Por Esteban Pintos
Desde Madrid

“Madrid se parece a Buenos Aires”, repiten madrileños y porteños que conocen las bondades, paisajes, gente y bajezas de ambas ciudades. Una larga historia que se remonta a los días coloniales y que ahora parece haber sumado un eje de tensión político-económico-social a partir de la crisis de Aerolíneas, así parece refrendarlo. Desde el viernes, algo de esa impresión –que también puede ser tomada como un lugar común– tiene un correlato en la realidad con el desembarco artístico argentino en la capital española. La Primera Semana Argentina en Madrid, con sus recitales de rock, tango, pop, jazz, folklore y su bien provista cartelera de estrenos cinematográficos, ocupa buena parte de la oferta cultural que Madrid tiene para ofrecer en los primeros días del verano europeo.
El verano europeo es caliente: de los 10º de promedio que campean en territorio argentino, a los 30 y pico que recibieron a una embajada artística de más de 100 personas, entre músicos, directores, funcionarios y periodistas. Arde Madrid, literalmente. Dentro del programa “Turismo Cultural” que las secretarías de Cultura y Turismo de la Nación ya organizaron en Londres, Cataratas y Bariloche el año pasado, esta semana se concretará la edición 2001 con el atractivo de reunir una constelación de pesos pesados como Julio Bocca, Mercedes Sosa, Fito Páez, Divididos, Dino Saluzzi y Adriana Varela entre otros, además de películas de última generación que forman parte del programa “Cine Argentino en el exterior”. El ciclo comenzó el viernes pasado con la emblemática proyección de Solo por hoy y finalizará el 29 con las exhibiciones de Viaje por el cuerpo (Jorge Polaco) y El nadador inmóvil (Fernando Rudnik). Esta panorama del cine argentino actual, organizado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales se presentó ya en Oslo, Berlín, Nueva York y París.
“Es la primera vez que alguien me regala un pasaje. Acepté porque tengo ganas de tocar en la tierra de mi padre, donde nunca estuve. Mi padre tocaba la mandurria, la guitarra y el laúd, y fue quien me pasó la idea de dedicarme a la música. Así que es una alegría muy grande poder ir su tierra a dar amor a través de mi trompeta”, le dijo a Página/12 entre risueño e inocente el gran Roberto “Fats” Fernández, parte de la noche “jazzera” del jueves, junto al sorprendente Javier Malosetti (su disco debut solista Spaghetti boogie es toda una revelación) y el más que prestigioso bandoneonista Dino Saluzzi, con un nombre bien reconocido en toda Europa. Así como para “Fats” será la primera vez, para otros no. E incluso, en casos como los de Fernando Samalea –ex baterista de varios de los grandes grupos argentinos de los ‘80 y ‘90, reconvertido en bandoneonista y multinstrumentista étnico–, Ariel Rot (guitarrista del primer gran grupo de pop rock para las masas en España, Tequila, luego consorte de Andrés Calamaro en la banda hispanoargentina Los Rodríguez), Antonio Birabent (cuya vida transcurre en un constante puente aéreo Madrid-Buenos Aires) y también Fito Páez (temporalmente “radicado” aquí por su debut como director cinematográfico), se trata de una experiencia conocida.
Otros representantes de esta avanzada argentina también pueden ser considerados “locales”, aunque más no sea por su reincidencia de shows, o prestigio por aquí. Julio Bocca, por ejemplo, para cuya función de tango junto al Ballet Argentino y con música en vivo del Quinteto Piazzolla hay cartel de “no hay más localidades”. Bocca aquí, como en buena parte del mundo, es una verdadera celebridad. Cada vez que llega a Madrid, sucede lo mismo: entradas agotadas, fervor (“¡majo!” es el grito repetido) y todas las miradas puestas en él. Lo mismo que con Mercedes Sosa. En verdad, debe tratarse de los dos artistas argentinos con más kilómetros y continentes recorridos en los últimos diez años, por establecer un parámetro temporal.
Ahí nomás, en esa imaginaria tabla de horas de vuelo acumuladas, figura León Gieco, que compartirá escenario con su amigo y compinche VíctorHeredia, también conocido a pesar de ser prácticamente una novedad en España. Recién este año se dio a conocer parte de su obra (una recopilación de sus tres últimos discos Mensajes del alma, Desenchufado y Orozco), recién este año pudo mostrar su música en vivo y ahora puede decirse que llegó para cosechar su siembra. Elogios de la prensa no le faltan. Tanto el progresista El País como el conservador El Mundo le dedicaron elogiosas críticas y perfiles. En el caso del segundo, utilizaron adjetivos como “iconoclasta” y “popular”. Hay más: “Talludito, pero más fresco que un salmonete, se le ve libre, sosegado, guerrero y con un sentido del humor cosmopolita”. Adriana Varela, que viene de levantar pasiones en el Festival de Tango de París, también llega con buenos antecedentes. De hecho, su irrupción en España no pudo ser mejor. Como invitada de Joaquín Sabina y en la histórica Plaza de toros Las Ventas, levantó a más de 20.000 personas con sus goyenechescas versiones de “Afiche” y “Mano a mano”. Todos se lo recuerdan, por estos días: este viernes compartirá la noche estelar de Bocca y además se cruzará sobre el escenario con el versátil Samalea.
El resto de la programación musical agrupa diversos estilos. Hay de cada pueblo un paisano y algunos son bien raros, puede aventurarse. En la noche “rocker” de mañana estarán presentes Babasónicos, Attaque 77 y Divididos, nada menos. Una potente delantera del mejor rock argentino 2001. De los tres, los Attaque son por lejos quienes más repercusión y expectativa tienen alrededor. Para ellos, pasar por Madrid se ha vuelto casi una costumbre en los últimos cinco años. Divididos, en cambio, apenas exploró este territorio el año pasado de paso desde su debut en Londres y ahora podrá exhibirse en todo su potencial. Babasónicos, en cambio, serán primerizos absolutos. A ellos, como casi siempre, todo parece importarles poco y nada. “En realidad, no nos planteamos mucho sobre el evento en sí ni sabemos muy bien qué significa. La verdad, lo único que sé es que van a estar Divididos y Attaque 77. Pero dio la casualidad de que teníamos las posibilidad de hacer otro show en España a través de la gente de la revista Zona de Obras, que va a editar nuestro próximo disco, y aprovechamos la situación para estar ahí. Hace mucho que queremos ir y siempre se nos hizo difícil. También pensábamos aprovechar esta ocasión para hacer una gira española, pero vamos a esperar hasta octubre, para que el disco ya esté publicado”, comenta el guitarrista Mariano Roger sobre esta primera incursión babasónica en España.
Si hay rock, también habrá pop o lo que debe entenderse por ello. En el cierre de la semana, el sábado, Leo García –que viene de tocar y pasar discos en el hipercool festival electrónico Sónar de Barcelona–, Antonio Birabent, Ariel Rot y Fito Páez animarán la velada. Dice Birabent, un joven argentino criado en esta ciudad y casi permanente habitante de sus calles, plazas y bares, definiendo sus sensaciones y también el espíritu que anima esta gran exhibición de poder artístico argentino: “Me da placer llegar a Madrid formando parte de un equipo tan variado. Para mí es especial, porque voy a tocar como embajador, pero en Madrid también soy local. A la hora de hablar de la representatividad del país, creo que las expresiones artísticas son lo más honesto: una embajada artística es mejor representación que una embajada política, partidaria o gremial. Por eso, formar parte de este evento me parece una tarea y una función importante. En una situación de crisis institucional, es importantísimo tener rasgos artísticos propios y coherentes”.

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