Por Cristian Alarcón
Si la investigación
del asesinato de un policía de Quilmes en un intento de robo confirma
los datos divulgados ayer por fuentes oficiales, el cruce del martes a
la noche entre el oficial y tres o cuatro ladrones fue, por lo menos,
un tiroteo entre hombres con muy buena puntería. No sólo
porque el agente Andrés Cravotto recibió cuatro balazos
cuando se defendió con su arma reglamentaria de la banda que quiso
hacerse de su camioneta Trafic. También porque horas más
tarde dos de los ladrones que habrían intentado asaltarlo aparecieron
muertos, aunque lejos de ese lugar. Y un tercer presunto ladrón
apareció tambaleante en una clínica donde dijo que lo habían
asaltado y que por eso tenía un tiro en la pierna y otro en el
estómago. Estamos tratando de vincular un hecho con el otro,
pero no es confirmado aún, le dijo ayer el fiscal de Quilmes,
Claudio Pelayo, a Página/12.
El objetivo de los ladrones habría sido la camioneta Renault Trafic
que manejaba Cravotto, de 23 años, que trabajaba en la comisaría
5ª de La Cañada, Quilmes. El oficial acompañaba a su
novia. Estaban en la puerta de la casa de ella, en Zapiola y 190, cuando
vieron que se les cruzaba un Volkswagen Pointer de color bordó
en el que iban tres o cuatro hombres. La mujer contó
que se bajaron armados del auto. Según su declaración, su
novio alcanzó a decirle si se acercan, agachate, mientras
sacaba su arma reglamentaria, aunque iba vestido de civil y estaba de
franco. Ella apenas alcanzó a ver la situación porque se
tiró al suelo. Desde allí escuchó el tiroteo que
terminó con Cravotto agonizante.
Los ladrones se fueron del lugar en el mismo auto, pero la mujer no alcanzó
a ver si estaban o no heridos. Sin embargo, fuentes policiales le dijeron
a la agencia DyN que los delincuentes tenían sendos revólveres
calibre 32 largo. Víctima de esas balas, Cravotto fue trasladado
a la Clínica Belgrano, de San Francisco Solano, donde murió
a las 5.10 de la madrugada. A esa hora, dos de sus supuestos asesinos
ya estaban muertos y un tercero internado en una clínica de la
zona. El sobreviviente es Gabriel Adrián Franco, de 23 años.
Apareció media hora después en la Clínica Comahue,
en Eva Perón y Caaguazú. Un testigo que declaró ayer
lo vio caminar, tambaleante, por la avenida Eva Perón, ex Pasco,
hacia la guardia. Iba agarrándose de las paredes, tenía
un torniquete en la pierna izquierda y se desangraba por una bala en el
estómago. Ante los médicos, Franco alcanzó a dar
su versión: que había sido asaltado junto a otros dos jóvenes
en Eva Perón y Moctezuma, muy cerca del lugar del intento de robo
de la Trafic. Pero aclaró que no sabía dónde estaban.
La policía asegura que en ese lugar nadie escuchó un tiroteo.
Poco después, pasadas las 0.30, una mujer se presentó ante
una comisaría de la zona para avisar que su hijo, Angel Torres,
de 24, y un amigo de él, conocido como El Enano, de
23, estaban heridos en una casa de la villa Centenario, en Alemania 3485.
También aseguró que habían sido robados junto a Franco.
Cuando la policía los encontró era tarde. Habían
muerto de uno o dos disparos cada uno, según fuentes judiciales.
En el lugar, junto a los cuerpos, había otra mujer. Era la novia
de una de las dos víctimas, Torres o el Enano, y ayer contó
lo que los investigadores consideran la resolución del caso: dijo
que llegó hasta la casa de la calle Alemania a buscar a su pareja
y que allí se encontró con Javi, que sería
un amigo de los tres baleados. El le habría confesado la historia
completa.
Según la versión de la mujer, Javi le dijo que intentaron
robar la camioneta y que habían sido tiroteados. Para la
policía habría sido Javi quien manejaba el Pointer y quien,
junto a otra mujer, ayudó a los malheridos a entrar en la casa
de Villa Centenario. Siempre según ese testimonio, Javi fue quien
llevó hasta las cercanías de la Clínica Comahue a
Gabriel Franco. Después habría llevado el auto hasta un
descampado para descartarlo. El coche fue encontrado por la
policía. Lo habían prendido fuego. El caso quedó
en manos del fiscal de Quilmes Claudio Pelayo, quieninvestiga las tres
muertes y el robo a mano armada. La policía buscaba anoche a Javi,
el presunto cuarto miembro de la banda.
Una noche de sangre
Fue una noche de sangre en Capital y el Conurbano. A las tres
muertes que dejó el asalto al policía Andrés
Cravotto, se sumaron otras. Al policía federal retirado Eduardo
Maldonado le quisieron robar el auto en Villa Ballester: se resistió,
se tiroteó con los ladrones y terminó herido de bala.
Los delincuentes huyeron, pero por la noche un hombre fue abandonado
muerto de dos balazos en la puerta del hospital Thompson de San
Martín y se presume que es uno de los ladrones. Otra víctima
fue el suboficial retirado de la Policía Federal Héctor
Manuel Pérez, quien quiso evitar que ladrones asaltaran a
su hijo en un quiosco de Monte Grande, en Esteban Echeverría.
Los ladrones, que eran dos y escaparon, mataron a Pérez e
hirieron a su hijo, de 24 años. Otro protagonista fue el
policía Gustavo Rapsomanikis, numerario de la comisaría
22ª de Policía Federal, mató a balazos a dos
hombres que lo asaltaron cuando llegaba a su casa de Quilmes.
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LOMBARDO
DECLARO EN TRIBUNALES
Una vacuna en espera
El ministro de Salud, Héctor
Lombardo, se presentó ayer en los Tribunales porteños para
brindar explicaciones sobre el incumplimiento del cronograma para la producción
de la vacuna contra la Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA), enfermedad
conocida como mal de los rastrojos. Lombardo vinculó
la demora con problemas surgidos en la fase de investigación y
propuso un nuevo cronograma para la fabricación del medicamento,
aunque se negó a fijar fechas, porque la producción
de una vacuna es un hecho biológico que no puede estar atado a
plazos. El ombudsman Eduardo Mondino criticó al ministro
y solicitó a la Justicia que se exigieran fechas concretas,
porque es la única manera para controlar que lo que se propone
se cumpla.
La citación de Lombardo se produjo después de que, en una
audiencia realizada el 29 de mayo último, representantes de la
Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología
Médica (Anmat) y de la Administración Nacional de Laboratorios
e Institutos de Salud (Anlis) se echaran la culpa mutuamente por el retraso
en la fabricación de la Candid I, única vacuna desarrollada
hasta el momento para prevenir la FHA. Mondino consideró que esos
enfrentamientos tuvieron mucho que ver con el incumplimiento de las fechas
pautadas. Yo comprendo que hay dificultades presupuestarias, como
dice el ministro, pero la demora también se vio facilitada por
la falta de organización de las distintas dependencias del Ministerio,
por lo que le solicité al ministro que procure ordenar a los organismos
actuantes, señaló el defensor a Página/12.
Lombardo tuvo una justificación extra para haber omitido el cronograma:
sostuvo que el Candid I es un candidato a vacuna pues aún
no cumplió con las etapas para su autorización. El funcionario
recibió una reprimenda de parte de uno de los integrantes del tribunal,
que le recordó que en la página web del Anlis se informa
que desde 1990 se dispone de una vacuna eficaz contra la FHA (95.5
por ciento), que está siendo utilizada en la población adulta
de más alto riesgo, con un significativo descenso en la incidencia
de la enfermedad. Si realmente se tratara de un candidato
a vacuna, como dijo el ministro, entonces desde 1992 estuvimos vacunando
con algo que no sabemos si es eficaz. Esto sería más grave
aún, advirtió Mondino.
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