Los negocios fraudulentos con
petroleras parecen estar en el calvario de la clase política europea
de la década de 1990. Después de la caída del supercanciller
francés de la era Mitterrand, Roland Dumas, y de las valijas negras
del premier alemán Helmut Kohl, ayer le tocó el turno al
ministro español de Exteriores, Josep Piqué. La Fiscalía
del Tribunal Supremo de Madrid aprobó citarlo como imputado por
un escándalo relacionado con la empresa química catalana
Ercros. En este caso se investiga la presunta venta fraudulenta de la
empresa petrolera Ertoil por parte de ese grupo químico hace diez
años. Fue vendida, precisamente, a la petrolera francesa Elf por
entonces estatal y detonante del caso que llevó a la cárcel
a Dumas y a su entorno.
La decisión de convocar al ministro de 46 años como imputado
se tomó por diez votos contra dos tras la propuesta del fiscal
Bartolomé Vargas, que quiere investigar su presunta responsabilidad
en delitos de apropiación indebida, alzamiento de bienes y fraude
fiscal. En caso de ser citado, la inmunidad parlamentaria del ministro
tendría que ser levantada. Sin embargo, la decisión final
sobre si se pide o no la imputación de Piqué corresponderá
al fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, para quien la resolución
de ayer no es vinculante.
El escándalo, que salió a la luz pública en la anterior
legislatura, cuando Piqué era ministro de Industria, se remonta
a 1991. En ese entonces, el ahora titular de Exteriores era miembro del
consejo de administración de la multinacional Ercros. Este consorcio,
a raíz de la crisis que atravesaba en esa época el sector
químico, estuvo amenazada de quiebra. Para poder sacar a flote
el grupo, se decidió en ese entonces vender la filial petrolera
Ertoil por un importe de 44.600 millones de pesetas (unos 228 millones
de dólares al cambio actual), al consorcio francés Elf,
entonces todavía estatal, por medio de una sociedad con sede en
Luxemburgo.
Sin embargo, el destino de 20 mil millones de aquella suma nunca fue aclarado,
por lo que la Justicia empezó a investigar la transacción,
protocolizada ante notario el 18 de julio de 1991 por el propio Piqué,
que al año siguiente se convertiría en presidente de Ercros.
El informe de Vargas cifra en 18.300 millones de pesetas el monto de la
apropiación indebida que pudo producirse en la venta de Ertoil,
a los que habría que sumar 9700 millones correspondientes a sobornos
pagados por esa venta. Aún está pendiente que el Tribunal
Supremo resuelva si se hará cargo del caso, hasta ahora en manos
de la Audiencia Nacional.
Al margen de la eventual imputación de Piqué en la venta
de Ertoil por su matriz Ercros, siguen aflorando indicios de un delito
de alzamiento de bienes por la desaparición de activos en perjuicio
de acreedores de Ercros. Y también de otro de apropiación
indebida de 94 millones de dólares, cuyo destino final se desconoce,
además de otros 51 millones de dólares, que se habrían
pagado en comisiones.
El jefe de gobierno español, José María Aznar, señaló
que no destituirá a Piqué mientras no haya claros indicios
de delito. Ya se verá. Ya se verá si tiene fundamento
o no tiene fundamento (la imputación), porque las circunstancias
pueden ser distintas, indicó a la prensa.
El canciller Piqué ha reiterado en varias ocasiones que tiene la
conciencia tranquila y que no tiene ningún inconveniente
en comparecer ante los jueces si lo solicitan, tras años de sentirse
culpabilizado por los medios de comunicación. Piqué,
antes ministro de Industria y portavoz del Gobierno español de
1996 a 2000, y ahora jefe de la diplomacia desde hace un año, ocupaba
su lugar en el consejo de administración de la catalana Ercros
en el momento de los hechos investigados.
Berlusconi,
nuevo emperador
La mayoría absoluta de
que dispone la coalición de centroderecha en el Parlamento italiano
se dejó ver ayer cuando el primer ministro Silvio Berlusconi obtuvo
por 175 votos frente a 133 en contra y cinco abstenciones la confianza
del Senado para iniciar su segunda experiencia de gobierno. El mismo resultado
positivo se espera hoy, cuando la Cámara de Diputados se pronuncie
sobre el Ejecutivo recién constituido, que quedará así
legitimado en el Parlamento.
Entre los votos favorables obtenidos por Il Cavaliere figura
el de algunos importantes senadores vitalicios, caso de Giovanni Agnelli,
presidente honorario de Fiat, y uno de los más recientes partidarios
de Berlusconi, quien recibió también un espaldarazo del
veterano ex primer ministro Giulio Andreotti, que en su intervención
en el Senado alabó algunos aspectos del programa presentado por
el nuevo primer ministro, aunque optó por abstenerse. En contra
votó, en cambio, el imprevisible Francesco Cossiga, que durante
la mayor parte de la campaña electoral sostuvo a la Casa de las
Libertades. Agnelli reflejó en su intervención la opinión
del empresariado italiano, optimista sobre Berlusconi.
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