Después de tres días
de reuniones y trabajosas negociaciones, los 189 Estados miembros de la
ONU adoptaron ayer el primer plan mundial de lucha contra el sida que
establece pautas de prevención y tratamiento de esa enfermedad.
Aunque el sólo hecho de haber logrado ponerse de acuerdo sobre
un plan global fue considerado un éxito, en los pasillos del edificio
de la ONU había ayer un comentario obligado: el escaso interés
de los países del Primer Mundo en aportar los fondos necesarios
para garantizar el funcionamiento del proyecto.
Tenemos un documento que expone un plan de batalla bien definido
en la guerra contra el sida, con objetivos claros y un calendario preciso,
anunció el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan.
El documento, titulado Ante una crisis global, una acción
global, define objetivos de prevención y de tratamiento de
la epidemia, subraya los derechos humanos de las personas infectadas por
el sida y la necesidad de hacer mayor esfuerzos en la investigación,
hasta descubrir una vacuna contra el sida. El texto reafirma el derecho
de las personas más vulnerables debido a sus orientaciones
y comportamientos sexuales, a tener protección y tratamiento
contra la enfermedad, aunque no menciona explícitamente a los homosexuales,
a las prostitutas, a los drogadictos ni a los presos. Esta ausencia en
el texto fue una concesión a los países islámicos,
que se oponían recalcitrantemente a esta mención en el documento
final de esta conferencia, y fue reprochado por organizaciones no gubernamentales
y activistas de la lucha contra el sida. El propio Annan reconoció
los enfrentamientos generados por ese punto al decir que el documento
había puesto de manifiesto dolorosas diferencias.
La ONU tampoco logró arrancar a los países ricos el dinero
necesario para luchar contra la epidemia. Annan había pedido entre
7000 y 10.000 millones de dólares hasta el 2005, pero al fin de
la cumbre el fondo había reunido sólo unos 645 millones.
El plan hace recomendaciones y marca objetivos concretos, como establecer
para el año 2003 estrategias nacionales que se refieran a la epidemia
en términos directos y hagan frente al estigma, el silencio
y el rechazo. Otra de las metas es la de que para el 2003
establezcan objetivos nacionales con plazos concretos para reducir la
incidencia del VIH entre los jóvenes de ambos sexos de 15 a 24
años de edad en los países más afectados en un 25
por ciento para el 2005 y en todo el mundo en un 25 por cierto para el
2010.
La declaración intentó un difícil equilibrio para
contentar a unos y otros. Así como por un lado sostiene que los
programas de prevención deberían impulsar el comportamiento
sexual responsable, incluyendo la abstinencia y fidelidad, también
sostiene que los gobiernos deberían favorecer el acceso a condones,
jeringas y agujas estériles tanto a hombres como a mujeres.
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) presentes en la reunión
recibieron con prudencia la declaración. Esperamos que se
traduzca en actos urgentes: financiamientos adecuados y programas ambiciosos
que deben ser puestos en marcha para que se puedan salvar vidas inmediatamente
afirmó Anne-Valérie Kaninda, de la organización
Médicos sin Fronteras. Sin apoyo financiero internacional,
esta declaración será letra muerta. Y para los países
en desarrollo que tienen el mayor número de seropositivos, es necesario
asegurar la compra de medicamentos y tecnología a más bajos
precios.
Los objetivos propuestos
De aquí al 2003,
establecer objetivos nacionales para posibilitar la reducción
de la incidencia del VIH entre los jóvenes, hombres y mujeres,
de 15 a 24 años, en 25% para 2005 en los países más
afectados y 25% a escala mundial de aquí al 2010.
De aquí al 2005,
buscar que por lo menos 90% y para el 2010 por lo menos 95% de los
jóvenes de 15 a 24 años tengan acceso a la información,
la educación sobre el VIH.
De aquí al 2005,
asegurar que existan en todos los países y en particular
en los más afectados, un vasto espectro de programas de prevención.
De aquí al 2003,
asegurar la puesta a punto de estrategias nacionales para reforzar
los programas de salud y atacar los factores que afectan la administración
de medicamentos contra el VIH, incluidos los antirretrovirales.
De aquí al 2003,
promulgar, reforzar o aplicar leyes, reglamentos y otras medidas
con el fin de eliminar toda forma de discriminación contra
los seropositivos/enfermos de sida y los miembros de grupos vulnerables.
De aquí al 2003,
poner en práctica a escala nacional un marco jurídico
y de referencia que asegure la protección en los lugares
de trabajo, de los derechos y de la dignidad de los seropositivos/enfermos
de sida.
Incrementar las inversiones
y acelerar la investigación para la obtención de una
vacuna contra el VIH.
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