bonos hasta el 2007 una millonaria deuda, que ellos estiman en 300 millones de pesos. Hay un punto, sin embargo, sobre el que no parece haber incertidumbre: las casillas de cobro no sólo subsistirán después del 2003 sino que se extenderán a donde hoy no existen.
Las empresas concesionarias atribuían ayer la prometida rebaja oficial, del 30 por ciento para autos y camionetas y del 60 por ciento para transporte de cargas y pasajeros, a “versiones periodísticas”, eludiendo así la obligación de aplicarla. Después del encuentro con Rothamel, reconocieron que sólo faltaba una resolución de Infraestructura que aclare cómo instrumentar esa reducción que, para llevar el valor promedio de 1,60 pesos cada 100 kilómetros a 0,75 centavos, hasta podría obligar a desplazar de lugar algunas cabinas ruteras. Con esa orden en la mano, los adjudicatarios demorarían “unas quince horas” en ajustar los sistemas para imprimir tickets con los nuevos precios.
Esta corrección, que estaría en las cabinas antes del fin de semana, es el punto de partida para que Infraestructura estrene un nuevo sistema de financiamiento de obras ruteras, que irá aplicando en etapas. Este tendrá desde las próximas horas una doble fuente: el peaje (más barato) y un fondo vial, a nutrir con una tasa especial de 5 centavos sobre cada litro de gasoil consumido, unos 560 millones de pesos al año.
Una parte de estos recursos es para los actuales concesionarios. Otra parte para los caminos no privatizados, que serán mejorados o pavimentados a través del sistema inglés o de leasing: un privado hace la obra con capital propio, y el Estado se la paga en cuotas fijadas de antemano.
“Mientras respeten la ecuación económica de nuestros contratos, no hay problema”, aseguraba ayer a este diario Rodolfo Perales, operador rutero y dirigente de la Asociación de Concesionarios. Para honrar este compromiso, el Estado detraerá del fondo vial el dinero que corresponda para pagar a cada grupo empresario según el tránsito que haya registrado su corredor.
A partir del 2003, cuando expiran las actuales concesiones, las rutas privatizadas y muchas de las que hoy no lo están volverán a licitarse, pero sobre un esquema diferente. Los adjudicatarios harán obras y mantendrán caminos pero no manejarán la recaudación. Otra empresa, que Infraestructura se dispone a seleccionar mediante concurso, es la que administrará los recursos.
Esta disociación, según Bastos, permitiría al Estado desvincularse con mayor facilidad de las futuras operadoras, evitando costosas renegociaciones. Para las actuales empresas, grupo que integran las principales constructoras del país, el nuevo sistema entraña la posibilidad de sostenerse en el negocio rutero, aunque con la desventaja de no manejar directamente la caja y posiblemente con utilidades bastante más modestas. Para las empresas, casi tan importante como esa continuidad es que la Nación emita los prometidos bonos para cancelar una deuda por subsidios impagos y aumentos tarifarios no autorizados, según las obligaciones que imponen los contratos vigentes. Pero el decreto aún no está firmado.

 

OPINION
Por Alfredo Zaiat

El Plan Trabajar de Cavallo

Domingo Cavallo ha decidido otorgar 350 millones de pesos en el marco de un nuevo Plan Trabajar y, pese a esa distribución de recursos, nadie habla de su particular sensibilidad social. Los beneficiarios recibirán entre 33 y 263 pesos por mes en las retribuciones que cobrarán a partir de agosto, según la tarea y responsabilidad que tenga cada uno en su labor. Aquellos con ingresos más bajos recibirán un monto menor y así subirá la escala, en un esquema de progresividad que hace escuela para cualquier hacedor de política económica. El mediterráneo está seguro de que ese dinero se volcará inmediatamente al consumo y así, con esos fondos adicionales en el circuito productivo, se juega a impulsar a la economía para salir del pozo depresivo.
La originalidad de esa repartija de dinero es que no irá a parar a los bolsillos de los más necesitados. Esta versión Cavallo del Plan Trabajar, de montos variables aunque sin superar las sumas que asigna el tradicional, tendrá como destinatarios empleados en relación de dependencia que perciben sueldos de 1500 pesos para arriba. Esos trabajadores con necesidades básicas satisfechas empezarán a recibir una mejora de sus ingresos mensuales. Ese beneficio, en un momento de crisis económica, extensión de la pobreza, piquetes aquí y allá y expectativas por el suelo, apunta a mejorar el humor de consultores de la city y periodistas formadores de opinión. Así, Cavallo no sólo apuesta a revitalizar el consumo con sus planes Trabajar, sino a ganar aliados para sus iniciativas, estrategia en la que falló José Luis Machinea al impulsar esas polémicas modificaciones en el Impuesto a las Ganancias, que el mediterráneo ahora da marcha atrás.
Simplemente como un ejercicio de cómo se distribuye el ingreso, y esa medida impositiva resulta muy reveladora, vale la siguiente comparación. Si esos recursos que pierde el fisco a favor de sectores medios y altos de la población, se hubieran destinado al verdadero Plan Trabajar se favorecería a 193.333 jefes de hogar desempleados, que también consumirían, a razón de 150 pesos cada uno a lo largo de doce meses.

 

Pagarán los que cobren

Una buena idea de Domingo Cavallo puede resultarle muy cara al fisco, en el momento más inapropiado. Es la de cambiar el criterio que gobierna el IVA.

Héctor Rodríguez, titular de
la AFIP: al organismo le faltará tiempo para adaptarse.


Por Julio Nudler

Entre el torbellino de anuncios de Domingo Cavallo, el cambio de criterio en el Impuesto al Valor Agregado es uno de los más polémicos. En adelante, el hecho imponible no se configurará como hasta ahora, en el caso de ventas a plazo de mercancías, con la facturación o la entrega, lo que suceda antes, sino con el cobro/pago de la operación. De esta manera, el vendedor no deberá acreditarle el impuesto a la AFIP hasta no haber cobrado, lo cual tendrá para el fisco dos consecuencias significativas. Una es que sufrirá un bache en la recaudación, bajón que un experto como Leonel Massad calcula que podría llegar a unos 600 millones de pesos solamente en el primer mes, y que se haría sentir, decrecientemente, durante varios meses más. La segunda consecuencia es que, de hecho, el erario dejará de percibir el IVA sobre los incobrables, a diferencia de lo que sucede hasta ahora, en que Impositiva se desentiende, en el caso de este tributo (no así en Ganancias), de los pagos y las cobranzas entre contribuyentes. Una tercer fuente de preocupación entre los tributaristas surge de la precipitación con que quiere implantarse esta reforma, pese a que exigirá un sensible cambio en los métodos de cómputo del impuesto, rompiendo una modalidad que viene rigiendo durante un cuarto de siglo. La ley que estableció el IVA se sancionó en 1973, y el nuevo gravamen comenzó a regir en 1975.
Como corresponde a la azarosa historia fiscal del país, el doble criterio actual –facturado o entregado, lo que suceda primero– fue parido por un fraude: el del célebre affaire Koner-Salgado y, más exactamente, una cuantiosa operación con televisores entre la fueguina Talent y la “continental” Radio Serra. Esta “compró” una gigantesca partida de aparatos, que quizá le serían entregados por Talent en años, o nunca, pero con la abultada factura pasó por la ventanilla de la DGI a cobrar el correspondiente crédito fiscal, que en esa época (mediados de los años 80) era aún de libre disponibilidad, y no un mero “saldo técnico” como ahora. Para facilitar la defensa de esa maniobra, el Congreso sancionó una reforma de la ley del IVA, estableciendo que con la facturación también se configuraba el hecho imponible, lo que hasta entonces sólo ocurría con la entrega. Inspiradora de esa modificación legal fue la tributarista radical María Asunción (Coca) Salgado, asesora de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados y esposa del jefe del grupo sospechado. José María Farré, subsecretario de Política Tributaria, no parece temer el temporario bache de recursos que le provocaría pasar del criterio de lo devengado al de lo percibido. La idea es que la economía argentina, donde escasea el crédito, opera con plazos de financiación muy breves, a pesar de la evidente pesadez en los pagos que se siente en todos los circuitos. Además, en Economía creen que, de todas formas, si el contribuyente no tiene fondos opta por no pagar el impuesto. Si el contador le calcula una liquidación que excede las disponibilidades del empresario, éste le ordena ajustarla a su caja.
Massad señala que algunos especialistas se oponen a la iniciativa porque para llenar la declaración mensual del IVA dejaría de serles útil la contabilidad, que está basada en el criterio de lo devengado, y tendrán que instrumentar todo un cómputo paralelo. Obviamente para empresas que compran y venden al contado los dos sistemas resultan iguales. Otros, como los supermercados, que venden al contado pero compran a plazo, deberían adaptar solamente este costado de su sistema de información. Adaptarse al nuevo sistema puede ser relativamente fácil para una empresa con pocas operaciones mensuales, como una agencia de autos, pero son casos excepcionales. Para la mayoría será un proceso complejo.
De todas formas, ya hoy rigen diversos criterios, según la naturaleza de las operaciones. En general, el cobro de una venta o un servicio obliga a ingresar el IVA, independientemente de la facturación. En el caso de una locación de obra lo que cuenta es la firma del certificado, o en ocasiones la mera finalización de la tarea. La principal ventaja del percibido,según Juan Oklander, uno de los máximos defensores de este criterio, es que la verdadera capacidad contributiva viene medida por la posesión de los medios para pagar el impuesto. Mientras no se percibe el valor de una venta, no se cuenta con los fondos. Por otro lado, explica que la idea del IVA es que lo pague el comprador, aunque el responsable ante el fisco sea el vendedor. Y, de hecho, el comprador no desembolsa el importe del impuesto mientras no abona su compra. Esta es la concepción francesa, que la ley argentina copió. “Pero si el vendedor es obligado a ingresar el impuesto antes de haber cobrado su venta –arguye Oklander–, el criterio del IVA queda desnaturalizado.” El criterio del percibido no se aplica, sin embargo, en muchos países. Un lugar donde sí se lo adoptó es Gran Bretaña, aunque el concepto aparece con mayor nitidez en el sales tax (impuesto a las ventas) estadounidense.
Pasar del devengado al percibido no siempre favorece a los contribuyentes. En ocasiones puede ser beneficioso para el fisco, como ocurre en ocasiones con las exportaciones. Cuando un exportador concreta un negocio, sólo necesita el cumplido de embarque y otros papeles probatorios de la operación para presentarse en la AFIP y reclamar la devolución del IVA correspondiente a las compras vinculadas a su venta externa. Sin embargo, es posible que todavía no haya pagado esas compras, y por tanto Impositiva no estaría devolviéndole un tributo sino anticipándoselo. En el caso inverso, si un vendedor aún no consiguió cobrar a la fecha del vencimiento del IVA, ¿cuál es la razonabilidad de que se lo obligue a ingresarlo?

 

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