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UN HISTORIADOR DE EE.UU. ADMITIO QUE FALSEO SU HISTORIA
Confieso que no lo he vivido

Joseph Ellis, premiado por sus libros, fue obligado a reconocer que se inventó un rol en Vietnam, entre otras cosas.

Ellis (izquierda) contó que fue líder de un pelotón y paracaidista.
“Aún en las mejores vidas, se come-ten errores”, declaró ahora.

Por Julian Borger *
Desde Washington

Un importante historiador de Estados Unidos fue obligado a hacer una humillante disculpa pública después de que se revelara que había embellecido su historia personal con relatos coloridos pero falsos sobre su rol en Vietnam y en la lucha por los derechos civiles. Joseph Ellis, ganador del Premio Pulitzer de Historia este año, admitió que había adornado sus ensayos y entrevistas de prensa con historias fabricadas como si fueran sus propias experiencias.
Sus empleadores de Mount Holyoke –un prestigioso instituto terciario de Massachusetts– lo respaldaron ayer y se cree que las revelaciones seguramente no llevarían a retirarle su Premio Pulitzer, otorgado por un libro sobre los padres fundadores de Estados Unidos.
Sin embargo, otros historiadores y estudiantes del profesor Ellis expresaron ayer su desilusión de que un renombrado académico haya caído presa de la tentación de hacer de su pasado una ficción. “Aún en las mejores vidas, se cometen errores,” dijo Ellis en una declaración emitida por su abogado. “Lamento profundamente haber dejado suponer y luego confirmado que fui a Vietnam. Por esto y por cualquier otra distorsión sobre mi vida personal, quiero disculparme ante mi familia, mis amigos, mis colegas y estudiantes.”
La disculpa fue posterior a una investigación llevada a cabo por el diario Boston Globe sobre sus afirmaciones de haber servido como líder de un pelotón y como paracaidista de la 101 División Aérea desde 1965 y luego servido en el equipo del comandante de Estados Unidos en Vietnam, General William Westmoreland. El realidad, el Globe descubrió que el profesor Ellis había postergado su servicio militar en 1965 para estudiar en Yale, y luego pasó su servicio activo enseñando en la academia militar de West Point.
El imaginario rol del historiador en Vietnam no es poco común. A medida que el trauma del conflicto fue quedando en la memoria colectiva, reemplazado por una mística aumentada por Hollywood, se sabe que un creciente número de norteamericanos de mediana edad, han fabricado un rol para ellos en las selvas de Indochina. Entre otros impostores desenmascarados recientemente se encuentra el actor de cine, Brian Dennehy, que también ofreció disculpas públicas cuando se denunció que su declaración de haber sido herido mientras servía como marine en Vietnam era mentira. Glenna Whitley, coautora de Stolen Valour, (Valor Robado) un libro sobre el síndrome, dijo: “Es una extraña clase de mística. Son hombres de una cierta edad que están llegando a un punto en sus vidas donde se preguntan, ‘¿Hice lo correcto? ¿Debería haber ido?’”
El profesor Ellis, que ganó el Premio Nacional del Libro de Estados Unidos en 1997 por una biografía de Thomas Jefferson, había hecho sus declaraciones sobre Vietnam a los reporteros del Boston Globe en 1997 y 2000, pero también las había usado para ilustrar sus conferencias sobre el momento. También había declarado haber jugado un rol activo en la lucha por los derechos civiles para la población negra en los estados sureños en la década de 1960, y hasta fabricó historias de haber sido un exitoso jugador de fútbol en la universidad.
Joanne Creighton, la presidenta del Holyoke College, emitió una declaración ayer, alabando al profesor de historia por su “gran integridad, honestidad y honor”. Dijo: “Generación de mujeres de Mount Holyoke lo cuentan entre sus maestros más inspiradores.” Sin embargo, Arnita Jones, la presidenta de la Asociación Norteamericana de Historia, dijo que el caso Ellis era perturbador. “Los profesores tiene la obligación de ser francos y verídicos en la clase sobre sus experiencias personales,” le dijo al Globe.
Una de las ex estudiantes de Ellis, Angel Kozeli, recordaba sus narraciones de una masacre de civiles vietnamitas por tropas de EstadosUnidos. Dijo que estaba desconcertada y aturdida por su admisión de que había fabricado su historia personal. “Parecía tan genuina,” dijo. “Quizás fue una fantasía en la que él mismo llegó a creer.

* De The Guardian de Gran Bretaña Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère

 


 

UNA EX CANDIDATA QUE SE TRATA CON ESA DROGA
El regreso de la talidomida

Cuarenta años después de causar terribles malformaciones en decenas de miles de niños alrededor del mundo, la droga conocida con el nombre de “talidomida” vuelve a escena: la ex congresista estadounidense Geraldine Ferraro –recordada por ser la única mujer que se candidateó para la vicepresidencia de su país– reveló ayer que está siendo tratada con este polémico medicamento, tras habérsele diagnosticado una variedad incurable de cáncer sanguíneo.
Ante las cámaras del programa “Today”, que se emite por la cadena NBC, Ferraro contó que en 1998, durante un chequeo de rutina, su médico detectó que padecía de mieloma múltiple, un tipo de cáncer que afecta la sangre, corroe los huesos, y que, en un 50 por ciento de los casos, provoca la muerte en un plazo de cinco años. Cuando los análisis indicaron que las células cancerosas iban en aumento, sus doctores decidieron suministrarle píldoras de talidomida.
El auge de esta droga se produjo entre fines de la década del 50 y principios de la década del 60, cuando el medicamento –comercializado con el nombre de “Contergan”– hizo furor entre las embarazadas, porque ayudaba a combatir los malestares propios del primer trimestre de gestación. Sin embargo, los laboratorios desconocían el lado oscuro del mágico remedio: obstruye la creación de nuevos vasos sanguíneos, por lo que desencadenó malformaciones en por lo menos 10.000 recién nacidos.
“Es algo extraño. Lo que era terrible para un feto sano ha resultado maravilloso para derrotar las células cancerígenas”, declaró Ferraro al diario The New York Times. Ferraro, que se convirtió en una de las primeras pacientes en probar el tratamiento, señaló que espera que la talidomida anule el desarrollo de las células enfermas.
Otro efecto de la talidomida es el bloqueo de la producción de una sustancia llamada Factor de Necrosis de Tumores (FNT), que lucha contra células malignas e infecciones, pero que si se produce en exceso (como ocurre en pacientes con HIV, lepra o tuberculosis) daña aún más al organismo. En 1998, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos autorizó la comercialización de esta droga para tratar a enfermos de lepra, pero restringió su uso y dispuso la creación de un programa destinado a evitar que nazcan más “bebés de la talidomida”.

 

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