El presidente Fernando de la
Rúa designó ayer a Raúl Pistorio, un hombre vinculado
al ministro de Salud, Héctor Lombardo, como nuevo interventor del
PAMI por 360 días. La idea es que luego de ese plazo concluya la
normalización de la obra social de los jubilados. Mediante el decreto
857, el Presidente también aceptó la renuncia de Federico
Polak, quien se había alejado de la intervención luego de
perder una pulseada política con Lombardo, quien logró acelerar
la salida del ex vocero de Raúl Alfonsín y delarruizar
el organismo. En martes, al cierre de la convención anual de la
Asociación de Bancos de la Argentina, De la Rúa anunció
que en seis meses se completará la reconversión
del PAMI, aunque no especificó el alcance de ese término.
Los gremios temen la privatización.
Aun con la tercera parte de los recursos que tenía el PAMI en tiempos
de Matilde Menéndez, la obra social de los jubilados sigue representando
un interesante mercado de tres millones y medio de personas. La intención
de Lombardo y del ministro de Economía, Domingo Cavallo, es desregularla.
Polak no estaba de acuerdo con la desregulación y, alfonsinista
al fin, no era santo de la devoción del ministro de Salud. Hace
menos de una semana, cuando Lombardo le pidió que se vaya, nadie
en el Gobierno salió a respaldar a Polak.
Ayer, el Presidente firmó el decreto con las nuevas designaciones.
Horacio Pistorio será el nuevo interventor. Edgardo Ernesto Trivisonno
será subinterventor de Atención de la Salud y Diego Enrique
Capurro Robles será el nuevo subinterventor General de Gestión
y Financiamiento. A su vez, la flamante intervención podrá
designar como máximo a 7 subinterventores. Pistorio es un médico
sanitarista, estuvo al frente del PAMI entre 1983 y 1988 y fue gerente
de la Fundación Favaloro, y la gente de su entorno asegura que
durante ese período pese a las reducciones presupuestarias
nunca se interrumpió ninguna prestación en ningún
lugar del país. Goza, por supuesto, de la total confianza
de Lombardo.
Trivisono es un delarruista puro y Capurro es de origen frepasista,
aunque no asume como el representante de ese partido en la obra social
de los jubilados. Ahora, Lombardo podrá controlar personalmente
el PAMI, aunque no será fácil que en el actual contexto
político y económico prospere la desregulación que
ambiciona. Por las dudas, los trabajadores del PAMI tomaron ayer la sede
central de ese instituto frente al intento de privatizarlo,
aunque Polak afirmó que la continuidad del PAMI está
asegurada aunque con menos recursos. Miles de trabajadores de ATE
y UPCN ocuparon ayer no sólo el edificio de Perú al 100,
y la subsede de Avenida de Mayo y Piedras, sino también otras sedes
que el Instituto tiene en todo el país, frente a la intención
de desregular el sistema de salud. Polak volvió a manifestarse
ayer contra la privatización y confió en que los legisladores
rechazarán el proyecto que deben tratar hoy, ya que, según
dijo, ocasionaría más sectores excluidos del
acceso a la atención sanitaria.
El secretario de ATE-PAMI, Rubén Grimaldi, dijo ayer que el
riesgo más grande que se corre es el intento del ministro de Economía,
Domingo Cavallo, de meter las manos en el PAMI. Grimaldi advirtió
que el cavallismo presentó un proyecto que pide se declare
la emergencia financiera y de las prestaciones del Instituto, que le daría
carta abierta para intervenir en el PAMI y, en especial, desguazarlo y
llegar a lo que él quiere: una política de desregulación
donde la gente se haga cargo con su bolsillo para acceder a algún
tipo de medicina prepaga, o administradora de salud. También
UPCN recordó que los trabajadores del PAMI protestaron ayer para
reclamar el cese de la intervención.
OPINION
Por Franco Castiglioni *
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Cómo cambiar la política
A menos de 100 días de las elecciones legislativas, inéditas
en el perfil institucional por la renovación total y directa
del Senado, pero con una dimensión de incertidumbre política
donde todos los escenarios aparecen verosímiles, muchos continúan
pensando que es posible empezar ya mismo con la reforma política
para tenerla en funcionamiento antes de octubre. La hipocresía
superó otro límite más: la reforma de las instituciones
y de las reglas de juego se ha transformado en la carrera para demostrar
cuánto se podría mejorar la imagen de los políticos
con un puñado de artículos que refieren sólo
superficialmente a la reforma.
Hay varias formas de entender la reforma política. Para algunos
se trata de eliminar la lista sábana. Este sector suele dar
algunas vagas explicaciones sin analizar posibles consecuencias
de aplicar otros sistemas electorales. Para otros se trata lisa
y llanamente una cuestión fiscal: la política sería
demasiado cara. Lo cual se puede traducir como que desgraciadamente
en un régimen democrático como el que tenemos
ciertas medidas económicas no se pueden tomar. ¿Suena
familiar, no?
Pero también están aquellos que, con la intención
de separar política de lobbies, han propuesto una batería
de proyectos sugerentes: acortar campañas, poner topes a
los dineros públicos y, sobre todo, limitar el financiamiento
privado de los partidos políticos. Claro que, por razones
discutibles, no prevén los controles adecuados para que se
pueda hacer el intento de garantizar el éxito de la reforma.
Algunos ex funcionarios pusieron toda su buena voluntad, pero enviaron
al Congreso un proyecto con las limitaciones al tiempo de campañas
y la fijación de topes de financiamiento, o la interna abierta
obligatoria con pocos controles, para que fuese tratado antes de
concluir el primer año de gobierno. Fue una idea ingenua
sobre cómo se tejen los acuerdos políticos. O los
interlocutores no eran válidos, o la oposición simplemente
hizo valer su peso numérico, o a pesar de sus limitaciones
pareció demasiado.
Legislar de apuro, porque las encuestas y muchos medios lo exigen,
es ahondar errores y sospechas. Frente a la gravedad de la crisis
social sería tal vez más acorde que, con madurez,
los dirigentes políticos acuerden una brevísima campaña
electoral de un mes. Y que el Gobierno, siguiendo en este punto
el ejemplo austero de Chile, no casualmente país que Transparencia
Internacional considera entre los países menos corruptos
del mundo, designe una franja televisiva, a disposición
de los partidos con personería electoral, en la que éstos
puedan gratuita e igualitariamente tener la oportunidad de publicitar
ideas e incorporar debates. De esta manera el costo se reduce drásticamente,
como sucede en Gran Bretaña, donde las últimas elecciones
fueron las menos costosas de su historia. Y también se reducen
el peso de los lobbies, los incentivos a intercambios de favores,
el manejo de cajas partidarias.
Se trataría de un consenso maduro, que comprende las prioridades
de la sociedad. Después de octubre habrá tiempo para
debatir seriamente, sin demagogia, para qué la reforma, qué
objetivos se buscan, qué sistema reemplazaría a la
lista sábana para no hacer desaparecer a los pequeños
partidos. Y, finalmente, algo tan poco banal como plantear la legitimación
de la política gracias a la eficacia de gobierno y la participación
política.
* Ex coordinador general de la Reforma Política de la
Secretaría de Modernización del Estado, Vicepresidencia
de la Nación.
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