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Por Marta Dillon
Desde General Mosconi, Salta
 �Me llevo la mejor de las impresiones de la gente con la que he podido dialogar; es gente luchadora, con coraje, audaces en el despliegue de la acción pero también inteligentes y con un profundo conocimiento de los problemas locales. Por eso no les he dicho que bajen el tenor de la lucha, porque donde hay una necesidad, hay un derecho y eso debe estar expresado en esa lucha.� Confiado en que las máximas del peronismo histórico eran las indicadas para dirigirse al pueblo de Mosconi, un ministro de Desarrollo Social aterido de frío dio las buenas noches en la plaza principal de la ciudad del noroeste. Eran palabras dulces para los piqueteros que todavía resisten allí, pero seguramente incómodas para el gobierno provincial y también para la cartera de Interior a nivel nacional, que desde hace una semana insiste en la imposibilidad de dialogar con quienes fueron calificados de �violentos�. Juan Pablo Cafiero, por decisión propia, llegó a Mosconi con ánimo pacificador y defiende su derecho de dialogar con sus propios interlocutores.
�¿El diálogo que mantuvo con los pobladores de Mosconi y con los líderes piqueteros no lo hace entrar en contradicción con el gobierno provincial y el resto del Ejecutivo nacional?
�Yo vengo como ministro de Desarrollo Social, estoy cumpliendo mis funciones y hablo con las personas que yo creo que es importante mantener un diálogo para mejorar el funcionamiento de mi Ministerio, que quiere reconstruir una autoridad social en este país. Para eso no puedo estar hablando ni con los banqueros ni con las calificadoras de riesgo porque no es mi función. Tengo que hablar con la gente que tiene dificultades sociales y los dirigentes que las expresan se manifiestan de diferente manera. Yo no puedo ser selectivo ni discriminar a quien se manifestó de manera diferente. Este es un gobierno muy amplio, algunos hablan con los bancos y las grandes empresas, yo no estoy en desacuerdo pero permítanme hablar con los que están al frente de la lucha social en Argentina. Algunos son conocidos porque su método de lucha los hace conocido. Otros son anónimos pero tienen un mismo sentimiento y yo no hago distingo.
�¿Es una visión compartida dentro del gobierno nacional?
�Todo el mundo quiere construir su autoridad: algunos la construyen con represión, yo pienso que la autoridad se construye con valores. Y la ética de la actuación social es el eje sobre el cual se puede construir. Puede haber visiones cruzadas, no lo dudo, sobre cómo atender este tipo de conflictividad pero no puedo pensar con la cabeza del gobernador ni de otros funcionarios, tengo que pensar con la cabeza del ministro de Desarrollo Social que tiene que atender la situación de pobreza y exclusión que se vive en Argentina y lo hago a partir de esa responsabilidad que el presidente me delega.
�Sin embargo cuesta imaginar una reunion de gabinete con visiones tan distintas como la suya de la del ministro de Interior.
�Bueno, no ha sucedido nada todavía.
�¿Pudo comprobar la existencia de agitadores infiltrados, como decían las versiones oficiales?
�Yo hable con la gente de la comunidad, de las instituciones, porque en Mosconi no hay Estado, así que ¿quién puede decir qué es de aca y qué no es de aca? La verdad que no creo en ese tipo de teorías. No es de ahora, sino durante toda mi vida, porque ese tema de los infiltrados es algo que se usa para desviar la atención y para quitar legitimidad a un reclamo social. Eso es un detalle, una anécdota, lo que importa es si el reclamo es justo o no. Y en este caso es muy justo porque después de la privatización sin red de YPF la consecuencia es una irritativa y desigual distribución de la riqueza visible en Mosconi, con empresas petroleras que publican balances en los medios de comunicación donde se muestran afanosasde haber ganado miles de millones de dólares y viven junto a poblaciones híper empobrecidas, con empresas que provocan un daño al medio ambiente impresionante, que tiran sus desechos en arroyos que terminan en las comunidades indígenas. Mosconi es una señal de un país sin cohesión social en el que hay que trabajar mucho en ese sentido.
�Es la tercera vez que se hacen promesas a nivel nacional en esta zona. ¿Cree que la gente sigue creyendo?
�La credibilidad es un tema de hechos no de declaraciones y teorías. Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar, ya lo dijo Perón. Y en materia de trabajo social es el código mas noble para expresarnos. Me llevo algunos de los planteos que corresponden a mi área y que vamos a cumplir rápidamente. Lo que corresponde a otras áreas lo derivaré.
�¿Tuvo algún contacto con el Presidente en estas horas?
�No, no tuve ningún contacto. Le comunicaré lo actuado en la próxima reunión de gabinete, porque el Presidente le encargó a Enrique Martínez, lo cual me parece una excelente decisión, la tarea de que a partir del lunes se reúna con empresarios y sectores sociales para buscar ese horizonte productivo que necesita Mosconi.
�Los líderes piqueteros con quienes estuvo reunido tienen orden de captura dictada por un juez federal. ¿Cómo los describiría? ¿Desconocía esta situación?
�No sé si pesan sobre ellos pedidos de captura, entiendo que no porque son personas que me plantearon sus reclamos de manera muy razonable. Evidentemente tienen características de liderazgo popular y mucha compresión de los temas locales y de los problemas del país. Noté una suerte de liderazgo sin aparato. En Argentina hay fenómenos de liderazgo que surgen de la lucha social, que tal vez no sean claros de entrada pero ganan mucha representación y consenso. Noté que Pepino Fernández era muy respetado por la comunidad.
�A partir de los hechos de Mosconi se ha dado un debate sobre cuáles deben ser los límites de la protesta. ¿Usted qué opina?
�Una cosa es la protesta y otra el método. No es legítimo acallarla pero con respecto a los métodos tenemos derecho a exigir que se respeten los derechos de todos. Y ellos mismos lo manifestaron, no quieren ser empujados al corte de ruta. Ellos me dijeron: �no somos portadores de la violencia� y desmintieron que tuvieran armas o algún elemento bélico. Ellos hacen bien su propio planteo. Nadie tiene derecho, en un Estado de libertades públicas, a negarles el derecho a peticionar, pero el método que se ven obligados a usar hoy produce fracturas y genera incluso un enfrentamiento de pobres contra pobres. Esto está comprendido en Mosconi porque no quieren generar situaciones que debiliten la unidad que ayer a la noche se encontró. Logramos los puntos básicos de unidad entre gente que se miraba a la distancia.
�¿Cómo imagina que podrían ser escuchados sin cortar la ruta?
�Estamos ante un caso particular y es que no hay estado local, esto empujó la situación, fue un disparador. Si acá existiera una autoridad local legitimada ese sería el canal del reclamo.
�¿Esa falta de estado hace que un ministro tenga que bajar acá?
�Sí.
�¿Alguien del gabinete lo llamó en estas horas?
�No sé, estoy sin batería en el celular.
�Ramón Mestre había pedido expresamente, después de hablar con el gobernador Romero, que no se negocie con lo piqueteros.
�Que no hablen entonces con piqueteros de guante blanco. Si en la Casa de Gobierno, en las reuniones de caridad, aparecen los más grandes evasores de la Argentina, ¿yo voy a hablar con quien crea necesario? ¿Acaso hay dudas de que las calificadoras de riesgo son corruptas? ¿Y esos tipos noestán en los despachos oficiales? ¿No hay alfombra roja para recibirlos? Que alguien me explique entonces por qué no puedo venir a una plaza a reunirme con piqueteros, que me lo digan. ¿Porque tienen armas? También en este gobierno se han recibido traficantes de armas que están bajo la Justicia, armas gruesas, 6500 toneladas de armas. Estos no pueden tener más de dos matagatos.
PEPINO FERNANDEZ, PIQUETERO, DESOCUPADO DE YPF
�Uno es de donde lo quieren�
Por M.D.
Desde General Mosconi, Salta
�Y sí, yo ya estoy entre los jóvenes viejos, viejos para jubilarse, jóvenes para trabajar.� En realidad tiene 44 años, pero dice que es suficiente para quedar fuera del escasísimo mercado laboral de Mosconi. Pepino Fernández cada vez se acuerda menos de ese tiempo en que ganaba más de 1500 pesos y se la pasaba viajando de provincia en provincia para controlar las perforaciones de pozos petroleros. �Anduve por Tierra del Fuego, por Santa Cruz y por todo el Norte. YPF fue como una escuela y una universidad para mí porque los técnicos en inyección como yo hacemos trabajos de ingeniero o químico.�
Está sentado en un banco de la plaza, acaba de rechazar el salpicón que se preparó en la olla popular del día, y consiente en aceptar unos pastelitos recién hechos. El también tiene sus mañas. Nunca se casó, no sabe por qué, �a algunos se les da, a mí no�. Tal vez por eso nunca tuvo problema en pasar hasta sus francos en los pozos en los que trabajaba, �para ayudar a algunos changos que no entendían. A lo mejor por eso es que la gente me respeta, porque ya me conocen de mucho y la mayoría de los que están acá son ex compañeros de la planta�, dice y señala a unos cuantos que dan vueltas a la hora de la siesta, de un grupo a otro, buscando un mate o un café. �Una vez me pasó que siendo jefe la gente que tenía bajo mi mando hizo huelga para que yo cobrara porque no le habían pagado al personal jerárquico.� No le gusta contarlo, o mejor, preferiría que lo hiciera otro. �Vaya y pregunte, porque es mejor, porque también se dicen cosas, se dice que la UTD se queda con dos pesos de los planes y es la gente que aceptó dar porque así nosotros gestionamos los proyectos, compramos herramientas. Cómo será que la gente a mí me da y yo no me quedo con nada. Vaya y pregunte.� Y si se pregunta, la gente de la plaza dice lo mismo, que Pepino tiene facilidad de palabras y consigue lo que ellos no se animan, que sabe escribir petitorios, que ha organizado para que los planes se transformen en escuelas, plazas, comedores y otras cosas que recitan como un rosario. Mayor de once hermanos, Pepino dejó la escuela en séptimo grado para entrar a trabajar como cantinero en el club social de YPF. �Si yo no trabajaba mis hermanos no terminaban la primaria.� Del dinero que cobró cuando lo indemnizaron no quedó nada: �A mí la plata no me sirve, se va como agua, más con una familia tan grande�. No se le ocurrió reinvertirla, en ese momento no sabía cómo. �Pero la necesidad enseña, ahora pienso que si cobramos las acciones que nos deben de YPF entraría plata al municipio, podríamos hacer de todo.� De todos los lugares donde ha estado prefiere Mosconi, es �parido� allí y ahí nomás se quiere quedar. �Uno es de donde lo quieren�, dice, y se deja mimar por las mujeres que están atentas a lo que necesita y por ese grupo de changos que lo sigue tan de cerca como su misma sombra.
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