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INVESTIGACION SOBRE GRADUACION EN LA UNIVERSIDAD
Los desertores no son tantos

 

Un estudio de la cartera educativa indica que la tasa de deserción es del 43 por ciento y no el doble, como se sostenía oficialmente.

 

Por Javier Lorca

La deserción de los estudiantes universitarios, en la Argentina, es del 43 por ciento y no, como indicaban los últimos datos oficiales, del 81 por ciento. Eso afirma una investigación realizada en el Ministerio de Educación a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (Indec) y recién publicada por la Universidad de Tres de Febrero. “El rendimiento no es tan pobre como se creía. Está dentro de los parámetros esperables en todo el mundo, aunque hay un problema grave: la deserción está creciendo”, dice, en diálogo con Página/12, José Landi, asesor de la Secretaría de Educación Superior y autor del trabajo junto con Roberto Giuliodori, investigador de la Universidad de Córdoba. Según el estudio, las mejores tasas de graduación se registran en las ciencias humanas (75,4 por ciento) y las peores, en las ciencias básicas y tecnológicas (49,8). Casi el 60 por ciento de las personas que desertaron dijo que se debió a que no tenía dinero y a que prefirió (o tuvo que) trabajar.
La última estadística oficial de Educación fue elaborada en 1996 con información de las universidades. Indicaba que, de cada cien estudiantes que entraban en la universidad, cinco años después se graduaban sólo 19 (el 18,8 por ciento). Se acusaba una deserción acumulada del 81 por ciento.
El radical contraste con los resultados de la nueva investigación reside, entre otros factores, en que ésta se basó en datos tomados por el Indec, en 1998, sobre 3610 casos: se analizaron períodos de casi 16 años y no de cinco, como hasta ahora. Abarcando ese lapso (15,7 años) se logró tener en cuenta a casi la totalidad de los graduados encuestados: ése es el tiempo que hubo que esperar para que se recibiera el 99 por ciento de ellos. La limitación del informe radica en que, para poder analizar los casos con esa perspectiva temporal, sólo se consideró a la población que ingresó en la universidad hasta 1983, inclusive.
“El problema de la graduación y la deserción se entrecruza con el de la duración de los estudios. De hecho, la gran mayoría de quienes egresan hoy tarda bastante más que el tiempo establecido teóricamente en los planes de estudio –señalan Landi y Giuliodori–. El promedio de duración de los estudios que hemos observado se sitúa en 7 años y un mes, que resulta algo inferior a los 8 años que indican las estadísticas de las universidades.”
La conclusión del estudio es que la tasa de graduación del sistema universitario público es del 57 por ciento y la de deserción, del 43. Entre las mujeres, el porcentaje de graduadas sube hasta el 60,8. En cambio, entre los hombres trepa la deserción al 46,2. En las universidades privadas, la tasa de deserción es algunos puntos menor: 39,2.
Los investigadores hallaron que la deserción fue creciendo en las últimas décadas. Entre 1964 y 1968 era del 36,5 por ciento. Saltó hasta el 48,8 entre 1969 y 1973; y bajó al 42,8 entre 1974 y 1978. Y volvió a subir en el último tramo analizado. “Hoy probablemente sea todavía mayor”, advierte Landi.
La cantidad de estudiantes que desertan varía a lo largo del país. Las tasas más altas se dieron en la provincia de Buenos Aires (49,6). Luego siguieron las regiones centro-oeste (44,7), nordeste (43,6), noroeste (43,4), la Capital y el Gran Buenos Aires (42,1) y la región centro-este. La más baja se registró en el sur (35,2). Entre los motivos declarados por los encuestados para abandonar los estudios, el 38,6 por ciento dijo que “tuvo que trabajar/no tenía dinero”; el 20,9 que “prefirió trabajar”; el 16,8 que “se casó/tuvo hijos/quedó embarazada”; el 5 que “tuvo problemas con los horarios”; y el resto argumentó otros motivos.
Las tasas de graduación también cambian de acuerdo con la disciplina considerada. Las ciencias humanas y las médicas son las más eficaces: 75,4 y 71,8 por ciento, respectivamente. Más abajo se ubican las ciencias sociales con el 52,2, y últimas las básicas y tecnológicas con el 49,8 (otras ramas de estudios alcanzan el 59,2). Si bien el nuevo estudio revelaría un mejor rendimiento del sistema, alerta sobre la duración de las carreras. “Es excesiva. Tiene que ver con una tradición de alumnos que trabajan y estudian medio tiempo, por lo que no se debe comparar con los países anglosajones. Además –dice Landi–, tiene una cara positiva: de otro modo, esa gente no podría estudiar.”

Alumnos fantasma
La abismal diferencia entre el estudio “Graduación y deserción en las universidades nacionales” y los anteriores datos oficiales se explica, según Landi y Giuliodori, “en parte por el período de tiempo abarcado en los estudios y en parte porque la información sobre nuevos inscriptos a las universidades no controla los estudiantes fantasma, dobles matriculaciones, cambios de carreras, interrupciones temporarias de los estudios, así como otras distorsiones”.
- “Fantasmas” son los alumnos que se inscriben en la universidad, pero nunca cursan. Contados como alumnos, engruesan las tasas de deserción. “Es como si las universidades contaran vacas por las patas y no por las cabezas”, observa Landi.
- Según el estudio, el 14 por ciento de quienes asistieron a la universidad, iniciaron más de una carrera. De hecho, muchos se anotan en más de una carrera y/o universidad, pero concurren a una sola. En las otras, figuran como desertores.
- Algo similar ocurre con los cambios de carreras y con los que dejan los estudios por un tiempo.

 

El secretario que desconfía
En diálogo con Página/12, el secretario de Educación Superior, Juan Carlos Gottifredi, invitó a las universidades a combatir la deserción con diversas medidas. “Los planes de estudios deberían contemplar un primer tramo de capacitación para mejorar las condiciones de adaptación al sistema universitario de los alumnos que vienen de la escuela. También se les debería dar más atención durante el primer año. Los docentes y alumnos avanzados podrían actuar como tutores. Todo esto reduciría la deserción en los primeros años, que es la más grave”. Y agregó: “Otorgar diplomas intermedios, por ejemplo, sería un aliento para seguir estudiando hasta segundo año. Y la mayoría de los que llegan hasta ahí terminan la carrera. La flexibilización de los planes de estudios también reduciría la deserción: facilitaría el pase de una carrera a otra y de una institución a otra”.
Por otro lado, el funcionario cuestionó por igual el resultado de la investigación realizada en la propia cartera educativa y los datos que informan las universidades. “La tasa de graduación actual debe ser del 40 por ciento, calculada sobre los estudiantes que aprueban primer año. Si calculamos sobre los alumnos ingresantes, debe ser mucho menor. Pero los datos de las universidades no son confiables. No se sabe cuántos alumnos ingresan realmente”, dijo.

 

Para el tiempo libre... (si queda)

Psico. Mañana, a las 20, se presentará el libro Psicoanálisis de los derechos de las personas, en Psicología (UBA), Independencia 3065.
Periodismo. Hasta el 4 de julio estará abierta la inscripción para el curso de periodismo legislativo, “para entender al Congreso”, que organiza la Fatpren. Informes: Solís 1158, 4305-6768/3018.
Shows. Mañana, a las 19, tras la presentación de un noticiero de TV realizado por estudiantes de la Universidad de La Matanza, se hará un debate sobre los medios, las protestas sociales y los reality shows. En Florencio Varela 1903 (San Justo).
Injuria. En la Universidad del Salvador, hoy, a las 19, se dará una conferencia sobre derecho internacional de los entretenimientos, privacidad, publicidad, calumnias e injurias. En Perón 1818. Gratis.
Diseño. Hoy, a las 11.30, la Universidad de San Andrés dará el seminario “Diseño de mecanismos en espacios multidimensionales”. En Vito Dumas 284 (Victoria), 4725-7060.
Mozos. La Escuela Argentina de Sommeliers y la Bodega Leoncio Arizu organizan un curso de sommeliers para mozos. Informes: 4331-2206, [email protected].
Honor. Mañana, a las 18, la UBA otorgará el título de Profesor Honorario al embajador de Italia en Argentina, Giovanni Jannuzzi. En la Facultad de Derecho (UBA), Figueroa Alcorta 2263.
Lecturas. Siglo XXI Editores acaba de reeditar Latinoamérica: las ciudades y las ideas, de José Luis Romero. La presentación será el 4 de julio, a las 19, en Corrientes 1743.

 

CIENCIA
En el mismo momento en que los investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet) hagan hoy, a las 15, una protesta por el congelamiento de nuevas incorporaciones a la carrera científica y otros reclamos, el Gobierno anunciará la apertura de 235 vacantes para el personal científico y el lanzamiento de 30 becas para becarios post doctorales. Todo ocurrirá en la sede de la Secretaría para la Tecnología, la Ciencia y la Innovación Productiva, sobre Córdoba al 800. Convocados por la Coordinadora del Conicet, los científicos entregarán un petitorio con más de 1300 firmas. Mientras tanto, dentro de la sede, según se informó, participarán de los anuncios oficiales los ministros de Economía y de Educación, Domingo Cavallo y Andrés Delich, además de la secretaria del área, Adriana Puiggrós y otros funcionarios.

Paran los docentes
Los docentes universitarios harán una protesta nacional mañana y pasado. La medida fue tomada por la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu) y también –aunque no en conjunto– por la federación disidente conocida como Conadu “Histórica”. El primer sector anunció que mañana realizará clases públicas y otras actividades, y que el jueves realizará una huelga. Mientras, el otro grupo de gremios convocó a un paro de 48 horas. Ambos sindicatos participarán de la movilización que se hará el jueves junto con otros gremios educativos, la Ctera entre ellos.

EL NUMERO.
700
Es la cantidad de estudiantes que, según los organizadores, participaron del Encuentro Nacional Opositor realizado el sábado pasado. Diversas agrupaciones (CEPA, MST, CEUP, PO, El Mate, CHE y otras) consensuaron un documento que concluye: “Nos planteamos trazar un plan de lucha que podamos impulsar en los centros y federaciones del país para construir en unidad una nueva conducción, barriendo a la Franja Morada, y poner en pie un nuevo movimiento estudiantil profundamente democrático y combativo para derrotar a este Gobierno y su política”.

 

 

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