Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Llevar el IVA al 16 por ciento en el
2002 es la promesa del cavallismo

Guillermo Mondino, jefe de asesores de Economía, anunció una nueva estructura tributaria, con los bancos como principal agente de cobranzas.

Juan Llach, ex ministro con De
la Rúa y viceministro con Menem.
Criticó, como otros ex funcionarios,
la estructura tributaria.

Por C.Z. y D.C.

Antes de que termine el 2002 la alícuota del IVA deberá ser del 16 por ciento, contra el 21 actual. Las provincias reemplazarán el impuesto a los Ingresos Brutos por un gravamen a las ventas minoristas. Y más adelante todas las personas deberán pagar el impuesto a las Ganancias, aunque podrán descargar en la liquidación lo que paguen de IVA en sus compras. Tales son los aspectos centrales de la reforma tributaria que prepara el Gobierno, adelantados ayer por Guillermo Mondino, jefe de asesores de Domingo Cavallo, al disertar en la convención de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA). El funcionario también aseguró que se encargará a los bancos la cobranza de impuestos, a la vez que éstos tendrán a su cargo todo el sistema de pagos y cobros de operaciones de comercio exterior.
Para Mondino, la actual estructura tributaria y los mecanismos de cobro de los impuestos son “ineficientes” y “alientan la evasión”. Por lo tanto, se hace necesario producir una reforma que elimine esos problemas desde la raíz. El mismo diagnóstico formularon otros economistas que participaron junto a Mondino del panel al que los banqueros destinaron el mayor espacio de la tarde. Lo curioso fue que las críticas al sistema impositivo fueron lanzadas por economistas que pertenecen a tres entidades que ocuparon el Ministerio de Economía durante la última década, por lo cual cabía preguntarse por qué edificaron la estructura que ahora cuestionan, o por qué lo hicieron sin al mismo tiempo insinuar alguna autocrítica.
Lo cierto es que ademán de Mondino, coincidieron en que es preciso encarar una profunda reforma tributaria los economistas Daniel Artana, ex secretario de Hacienda de Ricardo López Murphy y actual economista jefe de FIEL; Jorge Avila, del CEMA que comanda Roque Fernández; Juan Llach, ex viceministro de Cavallo durante el gobierno menemista y ex ministro de Educación de la administración actual, y Jorge Vasconcelos, economista del instituto de estudios de la Fundación Mediterránea. ABA excluyó del panel a economistas del equipo de José Luis Machinea, grandes protagonistas de la convención del año pasado y grandes ausentes de la que terminó ayer.
El jefe de asesores de Cavallo sostuvo que el problema tributario “no pasa por la presión impositiva” que existe en la Argentina, la cual “no es anormal respecto a otros países”. “Necesitamos una política tributaria que haga que la economía gane en flexibilidad y mejore la eficacia con la cual se recaudan impuestos”, aseguró Mondino. Con un nivel de eficiencia recaudatoria equivalente a la de Chile y España, ejemplificó, los ingresos por IVA deberían ser del 8,3 por ciento del PBI, contra el 6,8 actual. O bien se podría bajar la alícuota del impuesto al 17 por ciento para recaudar lo mismo que ahora. Tal como había anticipado Página/12, el plan del equipo económico para mejorar la percepción de impuestos es delegar su cobranza en los bancos. Mondino dijo que de ese modo se “bajará el costo de la administración tributaria”, pero no dio detalles sobre cuándo se avanzará con esa idea ni si los bancos estarán habilitados a embargar o ejecutar bienes de contribuyentes morosos. Lo que es claro es que el Gobierno les reserva a los bancos un lugar central en la cobranza impositiva.
En esa línea, “habrá una minimización de las retenciones y percepciones” por parte de las empresas, con el doble objetivo, según sostuvo Mondino, de evitar una duplicación de costos administrativos y mejorar los controles sobre los contribuyentes. Al pasar por los bancos la cobranza de impuestos –a cambio de una comisión, lo que abre para las entidades financieras la puerta a un nuevo negocio– y las liquidaciones de comercio exterior, el Gobierno confía en que dispondrá de información suficiente para combatir la evasión con eficacia.
Además de anticipar el nuevo sistema de pagos de impuestos, Mondino esbozó los cambios que se preparan para la política tributaria. En ese sentido, señaló que “antes que finalice el 2002 la tasa del IVA será del 16 por ciento”, y que “la totalidad de los aportes patronales y del impuesto a las Transacciones Financieras podrán ser computados a cuenta del IVA”. Hacia el futuro, sin precisar una fecha, dijo que “se generalizará el impuesto a las Ganancias a todos los sujetos y empresas”. Finalmente, sostuvo que se buscará un acuerdo con las provincias para que eliminen el impuesto a los Ingresos Brutos y en su lugar fijen un gravamen a las ventas minoristas. Artana, Avila, Llach y Vasconcelos coincidieron en que debe suprimirse Ingresos Brutos, aunque dieron diferentes sugerencia sobre cómo reemplazarlo. En líneas generales, los problemas que estos economistas identificaron en el sistema impositivo actual coincidieron con los que dijo Mondino, por lo que cabe esperar un apoyo de los economistas del establishment financiero al plan tributario del gobierno.

 


 

MIGUEL ARRIGONI, DE LA CONSULTORA ERNST & YOUNG
“La tasa debería bajar”

Por C. Z.

Miguel Arrigoni, experto de la consultora financiera Ernst & Young, relativizó que porque el riesgo país sea alto impida una caída de las tasas de interés. Precisamente, ése es el principal argumento de los banqueros para justificar que el costo financiero se mantenga por las nubes. En diálogo con Página/12, antes de su exposición en ABA, Arrigoni dijo que si las entidades financieras no cambian de política (mantener altas las tasas de interés y restringir el otorgamiento de préstamos), difícilmente la Argentina dejará atrás la recesión.
–¿Cómo afecta la recesión a los bancos?
–Obviamente, no pasan por el mejor momento pero el sistema es sólido. La recesión hizo que la calidad de sus activos haya empeorado con respecto a la de hace unos años pero, en la práctica, el hecho de que hayan restringido la expansión del crédito les permitió no limitar el riesgo. Esto fue malo para la economía porque no ayudó a reactivarla pero, al menos, no comprometió al sistema. Sería bueno ver a un sistema financiero más activo en materia de colocación de préstamos, de manera que permita la reactivación que todos esperamos.
–Los banqueros aducen que no pueden bajar las tasas de interés porque el riesgo país está en niveles altos. ¿Qué piensa?
–La tasa de interés interna no tiene nada que ver con las situaciones externas. Es cierto que la crisis de financiamiento del sector público hace que el Estado demande dinero en el mercado local, absorbiendo capacidad prestable para las empresas e individuos. Pero el costo al que prestan los bancos depende exclusivamente de nuestro país. Y no del riesgo que se percibe desde el exterior.
–¿Sería lógico, entonces, que concretado el megacanje y con normas más flexibles del Banco Central disminuyan las tasas?
–Pedro Pou tenía como filosofía convalidar tasas de interés altas en el mercado interno para evitar una fuga de depósitos. A mi juicio es una estrategia totalmente equivocada porque cuando el ahorrista recibe rendimientos muy altos por sus depósitos, percibe que hay una crisis y, muy probablemente, traspase a dólares su colocación o bien saque el dinero del banco. Insisto: no tiene sentido convalidar tasas altas por el solo hecho de que en el extranjero perciban que el riesgo argentino es elevado y le presten caro al Gobierno. Las tasas de interés tienen que bajar. De lo contrario, nuestros problemas serán todavía más importantes. Creo que hasta ahora no vimos este descenso porque muchos grupos multinacionales se cubrieron de una eventual devaluación, aceptando costos muy altos. En la medida que ese temor disminuya, las tasas deberían caer.

 

PRINCIPAL