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cambiario
Domingo Cavallo habló mucho del factor de empalme,
con el que en los hechos desdobló el mercado cambiario y
elevó en alrededor de 7 por ciento la paridad comercial,
pero poco de una inesperada decisión complementaria: la extensión
de los reintegros al Mercosur. Con ella, el Mercado Común
del Sur, que ya retrogradó como unión aduanera, también
pierde terreno como área de libre comercio. A partir del
miércoles pasado, el dólar para exportar a Brasil,
Uruguay y Paraguay saltó de un peso redondo hasta un valor
superior a 1,13 peso en todos los productos favorecidos con el nuevo
reintegro tope del 5 por ciento (tras descontar siete puntos del
anterior máximo de 12 por ciento). Se consumó así
una devaluación del 11,5 por ciento, menos pronunciada en
el caso de bienes que reciben estímulos más modestos.
En cuanto a las importaciones provenientes de cualquiera de los
tres países, se encarecen en proporción al factor
de empalme que, tomando la relación euro/dólar
de la víspera, se sitúa en 8,49 centavos. La
reacción de los vecinos no se hizo esperar. Los uruguayos,
que como los brasileños tienen un régimen de flotación
sucia, resolvieron duplicar su ritmo de devaluación, llevándolo
al 1,2 por ciento mensual. En Brasil, e incluso en Chile, se aceleró
la depreciación monetaria. De pronto se tuvo la sensación
de que el Cono Sur había ingresado en una guerra de devaluaciones
competitivas, como la iniciada en 1997 en el sudeste asiático.
Roberto Bouzas, de Flacso, no comparte esta visión. Por
definición, una devaluación competitiva es voluntaria
dice. Se la promueve desde la política económica
para lograr una ventaja comercial. Pero el real baja por presión
del mercado. De hecho, Arminio Fraga, presidente del Banco
Central brasileño, logró revertir desde el jueves
la trepada del dólar, que se replegó de 2,48 a 2,31
reales. Para Bouzas, Brasil no ordena su política cambiaria
en función de su comercio con la Argentina, que es el destino
de sólo el 12 por ciento de sus exportaciones. Dos
precisiones suyas adicionales: una, que el real no cae porque Buenos
Aires mueva el tipo de cambio sino como reflejo entre otros
factores de las malas perspectivas de la economía argentina.
Otra, que lo decisivo para las oscilaciones cambiarias es el movimiento
de capitales (así como lo es, en el caso argentino, para
el nivel de actividad).
Más allá del Mercosur, la encubierta devaluación
resuelta por Cavallo golpeó a los chilenos, que, gracias
a la sobrevaluación del peso argentino, se habían
apropiado de nichos en este mercado, que a esta altura consideran
como propios. Curiosamente, la movida perjudica entre otros a Arcor,
una empresa consustanciada con la Fundación Mediterránea,
que invirtió del otro lado de la cordillera para cultivar
y enlatar duraznos destinados al consumidor argentino. Ahora, el
empalme les agría el almíbar. Una muestra, según
el especialista que citó este caso y exigió anonimato,
de los inesperados efectos que puede tener la nueva estrategia.
Para algunos expertos, el desdoblamiento cambiario puede provocar
represalias contra la Argentina. Aseguran, incluso, que Julio Jorge
Nogués, subsecretario de Política Comercial, ya recibió
advertencias desde el exterior en ese sentido. Esto desmentiría
el argumento del ministro, quien sostuvo que lo indigesto para la
Organización Mundial del Comercio eran los reintegros, defendiendo
así su reducción, y no el factor de empalme, creado
en el mismo acto, porque éste es igual para todas las posiciones
arancelarias. Según Alicia Hernández, ex funcionaria
y actualmente consultora en comercio exterior, para la OMC
un tipo de cambio comercial superior al financiero es subsidio,
y Estados Unidos lo considerará así también.
Si la regla general es la convertibilidad añade,
pero al intercambio se le aplica una paridad especial, juzgarán
que se están penalizando las importaciones y subvencionando
las exportaciones. En cambio, a los reintegros siempre se los puede
intentar justificar como devoluciones de impuestos.
Quizá sorprenda, en este contexto, que los brasileños
hayan digerido las últimas decisiones argentinas sin respingar.
Dos pueden ser las razones: una, la rotunda devaluación previa
del real, que no les da margen para el rezongo, y otra, la necesidad
táctica de cuidar el Mercosur en estos momentos para negociar
en bloque con Estados Unidos sobre el ALCA. Si Brasil para
la moto, la situación puede estabilizarse, opina en
todo caso Ricardo Fuente, de Ecolatina. Para él, por tanto,
la carrera devaluatoria desatada en la región dependerá
de lo que suceda con el real, función a su vez de las medidas
que adopte Brasilia. Si es por esto, lo acontecido entre jueves
y viernes fue tranquilizador. De cualquier forma, Fuente piensa
que, desde el primer día de su retorno a Economía,
Cavallo está buscando ganar grados de libertad en todos
los frentes y no se quedará con los brazos cruzados. Yo sólo
descartaría que se atreva a introducir el real en la cesta
de la convertibilidad, porque eso metería mucho ruido en
los mercados.
De hecho, ya la diferenciación del tipo de cambio comercial
estremeció la confianza en la indevaluabilidad del peso,
aunque el dólar financiero siga siendo tabú: se teme
que moverlo desmoronaría todo el esquema implantado en 1991.
Pero esto no significa que bastará con la devaluación
parcial y encubierta que se anunció hace ocho días
para ayudar a que la economía arranque y que el eventual
despegue no conduzca a un veloz estrangulamiento del balance comercial.
Además de las devaluaciones ajenas, el peso sigue luchando
contra la pérdida de productividad en la Argentina, reflejada
en la caída del Producto, que derrapó más de
2 por ciento en el primer trimestre. La perspectiva que se abre
para el 2001 completo es de un PBI congelado en los pobres niveles
del 2000, y un consiguiente nuevo bajón, cercano al 2 por
ciento, en el ingreso promedio de la población. Es decir,
la clase de escenario que los cavallistas consideraban social y
políticamente intolerable antes de reasumir el mando y que
intentan modificar a cualquier precio. El fin justifica los
medios, sentencian comprensivos los analistas de un poderoso
banco español.
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