Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
DINAR LINEAS AEREAS

POR SEGUNDA VEZ CONSECUTIVA, MENEM SE NEGO A DECLARAR ANTE URSO
Vale más un silencio que mil palabras

El ex presidente entregó un escrito de cinco hojas donde trató de refutar las declaraciones de algunos de sus ex funcionarios y de su ex mujer. Criticó el tratamiento que le da la prensa
y se quejó porque el juez no le creyó cuando negó su culpabilidad. El plantón de
sus abogados. Su estrategia.

Por Eduardo Tagliaferro

Carlos Menem continúa hablándole a la historia y callando en los tribunales. Lejos de la actitud esperable de un estadista, en su segunda presentación judicial el ex presidente optó por el derecho constitucional de no declarar y repitió la misma actitud que asumió el día en que quedó detenido. Aunque a la salida de Comodoro Py sus abogados precisaron que había hablado a través del escrito que entregaron al magistrado, lo cierto es que no aceptó responder ninguna de las preguntas que tenían preparadas el juez federal Jorge Urso y el fiscal Carlos Stornelli. Nadie podrá reiterar que se ha vulnerado su derecho a la defensa y dado las pruebas en su contra es probable que finalmente sea procesado como jefe de la asociación ilícita que pergeñó la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador.
“Considero que esto es una verdadera injusticia y un escarnio de los medios (de prensa) que roza mi dignidad, mi moral, mis antecedentes en la política y mi pasado como abogado. No se pueden tirar por la borda tantos años de sacrificio”, fueron las escuetas palabras que Menem dictó para que quedar asentadas en el acta final de la audiencia judicial.
El helicóptero de la Policía Federal que trasladó a Menem hasta los tribunales aterrizó puntualmente en la quinta de Don Torcuato. Unos minutos mas tarde la nave descendió en el helipuerto que la Fuerza Aérea tiene al lado de los Tribunales. Elegante y cortés, Cecilia Bolocco descendió de la aeronave y le dio la mano al jefe aeronáutico. Acompañó el saludo con un beso en la mejilla. Luego ayudado por los responsables del operativo descendió Menem, que recibió las palmadas del mismo oficial al que momentos antes había saludado su mujer.
Sobre los raídos árboles del boulevard Comodoro Py, colgaban tres pasacalles que reclamaban “Libertad al compañero Carlos Saúl Menem”. Frente a las rejas esperaban unos cien seguidores del ex presidente. Entre ellos estaban Herminio Iglesias, Javier Mouriño, Kelly Olmos, el sindicalista petrolero Antonio Cassia y César Arias. Precisamente Arias fue quien adelantó la estrategia que Menem desplegaría en su declaración indagatoria: “No se va a prestar a ningún interrogatorio, lo que tiene que decir lo dijo en los escritos que ha presentado”, dijo el ex secretario de Justicia en las escalinatas de los tribunales.
La pareja esperó en el despacho del secretario del juzgado Juan Martín Hermida la llegada de Oscar Roger y Mariano Cavagna Martínez, los defensores del ex presidente. La espera fue larga, bastante larga. Cuarenta y cinco minutos después del ingreso del matrimonio Menem-Bolocco arribaron los abogados. Un tiempo interminable, en el que Menem ordenó en reiteradas ocasiones al jefe de su custodia que llamara a sus letrados. En diálogo con Página/12, uno de los abogados del riojano precisó que “en el juzgado sabían que llegaríamos a las 10.30. Es impensable que a una audiencia de esta importancia lleguemos tarde por negligencia. Para que éste tranquilo, conversábamos permanentemente con el ex presidente. Estaba al tanto minuciosamente del recorrido por el que nos desplazábamos”.
Luego de saludar a su cliente, Roger ingresó al despacho de Urso para discutir los detalles de la audiencia. Dentro de la oficina se encontraba el fiscal Carlos Stornelli y su secretario Hernán de Llano. Todo estaba preparado para recibir al ex presidente. Cada silla en su lugar, la de los escribientes frente a la computadora y a la vera de donde se sentaría Menem estaba dispuesto que se ubicaran Roger y Cavagna Martínez. Sobre el escritorio un sólo vaso de agua dispuesto para el deponente. No por nada era su voz la que querían escuchar los funcionarios judiciales. En un primer momento Roger le señaló al juez que Menem respondería preguntas, pero no las del fiscal. Cuando Urso le pidió a Stornelli sus 300 demandas y le comunicó al defensor que en total había 500 preguntas para formular al ex presidente, Roger cambió su actitud. “Yo pensé que se trataba de cuatro o cinco preguntas, doctor.” Paso seguido y luego de insistir con su queja por la investigación por el enriquecimiento ilícito de su cliente, Roger fue en busca del riojano. Antes se lamentó de las circunstancias por las que tenía que atravesar. “Qué trago tan amargo”, dijo, bebiendo de un sorbo el vaso con agua que esperaba por Menem.
Minutos más tarde el ex presidente ingresaba acompañado por sus letrados. “Mire doctor, esta defensa entiende que la gestión del doctor Menem dos veces Presidente de la Nación no puede ser sometida a interrogatorios, por lo que esta defensa postula no responder preguntas”, arengó Roger, luego de ponerse de pie. Paso seguido, Menem acercó al juez las cinco hojas en las que deslindaba responsabilidades entre sus subalternos y desacreditaba los testimonios de su ex jefe de la SIDE Juan Bautista Yofre, del ex coronel carapintada Mohamed Alí Seineldín y de su ex mujer Zulema Yoma.
“¿Cómo le tomaron declaración a un genocida al que yo indulté y volvió a reincidir?”, fue la queja que el ex presidente realizó frente a Urso y Stornelli. La respuesta era de libro: “Porque el código lo permite”, devolvió Urso. Detrás de las quejas, Menem dejaba traslucir la bronca que le produjeron la demora de sus abogados y el hecho de estar sindicado como uno de los responsables de uno de los grandes hechos de corrupción de su gobierno. Por supuesto la verdad es difícil de asumir, por eso sin decirlo explícitamente se presentó como un preso político. Señaló que era la tercera vez que estaba detenido. Según dijo, primero estuvo preso con motivo del levantamiento del general Valle en 1956; luego, después del golpe militar del ’76 y ahora. Claro que en las anteriores ocasiones fue a la cárcel por sus ideas. Ahora está en Don Torcuato por una suma de hechos delictivos. Roger se sumó al recuerdo de la persecución sufrida por el peronismo durante la “revolución libertadora”. “Hay tantas cosas sobre las que la historia nos debe aclarar episodios que quedaron en la oscuridad, entre ellos el fusilamiento de Juan José Valle”, dijo el defensor. Detrás de la historia del peronismo, Menem no responde por delitos que pondrían colorado a los más conspicuos hombres del hampa.

 


 

LOS ARGUMENTOS DEL ESCRITO DEL EX PRESIDENTE
La hora de mirar las pruebas

Por Adriana Meyer

Por primera vez la defensa de Carlos Menem habló de las pruebas. Y abandonó el argumento de la “decisión política no judiciable”. En un escrito de cinco hojas acusó a Zulema Yoma, Juan Bautista Yofre, Mohamed Alí Seineldín y Esteban Caselli de haber mentido ante el juez Jorge Urso. En primera persona, Menem deslindó responsabilidades en sus ex colaboradores y apeló a la investidura que ejerció durante la década pasada. “Por respeto a la alta función que creo haber ejercido con honor entendía que bastaba una negativa frente a la imputación. Me enseñaron que nadie debe probar su inocencia”, expresó a modo de reproche al juez, que parece no haberle creído.
El escrito fue redactado el lunes en el estudio de Adrián y Martín Menem y evidencia que el equipo de la defensa leyó el expediente, allí citan las fojas donde están las declaraciones y las pruebas que intentan invalidar. Terminaron muy tarde y lo llevaron a Don Torcuato, donde el ex presidente lo leyó, corrigió e hizo sugerencias. Ayer a primera hora, Oscar Roger terminó la versión modificada y corrió al juzgado (ver página 2).
Según Menem, “cuando la Sala II de la Cámara Federal plantea que hay que investigar el origen de los cuatro decretos, como si estos hubieran sido impulsados desde lo más alto del Poder Ejecutivo comete un grueso error” porque cada uno “es un pedido de autorización para la venta de armas, se inicia en Fabricaciones Militares (FM), y de ninguna forma se trata de una gestión del titular del PEN o impulsada por mí”. A continuación, Menem, Roger y Mariano Cavagna Martínez, los tres firmantes del escrito, describieron que el primer examen de los decretos es de la Dirección de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Defensa y luego le toca intervenir a la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia. “No se trataba de operaciones excepcionales ya que durante el gobierno anterior se habían realizado numerosos trámites similares (...) Además, recuerdo que la Sindicatura y la Auditoría verificaron la corrección del trámite”, indicó. Y agregó que “absolutamente nadie me imputa haberme interesado en forma especial o genérica en la gestión de ninguno de los decretos”.
Los esfuerzos defensistas continuaron con la existencia de las Fuerzas Armadas panameñas, y la compra de armamento. “El ingeniero (Guido) Di Tella aporta a la investigación un valioso elemento que destruye la sibilina imputación de quien fuera mi embajador en Panamá (Juan Bautista Yofre)”. Ese documento es un informe del World Military Expenditures and Arms Transfers 1998, (U.S. Department of State Bureau of Verification and Compliance), del que surgirían estadísticas demostrativas de que entre 1987 y 1997 tanto Panamá como Venezuela compraron en materia de armamento “cifras que resultan absolutamente compatibles con los envíos autorizados”. E insistió en que “los decretos son objetiva y formalmente correctos y no tienen vicios que los invaliden. El destino era válido, si la autorización se usó para desviarlos a otros países habrá que demostrar que en el ánimo del Presidente y sus ministros existía el conocimiento e intención de tal derivación”. Según el ex presidente, los investigadores olvidan “el poder real” de Sarlenga, a quien acusa de haber hablado a cambio de su libertad.
Con respecto a los dichos de Esteban Caselli, que aseguró que Menem ordenó dejar en el cargo al ex interventor de FM Luis Sarlenga, el ex presidente desmintió el hecho. Y marcó una diferencia de forma, “verbal o telefónica”, entre la versión de Caselli y la de Oscar Camilión. Menem asegura que Caselli miente motivado por la interna justicialista. Para terminar de descalificarlo, citó a Domingo Cavallo que lo acusó en su libro El peso de la verdad de ser “organizador” de los ilícitos investigados. El texto del ex presidente no menciona que Alberto Kohan también figura en el tramo citado.
“Yo habría sido un Dios inmóvil y silencioso pues nadie dice que ejerciera actividad alguna”, aventuró Menem para rechazar la frase deSarlenga que contó que Emir Yoma le reprochó que hablara con otros funcionarios “si nosotros tenemos a Dios”. De Zulema Yoma y Seineldín aseguró que “por su rencor evidente no pueden generar sospecha en mi contra”. Con respecto a la investigación paralela por enriquecimiento ilícito, expresó que no debe confundirse eso con lo que señaló la Cámara cuando indicó “ubicar donde fue el dinero de las presuntas comisiones”.

 


 

El menemismo empieza a operar sobre la Cámara

Por Diego Schurman

No estaba de buen talante. Carlos Menem regresó a la quinta de Don Torcuato con una certeza: que el juez Jorge Urso dictará su procesamiento. Por eso, apenas terminó de declarar en Comodoro Py ordenó a sus operadores que insistan con los llamados a jueces y “amigos radicales”. De ellos espera el “gesto necesario” –más conocido como tráfico de influencias– para lograr que la Sala II de la Cámara Federal revoque el fallo adverso que el menemismo aguarda para la próxima semana.
Menem está pensando en la apelación desde hace varios días. De hecho, el último domingo reiteró ante algunos amigos una frase que se ha convertido en muletilla: “en tres meses quedo libre”. El plazo no es casual. Feria judicial mediante, se estima que para septiembre deberá haber alguna resolución de la Cámara.
Si bien Eduardo Menem apareció en público reclamando a Urso el sobreseimiento de su hermano, lo cierto es que el menemismo más rancio viene trabajando a destajo para que la Cámara cambie el destino aciago del ex presidente. La decisión de profundizar ese camino fue confirmada a Página/12 por tres hombres del entorno más cercano a Menem.
Eduardo Luraschi, uno de los camaristas de la Sala II, se reivindica como peronista. Y en su foja figura un dato que seguramente ahora no pasará desapercibido: ingresó a la Justicia cuando el ultamenemista César Arias era secretario del área.
Luraschi aparece como el contacto más cercano. Para llegar a Horacio Cattani y Martín Irurzun, los otros dos camaristas, el menemismo buscará algún puente. El primero tiene línea directa con Raúl Alfonsín. El ex presidente nunca ocultó su preocupación por la situación de Menem y se lo hizo saber al abogado Arnoldo Klainer, quien tiene contacto con los tres camaristas.
Alfonsín se reunió en los últimos días con Mariano Ciafardini. Según pudo saber este diario, el líder radical manifestó al secretario de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia su
“preocupación” por los alcances de la asociación ilícita, en un aparente gesto de respaldo a los argumentos de Menem.
En Don Torcuato también esperan de la generosa mano de Hugo Anzorreguy. El ex jefe de la SIDE nunca tuvo problemas para llegar a los oídos de los jueces. Sobre él hay un dato curioso: algunas crónicas relataron su paso por la quinta de Armando Gostanian. En el listado oficial de visitas su nombre no figura.
La expectativa sobre lo que hará la Cámara Federal es grande. Aunque hay quienes reconocen que las influencias han servido poco para torcer la decisión de Urso. El juez nunca atendió los llamados de Miguel Angel Toma. El dirigente justicialista es su amigo íntimo y padrino político.
Menem también está preocupado por las formalidades. En sus manos está la decisión de no contar con Mariano Cavagna Martínez para la próxima instancia. La labor del abogado defensor es cuestionada. A tal punto que lo señalan por no haber pedido nunca las fotocopias del expediente. De hecho, está convencido que la defensa recién comenzó a funcionar hace diez días, desde que Oscar Roger y Eduardo Menem tomaron las riendas.
Si de formalidades se trata, ayer se conoció un escrito que el PJ presentaría a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para denunciar la presunta “privación ilegítima de la libertad” de Menem y la “falta de garantías de un juicio justo”. El trabajo fue redactado por las ex funcionarias menemistas Alicia Pierini y Alicia Martínez Ríos.
Claro que también se explotará el frente mediático para ensalzar la figura del ex presidente. A esa tarea están abocados el legislador Javier Mouriño y el propio Arias, además de los incondicionales Fernando Galmarini, Roberto Fernández y Claudio Sebastiani, entre otros. La idea es organizar para el cumpleaños de Menem, el próximo lunes, una “caravana de la solidaridad”.
El itinerario pensado es, por lo menos, pretencioso: los autos se concentrarían en las intersecciones de las avenidas Jujuy y Rivadavia para llegar por Hipólito Yrigoyen hacia el Congreso y la Plaza de Mayo y recién después circular hacia la quinta de Don Torcuato.

 

La defensa llegó tarde

El retraso generó todo tipo de especulaciones en Tribunales. El propio Carlos Menem se inquietó y mandó llamar a sus abogados. Eran las 10, la hora de inicio de la indagatoria, y Oscar Roger y Mariano Cavagna Martínez no habían aparecido.
El único que se mostraba tranquilo era el juez Jorge Urso. Los defensores habían telefoneado a su secretario, Juan Martín Hermida, cerca de las 8.30. Le avisaron que la demora sería inevitable.
Roger y Cavagna Martínez argumentaron razones técnicas: estaban retocando el escrito que finalmente entregaron al juez media hora más tarde de lo previsto.
Los abogados estuvieron prácticamente hasta la medianoche del lunes con Menem en la quinta de Don Torcuato para ultimar los detalles del texto. Pero, evidentemente, el tiempo no alcanzó y tuvieron que seguir por la mañana.
En esa reunión nocturna se acordó que Menem respondiera las preguntas del juez siempre y cuando no fueran más de diez. Roger intentó reducir a ese número las 500 que tenían preparadas entre Urso y el fiscal Carlos Stornelli. Pero el juez no accedió y finalmente Menem se negó a contestar. “Le iban a preguntar cosas que pasaron hace como 10 años y por la agenda que tuvo en todo este tiempo no se iba a acordar de todo, era un riesgo”, confiaron a Página/12 las fuentes menemistas.

 

otras voces

Eduardo Menem,
senador del PJ:

“En la presentación que hizo por escrito, el ex Presidente desvirtuó totalmente los elementos de juicio incorporados últimamente a la causa. No hay ninguna prueba incriminatoria seria contra Carlos Menem y el magistrado tendría que dictar un auto de sobreseimiento en su favor. Mi hermano no tendría que haber estado ni un día preso, ni siquiera imputado en la causa. Fue un error grosero la figura de asociación ilícita con que se caratuló la causa. Ningún jurista está sosteniendo seriamente que Menem pueda ser el jefe de una asociación ilícita”.

César Arias,
Apoderado del PJ:

“El Gobierno tiene interés en la causa del tráfico de armas y hay muchas circunstancias que lo acreditan: irregularidades en la causa, la presencia de la Oficina Anticorrupción... un conjunto de elementos que están demostrando el interés en esta cuestión. Para haber citado nuevamente a Menem, el juez Urso debe tener nuevos elementos que seguramente incidirán en la situación procesal y la libertad del ex presidente”.

Herminio Iglesias,
Dirigente peronista:

“Yo no pongo las manos en el fuego sobre nadie. Acá hay una Justicia, yo soy respetuoso de la Justicia y habrá que esperar. Sin embargo, creo que detrás de la detención de Menem hay una maniobra política. Si no, ¿por qué citan a Menem y no al ministro de Economía, Domingo Cavallo, si él estaba en el gobierno y firmó los decretos que autorizaron esas operaciones? A Cavallo lo tienen que llamar también y ese día, cuando lo llamen a Cavallo, diré que la detención de Menem no es una maniobra política. Si Urso finalmente convoca a Cavallo, los peronistas vamos a creer en la Justicia más de lo que creemos”.

Adrián Menem,
Diputado del PJ:

“Menem se negó a declarar porque en el expediente no hay ninguna prueba, ninguna sospecha, ningún indicio que pueda probar su responsabilidad en la causa por la venta ilegal de armas al exterior. Se trató de una estrategia de la defensa que luego los abogados explicarán. Mi tío está cada vez más fuerte y no va a ser trasladado de la quinta en la que se encuentra cumpliendo arresto domiciliario. Mi tío no tuvo nada que ver con el tráfico de armas y todo lo que haga para aclararlo de positivo”.

Martha Alarcia,
Diputada ultramenemista:

“El ex presidente Carlos Menem va a declarar, como corresponde. La primera vez que vino no respondió preguntas porque no conocía la causa. Ahora la situación es distinta” (finalmente no declaró).

 

PRINCIPAL