Por Diego Fischerman
György Ligeti aseguraba,
a principio de los 70, que es imposible para mí componer
una ópera; es un género actualmente irrelevante, perteneciente
a un momento histórico totalmente diferente del actual. Poco
tiempo después, entre 1975 y 1976, escribiría, sin embargo,
una ópera (a la que revisaría radicalmente veinte años
después) llamada El Gran Macabro. Pero su comentario más
acabado acerca de las posibilidades teatrales de la música ya podía
encontrarse en dos composiciones fechadas en 1962 la primera y entre 1962
y 1965 la segunda. Los nombres, Aventuras y Nuevas Aventuras resultaban
bastante claros. Había allí una forma de escritura vocal
totalmente nueva, pero, sobre todo, cada episodio de esas piezas era,
efectivamente, una aventura. No sólo en términos de lenguaje
sino, también, en el sentido de las microescenas dramáticas
que provocaba. Hoy a las 20.30, en el Centro Experimental del Teatro Colón,
se estrenará una nueva puesta de esta obra fundamental. Su régisseur,
Marcelo Lombardero quien además canta una de las voces
explica que se trata de una puesta de estilo para una obra ejemplar
de los 60.
El espectáculo, titulado Aventuras y Nuevas Aventuras-Ligeti en
los 60 tendrá dirección musical de Gerardo Gandini e incluirá,
además de estas composiciones, el Poema sinfónico para cien
metrónomos (1962), Articulaciones (composición electrónica,
1958) y Continuum para clavicémbalo (1970). La escenografía
es de Diego Siliano, el diseño de vestuario fue realizado por Luciana
Gutman y el de iluminación por Tito Diz. Los intérpretes
serán, además del propio Lombardero, la soprano Kathryn
Power y la mezzosoprano Marta Cullerés junto al flautista Luis
Rocco (que alternará con Raúl Becerra), Fernando Chiappero
en corno, Angel Frette en percusión, Lourdes Cútolo en clave,
Silvia Dabul alternando con Silvia Lester en piano, el violoncellista
Jorge Pérez Tedesco y, en contrabajo, Javier Dragún. Además
del estreno, habrá funciones este domingo 24 a las 17, martes 26
y jueves 28 a las 20.30 y el domingo 1 de julio a las 17.
Mis obras fonéticas de cámara no alcanzaron su madurez
completa hasta los tempranos 60, con Aventuras y Nuevas Aventuras,
escribía Ligeti en el librito del volumen 4 de la primera fase
de la edición discográfica integral, que había encarado
el sello Sony (la segunda acaba de comenzar con un volumen publicado por
Teldec New Line). Allí aparecían textos radicalmente
privados de sentido continuaba y una música que, a
pesar de su condición abstracta, sugería claramente distintos
modos emocionales. Lombardero, por su parte, buscó no
contar ninguna historia; estar atento a los contenidos paródicos
acerca de la ópera que contiene la obra y, al mismo tiempo, hacer
que ese idioma inventado no fuera una cosa de marcianos, que funcionara
como un lenguaje. Las dos obras están estructuradas en secciones
cerradas, casi como óperas barrocas, con sus recitativos, sus arias,
sus escenas de conjunto. Y cada sección trabaja situaciones e imágenes
separadas y contrastantes: diálogos, peleas, sexo, caos, calma.
Las indicaciones de Ligeti son, además, absolutamente precisas;
puntillosas hasta la exacerbación. Yo me limité a ir en
ese sentido. En este caso Lombardero debió habérselas
con la complicación adicional de dirigir y cantar al mismo tiempo
(algo que odio) debido a la cancelación del cantante
originariamente programado. Fue posible gracias a un equipo de apoyo
que fue mucho más allá de sus obligaciones, recuerda
el régisseur, agradecido.
PROPUESTAS
DE MUSICA INSTRUMENTAL
Conciertos de julio
El ciclo Bienvenida al siglo
XXI, que organiza el Centro de Experimentación del Teatro Colón,
continuará su ciclo de conciertos gratuitos el próximo domingo
1º de julio a las 11 con el dúo Frette-Gurevich, integrado
por el violinista Elías Gurevich y el percusionista Angel Frette,
que en esta ocasión ejecutará exclusivamente la marimba.
El repertorio elegido estará dedicado a obras de autores argentinos
contemporáneos, comisionadas especialmente por los músicos,
y comprende Buenos Aires Abril de Claudio Alsuyet, Lo que no es azul de
Germán Cancian, Quijote en la Puna de Guillo Espel, Duettino de
Salvador Ranieri, Sagitario de Manolo Juárez, y Perros de la calle
de Fernando Aure, en calidad de estreno mundial. Este programa alterna
sucesivamente dúos de marimba y violín con obras para solos
de cada uno de esos instrumentos.
La Filarmónica de Buenos Aires, por su parte, confirmó la
continuación de su ciclo de abono. Los dos primeros de ellos, que
tendrán lugar los lunes 2 y 16, estarán a cargo del maestro
chileno Juan Pablo Izquierdo, y abrirán con dos obras de autores
argentinos: el Adagio in memoriam para orquesta de cuerdas, de Francisco
Kröpfl, y las Variaciones sin fuga, de Mauricio Kagel, esta última
en calidad de estreno en la Argentina. Los solistas de estos conciertos
serán el violoncellista Ricardo Sciammarella, que interpretará
el Concierto para cello y orquesta de Witold Lutoslawski, mientras que
el violinista israelí Shlomo Mintz, uno de los más importantes
de la actualidad, hará el célebre Concierto de Tchaikovsky.
Asimismo, en su segunda presentación, Izquierdo ofrecerá
su lectura de la Cuarta Sinfonía de Schumann, prosiguiendo la integral
de las sinfonías de este compositor que este año tiene prevista
la Filarmónica para su temporada. El siguiente concierto, agendado
para el 23 de julio, convocará al podio al prestigioso director
argentino Jorge Rotter, quien además de ofrecer la Segunda Sinfonía
de Schumann, en un nuevo capítulo de este ciclo, rendirá
tributo a Stravinsky a treinta años de su fallecimiento con sus
Sinfonías para instrumentos de viento.
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