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En el barrio Mercosur los vecinos
se pelean por las devaluaciones

El ajuste del real �la moneda brasileña� en Brasil y el factor empalme en Argentina pusieron en tensión la relación entre los socios. Por otro lado, decidieron bajar un punto el arancel externo común.

Domingo Cavallo, ministro de Economía, escucha al canciller Adalberto Rodríguez Giavarini.

Como no sucedía desde principios del ‘99, cuando se devaluó el real, la cuestión cambiaria de los países del Mercosur volvió a ser el principal motivo de las discusiones entre los socios. En la reunión semestral de presidentes del bloque regional, que hoy finaliza en Asunción, Paraguay, el último paquete económico lanzado por Domingo Cavallo ocupó el centro de la escena. Y, concretamente, la implementación de un “dólar comercial” más caro que el “financiero”. Precisamente, Cavallo se convirtió en el receptor de las quejas de los otros países, en especial de Paraguay y Chile. No bien arribó a la capital paraguaya, Fernando de la Rúa intentó transmitir un mensaje pacificador. “Espero que la reunión sirva para que se comprendan las últimas medidas económicas tomadas en la Argentina y que esto no sea factor de dificultad para el comercio”, expresó De la Rúa antes de dejar el aeropuerto. Anoche, Domingo Cavallo anunció que existe un acuerdo entre las naciones del Mercosur para acelerar tratativas comerciales bilaterales entre el bloque y la Unión Europea y los Estados Unidos.
“Seguro que se puede negociar antes del 2005 un buen acuerdo con Estados Unidos y con la Unión Europea como lo está haciendo Chile”, señaló el ministro en conferencia de prensa. Ante los permanentes conflictos en el Mercosur, aun más profundos desde el arribo de Cavallo, los países socios quieren aprovechar este encuentro para relanzar la unión aduanera. Por eso, ayer también trascendió que habrá una rebaja del arancel externo común, cuyo promedio se ubica en el 13,5 por ciento y que pasará al 12,5 por ciento en enero de 2002. Y se lo rebajaría otro 2,5 puntos en el próximo año y medio. Consultado por este diario, un especialista en temas del Mercosur comentó que ese anuncio, aunque simbólico, tendrá muchas dificultades para ponerse en práctica: antes, hay que analizar más de 8000 posiciones arancelarias. También se anunció que en los próximos días se formalizará un nuevo acuerdo para la industria automotriz.
Pero más allá de los acuerdos que puedan presentarse, lo cierto es que el “factor de empalme” cayó pésimo entre los socios y vecinos. El canciller paraguayo, José Antonio Moreno Ruffinelli, pidió directamente “medidas de compensación” para amortiguar los efectos negativos que la nueva paridad cambiaria argentina producirán en el comercio de su país. Chile también protestó. Soledad Alvear, ministra de Relaciones Exteriores de ese país, reveló que se reunió con su par argentino, Adalberto Rodríguez Giavarini, “para considerar alternativas y morigerar los efectos” que dañan a los exportadores chilenos. En su pedido, Alvear reclamó lisa y llanamente que se “restaure a Chile el nivel previo de acceso a sus productos”. Además del canciller Rodríguez Giavarini, quien también se hizo eco del enojo del vecindario fue el propio Cavallo. El ministro recibió las protestas desde temprano, no bien se iniciaron las sesiones matutinas en el Yatch y Golf Club Hotel, ubicado en la parte sur de Asunción. “Una vez que les expliquemos bien las medidas, las van a encontrar muy adecuadas”, se defendió el ministro, echando mano a la misma fórmula que días pasados utilizó en referencia a los operadores del mercado financiero.
En medio del sinsabor, los funcionarios argentinos se sintieron aliviados cuando se enteraron de las declaraciones del presidente uruguayo, Jorge Battle. Desplazando del centro de la escena a la Argentina, el jefe de Estado uruguayo señaló que “lo que afecta fundamentalmente al Mercosur no es el tipo de cambio argentino sino el brasileño”, disparó, dando cuenta que, desde inicios de año, el real perdió el 25 por ciento contra el dólar. Por la noche, De la Rúa intentó quitar de los focos el tema del tipo de cambio. “Es necesario superar las diferencias que pudieran existir. Hay que trabajar para el fortalecimiento del intercambio y para los temas extracomerciales y la unidad de nuestros pueblos”, apuntó. La convergencia macroeconómica entre los países socios es uno de los objetivos que se plantearon los gobiernos para el corto y mediano plazo. Pero la caída libre del real y el “factor empalme” de Cavallo podrían retrasar los acuerdos. Más aun después de que el ministro subiera los aranceles para la importación de ciertos productos sensibles para la industria brasileña, como los informáticos y de telecomunicaciones. La propuesta del gobierno de Fernando Henrique Cardoso de analizar especializaciones productivas para que ambos países complementen sus industrias. Pero desde la Casa Rosada y el Palacio de Hacienda reconocen que mientras persista la crisis económica y las tensiones por las paridades cambiarias, difícilmente, pueda trabajarse en aquellos asuntos.

 

Blejer ya habla como su jefe

Mario Blejer, actual subdirector del departamento Asia del FMI y a partir de los próximos días asesor especial de Domingo Cavallo, ya empezó a colaborar con su futuro empleador. La mayoría de las medidas que se están tomando (en Argentina) apuntan a reactivar la economía y lograr volver a crecer, con lo que va a ser más fácil tomar las medidas fiscales que se deben tomar”, afirmó ayer, todavía desde Washington. Blejer se incoporará al equipo de Cavallo como asesor en temas fiscales –se dice que diseñará otra reforma impositiva– y monetarios. Pero, por sobre todo, el ministro lo quiere como interlocutor privilegiado de los “mercados”, dado que hace más de 20 años que trabaja en el Fondo y muestra un perfil superortodoxo, como les gusta a los financistas. “Si se logra reactivar la economía, que es el objetivo fundamental de la política económica en la Argentina, y poner a la economía nuevamente en el sendero del crecimiento, va a ser mucho más fácil resolver el dilema del gasto público”, explicó el economista, en declaraciones radiales, mientras empacaba sus pertenencias en su casa en Maryland.
También apoyó la ley de Convertibilidad ampliada, que en realidad agrada poco y nada a los funcionarios del FMI: “Es un paso en la dirección correcta”, disciplinado, con Cavallo.

 

EL RIESGO PAIS SE MANTUVO ALTO, EN 971 PUNTOS
Brasil quiere frenar la deva

“Argentina ha demostrado una gran capacidad de reacción cuando realizó el megacanje de títulos de deuda”, dijo ayer el presidente del Banco Central brasileño, Arminio Fraga. Así, el funcionario, cuyas declaraciones son seguidas con atención en los mercados financieros, buscó apuntalar el plan de Domingo Cavallo. Sin embargo, el propósito de Fraga no era sólo demostrar solidaridad con el socio del Mercosur sino tratar de frenar la corrida contra el real que está provocando la desconfianza de los financistas en el mantenimiento de la convertibilidad.
Ayer, en Buenos Aires la bolsa subió 1 por ciento y el riesgo país argentino cerró en 971 puntos básicos, prácticamente el mismo nivel que un día antes (975), una señal evidente de que “los mercados” no terminan de convencerse de las bondades de las medidas anunciadas por Cavallo. Mientras tanto, en Brasil, tras haber subido una vez más la tasa de interés, el Banco Central brasileño tuvo que salir a explicar que dispondrá de dólares frescos aportados por el FMI para detener la acelerada devaluación del real.
Fraga elogió la “reacción” del gobierno argentino frente a la crisis. Pero evitó hacer comentarios adicionales sobre el plan Cavallo. “Brasil observa con atención su evolución, pero en el Banco Central preferimos no comentar políticas específicas de otros países”, afirmó, cauto, en rueda de prensa.
Esta semana, en Brasil se vivieron días de turbulencia financiera, después de una semana complicada por los anuncios del nuevo tipo de cambio comercial creado por Cavallo para contrarrestar la devaluación del real del 25 por ciento en lo que va del año. Ayer, no fue la excepción. Pese a que el miércoles el Central había ajustado hacia arriba la tasa de interés de referencia (ya está en 18,25 por ciento anual), el mercado cambiario abrió con la misma tendencia devaluacionista de los días previos. Sólo los anuncios de Fraga lograron frenarla y finalmente el dólar retrocedió a 2,41 reales, un nivel que no alcanzaba desde la semana pasada, después de alcanzar un pico de 2,48 el martes.
Según el titular del Central, el gobierno de Cardoso utilizará 2000 millones de dólares del Fondo Monetario y no pagará 1800 millones de dólares que debe al organismo, como tenía previsto hacer a final de año. Además, aumentará el programa de emisión de deuda. Así, contará con 4600 millones de dólares extra para intervenir en el mercado cambiario “de manera preventiva”. “Tenemos los recursos y la intención de inundar el mercado de divisas en esta etapa de incertidumbre, que estamos seguros que es transitoria”, aseguró Fraga.
La estrategia de la administración Cardoso ahora parece ser contener la devaluación del real, para evitar que se dispare la inflación. “Tenemos la preocupación de que el aumento del dólar se refleje en la inflación. Queremos contrarrestar esta tendencia del mercado de cambio, que presenta mecanismos claros de autoalimentación, a nuestro entender exagerados”, explicó el titular del Central. Y agregó, en tono de deseo, que “nuestro destino no es una crisis tras otra”.

 

Otra denuncia por el canje

El vicepresidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, Oscar Lamberto (PJ), solicitó al gobierno información sobre las comisiones que pagó en la operación de megacanje de bonos de la deuda. En un proyecto de resolución, que también firmó el menemista Jorge Matzkin, Lamberto pregunta si la comisión del 0,55 que se aplicó se ajusta a los “standards internacionales”. También, el legislador quiere saber si los bancos habrían “cobrado una comisión de 110 millones de pesos por canjearse títulos a sí mismos”, como informó en su momento Página/12. Otro de los puntos en la mira es la decisión del secretario de Finanzas, Daniel Marx, de derivar la mitad de los títulos que canjearon los propios bancos oficiales a través de los bancos privados “creadores de mercado”, beneficiándolos con una comisión extra de 4 millones por intermediar entre instituciones del propio estado argentino. A su vez, apunta que “hay denuncias sobre que esta operatoria fue una oportunidad para que los acreedores externos se salieran del país, disminuyeran su deuda o achicaran su riesgo”. Finalmente, Lamberto quiere averiguar cuál es el total de la deuda en bonos que después del megacanje de bonos queda en manos de sucursales argentinas de bancos extranjeros, en manos de administradoras de fondos de pensión y en manos de bancos argentinos.
El diputado precisa en los fundamentos del proyecto que contar con la información que pide al gobierno permitirá al Parlamento “actuar en forma ecuánime y fundamentada, sabiendo que muchas de las decisiones que se toman ahora van a incidir sobre las vidas futuras”.

 

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