Por C.Z. y D.C.
Antes de que termine el 2002
la alícuota del IVA deberá ser del 16 por ciento, contra
el 21 actual. Las provincias reemplazarán el impuesto a los Ingresos
Brutos por un gravamen a las ventas minoristas. Y más adelante
todas las personas deberán pagar el impuesto a las Ganancias, aunque
podrán descargar en la liquidación lo que paguen de IVA
en sus compras. Tales son los aspectos centrales de la reforma tributaria
que prepara el Gobierno, adelantados ayer por Guillermo Mondino, jefe
de asesores de Domingo Cavallo, al disertar en la convención de
la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA). El funcionario también
aseguró que se encargará a los bancos la cobranza de impuestos,
a la vez que éstos tendrán a su cargo todo el sistema de
pagos y cobros de operaciones de comercio exterior.
Para Mondino, la actual estructura tributaria y los mecanismos de cobro
de los impuestos son ineficientes y alientan la evasión.
Por lo tanto, se hace necesario producir una reforma que elimine esos
problemas desde la raíz. El mismo diagnóstico formularon
otros economistas que participaron junto a Mondino del panel al que los
banqueros destinaron el mayor espacio de la tarde. Lo curioso fue que
las críticas al sistema impositivo fueron lanzadas por economistas
que pertenecen a tres entidades que ocuparon el Ministerio de Economía
durante la última década, por lo cual cabía preguntarse
por qué edificaron la estructura que ahora cuestionan, o por qué
lo hicieron sin al mismo tiempo insinuar alguna autocrítica.
Lo cierto es que ademán de Mondino, coincidieron en que es preciso
encarar una profunda reforma tributaria los economistas Daniel Artana,
ex secretario de Hacienda de Ricardo López Murphy y actual economista
jefe de FIEL; Jorge Avila, del CEMA que comanda Roque Fernández;
Juan Llach, ex viceministro de Cavallo durante el gobierno menemista y
ex ministro de Educación de la administración actual, y
Jorge Vasconcelos, economista del instituto de estudios de la Fundación
Mediterránea. ABA excluyó del panel a economistas del equipo
de José Luis Machinea, grandes protagonistas de la convención
del año pasado y grandes ausentes de la que terminó ayer.
El jefe de asesores de Cavallo sostuvo que el problema tributario no
pasa por la presión impositiva que existe en la Argentina,
la cual no es anormal respecto a otros países. Necesitamos
una política tributaria que haga que la economía gane en
flexibilidad y mejore la eficacia con la cual se recaudan impuestos,
aseguró Mondino. Con un nivel de eficiencia recaudatoria equivalente
a la de Chile y España, ejemplificó, los ingresos por IVA
deberían ser del 8,3 por ciento del PBI, contra el 6,8 actual.
O bien se podría bajar la alícuota del impuesto al 17 por
ciento para recaudar lo mismo que ahora. Tal como había anticipado
Página/12, el plan del equipo económico para mejorar la
percepción de impuestos es delegar su cobranza en los bancos. Mondino
dijo que de ese modo se bajará el costo de la administración
tributaria, pero no dio detalles sobre cuándo se avanzará
con esa idea ni si los bancos estarán habilitados a embargar o
ejecutar bienes de contribuyentes morosos. Lo que es claro es que el Gobierno
les reserva a los bancos un lugar central en la cobranza impositiva.
En esa línea, habrá una minimización de las
retenciones y percepciones por parte de las empresas, con el doble
objetivo, según sostuvo Mondino, de evitar una duplicación
de costos administrativos y mejorar los controles sobre los contribuyentes.
Al pasar por los bancos la cobranza de impuestos a cambio de una
comisión, lo que abre para las entidades financieras la puerta
a un nuevo negocio y las liquidaciones de comercio exterior, el
Gobierno confía en que dispondrá de información suficiente
para combatir la evasión con eficacia.
Además de anticipar el nuevo sistema de pagos de impuestos, Mondino
esbozó los cambios que se preparan para la política tributaria.
En ese sentido, señaló que antes que finalice el 2002
la tasa del IVA será del 16 por ciento, y que la totalidad
de los aportes patronales y del impuesto a las Transacciones Financieras
podrán ser computados a cuenta del IVA. Hacia el futuro,
sin precisar una fecha, dijo que se generalizará el impuesto
a las Ganancias a todos los sujetos y empresas. Finalmente, sostuvo
que se buscará un acuerdo con las provincias para que eliminen
el impuesto a los Ingresos Brutos y en su lugar fijen un gravamen a las
ventas minoristas. Artana, Avila, Llach y Vasconcelos coincidieron en
que debe suprimirse Ingresos Brutos, aunque dieron diferentes sugerencia
sobre cómo reemplazarlo. En líneas generales, los problemas
que estos economistas identificaron en el sistema impositivo actual coincidieron
con los que dijo Mondino, por lo que cabe esperar un apoyo de los economistas
del establishment financiero al plan tributario del gobierno.
MIGUEL
ARRIGONI, DE LA CONSULTORA ERNST & YOUNG
La tasa debería bajar
Por C. Z.
Miguel Arrigoni, experto de
la consultora financiera Ernst & Young, relativizó que porque
el riesgo país sea alto impida una caída de las tasas de
interés. Precisamente, ése es el principal argumento de
los banqueros para justificar que el costo financiero se mantenga por
las nubes. En diálogo con Página/12, antes de su exposición
en ABA, Arrigoni dijo que si las entidades financieras no cambian de política
(mantener altas las tasas de interés y restringir el otorgamiento
de préstamos), difícilmente la Argentina dejará atrás
la recesión.
¿Cómo afecta la recesión a los bancos?
Obviamente, no pasan por el mejor momento pero el sistema es sólido.
La recesión hizo que la calidad de sus activos haya empeorado con
respecto a la de hace unos años pero, en la práctica, el
hecho de que hayan restringido la expansión del crédito
les permitió no limitar el riesgo. Esto fue malo para la economía
porque no ayudó a reactivarla pero, al menos, no comprometió
al sistema. Sería bueno ver a un sistema financiero más
activo en materia de colocación de préstamos, de manera
que permita la reactivación que todos esperamos.
Los banqueros aducen que no pueden bajar las tasas de interés
porque el riesgo país está en niveles altos. ¿Qué
piensa?
La tasa de interés interna no tiene nada que ver con las
situaciones externas. Es cierto que la crisis de financiamiento del sector
público hace que el Estado demande dinero en el mercado local,
absorbiendo capacidad prestable para las empresas e individuos. Pero el
costo al que prestan los bancos depende exclusivamente de nuestro país.
Y no del riesgo que se percibe desde el exterior.
¿Sería lógico, entonces, que concretado el
megacanje y con normas más flexibles del Banco Central disminuyan
las tasas?
Pedro Pou tenía como filosofía convalidar tasas de
interés altas en el mercado interno para evitar una fuga de depósitos.
A mi juicio es una estrategia totalmente equivocada porque cuando el ahorrista
recibe rendimientos muy altos por sus depósitos, percibe que hay
una crisis y, muy probablemente, traspase a dólares su colocación
o bien saque el dinero del banco. Insisto: no tiene sentido convalidar
tasas altas por el solo hecho de que en el extranjero perciban que el
riesgo argentino es elevado y le presten caro al Gobierno. Las tasas de
interés tienen que bajar. De lo contrario, nuestros problemas serán
todavía más importantes. Creo que hasta ahora no vimos este
descenso porque muchos grupos multinacionales se cubrieron de una eventual
devaluación, aceptando costos muy altos. En la medida que ese temor
disminuya, las tasas deberían caer.
|