Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


VLADIMIRO MONTESINOS ESPERA SU DEPORTACION AL PERU
El espía que se escondía en Caracas

El hombre más buscado de Perú,
el jefe de los espías del régimen de Alberto Fujimori, estaba oculto en Venezuela. Su captura fue anunciada ayer por el presidente Hugo Chávez, quien adelantó su pronta deportación. Un Montesinos en juicio en Perú significa una bomba de tiempo para toda la clase política nacional.

Perú había prometido una recom-pensa de 5 millones de dólares.
El presidente Hugo Chávez (abajo), en la Cumbre donde dio la noticia.

Por Carlos Noriega
Desde Lima

El mayor delincuente en la historia del Perú, que desde hace ocho meses era el hombre más buscado de este país, finalmente cayó preso en Caracas. La detención de Vladimiro Montesinos se produjo la noche del sábado y la noticia se conoció en la mañana del domingo de boca del propio presidente venezolano Hugo Chávez, quien anunció que el ex asesor del destituido presidente Alberto Fujimori será enviado al Perú “en menos de lo que canta un gallo”. En el Perú a Montesinos le espera una segura condena, que podría llegar incluso a la cadena perpetua. El ex hombre fuerte de los servicios de inteligencia peruanos durante el régimen autoritario de Fujimori está acusado de homicidio, torturas, narcotráfico, tráfico de armas, enriquecimiento ilícito y corrupción de funcionarios, entre otros delitos.
Vladimiro Montesinos fue llevado a las oficinas de la Dirección de Inteligencia Militar de Venezuela, donde fue largamente interrogado. Horas después de anunciada la detención de Montesinos, el ministro del Interior peruano, general de la policía en retiro Antonio Ketín Vidal, viajó a Caracas. Antes de partir, Vidal –quien saltó a la fama por haber conducido en 1992 como jefe de la policía antiterrorista la captura de Abimael Guzmán, el líder del grupo terrorista Sendero Luminoso– señaló que esperaba retornar trayendo a Montesinos, quien no sería extraditado, sino expulsado de Venezuela.
El presidente peruano Valentín Paniagua expresó su satisfacción por esta captura y la calificó como “un paso fundamental y decisivo en el proceso de moralización del país”. Paniagua se enteró de la captura de Montesinos mientras se encontraba de gira por el sur del país inspeccionando los daños causados por el terremoto ocurrido en la tarde del sábado y que ha dejado más de 50 muertos. Sin embargo, desde el medio día del sábado ya estaba informado del operativo puesto en marcha para detener a Montesinos. El presidente electo Alejandro Toledo, quien suspendió una gira por Estados Unidos y Europa a raíz del terremoto, también se enteró de la captura cuando estaba en la ciudad de Arequipa, una de las más afectadas. “Es una noticia que en medio de este desastre sirve para recuperar la fibra moral que el Perú necesita”, afirmó Toledo.
Chávez, cuyo gobierno ha sido acusado de dar protección a Montesinos desde que éste llegó a ese país en diciembre pasado, hizo el anuncio de la captura durante la clausura de la XIII Cumbre Andina de Presidentes que se desarrolló en la ciudad venezolana de Valencia. Para Chávez el momento no podía ser más oportuno para hacer este anuncio. El presidente venezolano no desaprovechó la oportunidad para responder las críticas a su gobierno por la supuesta protección a Montesinos y elogiar a la policía de su país. “Anoche afortunadamente, y le doy gracias a Dios, hemos capturado vivo a Vladimiro Montesinos”, dijo Chávez durante la ceremonia de clausura frente a los presidentes de los otros países andinos. El presidente peruano Valentín Paniagua no estaba entre los presentes. En su representación asistió a la Cumbre Andina el canciller Javier Pérez de Cuéllar, quien agradeció a Chávez: “Esta captura ha sido posible gracias a la colaboración brillante e indispensable de Venezuela”.
El presidente venezolano aseguró que se enteró de la captura en la noche del sábado cuando se retiraba a sus habitaciones luego de la cena oficial con los otros presidentes de la región. “Ciertas personas lo estaban moviendo por varios sitios, la gente que lo escondía estaba desesperada porque su traslado a otro lugar se había demorado más días de los previstoy eso los hizo cometer algunos errores que fueron aprovechados por los servicios de inteligencia”, relató Chávez. “Cuando me enteré de la captura lo llamé [a Luis Miquilena, ministro del Interior] y le dije: Luis, te tengo un café”. Según Chávez, ésa era la clave que desde hace dos meses ambos tenían para informarse de la detención de Montesinos.
Un triunfante Hugo Chávez calificó de “leyendas” las versiones que lo vinculaban a Montesinos y que aseguraban que le venía dando protección. Luego del frustrado golpe de Hugo Chávez en 1992, más de un centenar de militares venezolanos golpistas se refugiaron en el Perú, donde Fujimori y Montesinos los recibieron con lo brazos abiertos. El ex asesor parecía estar cobrándose ese favor. Montesinos llegó a Venezuela a comienzos de diciembre del año pasado luego de fugar del Perú en un velero el 29 de octubre. Su primera escala fue Galápagos, de donde siguió su travesía a la Isla de Cocos en Costa Rica. Luego viajó a Aruba y de ahí a Venezuela, donde a mediados de diciembre se habría sometido a una operación de cirugía estética en el rostro.
El fracaso en abril de un operativo para capturar a Montesinos por una aparente negligencia de la policía venezolana reforzó las sospechas de que el ex asesor de Fujimori gozaba de protección de autoridades de ese país. Esas sospechas aumentaron cuando en un poco disimulado afán de encubrimiento, el diputado chavista Pedro Carreño llegó a asegurar que tenía pruebas que Montesinos había sido asesinado en Lima por militares peruanos que le habían robado los millones de sus cuentas bancarias. Hugo Chávez respaldó la disparatada versión: “Yo mismo he escuchado –señaló– esa versión en otro país sudamericano y me la dijo una persona muy seria”. Luego de la captura de Montesinos, Carreño señaló que éste había estado secuestrado y que sus secuestradores decidieron entregarlo a las autoridades venezolanas.
El procurador especial para investigar los delitos de Montesinos, José Ugaz, aseguró ayer que una vez en el Perú, el ex hombre fuerte del fujimorismo deberá responder a 140 procesos legales en su contra. “Su suerte está echada y pasará mucho tiempo en prisión”, señaló Ugaz. Por su parte, la Fiscalía de la Nación había formalizado el viernes una acusación penal contra Montesinos por enriquecimiento ilícito por un monto superior a los 260 millones de dólares. Sin embargo, se estima que la fortuna ilegal de Montesinos podría llegar a los mil millones de dólares. Conocida la noticia de la captura de Vladimiro Montesinos, una de sus hermanas fue rápidamente a entrevistarse con la esposa del ex asesor, Trinidad Becerra, quien se encuentra bajo arresto domiciliario. Becerra recibió la noticia de la detención de su marido junto a sus hijas Silvana, también procesada por la justicia, y Samantha. Su abogado, José Ed Clarke, se alegró por este hecho. “Esto me tranquiliza, porque me va a ayudar a demostrar que mi cliente es inocente, porque no sabía nada de las millonarias cuentas en las que figura como beneficiaria”, señaló.
El gobierno de Estados Unidos reaccionó con un breve comunicado en el que se limitó a expresar que estará “pendiente del desarrollo de los acontecimientos”. Hasta el momento no se ha conocido una reacción del ex presidente Alberto Fujimori, refugiado en Japón. Si Montesinos decide contar ante la Justicia los entretelones de la red de corrupción que montó en el gobierno de Fujimori, el ex presidente peruano tiene razones de sobra para estar preocupado por esta detención.

 

Claves

Durante 10 años, Vladimiro Montesinos fue el hombre más poderoso de Perú, máximo asesor del ahora exiliado presidente Alberto Fujimori, jefe de sus espías, triunfante en la lucha contra la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, en la capitalización del narcotráfico y en disciplinar a las Fuerzas Armadas, al Poder Judicial y a los medios de comunicación.
Los videos que Montesinos filmó detalladamente de los sobornos que pagaba a figuras políticas provocaron la caída de la fujicracia en noviembre del año pasado, la asunción del actual presidente interino Valentín Paniagua, y la celebración de elecciones generales este año, que dieron la victoria a Alejandro Toledo.
Su captura fue anunciada ayer por el presidente venezolano, Hugo Chávez, en la ciudad de Valencia, durante una cumbre de presidentes de la Comunidad Andina de Naciones. Su deportación a Perú era inminente.
La noticia de la captura fue saludada por el gobierno peruano y el presidente electo. La gran incógnita es lo que un Montesinos preso y bajo juicio pueda revelar sobre la actual clase política y militar peruana.

 

SUBRAYADO
Por Claudio Uriarte

Victoria de doble filo

La captura de Vladimiro Montesinos, el rasputinesco asesor de inteligencia de Alberto Fujimori, representa una victoria de doble filo para la incipiente democracia peruana: por una parte, marca el fin de la impunidad, y de una actitud venezolana que se podía considerar como ambigua; por otra parte, adelanta la posibilidad de que el tenebroso jefe del Servicio de Inteligencia Nacional prenda el ventilador respecto a muchos de los políticos peruanos en funciones que fueron filmados en sus vladivideos de la corrupción, que representan una verdadera bomba de tiempo instalada en la base de un cuerpo político que no puede haber cambiado tanto en los meses desde que Fujimori dejó el poder. En el fondo, y si la captura de ayer no es el resultado de un pacto escrupulosamente calculado entre Perú, Venezuela, la CIA y el propio Montesinos, lo más conveniente para todas las partes –salvo, desde luego, para Montesinos– sería que éste apareciera muerto por muerte, claro está, natural: toda muerte es natural.
Los hechos están allí: por una larga década, Estado y Partido fueron la misma cosa en Perú, lo que en el caso del Perú equivale a decir que fueron la misma cosa el Estado peruano y la confusa y sórdida amalgama entre servicios de inteligencia y populismo asistencialista que representaba Fujimori. La lucha contra el terrorismo de Sendero Luminoso y el combate antinarcotráfico espoleado por Washington eran dos de los arietes que legitimaban internacionalmente la consistencia del experimento. De un período tan largo, es casi seguro que mucho queda en pie de una clase política que se arrastró por largos años a la sombra del Partido-Estado: el aprismo y los independentistas como Alejandro Toledo nunca estuvieron exentos de la sospecha de integrar algún capítulo de la fabulosa videoteca del tenebroso asesor.
Un último elemento de análisis es cómo queda la relación de fuerzas en la América Latina hegemonizada por George W. Bush tras el arresto. La fuga de Montesinos a Venezuela había parecido la sombra de la resistencia a la hegemonía de Washington por parte de sectores del gobierno del militar carismático, de un modo análogo al que Cuba respaldó al ex general panameño Manuel Antonio Noriega en los días de la invasión norteamericana. Esto se daba en el contexto de una fuerte alineación con EE.UU. de Colombia, Panamá. Bolivia, Paraguay y el propio Perú reinventado por Toledo, el “Cholo de Harvard”. Esto inicia un reacomodamiento de las piezas.

 

PRINCIPAL