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OPERADORES DE MENEM Y ZULEMA, DE VISITA
A contener al Emir

Tras el encarcelamiento de Menem, Yoma pasó a ser una especie de olvidado. Pero los hombres del ex presidente no se olvidan. Corach, Toma y Bauzá tratan de neutralizar los consejos de Zulema.

Emir recibe en Campo de Mayo.
Corach, Bauzá, Toma y Zulema.
La hermana mayor recompuso
su relación con el empresario.

Por Eduardo Tagliaferro

Desde que el ex presidente Carlos Menem se sumó al lote de detenidos en la causa por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador, Emir Yoma comenzó a recibir menor cantidad de visitas. Sin embargo, los dirigentes más conspicuos del entorno menemista dejaron su marca en el libro que registra a los visitantes. Una de las preocupaciones de los allegados a Menem es “contener” al empresario riojano, sobre quien tienen fuertes sospechas que rompa su lealtad para con el Jefe y aporte algunos datos hasta ahora desconocidos por los investigadores. Las dudas se basan en que su hermana Zulema quebró la distancia que la separaba con el menor de los Yoma y se encuentra entre sus visitantes más asiduos. En el entorno de Menem aseguran que, precisamente, la ex primera dama es quien intenta convencer a Emir para que éste “confiese su verdad”.
Tras el encarcelamiento del ex presidente, el titular del Yoma Group aparece como el gran olvidado. Sin embargo, los menemistas no dejan que la soledad sea la mala consejera que conduzca al empresario del cuero a tomar una estrategia que perjudique a Carlos Menem.
Los senadores Eduardo Bauzá y Carlos Corach junto con el diputado Miguel Angel Toma son los principales operadores del menemismo que con cierta frecuencia se hacen presentes en el destacamento que Gendarmería tiene en Campo de Mayo. En el círculo más cercano al ex presidente admiten que desde el momento en que Emir quedó preso, la familia Yoma no cesó en su presión hacia Menem. Tanto Amira como Karim Yoma fueron los interlocutores que en forma diaria irrumpían en el teléfono celular del ex Jefe de Estado. También así explican las visitas que Menem le hizo a Yoma cuando éste llevaba pocas horas de prisión. El grito desesperado “sacáme de acá” que Emir le dedicó a su ex cuñado, fue parte de una estrategia familiar que le impidió a Menem ausentarse del país.
“Luego de la confesión de Luis Sarlenga, Menem pensó que podía iniciar un periplo internacional ejerciendo el oficio de conferencista. Eso le hubiese permitido estar fuera del país si se complicaba su situación en la causa. Si no pudo cumplir con esa estrategia fue porque se lo impidió la familia Yoma”, comentaron en los tribunales a Página/12.
Los seguidores de Menem reconocen la presión de los Yoma sobre su Jefe y no les pasa desapercibido la reconciliación de Zulema con su hermano menor. La ex primera dama estaba distanciada de su hermano desde el día en que se enteró que su hermano había cobrado, con gran apuro, el seguro del helicóptero con el que se había matado su hijo Carlitos. Sumado a ese hecho, Emir no acompañó la fuerte embestida de su hermana Zulema para lograr el esclarecimiento judicial de la muerte de su hijo y en todo momento fue funcional a las posiciones de Carlos Menem.
A lo largo de los seis años de instrucción judicial, los principales inculpados siempre vivieron bajo la sospecha de que podría convertirse en el techo de las actuaciones judiciales. Precisamente en la causa de las armas, el techo corresponde a quien sea sindicado como el Jefe de la asociación ilícita. Ese será el candidato a las principales cargos penales y al consecuente escarnio público. Zulemita es otra de las visitas frecuentes que recibe el empresario del cuero sobre quien dijo “es su segundo padre”.
Por lo pronto Emir puede convertirse en la punta de lanza que abra las puertas de la Corte Suprema para los inculpados en la causa por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. Si el recurso de queja presentado por su defensa es considerado favorable por el máximo tribunal, el fallo dará luz verde al resto de los involucrados. Por el contrario, si sus argumentos fueran desechados, Emir llegaría al juicio oral más cerca de una condena que de una absolución.

 


 

RICO VISITO A BALZA EL DIA DE SU CUMPLEAÑOS
Sin asperezas en Campo de Mayo

Por Diego Schurman

No fue un gesto más ni un día cualquiera: Aldo Rico fue a visitar a Martín Balza, su enemigo en la interna militar, el miércoles 13 de junio pasado, el día del cumpleaños del general. El ex líder carapintada llegó a Campo de Mayo para transmitir su “total solidaridad” con el ex jefe del Ejército, quien se encuentra detenido desde el miércoles 6 por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador.
Rico realizó la visita de camaradería en secreto. Su paso no fue registrado, pero habló con Balza días después de su arresto. Campo de Mayo se encuentra en San Miguel. El ex militar carapintada es su intendente.
Un abogado y un familiar directo del ex jefe del Ejército no supieron responder sobre la existencia del encuentro. Desde las filas del intendente optaron por el silencio. Sin embargo, una de las personas que visitó a Balza en Campo de Mayo dijo a Página/12 que el propio detenido confirmó haber conversado con Rico.
En el breve contacto, el ex líder carapintada hizo todo un gesto: acercó su “total solidaridad” con Balza, de quien lo separa la interna militar pese a haber compartido los puestos de combate durante la guerra de Malvinas. Rico había adoptado un tono conciliador el pasado domingo 10, al hablar durante un desfile cívico-militar en el partido de Malvinas Argentinas. “Cumplió una etapa muy importante en los últimos años y llevó a esa fuerza por el buen camino”, dijo de Balza en el marco del aniversario de la reafirmación de los derechos nacionales sobre las islas. Y más: aseguró que el ex jefe del Ejército era un soldado de honor como artillero en la guerra.
El acercamiento entre Rico y Balza adquiere importancia política, sobre todo por la manera en que la interna militar se ha colado en la causa que investiga la venta ilegal de armas. El ex jefe del Ejército niega en privado haber sido perjudicado por sectores carapintadas. Lo dice a pesar de su pésima relación con Mohamed Alí Seineldín, de quien se ubica en “las antípodas”, y la sospecha de que su gente fue la responsable de amenazarlo con un granada, enviada al edificio Libertador en el octavo aniversario del levantamiento del 3 de diciembre de 1990.
Para Balza sus aciagos días tras las rejas es resultado, entre otras razones, de la acción y presión de militares vinculados a la dictadura, de quienes se diferenció en la autocrítica histórica de 1995. Las sugerencias no las hace él. Pero deja que la hagan los suyos. “El padre de Stornelli es amigo de Díaz Bessone, con eso está todo dicho”, aseguran. Stornelli es el fiscal del tema armas. El general retirado Ramón Genaro Díaz Bessone carga varios títulos: es titular del Círculo Militar, ex jefe del Segundo Cuerpo del Ejército y ex ministro de Planeamiento del gobierno de Jorge Rafael Videla.
Apenas pudo, Bessone expulsó a Balza del Círculo Militar. El ex jefe del Ejército lo tomó como una venganza por su arenga contra los responsables de la represión.
Más allá de las especulaciones, Balza deberá convencer al juez Jorge Urso de hechos concretos. Por ejemplo, que no sabía que el Ejército entregó cañones, fusiles y municiones viejos a Fabricaciones Militares para luego ser enviados ilegalmente a Croacia.

 

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