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Convertibilidad ampliada, la canasta que llenó Cavallo

La Cámara alta convirtió en ley, luego de una maratónica sesión, el proyecto de convertibilidad ampliada, que incluye al euro en la paridad cambiaria. El proyecto más preciado y polémico de Cavallo.

Antonio Cafiero, senador justicialista. Proyectos de declaración que demoraron la sesión.

La aprobación de la ley de convertibilidad ampliada por parte del Senado resultó no ser el trámite sencillo que suponía Domingo Cavallo. Los legisladores de la Cámara alta estiraron la sesión con discusiones de peyectos de declaraciones varias, pero finalmente votaron la ley más esperada por el ministro de Economía. Sin embargo, fuentes de la bancada del PJ habían señalado a Página/12 que era “seguro” que la ley se sancionaría antes de levantar la sesión. La complicación no surgió por ese proyecto, cuya aprobación fue prometida al Poder Ejecutivo por el presidente del bloque opositor, José Luis Gioja. Pero los senadores justicialistas no quisieron entregar al Gobierno la ley que más le interesa en este momento sin antes pasarle varias facturas. En especial, por la detención de Carlos Menem, que los legisladores atribuyeron a una maniobra política, de la que no consideran ajeno al Ejecutivo.
La ampliación de la convertibilidad al euro cuenta con media sanción de Diputados desde hace dos meses. Pero el proyecto se estancó en la Cámara alta y Cavallo se encontró impulsándolo en solitario, sin contar con el apoyo de otras áreas del Gobierno, como la Jefatura de Gabinete. La iniciativa podría haber quedado allí por meses si el ministro de Economía no hubiera lanzado el último viernes el “factor de empalme”, virtual creación de un dólar comercial. Al explicar ayer esa medida ante 600 empresarios, Cavallo dijo que pudo implementarla porque los senadores justicialistas se comprometieron a aprobar la nueva convertibilidad.
“Gioja dijo que no importa la hora, pero que el proyecto sale antes de que se levante la sesión”, señaló anoche a este diario un senador del PJ. Lo mismo aseguraron otras fuentes de esa bancada. Pero antes de votar la ley, los legisladores justicialistas aprovecharon para plantear los temas de su propio interés. Durante dos horas, debatieron un proyecto de declaración para expresar su “preocupación” por el encarcelamiento de Carlos Menem. La iniciativa, que sólo tiene el valor de un pronunciamiento político pero ningún efecto concreto, fue aprobada después de largos discursos y cruces, moderados, entre miembros del PJ y el radicalismo. Cerrado ese capítulo, los senadores se avocaron al tema Salta. Y otra vez responsabilizaron al gobierno nacional por la represión y los muertos en esa provincia.
Los senadores de la oposición también reprocharon a sus pares de la UCR los pocos miembros de esa bancada que estaban en el recinto. “Parece que no les interesara votar la ley de convertibilidad”, se quejaron. Pero más allá de esos escarceos, los legisladores justicialistas estaban dispuestos a aprobar esa ley. Para ello, tratarían la iniciativa sobre tablas, ya que de ese modo se salvaría el obstáculo de que faltaban los despachos de comisión.
La extensión de la convertibilidad al euro es el proyecto más polémico de los que presentó Cavallo desde su ingreso al Gobierno. Cuando lo elevó al Congreso, muchos pensaron que estaba preparando el terreno para una devaluación. Pero el ministro lo negó tajantemente. Sin embargo, el último viernes lanzó el dólar comercial, por lo que se abandonó el tipo de cambio fijo para las operaciones de exportación e importación. Con esa medida ya en marcha, Cavallo apuró a los senadores justicialistas para que votaran la nueva convertibilidad.
El proyecto consta de tres artículos. El primero indica que la paridad cambiaria surgirá del promedio simple entre el dólar y el euro. El segundo señala que la entrada en vigencia de la ley se producirá automáticamente “al día siguiente” de que el euro cotice al mismo valor que el dólar en el mercado de Londres. Esta cláusula motivó a algunos legisladores justicialistas considerar la ley como “de efecto neutro” y “de cumplimiento virtual”, ya que “no se sabe si alguna vez, ni cuándo, se producirá una nivelación del euro con el dólar”. Sin embargo, esto cambió con el “factor de empalme”, dado que para el comercio exterior ya no hay tipo de cambio fijo y se produjo una devaluación. Cavallo sostuvo que lanueva convertibilidad no implicará una depreciación del peso, aunque ya hubo una excepción.

 

Friedman y el euro

El economista estadounidense Milton Friedman, Premio Nobel en 1976 y fundador de la teoría monetarista, consideró que “el dólar está desde hace algún tiempo netamente sobrevaluado, y el euro está devaluado”, pero elogió el trabajo realizado por el Banco Central Europeo. “En su conjunto, lo ha hecho todo muy bien”, estimó el economista de 89 años de edad y principal referente de la Escuela de Chicago. Friedman sigue siendo, sin embargo, escéptico en cuanto a las posibilidades de éxito de la moneda única. “Siempre he considerado al euro como un error, y creo que los países miembros, con sus diferentes políticas económicas, deberán enfrentarse a muchos problemas en el futuro”, explicó.

 

Más ingenioso que eficaz

Antes de que se llegara a sancionar la inclusión del euro en la convertibilidad, Domingo Cavallo confirmó, con la implantación del “factor de empalme” para el comercio exterior, la impresión que se tuvo tan pronto mencionó su propósito de introducir una minicesta de monedas: el mediterráneo estaba buscando la forma de devaluar el peso. En este sentido, la primer versión de la iniciativa fue desconcertante, porque planteaba esperar que el euro alcanzase al dólar. En ese caso, la innovación podía conducir tanto a una devaluación como a una revaluación del peso, dependiendo de cómo evolucionara la relación dólar/euro.
El problema del atajo elegido para devaluar es que obligó a hacerlo por afuera del régimen cambiario, ya que nadie –ningún importador, para el caso– puede ser obligado a pagar por un dólar más de un peso sin violar la ley de convertibilidad. Además, aunque en la práctica se trate de un desdoblamiento del dólar en uno comercial y otro financiero, lo anómalo es que éste resulte inferior a aquél, al revés de lo que sensatamente ocurrió siempre que rigió un doble mercado.
Esta curiosa devaluación se parece a las “encubiertas”, tan frecuentes en el pasado, y presenta también otro rasgo tradicional: la captura, por parte del fisco, de buena parte del beneficio que podrían obtener los exportadores. Según calculó Hacienda, la caja estatal recibirá un neto adicional de 600 millones. Pero, en la misma medida, la decisión resultará menos efectiva para corregir la descolocación competitiva de la producción argentina causada por la sobrevaluación del peso.
Es evidente que Cavallo no sabe, a esta altura, qué zapato le aprieta más. Por un lado quiere reactivar, para lo cual necesita depreciar el peso. Por el otro, profundizar el ajuste para atajar el déficit fiscal, especialmente inmanejable cuando los mercados de crédito voluntario siguen cerrados para el país. En definitiva, aunque el factor de empalme sea una creación ingeniosa, como fue en su momento la tablita de desagio, quizá sea menos útil que ocurrente.

 

RIESGO PAIS MAS BAJO Y LA BOLSA EN LEVE ASCENSO
Un día con mercados en calma

Las plazas financieras mostraron ayer un día tranquilo. En línea con la tendencia de los mercados internacionales, el índice Merval de las acciones líderes registró una leve suba del 0,53 por ciento y el riesgo país bajó a 973 puntos básicos.
El menor volumen negociado en el recinto bursátil, 26,7 millones frente a 32 del martes, refleja lo que los mismos operadores calificaron como “un clima cauteloso”. Pero como suele suceder con los explicaciones de los operadores, las visiones fueron encontradas. Para algunos, la tendencia positiva del Merval no se debió a la tendencia internacional, sino a la toma de conciencia de los inversores de que las nuevas medidas económicas, tras la “incomprensión inicial”, repercutirán favorablemente en los resultados de las firmas exportadoras. Los menos optimistas, en cambio, atribuyeron la cautela reflejada por el menor volumen negociado a las reservas de los operadores frente a la inminente suba al 0,6 por ciento del Impuesto a las Transacciones Financieras. Sin embargo, lo cierto es que la relativa estabilidad de los volúmenes negociados indica que al recinto no ingresan nuevos fondos.
Por otra parte, la leve suba del Merval acompañó, sin amplificarlos, los movimientos de los mercados internacionales. Los rumores sobre una nueva baja de tasas de la Reserva Federal motivaron la suba de Wall Street, donde el índice Dow Jones subió 0,48 y el Nasdaq de las compañías tecnológicas aumentó 1,93 por ciento. En Brasil, donde el Banco Central debió subir la tasa de referencia de 16,75 a 18,25 para evitar la corrida contra el real, el dólar se cotizó a 2,466 reales y el índice Bovespa de la Bolsa de San Pablo subió el 1,18 por ciento.
Un desempeño alcista más convincente mostraron los títulos públicos en la mayoría de las emisiones. Los globales 2008, el nuevo marco de referencia para los inversores, subieron 1,53 por ciento hasta 79,40 dólares. El riesgo país, medido sobre la base del EMBI Plus argentino bajó a 973 puntos básicos, con lo cual la corrección para el JP Morgan lo hizo descender 14 escalones.

 

Cavallo investiga a Cavallo

La Justicia Federal le pidió al Gobierno que le remita toda la documentación sobre el megacanje, luego de que el fiscal Miguel Osorio imputara al presidente Fernando de la Rúa, al ministro Domingo Cavallo, al secretario de Finanzas Daniel Marx y al banquero norteamericano David Mulford, amigo del ministro y vicepresidente del Credit Suisse First Boston, por supuesta asociación ilícita y fraude al Estado. Osorio les imputa haber pagado comisiones administrativas injustificadas a los bancos privados organizadores del canje de deuda, como ser las que tuvieron que abonar los propios bancos oficiales. Ayer, el juez federal Gabriel Cavallo libró oficios al Ministerio de Economía para que informe de los antecedentes del plan para canjear bonos, y sobre las comisiones que el Estado habría pagado en el cambio. Cavallo hizo así lugar al pedido de requisitoria del fiscal Osorio, en base a la denuncia que habían formulado la semana pasada el abogado José Luis Fabris y el médico Adrián Andreatta. Pero, más allá de los oficios librados, el juez Cavallo podría derivarle la causa a su colega, Jorge Luis Ballestero, debido a que en ese juzgado se habría radicado anteriormente una causa similar.

 

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