Por Luis Bruschtein
Cecilia Bolocco de Menem fustigó
a los que quieren detener a quien sólo Dios podrá
detener, en el mensaje que dirigió a los más de mil
comensales que asistieron anoche a la peña Joaquín V. González,
convencidos de que estaban viviendo un momento fundacional en la historia
del peronismo, al igual que el 17 de octubre de 1945, cuando Eva Perón
encabezó la marcha por la liberación de su marido, Juan
Perón. Con un traje chanel y una gargantilla de perlas de tres
vueltas, la ex locutora chilena no leyó un mensaje de su marido,
como se esperaba, sino que habló en su representación. Recordó
que cumplía su primer mes de matrimonio y citó a Pablo Neruda,
José Luis Borges, Joaquín V. González, Nietzsche
y San Pablo.
A las 21.45, Cecilia Bolocco fue recibida con un solo grito en Puerto
Malenchini: ¡Se siente, se siente, Menem presidente!.
Los 1300 menemistas entusiastas sentían que estaban viviendo un
momento fundacional, como lo subrayó el ex intendente de Morón,
Juan Carlos Rousselot, quien para hacer gala del buen humor del ex presidente
afirmó que, en una charla reciente, éste le había
dicho que para un preso no hay nada mejor que otro preso.
El arribo de la señora Bolocco de Menem a Puerto Malancini en el
complejo de Costa Salguero causó un amontonamiento de camarógrafos
que se apiñaron contra el auto que la traía junto a su padre
don Enzo Bolocco y su madre Rosmary. Poco tiempo antes se había
anunciado que la próxima edición del Festival de Viña
del Mar no la tendrá como animadora. Como reafirmando su alejamiento
del espectáculo, los periodistas insistían a los visitantes
sobre una probable candidatura de la chilena. Alguien que será
la primera dama en el 2003, no necesita ninguna candidatura, respondió
con cierto triunfalismo la diputada Martha Alarcia, una de las organizadoras
de la reunión.
La ex Miss chilena ocupó la mesa principal del amplio salón,
junto a sus padres, la diputada Alarcia y el secretario de relaciones
internacionales del PJ, Ricardo Romano. En la mesa también se encontraban
el ex ministro de Economía Roque Fernández con su esposa
Amanda, la conductora televisiva Patricia Langan, José María
Castiñeira de Dios y Helena Zorondo.
Como sucede en los eventos menemistas, faltaron los líderes más
fuertes del PJ, inclusive muchos de los que fueron colaboradores de su
gobierno, aunque participaron algunos miembros de la farándula
como el Soldado Chamamé, Teresa Calandra, Gigí Rua y Pedro
Olgo Ochoa. Entre los políticos se encontraban el senador Eduardo
Menem, Alberto Albamonte, Adelina Dalessio de Viola, los diputados Daniel
Scioli, Adrián Menem, Javier Mouriño, Alejandra Oviedo,
Claudio Sebastiani, Manuel Baladrón, el brigadier Andrés
Antonietti, el senador Alberto Tell y el ex embajador en Portugal, el
escritor Jorge Asís.
En las 98 mesas, junto a los cubiertos, había una copia de La
lección de optimismo, de Joaquín V González,
que Cecilia Bolocco citó en su discurso de diez minutos. La oradora,
que fue precedida en el uso de la palabra por el ex ministro Roque Fernández,
recordó la labor de Carlos Menem por acercar a Chile y Argentina
y subrayó que si no hubiera sido así, ella no lo hubiera
conocido y admirado. Insistió en que su marido afronta con
mucha tranquilidad y entereza este nuevo capítulo de su vida.
Y agregó que Menem está preocupado por la situación
social que viven las provincias más pobres del país.
Quizás se refería a los sucesos de Salta, protagonizados
por los desocupados que provocó la privatización de YPF
y Gas del Estado durante su presidencia. Pero subrayó que, de todos
modos, el ex presidente no guarda ningún rencor.
Con una sonrisa señaló que lo bueno de esta historia
trágica es que les puedo asegurar que Carlos pasa su
luna de miel en casa, algo que les aconsejo muchísimo y más
adelante subrayó que lo mejor de esta tristesituación
es tenerlo a Carlos cerca de mí. Sus palabras arrancaron
una cerrada ovación entre los comensales, que tras comer sus pastas
Malfatti al filetto, y su postre Rogel con helado, todo regado con vino
Omnium, se sentían las masas de trabajadores descamisados en una
reedición menemista del 17 de octubre de 1945.
El escritor Jorge Asís, con su voz tonante, aseguraba que Menem
se sobreponía a la pequeñez de sus contemporáneos
y a su triste y ridículo cautiverio motivado en una ridiculez
jurídica. En tanto que el abogado Mariano Cúneo Libarona
no dudó en declarar que Menem está preso por haber
sido presidente. Asís se deshizo en alabanzas para con la
señora Bolocco de Menem, a quien se acercó rápidamente
a saludar apenas terminó el discurso. Es una mujer con una
entrega y una hidalguía notable para acompañar al presidente
Menem, expresó.
Algunos de los simpatizantes que habían quedado afuera, muchas
mujeres, entre ellas un grupo de gitanas, protestaban contra la organización
de la cena. Los que no tenían invitación no podían
entrar, por más fe menemista que demostraran. Mañana
vamos a ir a la Plaza como las Madres de Plaza de Mayo, amenazaba
una de ellas aludiendo a que dejaban afuera a los sectores populares.
Esto se está llenando de infiltrados de la izquierda intelectual,
afirmó otra.
Roque contra las medidas
El último ministro de Economía de la gestión
menemista, Roque Fernández, evaluó anoche que con
las medidas de tipo cambiario adoptadas por Domingo Cavallo se abandonó
la Convertibilidad. Abandonar la Convertibilidad me parece
un poco riesgoso, afirmó y, al ser consultado sobre
si para él se había dejado de lado la paridad cambiaria,
no dudó en contestar con un pienso que sí.
El ex ministro formuló estas declaraciones al ingresar al
complejo Costa Salguero para participar de la cena de la Peña
Joaquín V. González en la que analizó la situación
económica, precediendo en el uso de la palabra a la esposa
del ex presidente Carlos Menem, Cecilia Bolocco.
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Lección de
optimismo
En las mesas, los comensales encontraron uno de los textos de
Joaquín V. González preferidos por Menem: La lección
de optimismo. Algunos de sus tramos dicen:
Ya veis que no
soy un pesimista ni un desencantado ni un vencido ni un amargado
por derrota ninguna, a mí no me ha derrotado nadie.
¡Trabajo
va a tener el enemigo para desalojarme a mí del campo de
batalla, el territorio de mi estrategia es infinito, puedo fatigar,
desconcertar, desarmar y aniquiliar al adversario, obligándolo
a recorrer distancias inmensurables, a combatir sin comer, ni beber,
ni tomar aliento la vida entera y cuando se acabe la tierra, a cabalgar
por los aires sobre corceles alados si quiere perseguirme por los
campos de la imaginación y del ensueño!.
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