Por Javier Aguirre
Durante toda la entrevista
tiene un televisor detenido en una escena de la película Belleza
americana, la de la bolsita de basura que vuela en el viento. Sorprendentemente
sereno y en su dormitorio hoy blanqueado y curado de graffitis,
Charly García se entusiasma al hablar sobre el nuevo doble álbum
de Sui Generis, que inicialmente iba a ser un disco en vivo que capturara
los conciertos del regreso del dúo que comparte con Nito Mestre,
pero que terminó siendo una superproducción llena de sobregrabaciones,
capaz de sonido e invitados de primera línea que incluyen a Mercedes
Sosa, Gustavo Cerati, Fito Páez y Ricardo Mollo, pero en roles
secundarios. Charly no sólo habla de Sui y Si durante la entrevista
con Página/12 sino que además revela conceptos detrás
del arte de tapa y del título, y hasta de ingredientes sonoros
semiocultos, como para alimentar entre sus fans la creación mitológica:
que a lo largo de todo el disco se escucha, como un zumbido, una permanente
nota si. O que el arte de tapa, hecho por el propio Charly,
fue diseñado y pintado directamente sobre la tapa del disco The
Wall, de Pink Floyd: algunos ladrillitos que se asoman por ahí
lo prueban.
¿Trabaja deliberadamente para ser un mito?
Sí, un mito Mestre. Trato de transmitir muchas cosas, una
mitología Say No More. En la tapa de Si hay dos líneas que
van hacia un centro, y ese centro es la nota si del pentagrama, que con
otra perspectiva pueden ser las piernas de una chica y su conchita. Por
eso pinté la tapa sobre The Wall. Me gustó la idea de que,
si había una pared (que representa todo lo negativo y la mierda
represiva de la sociedad), el disco fuese la puerta para entrar a todo
lo irreal, a otra dimensión.
La nota si también es la última de la escala. ¿Es
un final de ciclo?
El si ocupa el centro del pentagrama, y se escribe con una rayita.
El do es una cosa gorda, y no me venía bien. Es la intención
de poner al disco en un aprieto; ya que el si no es una nota muy combinable,
es conflictiva. Hay un si puesto subliminalmente en todo el disco, sonando
como un zumbido. Amo las imágenes y las mitologías que hay
en torno a las notas, y a los discos. Como pasa con el si bemol, que es
la ingrata nota de las bocinas de los autos y los relojes despertadores,
esa nota con una vibración que nos pone tan mal. Pero la pregunta
es como el huevo y la gallina: ¿Qué fue primero? ¿Si
bemol es una nota horrible y por eso la pusieron en los despertadores
y las bocinas, o si bemol nos parece horrible porque asociamos con que
la usan para eso? Siempre me gustó aportar a los mitos. Eso es
mostrar que soy diferente. Antes, a los diferentes los mataban. A mí
me pegaron por ser zurdo.
¿Ahora es más fácil ser diferente?
Es más fácil expresar la diferencia, ser libre para
hablar o vestirse como se te antoje. Es un logro de mi generación.
Veo reflejado, en los pibes de hoy, cómo era yo antes. Por eso
me consideran su papá, su superpapá.
Con el tratamiento de sonido y de sobregrabaciones que da a sus
discos, ¿se siente más en la vanguardia que artistas más
jóvenes?
Yo rompo reglas, pero después de haberlas aprendido. Muchas
reglas se hicieron para ser rotas, pero para romperlas primero tenés
que saberlas. Una vez que las conozcas, desafialas, pero no tiene sentido
hacerlo desde la ignorancia. Ahora se llama artista a tipos que no son
artistas. Podés ser músico, ser actor, estar en la TV, pero
no por eso sos artista. Si hablamos en serio, artistas de verdad hay pocos.
El artista es un tipo de otro nivel, alguien que hace arte de su vida.
¿Es una reflexión autorreferencial?
Pensaba en Salvador Dalí, pero bueno, es cierto, yo desde
chico siempre tuve ese juego de crear personajes para salir airoso de
ciertas situaciones, desde peleas de colegio hasta irme de la colimba.
Siempre tuve que crear comedias y dramas.
¿Percibe cierto clima general de pesimismo, de decepción?
Esa decepción invade a los artistas y empiezan a hacer obras
pesimistas. Preferiría ni enterarme de quién está
en el Gobierno. ¿Quién carajos se creen que son? Son políticos
de mierda, gente no importante. ¿Cómo pueden ser importantes
si no hacen nada? Pero también me parece que el país siempre
fue así. Cuando yo era chico quizá se estaba un poco mejor,
pero calculo que la decadencia de mi familia coincidió con la decadencia
del país. Han pasado muchas cosas malas, la dictadura, los malos
gobiernos... De todos modos, entre asesinos y corruptos, prefiero a los
corruptos.
¿Usted logra que la política no lo afecte como artista?
No, por supuesto. No tiene gracia una fiesta si el único
que se divierte es uno. Pero me aburre que la gente hable tanto de política.
No estoy en contra de los noticieros, pero a veces me cansa la gente hablando
y opinando en la radio todos los días. Yo, entre ellos. Me da vergüenza
opinar de cosas que no conozco profundamente. A veces uso ocurrencias
o supuestas frases inteligentes, porque mi personaje me da hándicap
para que la gente lo tome con onda.
¿Qué balance hace de su obra durante la década
pasada, en la que pasó de los discos de canciones, como Filosofía
barata y zapatos de goma, a los conceptuales como Say no more?
Algo me pasó. Fue una reacción a lo que me decían
en la clínica cuando estuve internado: que no se podía vivir
en asociación libre. Me dijeron tantas veces tamaña estupidez,
que me la agarré contra eso. ¿Cómo que no se puede,
si yo viví así toda mi vida? Entonces con Say no more quise
que los músicos grabaran una canción sin conocerla, asociación
libre musical. Yo ponía play en un casete con la base, ellos empezaban
a tocar, y ahí yo la paraba y ellos tenían que seguir tocando,
sin saber cómo continuaba el tema. Say no more está tocado
en el aire, con líneas melódicas en lugar de acordes.
De gira, pero como
solista
Aunque la edición de Si está llegando a las disquerías,
Charly ya tiene nuevos planes, entre ellos la grabación de
un disco solista en el que sólo tocará el piano y
cantará, y el comienzo de una gira argentina, primero, y
una americana, después. La serie de conciertos (en los que
se presentará como solista, aparentemente sin la compañía
de Nito Mestre) comenzará el viernes 13 de julio en Pinar
de Rocha y continuará con fechas en Córdoba, Rosario,
Tres Arroyos, Azul y Bahía Blanca, aunque puede haber agregados.
A partir de agosto iniciará su gira internacional, que prevé
shows en Venezuela, Costa Rica, República Dominicana y varios
en Estados Unidos (Nueva York y Chicago, entre ellos).
|
Menem es un
fan mío
¿Cuál es su relación actual con Carlos
Menem?
Es un fan mío, y yo trato bien a mis fans. El se me
presentó como un fan, lo primero que me dijo cuando lo conocí
fue que se había pasado el día escuchando mis discos,
y me regaló un instrumento musical chino carísimo.
Hablamos por teléfono cuando estuve preso, en Mendoza. El
me llamó en las buenas y en las malas, y yo le devolví
el llamado ahora. Pero no pasa de eso.
¿Y cómo se transformó su relación
con él? En 1989 lo llamaba Never ty Nemen,
pero en 1999 terminó tocando con él en Olivos...
No es que haya adherido a su política ni mucho menos,
pero cuando lo conocí me cambió la forma de verlo
y le pude hablar de lo que yo quería.
¿Qué le dijo? ¿Fue casual que tocara
Los dinosaurios frente a él, que firmó
los indultos a los militares?
No fue casualidad. Cuando me invitó, pensé que
me iban a estar mirando todos y se me ocurrió cantar. ¿El
protocolo? Un carajo. Al contrario, el protocolo fue de él,
que me recibió con el brazalete de Say No More. Todo el mundo
tenía el brazalete puesto, parecía un bunker nazi;
terrible y surrealista. Entonces toqué. Yo soy músico,
e hice lo que cualquier músico, cualquier salame, hubiera
hecho. De toda esa experiencia me quedaron muchas preguntas, como
en Matrix: ¿Qué es realidad y qué es ficción?
Te terminás volviendo loco. Yo en esa época descontaba
que tenía los teléfonos pinchados. Es más,
si no los tenía pinchados, me ofendía.
¿Y si De la Rúa le dijera que es fan suyo, tocaría
para él?
Le diría que, primero, se pusiera el brazalete. Pero
no creo que le guste la música. Para mí, escucha a
Los Fronterizos.
|
Un trabajador
¿Se considera un trabajador?
Soy muy laburador. Vivo al revés: de noche estoy pensando
qué voy a hacer al día siguiente. Toco todos los instrumentos
perfecto porque todo el tiempo estoy practicando y tocando. Ese
es mi trabajo. Estudié doce años de piano, no soy
un hippie que se puso a tocar la guitarrita y chau. Más allá
de tener un don que vino de fábrica.
|
|