Aunque
todos en Boca están pensando en la final de la Copa Libertadores
ante el Cruz Azul mexicano, que se disputará el próximo
jueves, algunos dirigentes comenzaron a advertir sobre el posible éxodo
de jugadores al fútbol extranjero apenas se defina el torneo subcontinental.
Los tres colombianos del plantel, Jorge Bermúdez, Mauricio Serna
y Oscar Córdoba, ya recibieron ofertas de Grecia e Italia; Fernando
Pandolfi se vuelve a Vélez y podría recaer en Banfield y
Marcelo Delgado se quiere ir, aunque aún no tiene comprador. Por
otra parte, allegados al volante Juan Román Riquelme aseguran que
a partir del próximo sábado siempre que no se firme
un nuevo contrato, que es lo que buscan los directivos el jugador
se quedaría en el club, jugaría los próximos dos
años por el 20 por ciento de aumento y quedaría libre en
junio del 2003 con el pase en su poder.
Fuentes de la dirigencia del club reconocieron que existen interesados
por los futbolistas colombianos, y estiman que si Boca los vende ingresarían
al club cerca de 10.000.000 de dólares, una cifra nada despreciable
si se tiene en cuenta la deuda que tiene la institución con los
jugadores, que alcanza los 7 millones, y que el pase de Riquelme al Barcelona
entró por el momento en el freezer.
El Inter quiere a Córdoba y a Serna, tasados por Boca en 4 y 2,5
millones, respectivamente. Mientras que el Olimpiakos, de Grecia, pretende
el pase de Bermúdez, por quien el club pide 3,5 millones. ¿Si
es mi último partido en Boca? Bueno, hay que consultar a los dirigentes,
manifestó ayer Córdoba, interrogado sobre los rumores de
su transferencia, que prefirió no profundizar. Por su parte, Bermúdez
quien aún engripado no entrenó a la par de sus compañeros
pero igualmente jugaría ante los mexicanos se retiró
de la práctica sin formular declaraciones, al igual que Serna.
Chicho, sin embargo, confirmó el rumor con una sonrisa antes de
retirarse del entrenamiento en su camioneta.
Córdoba tiene contrato con Boca por dos años más,
y el arquero suplente Roberto Abbondancieri finaliza su acuerdo contractual
el 30 de este mes y su renovación o no estaría sujeta a
lo que pase con la transferencia del arquero colombiano. Si es que el
pase se realiza, Abbondancieri continuaría un año más
en el club; en caso contrario, se iría a préstamo al Morelia,
de México, que ofreció 300.000 dólares por el pase.
Pero sobre todo preocupa a los dirigentes la situación de Riquelme,
quien el 30 de este mes termina su contrato con la institución
y, de no renovar el vínculo, según afirman sus allegados,
se quedaría en el club y jugaría por dos años más
por el 20 por ciento de aumento, lo que le permitiría en junio
del 2003 quedar libre, con el pase en su poder. Riquelme cobra actualmente
250.000 pesos de prima anual y pretende un aumento significativo (1.000.000),
más del doble de lo que le ofrece Boca. Y la idea de Macri de alcanzar
la cifra que quiere el volante a través del aporte de los hinchas
a una línea 0-600 no le ha caído bien ni al futbolista ni
a su representante, Marcos Franchi. Yo juego en Boca y la gente
no tiene que poner más plata para verme, ya demasiado esfuerzo
hacen pagando su entrada, comentó ayer Riquelme, quien consultado
sobre su opinión respecto del tesorero del club, Orlando Salvestrini,
quien antes del partido frente al Palmeiras en Brasil había enviado
a los jugadores a un psicólogo, disparó munición
pesada (ver aparte).
De todas formas, el presidente Macri tiene pendiente una reunión
entre partes en la que intentará definir la conflictiva situación,
que ya lleva varios meses en carpeta y ha entrado en un cuello de botella.
Por último, Riquelme aseguró ayer que no se negó
a jugar la Copa América con la Selección. Conmigo
no se comunicó nadie. Pero es cierto que Batista (el médico
de Boca) habló con Villani (médico de la Selección),
y le comentó que yo no estaba bien físicamente y que después
de cada partido necesito por lo menos dos días de recuperación,
explicó.
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