Por
Santiago Rodríguez
El
domingo no reconocían la derrota, ahora dicen que no aceptan ningún
resultado hasta ver las actas de la Junta Electoral y hoy van a terminar
aceptando que ganamos, vaticinó ayer sobre sus adversarios
un importante dirigente del radicalismo bonaerense alineado con Leopoldo
Moreau, Federico Storani y Juan Manuel Casella. Si es así, hoy
se podrá decir a ciencia cierta quién ganó la interna
del radicalismo en la provincia de Buenos Aires, porque hasta anoche los
dos sectores en pugna seguían atribuyéndose respectivamente
el triunfo: la oficialista Alianza Radical aseguraba que había
triunfado por unos diez puntos de diferencia, mientras que la Alianza
Grande de Ricardo Alfonsín, Melchor Posse y Enrique Japonés
García hablaba de un empate técnico e incluso
arriesgaban una diferencia a su favor de alrededor de 3000 votos.
Si dicen eso están falseando absolutamente la realidad, es
una información equivocada, respondió el oficialista
César Martucci, después de que la oposición saliera
públicamente a poner en duda que el trío Moreau-Storani-Casella
habían ganado la interna con el 54 por ciento de los votos contra
el 46 de sus oponentes. Lo que dijeron tanto Alfonsín, como Posse,
fue que existía un empate técnico y que de acuerdo
a los datos que tenían en su poder podían llegar a imponerse
por dos mil o tres mil votos.
Consideramos que la elección fue lo suficientemente pareja
como para que ahora tenga que actuar la Junta Electoral. No vamos a aceptar
ningún resultado hasta que la junta pida las actas finales del
comicio a cada distrito, explicó el ex intendente de San
Isidro. Alfonsín se pronunció en el mismo sentido: Esperamos
señaló que se haga el escrutinio formal tal
cual marca la ley.
La Alianza Radical, en cambio, apareció más contundente
a la hora de atribuirse el triunfo: suministró a la prensa un detalle
aproximado sobre la cantidad de votos que las dos listas que se presentaron
a la interna obtuvieron en cada sección electoral. Según
esos datos, una diferencia cercana a los 30 mil votos aseguraban a Storani
la presidencia del Comité Provincia, a Moreau la cabeza de la lista
de candidatos a diputados y a Casella el lugar de primer delegado al Comité
Nacional. La principal postulación no estuvo en juego el domingo
porque la nominación a senador de Raúl Alfonsín gozaba
de antemano del consenso de todos los sectores.
Moreau reforzó la imagen ganadora al destacar que el triunfo de
su sector afirma la entidad radical y el carácter
nacional y popular del partido, así como la autonomía
e independencia de las decisiones gubernamentales. El actual senador
ratificó su rechazo a integrar las listas aliancistas con miembros
del cavallismo y adelantó también su intención de
reconstruir un espacio progresista en la Provincia, con la UCR,
el Frepaso e, incluso, con sectores que se han alejado de la Alianza,
como el socialismo democrático y el socialismo popular (hoy nucleados
en el ARI), además de otros sectores sociales.
El trío Moreau-Storani-Casella se había adjudicado el triunfo
el mismo domingo a la noche, aunque entonces dijo que el margen era de
60 por ciento contra 40 por ciento de Alfonsín-Posse-García.
De la contradicción entre esos números y los que brindaron
ayer a los medios se tomó la oposición para denunciar que
la Alianza Radical ha montado en verdad una operación de
prensa para instalar la idea de que ganó.
Lo que no da lugar a polémicas es que, más allá de
que finalmente haya perdido, la oposición adquirió peso
y quiere hacerlo valer: Se inaugura un período novedoso,
sin hegemonías, destacó Alfonsín a Página/12.
Una
vuelta de austeridad
Para
ponerse a tono con el tema de la reforma política, que está
tan de moda por estos días, el presidente Fernando de la Rúa
informó desde San Juan que se bajó su sueldo a la mitad,
y que no cobrará aguinaldo. Sin embargo, a su regreso a Buenos
Aires, el jefe de Estado aclaró que su salario ha sido
reducido cuando la rebaja salarial que dispusimos, en marzo
de 2000, en los tiempos en que José Luis Machinea era el ministro
de Economía. De la Rúa no quiso revelar el monto exacto
de su salario, aunque calificó a éste de bajísimo,
pero ratificó que no cobrará el próximo sueldo
anual complementario. El presidente enmarcó su gesto en la
reforma política que propone su Gobierno, y señaló
que ésta debe concretarse en todo el país, especialmente
ahora en que se viven tiempos de esfuerzo y solidaridad. |
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