Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


EL GOBIERNO SE INQUIETA POR EL EXITO DE “EL GRAN CUÑADO”
Ahora lo preocupa no ser aburrido

El Presidente lo mira a menudo, aunque su entorno trata de evitarlo. Todo el Gobierno piensa que el humor de Tinelli lo perjudica. Tres voceros salieron a criticar el sketch pero no hay, por ahora, decisión de hacer algo.

Las principales figuras de la política nacional �actúan� en el falso reality show de Tinelli.

Por José Natanson

La noticia de que el reality show de los políticos superó en su última emisión los 3 millones y medio de espectadores convirtió al tema en una cuestión de Estado: aunque los tres voceros oficiales salieron ayer a desmentir una ofensiva para silenciar la parodia, todos los funcionarios admiten en voz baja su preocupación por la ridiculización sistemática de Fernando de la Rúa. Para colmo, en los últimos días circuló la versión de que Telefé analizaba la posibilidad de emitir flashes diarios “en directo” desde la casa del Gran Cuñado. La perspectiva de que, además de los 38 puntos de rating de “VideoMatch”, el falso De la Rúa aparezca todos los días, a cualquier hora, en la pantalla más caliente de la televisión, convirtió la inquietud oficial en una suerte de terror. “No podemos hacer nada”, se quejaban en la Rosada.
Consultado por Página/12, un integrante del entorno presidencial contó que, a pesar de los intentos del secretario privado, Leonardo Aiello, y de la primera dama, Inés Pertiné, por apagar la televisión, es usual que De la Rúa sintonice “VideoMatch”. Según sostuvo el funcionario, no puede resistir la tentación de detenerse en Telefé cada vez que aparece su imitador. “A veces se enoja mucho, pero igual lo mira”, asegura. “No lo pone siempre, pero sí a veces. Por como es él no dice nada, pero es obvio que le molesta”, completa una fuente muy cercana al Presidente.
Desde que Tinelli lanzó “El Gran Cuñado”, la inquietud traspasó los estrechísimos límites del entorno presidencial. Ayer, en una rara coincidencia, los tres voceros oficiales se refirieron al tema:
u El vocero del Gobierno. Juan Pablo Baylac, dijo que nadie busca frenar a Tinelli pero que sí quieren “una reflexión y un debate de una situación que nos parece perjudicial para los intereses argentinos, jugar con la investidura presidencial, y no para el ciudadano De la Rúa que, en todo caso con todo estoicismo, va a aguantar cualquier humor”. Según Baylac, “nos guste o no nos guste (De la Rúa) nos representa frente a todos los países del mundo”. Por eso apeló a “la responsabilidad de los humoristas” y recordó a “Tato Bores, que sabía criticar y hacía del humor algo que significaba una gran reflexión para la sociedad”.
u El vocero del Presidente. Ricardo Ostuni, dijo que “el humor es una de las formas de libertad de expresión” pero que “hay que cuidar alguna línea, para que no pase de lo que es razonablemente una crítica política”.
u El ex vocero (del Gobierno y del Presidente) Darío Lopérfido, sostuvo que “burlarse de la figura del Presidente se ha convertido en algo demasiado recurrente”. Admitió que “a alguien le puede molestar cuando hay alguna cosa que pueda lesionar la investidura presidencial”, pero juró que no hay una ofensiva en preparación. “El mecanismo del juicio a veces es justo y a veces se ha usado de manera extorsiva. Este Gobierno no lo ha usado, la mejor prueba es esta”, aseguró.
Aunque viene de lejos, la preocupación se acentuó esta semana, cuando algunos funcionarios escucharon que, en vista del éxito del sketch, Telefé analizaba la posibilidad de emitir flashes diarios desde la casa del Gran Cuñado. “Ya es bastante con el rating de Tinelli como para que, además, el falso De la Rúa aparezca todo el tiempo”, se quejaba un encumbrado funcionario. Y recordaba que, aunque en el sketch conviven doce falsos políticos, el más perjudicado, por lejos, es el Presidente. “Los demás son solo trazos gruesos: Chacho (Alvarez) que se va, (Elisa) Carrió que come, María Julia (Alsogaray) con tapados de piel, pero el protagonista es De la Rúa. El resto no importa, es sólo una excusa para poder seguir cargándolo. Si (Carlos) Ruckauf, por ejemplo, lo único que hace es sonreír”, agregaba el funcionario.
A pesar de las quejas, por ahora no se evalúan acciones judiciales destinadas a frenar la parodia. Una fuente muy cercana a De la Rúa recordó que “ya no existen los delitos de acción pública en este tema, como por ejemplo el desacato” y que, por lo tanto, la única vía legal sería una medida de acción privada, para lo cual tiene que demostrarse que hubocalumnias o una injurias. Para el funcionario, el límite es la calumnia, es decir la imputación falsa de un delito. “Si, por ejemplo, dicen que De la Rúa robó, eso es otra cosa. En ese caso veremos”, explicó.
En diálogo con este diario, un joven delarruista enrolado en el grupo sushi explicó su posición. “Es una cagada, es demoledor, pero no se puede hacer nada”, sostiene el secretario de Estado. Y recuerda los dos desafortunados intentos para suavizar la imitación:
El primero fue a mediados del año pasado. Aunque el imitador recién comenzaba, ya estaba claro por dónde venían los chistes. Preocupado, Antonio de la Rúa se comunicó telefónicamente con Tinelli, aparentemente para pedirle que moderara el tono. Resultado: al programa siguiente apareció un De la Rúa (falso) sorpresivamente canchero, que se acodaba en las columnas y hacía chistes. Claro que no duró más de unos minutos: al rato volvió a ser el mismo personaje despistado, lento, vacilante y con la mirada perdida, que en la última emisión de Gran Cuñado le habla a una vaca.
El segundo intento fue a fines del año pasado. Otra vez fue idea de Antonio, que creyó encontrar la solución apelando a la misma fórmula que su exitoso aviso del Presidente aburrido: encarar de frente una crítica y convertirla en virtud. Así fue como De la Rúa apareció en el programa de Tinelli para “enfrentar” a su imitador. El resultado fue aún peor: un muchacho se acercó imprevistamente al Presidente, a pesar de los tacles del Oso Arturo, para reclamarle por la libertad de los presos de La Tablada. Después del susto histórico, De la Rúa (el varadero) erró el nombre de la mujer de Tinelli, lo felicitó por un hijo que había tenido hace tres años, en lugar de decir Telefé dijo Telenoche y equivocó el camino de salida.

 

El debate por la tinellización

Luis Alberto Quevedo*.
Buen vínculo

“Revistas como Caras y Caretas y Humor crearon un tipo de vínculo con la política muy bueno porque la crítica se hacía desde la ironía. Lo peor que podría hacer un gobierno democrático es censurar, prohibir. El vocero del Gobierno, Juan Pablo Baylac, ha propuesto un debate sobre la investidura presidencial. Ese tema se puede analizar desde el Derecho y pensar que hay una injuria, pero en lo personal considero que en la medida en que no haya una figura penal en juego el periodismo tiene derecho a ironizar. Menem lo sufrió en carne propia, igual que Alfonsín. Cabe recordar que, un tiempo antes de la campaña `Menem lo hizo’, el ex presidente también responsabilizó al periodismo de su mala imagen. La mejor comunicación política es el acto de gobierno. Menem fue un pésimo orador, un pésimo entrevistado, un pésimo arengador en tribuna... y lo reeligieron. Hay que decir que, a comparación de lo que ocurre en otros países que me tocó conocer, aquí el humor político se hace con mucho nivel y respeto.

* Sociólogo


Rosendo Fraga*.
Error político

“Plantear el tema de la tinellización de la política desde el Gobierno es un error político. La historia de nuestro país muestra que el humor político ha sido un ámbito de marcada tolerancia en la Argentina. Basta mirar las caricaturas de los próceres de la Generación del 80. Es importante decir que el humor político no genera fenómenos políticos, sino que es consecuencia de esos fenómenos. El humor acentúa, caricaturiza o exagera percepciones sociales, pero en modo alguno genera esas percepciones. Si el humor político subraya la debilidad política del liderazgo del presidente Fernando de la Rúa es porque esa percepción subyace en la sociedad. Los sondeos de opinión han sido elocuentes en ese sentido desde mediados del año pasado y no han sido consecuencia ni de Marcelo Tinelli ni de Nik. Desde esta perspectiva, plantear el debate sobre el respeto de la investidura presidencial o sobre la tinellización de la política es poner el tema en el candelero, que es justamente lo que el Gobierno quiere evitar.

* Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría


Alicia Entel*.
No ofenderse

“Creo que el Gobierno no tiene que ofenderse de ninguna manera. Debe tomarse las bromas con el mismo sentido del humor que el programa en el que se hacen. No creo que haya en le tele algo que permita la identificación del público que no responda a algún grado de la realidad. Hasta las caricaturas más fuertes siempre necesitan un grado de realidad para ser verosímiles. Lo que necesita el Gobierno para que no se le tome el pelo al Presidente es resolver las necesidades de la gente. Es verdad que hay buenos, regulares y malos periodistas. También hay prensa comprada, pero ése no es el factor que desencadena la desesperanza. La desesperanza se produce por la enorme dificultad del Gobierno de concretar acciones a largo plazo. Quien debe respetar más la investidura presidencial es el mismo Presidente. El y sus asesores, que evidentemente lo aconsejan mal.

* Especialista en Comunicación

 

EL PROGRAMA QUE TREPO A 38 PUNTOS DE RATING
Gran consenso para reírse

La tercera edición del falso reality show el “Gran Cuñado”, que tanto molesta al gobierno nacional, tuvo un pico de 38 puntos de rating durante la noche del lunes. La primera emisión de esta semana del programa de Marcelo Tinelli, el más visto de la televisión argentina, obtuvo un promedio de 32.1 puntos. El pico de 38.5 fue entre las 21.45 y 22, cuando la acción de “Gran Cuñado” mostraba a “Fernando de la Rúa” intentando vanamente que una vaca le proporcionase leche, para la alimentación de los por entonces doce habitantes de la casa que imita a la de “Gran Hermano”. Al término del programa, los habitantes de la casa se redujeron a once, ya que los llamados del público eliminaron a “María Julia Alsogaray”, que lloró sobre el hombro de “Carlos Menem”.
Los momentos importantes del falso reality show fueron en esta emisión los siguientes:
1. “De la Rúa” tiene que ordeñar la vaca, pero pretende hacerlo verbalmente, pidiéndole con gentileza que llene el balde de leche. La vaca, de modo obvio, no dice ni mu. “De la Rúa” no se da cuenta de que debe ordeñarla.
2. “Cavallo” dice en el confesionario que pese a que es el encargado de manejar la economía de la casa, no logra que los otros habitantes le hagan caso, por lo que amenaza con renunciar. Luego se entusiasma con el sillón, y juega como un niño con él.
3. “Chacho Alvarez”, que desde que entró está obsesionado por irse, ingresa al confesionario con una valija, que no deja en momento alguno. Estudia la forma de escapar de allí y al final se alivia de que lo dejen en paz “después de decir dos huevadas”.
4. Los hombres de la casa están de guitarreada en el patio. “De la Rúa” propone un tema moderno, y se mandan con “Rasguña las piedras”, de Sui Generis. Cada uno canta un pedacito de la letra. Cuando le llega el turno “De la Rúa”... está dormido.
5. “Gran cuñado” tiene que eliminar un participante, siguiendo la voluntad de los votos telefónicos. Cuando se salvan, cada uno festeja a su modo -”Elisa Carrió” fumando a dos manos, “Carlos Ruckauf” riendo sin ton ni son, “Cavallo” hablando rápido y a los gritos, etc.– hasta que resulta eliminada “María Julia”, que llora. El procedimiento termina sin que “De la Rúa” se dé cuenta del todo de lo que ha ocurrido.
Para tener una idea de la repercusión del programa hay que saber que a la hora del pico de rating 6 de cada 10 televisores encendidos estaban sintonizados en el programa de Tinelli. Un punto de rating equivale, por otra parte a 30 mil televisores encendidos, en un horario (de 21 a 23) donde puede calcularse que hay por lo menos tres personas delante de cada aparato encendido. El rating de los otros programas nocturnos del lunes, según Ibope, fue éste, de 21 a 23.: “El sodero de mi vida” (19.4) e “Ilusiones” (12.4) por Canal 13; “Detrás de las noticias” (5.4), “Televisión registrada” (9.6) y “Polémica en el bar” (9.6), por América; “PH” (4.1), “Xica Da Silva” (5.2) y “Todos al diván” (3.8), por Azul, y “Noticiero 7” (1.7), “Código N” (1.2) y “Todo X 2$” (3.7) en Canal 7.

 

PRINCIPAL