Varios militares que fueron
indultados podrían ser juzgados por la desaparición de personas
durante la dictadura, si se sigue el planteo expuesto por el fiscal federal
Miguel Angel Osorio. Al reclamar la captura internacional y la extradición
de cuatro miembros de las fuerzas armadas uruguayas en la causa en la
que se investiga el Plan Cóndor, Osorio argumentó que, como
los delitos imputados son permanentes, los acusados pueden ser condenados
porque el hecho se siguió produciendo aún después
del indulto. En el mismo proceso en el que hoy declarará
Jorge Rafael Videla Alfredo Stroessner estaría dispuesto
a hablar ante el juez Rodolfo Canicoba Corral, pero sin ser extraditado
de Brasilia, donde tiene asilo político.
Los efectos del indulto sólo pueden operar sobre el tramo
de conducta ilícita cumplida desde la aprehensión inicial
de la víctima hasta la fecha del indulto. De ahí en adelante,
el autor puede ser plausible de reproche penal, aseguró Osorio
con base en la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada de Personas que establece que ese delito debe ser considerado
continuo mientras no se establezca el paradero de la víctima. Con
este razonamiento Osorio solicitó la captura de José Nino
Gavazzo, Jorge Silveira, Manuel Cordero y Hugo Campos Hermida.
El argumento presentado por el fiscal había sido elaborado por
los abogados Alberto Pedroncini y David Baigun en otra causa, en la que
se planteó la inconstitucionalidad de los indultos a militares
que estaban procesados no condenados. El mismo Osorio le había
dado curso a esa denuncia. La desaparición como delito permanente
también se tuvo en cuenta en las causas en las que se investiga
el robo de bebés durante la dictadura. Pero ahora podría
usarse para castigar a indultados que no fueron juzgados en
casos de delitos cometidos contra personas adultas. En la causa en la
que se investiga el Plan Cóndor, el juez Canicoba Corral ya ordenó
las capturas del ex jefe de la policía secreta chilena, Manuel
Contreras y de Stroessner. El defensor del dictador paraguayo, el abogado
Enrique Julio Villareal, se presentó en el juzgado para ponerse
a disposición del tribunal y obtener un juego completo de
fotocopias del sumario que tiene a su cargo el secretario federal Oscar
Aguirre. Villareal manifestó que su defendido estaría
dispuesto a someterse a la jurisdicción argentina, pero no
acepta ser extraditado. Es decir, que los investigadores de la causa deberían
trasladarse a Brasilia donde Stroessner vive amparado bajo la figura de
asilado político.
Este expediente fue abierto a partir de una denuncia de cinco familiares
de víctimas del Plan Cóndor: Dora Carreño Araya,
cuya hermana Cristina, de nacionalidad chilena, desapareció en
Argentina en julio de 1978; Sara Méndez, uruguaya, que es la mamá
de Simón Riquelo, que fue secuestrado con ella en Buenos Aires;
Idalina Tatter, cuyo esposo Federico nació en Paraguay y fue secuestrado
en Argentina en 1976; Elsa Pavón, que reclama por su hija y su
yerno, Mónica Grinspon y Claudio Logares, desaparecidos en Montevideo
y Claudia y Ana María Careaga, hijas de María Esther Ballestrinos,
paraguaya, secuestrada en la Iglesia de la Santa Cruz en diciembre de
1977.
Las periodistas Stella Calloni y María Seoane y el abogado que
descubrió los archivos del terror en Paraguay, Martín Almada,
aportaron recientemente su testimonio en este proceso. Hoy a la mañana
será indagado Videla, que ya está preso por su responsabilidad
en la apropiación de menores. El dictador quedaría detenido
también por su aporte al plan de coordinación represiva
entre las dictaduras del Cono Sur.
Kissinger, en la mira
La nueva doctrina justifica la intervención ilimitada
para promover cambios internos en países amigos y enemigos.
Mr. Johnson y yo enviamos un cable a Korry (embajador de Estados
Unidos en Santiago de Chile) pidiéndole que recordara a los
militares las serias consecuencias de una presidencia de Allende
y autorizándolo a reiterar las seguridades de una continuada
ayuda militar norteamericana si se movían. Las citas
corresponden a pasajes del libro Mis Memorias, del ex secretario
de Estado norteamericano Henry Kissinger y fue presentado por los
querellantes para reclamar que el ex funcionario estadounidense
sea citado a declarar en la causa en la que se investiga el Plan
Cóndor. El juez francés Roger Le Loire ya intentó
interrogar a Kissinger por su participación en la represión
en latinoamérica pero la embajada norteamericana contestó
que el Sr K. no tenía tiempo y que la citación debía
tramitarse a través del gobierno norteamericano.
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