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A ADELANTAR UN PARTO
EN UN CASO DE ANENCEFALIA
La Corte bonaerense dijo no
Contrariamente a lo resuelto por la
Corte nacional, le negó a una mujer la posibilidad de anticipar el parto.

Por Andrea Ferrari

Con un embarazo de 37 semanas, una mujer que lleva en su vientre un feto anencefálico –sin ninguna posibilidad de vivir– recibió ayer un duro golpe por parte de la Suprema Corte bonaerense: le negaron la posibilidad de adelantar el parto. La mujer, identificada sólo con las iniciales A.B., empezó esta difícil gestión en el mes de mayo y obtuvo un fallo favorable de un tribunal de familia de La Matanza. Pero la sentencia fue apelada y la Corte provincial, con el voto dividido de sus integrantes, rechazó anoche la solicitud. A la mujer le queda la posibilidad de apelar ante la Corte Suprema de la Nación, que el pasado enero en un fallo histórico aceptó adelantar un parto en un caso similar. Sólo que nada garantiza que el alumbramiento no se produzca antes de que la Justicia le dé una respuesta.
El tiempo, tal como dejaron sentado médicos y psicólogos que intervinieron en los casos previos, es aquí esencial. En fallo que la Corte Suprema emitió en enero, dejó sentado que se trataba de “poner fin a un intenso sufrimiento” y que debe proteger “el derecho de la madre a la salud”. Sin embargo, por seis votos contra tres, la Corte bonaerense consideró que se debe “defender la vida” del feto.
“Yo, que acompañé a tres mujeres embarazadas con fetos anencefálicos, puedo decir que eso es una tortura. Sólo un hombre que no las ha visto puede considerar que tiene que el embarazo tiene que seguir adelante –dijo a Página/12 la abogada Perla Prigoshin, representante de Silvia T., la mujer cuyo caso llegó a la Corte nacional en enero–. Un embarazo se connota con la vida y esto es portar un muerto.”
Para A.B. este difícil proceso empezó en mayo, cuando, tras recibir el diagnóstico de anencefalia, se presentó ante un juez de garantías de La Matanza solicitando autorización para interrumpir el embarazo. El magistrado se declaró incompetente y remitió el pedido al tribunal de familia número dos de La Matanza. Tras solicitar una serie de estudios e interconsultas médicas, ese tribunal decidió hacer lugar al adelantamiento del parto: consideró que la continuación de la gestación no acarreaba ningún beneficio y sí una lesión a la integridad psicofísica de la mujer. Sin embargo, la defensora de incapaces presentó un recurso de inaplicabilidad de la ley y el caso llegó la semana pasada a la Suprema Corte bonaerense.
Aunque aceleró los tiempos habituales, ese tribunal no pudo llegar a un veredicto en la acordada del miércoles. Por eso su presidente habilitó un acuerdo extraordinario ayer, cuando finalmente emitieron la sentencia. A lo largo de 93 hojas, los nueve jueces dejaron sentada individualmente su posición.
En contra del adelantamiento del parto se manifestaron Eduardo Pettigiani, Eduardo de Lazzari, Héctor Negri, Guillermo San Martín, Ernesto Ghione y Elías Laborde. Consideraron que la muerte cerebral “no implica ausencia de vida” y que por lo tanto “debe ser defendida”. Pettigiani se explayó en esta argumentación: consideró que “de lo contrario deberíamos sostener que todo feto que sufre de anencefalia no es un ser humano sino un cadáver, un cuerpo muerto, una cosa”. Y agregó que induciendo el parto “no estamos haciendo otra cosa que provocar la muerte precoz de un ser humano por el solo hecho de ser diferente a la mayoría de sus congéneres, condenándolo a muerte y ejecutándolo por una suerte de delito que creamos: el de padecer anencefalia”.
El voto en disidencia de los jueces Alberto Pisano, Juan Manuel Salas y Juan Carlos Hitters se fundamentó en el fallo de la Corte Suprema de la Nación. “El simple objetivo de prolongar la vida intrauterina del menor no puede prevalecer ante el daño psicológico de la madre que lleva en su seno un ser desprovisto de cerebro”, consideró Hitters. Para A.B. resta ahora recurrir a la Corte Suprema nacional. “Yo lo haría –reflexionó la abogada Prigoshin–. Y creo que la Corte va a dar una muestra de humanidad como no ha dado la Corte bonaerense.”

 

Ladrones en familia

Tres delincuentes entraron, en la localidad bonaerense de Carapachay, a una vivienda habitada por un hombre de 41 años, su esposa de 36 y sus tres hijos menores. Luego de permanecer varias horas en el lugar, manteniendo bajo amenaza a sus moradores, los ladrones se apoderaron de 600 dólares, varios electrodomésticos, aparatos de audio y video, pero cuando trataban de escapar, fueron detenidos por la policía. El que dio la voz de alerta fue un vecino.

 

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