Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


�Un canal público no puede ser vocero del gobierno de turno�

Rodolfo Hermida explica por qué cree que el conflicto por �Desayuno� no es el verdadero motivo de su despido de la gerencia de Canal 7.

Por Patricia Chaina

“Hay que aclarar que yo no manejaba dinero”, dice primero Rodolfo Hermida. “Hay que buscar otras razones para explicar por qué las nuevas autoridades aceptaron mi renuncia, cuando hacía dos semanas no sólo la habían descartado, sino que me habían ascendido a gerente general del canal”, agrega. “¿Será porque soy del Frepaso, porque fumo mucho, porque soy gordo, porque me paso 14 o 15 horas laburando dentro del canal, porque soy muy puteador y defiendo el trabajo de mis compañeros? ¿O será porque esto significa el comienzo de un cambio de política para el canal del Estado?”. La frontalidad que ostenta el que hasta la semana pasada era el nuevo gerente general de Canal 7, es, por estos días, la mejor manera de afrontar su defensa, a propósito de la acusación que algunos de los nuevos directivos del canal dejaron caer como un balde de agua fría sobre su accionar en esa gerencia.
Según la versión de Albino Gómez, representante de Economía en el Sistema de Medios del Estado, Hermida habría intentado manejar fraudulentamente el presupuesto de la nueva versión del programa “Desayuno”. Gomez afirmó que había una diferencia fuerte de dinero entre lo que se le exigía al coproductor Eduardo Metzger y lo que en teoría iba a ingresar al canal. “Pero yo no manejaba dinero”, señala Hermida a Página/12. “Eso es importante aclararlo en una cultura tan sensible a la corrupción como la nuestra. Una diferencia de 50 mil pesos dicha al pasar, puede significar una diferencia y un vuelto para mí que no es tal”. La visión sobre Hermida no fue unánime en la conducción tripartita del Sistema Nacional de Medios, si se tiene en cuenta que su titular, Mario Cella, dijo a este diario el miércoles pasado, con las cartas ya echadas, que la honorabilidad de Hermida no estaba en cuestión.
–¿Cómo explica entonces la diferencia surgida entre el presupuesto pedido y el acordado para el programa “Desayuno”?
–Es que se trata de una ponderación de los elementos en una coproducción. Esta coproducción necesitaba horas de estudio, por ejemplo. El canal nunca antes de nuestra administración había hecho un presupuesto de las coproducciones, es absurdo. ¿Cuánto pone el canal y la producción? ¿Qué relación costo-beneficio se puede sacar si no se hace un presupuesto? ¡Ninguna! Por eso se beneficiaban más los coproductores. Mi idea fue desarrollar una técnica presupuestaria con un tarifario, adjudicándole valores a cada uno de los elementos que nosotros brindamos: horas de estudio, técnicos, etcétera. Eso se discute.
–Cuando se hablaba de presupuesto se hablaba de soportes y no de efectivo...
–El canal no maneja ni el dinero de los sueldos que se depositan en un banco. Otro dinero son las pautas publicitarias, que tampoco manejo y cuando se necesita comprar algo se hace una licitación con auditoría del Nación de por medio. Así que yo, aún con las peores intenciones, no hubiera podido hacer lo que estos señores me adjudican.
–¿En qué consistió la discusión por la coproducción para “Desayuno”?
–Utilizar o no exteriores, abrir la planta transmisora antes, costos importantes. Fuimos a negociar y propusimos quitar exteriores, por ejemplo. Pactamos en 25 mil de costo. Soy experto en presupuestos, hasta hace poco fui el vicepresidente de la Asociación de Productores Independientes (APIN) en ese rubro y sé que equivocarnos en eso sería fatal. Por vez primera nosotros hacemos valer nuestros costos en especies: estudio, escenografía, móviles, para empatar con el dinero en efectivo que pone la coproducción.
–¿Por qué se llega a esta instancia cuando asume el directorio?
–En la reunión estaban Albino Gómez, Larriqueta y Mario Cella, sobre quien hago una excepción porque habló del conflicto respetando sobre todomi buen nombre. En esa reunión me comunicaron que por esta cuestión presupuestaria perdieron la confianza en mí, y aceptaron mi renuncia. No entiendo que un hecho que puedo aclarar, tan menor, haya generado una reacción tan desproporcionada. No evalúan estos 18 meses de gestión, en los que sacamos al canal de la crisis, lo salvamos de la privatización, lo transformamos en un canal con valores de cultura, entretenimiento y educación, cercano a la televisión pública, estatal pero no al servicio del gobierno. Tanto el noticiero como otros programas son pluralistas. Como en el primer mundo, con la BBC o la TVE.
–¿Cree que el tema del presupuesto fue una excusa?
–Me sonó a una excusa y se los dije, una excusa por algo que ellos saben y no me quieren decir. ¿Será porque soy del Frepaso, gordo, fumo mucho, puteador, laburo 14 o 15 horas en el canal y defiendo las cosas justas? ¿Por cuál razón me juzgan? Ojalá esto no sea la antesala de un cambio político lamentable.
–¿A qué se refiere?
– No estoy contra el gobierno, pero tanto desde un puesto público como desde el llano, seguiré defendiendo mi concepto de TV pública. Un canal público exige una tarea difícil: estar abierto a todas las voces. No tentarse, ni aun en campaña electoral como en este caso, de servir solo al gobierno. Un canal público, subrayo, no puede ser el vocero de un gobierno, sin el riesgo de quedar totalmente desprestigiado. Si este es un problema conmigo, bueno, son las reglas del juego. Pero si es un cambio en el pluralismo del canal, lo lamentaría muchísimo.
–¿Le ofrecieron trabajo luego de dejar el canal?
–Me ofrecirton un cargo en INCAA, vinculado a la dirección de audiovisuales. Espero que sea un puesto digno y no un puente de plata ni un hueso con algo de carne para saciar mi bronca. Porque para eso, lo que quiero es que el Directorio, si bien Cella lo hizo, se rectifique. Que no mancille mi buen nombre.

 

 

PRINCIPAL