Por Eduardo Videla
El transporte, en el Area Metropolitana,
es un auténtico termómetro de la recesión. Viaja
menos gente a su trabajo porque se han perdido puestos de empleo y también
se viaja menos para recreación, simplemente, por los recortes de
gastos en esparcimiento. De acuerdo con las estadísticas oficiales,
por las autopistas porteñas pasaron tres millones de autos menos
que el año anterior (una caída de casi el 4 por ciento)
y, por primera vez desde la privatización, también descendió
la cantidad de pasajeros en los subterráneos porteños en
casi un millón de personas. El transporte en colectivos continúa
con su caída sostenida desde 1992 y el año pasado llevó
a 73 millones de personas menos que en 1999 (5 por ciento menos). Y en
el ferrocarril en proporción, el medio de transporte más
económico hubo 3,4 millones de usuarios menos (el 0,7 por
ciento). El descenso más abrupto se dio en los vuelos de cabotaje,
donde el número de viajeros se redujo a la mitad. Hasta en el puerto
de Buenos Aires se nota la recesión: hubo 7 por ciento menos de
pasajeros que se embarcaron para cruzar el Río de la Plata. El
único ascenso (13,3 por ciento) se dio en la gente que se embarcó
en vuelos internacionales.
Los datos fueron recopilados por la Dirección General de Estadísticas
y Censos del gobierno porteño, a partir de informes del Indec,
AUSA, Covimet Metrovías y la Secretaría de Transporte. De
acuerdo con la información, por las cabinas de peaje de las autopistas
25 de Mayo, Perito Moreno o Presidente Illia las tres vías
aranceladas de la ciudad pasaron el año pasado 80,8 millones
de personas, mientras que el año anterior se había registrado
el record de 84 millones. El descenso fue del 3,75 por ciento.
En los subterráneos, donde se venía registrando un crecimiento
desde la concesión a Metrovías, en 1994 (171,4 millones)
hasta 1999 (260,3 millones), se produjo el primer descenso en la cantidad
de pasajeros transportados: en 2000 viajaron 259,3 millones de personas,
el 0,4 por ciento menos que el año anterior. Las mayores disminuciones
se dieron en las líneas A y B (5,3 y 5,1 respectivamente) y solo
resultaron compensadas por el crecimiento de casi un 10 por ciento en
la línea D, beneficiada más que nada por la extensión
de su recorrido.
En colectivo viajaron durante 2000, en toda el área metropolitana,
1328 millones de personas, contra 1401 millones del año anterior,
un 5,2 por ciento menos. La caída para el sector es mayor si se
compara la cifra con la de 1992, cuando utilizaron el servicio 2141 millones
de personas. Desde entonces la caída no se detuvo. En esos ocho
años, la pérdida acumulada de pasajeros fue del 38 por ciento.
Según datos de la Comisión Nacional de Regulación
del Transporte (CNRT), publicados por el Indec, el fenómeno se
extendió al servicio de trenes urbanos, que comprende los viajes
realizados en las líneas ferroviarias que tienen cabecera en la
ciudad de Buenos Aires y recorren distintos puntos del conurbano. De acuerdo
con esos datos, en 1999 utilizaron ese servicio 481,1 millones de personas,
mientras que al año siguiente el número cayó a 477,7
millones. La diferencia: 3,4 millones o un 0,7 por ciento.
La recesión pegó fuerte en el Aeroparque Jorge Newbery,
especialmente en los vuelos de cabotaje: en 1999 se embarcaron 2,9 millones
de pasajeros, mientras que en 2000 la cantidad de viajeros bajó
a 1,44 millones, una merma del 51,5 por ciento. Para las llegadas, la
proporción es similar, mientras que para los vuelos internacionales
del aeroparque metropolitano la caída fue menor: de 389 mil a 376
mil, un 3,3 por ciento.
En el puerto de Buenos Aires, allí donde embarcan los pasajeros
rumbo a la orea orilla del Río de la Plata, también hubo
un descenso sostenido en los últimos cuatro años: de 1,28
millones en 1997 a 1,14 en 1999 y 1,06 millones en 2000. En el último
año, el descenso fue del 7,25 por ciento.
El saldo positivo sólo se registró en Ezeiza, especialmente,
en las partidas de ciudadanos argentinos hacia el exterior, un rubro también
enascenso desde hace cuatro años. De 1,37 millones en el 97,
a 1,47 millones en el 98; 1,54 millones en el 99 y 1,74 millones
en 2000.
En el último año hubo 200 mil pasajeros más que el
anterior, lo que representa un 13,3 por ciento de aumento. Este contraste
entre viajeros internacionales y locales puede obedecer a dos razones:
por un lado, aquellos que se embarcan en Ezeiza son los de mayor poder
adquisitivo; por otro, el aeropuerto internacional se ha convertido para
muchos en una salida en busca de otros horizontes. Esto último
podría demostrarlo la diferencia entre entradas y salidas de argentinos:
en el 98 fue de 5604; en el 99, de 1313, y en 2000, de 74.810,
siempre a favor de las partidas.
EL
JUEZ CERRO LA INSTRUCCION
Fraticelli, a sentencia
La instrucción del caso
Fraticelli está virtualmente cerrada: el juez penal de Melincué,
Carlos Ris so, elevó ayer a juicio la causa contra el ex juez Carlos
Fraticelli, a quien acusó del homicidio doblemente calificado de
su hija Natalia, ocurrido hace más de un año en la ciudad
santafesina de Rufino. Si no hay oposición de los fiscales, en
no más de 20 días se iniciaría el proceso escrito
en Santa Fe no existen juicios orales sino es a pedido de las partes
por el que Fraticelli podría ser condenado a reclusión perpetua.
En su resolución, el juez Risso consideró terminada
la etapa de incorporación de pruebas en la causa contra el
destituido juez Fraticelli, quien se encuentra detenido desde que fue
procesado a fines del año pasado por homicidio doblemente
calificado por el vínculo y alevosía de su hija adolescente.
Por el mismo delito es juzgada desde hace meses la madre de Natalia y
esposa del ex magistrado, Graciela Dieser, detenida en la alcaidía
de Melincué.
El expediente, que cuenta con 13 cuerpos y más de 3000 fojas, podría
llegar en 20 días a manos del juez de sentencia, Fernando Vidal,
el mismo que interviene en el caso contra Dieser. Natalia Fraticelli fue
asesinada la madrugada del 20 de mayo del año pasado. La chica,
de 15 años, había sido drogada con un antidepresivo y luego
estrangulada.
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