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LA SELECCION ARGENTINA SUB-20 PASO CON ESFUERZO
China nos hizo transpirar

Sin jugar bien, ante la desaprobación del público, el equipo argentino logró una dificultosa victoria en el Mundial. Rodríguez y Domínguez, los goles.

Romagnoli intenta
escapar la marca de Lin Zhou.
Argentina ganó 2-1, pero su rendimiento dejó muchas dudas.

Por Facundo Martínez

Lejos de la contundencia que había mostrado frente a sus rivales de la primera ronda del Mundial juvenil, la Selección Argentina Sub-20 derrotó a China con un apretado 2-1, y consiguió así el pase a los cuartos de final, donde deberá medirse con Francia, el domingo a las 14. Impreciso y disperso, el conjunto de José Pekerman sufrió más de la cuenta ante un oponente futbolísticamente menor, pero fuerte y veloz, y dejó varias dudas sobre su potencialidad. El encuentro, que significó el primer duelo serio para la Argentina, evidenció las falencias sobre las que el técnico deberá trabajar para salir airoso ante rivales de mayor jerarquía.
Mientras algunos espectadores no terminaban de acomodarse, Argentina abrió el marcador, tras un tiro libre de Leandro Romagnoli que Rodríguez conectó de cabeza, aprovechando cierta distracción de los defensores chinos que habían ido en patota a marcar a Coloccini, descuidando sus espaldas. Iban apenas 3 minutos, y todo indicaba que se venía la goleada. Pero esa goleada no llegó, ni mucho menos, porque la respuesta del rival no se hizo esperar.
Con más fuerza que maña, China encontró en los pies de Song Yan la fórmula para llegar al área contraria. Eso le sirvió sin embargo para complicar y arrinconar a la Argentina, que entró rápidamente en un juego más desesperado y equívoco, lo que le impidió aprovechar los espacios que dejaban los chinos, rápidos para ir al frente, pero lentos en la retirada.
Argentina tuvo varias oportunidades para agrandar el marcador, pero todas se pinchaban, ya fuera en el rombo del mediocampo chino, en el que sobresalió Sheng Wang, o bien en las cercanías del área de Qi An, donde defensores y volantes respondían en bloque a los ataques de los delanteros argentinos. Salvo un remate de Romagnoli que se estrelló en el travesaño, los demás ataques terminaban más o menos igual: Saviola, Herrera, Rodríguez y Romagnoli, enredados entre las infinitas piernas de los rivales y rematando afuera. Mucho vértigo, poca precisión.
Y en el complemento a la Argentina se le complicó más el trámite. Luego de que Herrera malograra un mano a mano ante el arquero Qi An, que lo encimó y lo obligó a sacar un tirito a cualquier parte, Yi Ma se perdió de cabeza el empate gracias al despeje de Lux. Pero la igualdad llegó enseguida, con el ingreso de Bo Qu, quien con menos de un minuto en el campo puso el 1-1, tras una mala salida del arquero argentino.
China se conformó con el empate, con la sorpresa de la hazaña que los podía llevar a los penales, y se desinfló. Pekerman, que veía sucumbir las buenas luces de su equipo, puso en la cancha a Domínguez, sacando a Herrera. Esa fue la llave que le abrió la puerta al triunfo: luego de un cabezazo de Coloccini que dio en el travesaño, Domínguez arremetió y conectó un remate fuerte y bajo. Con el gol se acabaron los sobresaltos y prácticamente el partido. El resto: bostezos.

 


 

HUBO SILBIDOS DE LOS HINCHAS
Con frío en las tribunas

Por Adrián De Benedictis

Como ya es habitual en los partidos que juega la Selección Argentina Sub20, la reacción de la gente está vinculada directamente a lo que transmite el equipo en la cancha. Y por primera vez, el público expresó ayer su malestar por el pobre rendimiento que mostró el equipo conducido por José Pekerman. Cuando el encuentro todavía no estaba definido y el empate anunciaba una posible resolución con gol de oro, desde las cabeceras se llegaron a escuchar insultos para los chicos argentinos ante cada entrega mal realizada, o ante cada intento frustrado. En ese rubro, el delantero de Boca, Esteban Herrera fue uno de los más hostigados. Claro, Argentina venía de tres goleadas y hasta los 33 minutos del segundo tiempo todo era incertidumbre.
Las sensaciones de las cerca de 30 mil personas que asistieron ayer a la cancha de Vélez fueron cambiando a medida que pasaban los minutos. Una vez más, el rápido gol de Maximiliano Rodríguez hacía imaginar que el desarrollo del encuentro sería manejado por Argentina con mucha tranquilidad. Sin embargo, cuando el segundo tanto no llegaba, la impaciencia fue el factor común en los cuatro sectores. La principal demostración de fastidio fue cuando el ingresado Bo Qu convirtió el empate, después de una mala salida del arquero Lux. En ese instante, los silbidos envolvieron todo el estadio.
Después de ese gol –que festejó ruidosamente la platea superior norte, repleta de hinchas chinos residentes en Buenos Aires– el público amagó con elevar la temperatura, pero no hubo repercusión. El silencio y el estatismo hacían más fría la tarde en Liniers. Pero cuando la irritación amenazaba con llegar a lo más alto, Domínguez provocó la mayor explosión, después de marcar el gol del triunfo. El desenlace fue la síntesis del día. A los 40 de la segunda parte, las populares empezaron a ser desalojadas ante tanta medianía.
Argentina sigue avanzando en el Mundial, pero las acciones del equipo bajaron considerablemente. Para el próximo domingo se espera la reivindicación.

 


 

LO ADMITIO JOSE PEKERMAN
“Victoria desesperada”

Cuando la clasificación a los cuartos de final ya estaba asegurada, el entrenador del seleccionado argentino juvenil, José Pekerman, admitió que su equipo consiguió ayer “una victoria desesperada” ante la Selección de China. “Si nosotros hubiésemos convertido una de las chances que creamos todo hubiese sido más tranquilo, pero no lo supimos hacer y en los últimos minutos encontramos el triunfo”, señaló Pekerman, cuando el 2-1 era inamovible. Además, Pekerman indicó que “cuando el equipo comenzó a errar situaciones muy claras, presentí que el partido se podía complicar como pasó, con el empate todo se hizo más difícil, pero nunca pensé que lo podíamos perder”.
Sobre Francia, el próximo rival de Argentina el próximo domingo, a partir de las 14, el técnico destacó que “al igual que todos los equipos que enfrentamos, será difícil, un partido muy complicado y vamos a tener que levantar el nivel, aunque ellos no ganaron con amplitud sus partidos, y tuvieron algunos problemas con Ghana y Paraguay”.
Por su parte, el delantero Javier Saviola aseguró que nunca pensó “que el partido se podía escapar. Si hubiese pensado eso en algún momento hubiese entregado el partido”. Acerca de los chinos, Saviola remarcó que “no fue tan fácil como todos pensaban y nos complicó más de lo esperado”. Al mismo tiempo, el autor del gol de la victoria, Alejandro Domínguez, explicó que “fue muy difícil para nosotros, pero por suerte pudimos ganarlo. Este equipo demostró que tiene pasta para pasar esta clase de partidos”.
Domínguez, que ayer hizo su segunda presentación en el Mundial, no ocultó su alegría por haber convertido el gol del triunfo: “Siempre pienso en entrar y hacer las cosas bien, y gracias a Dios se me dio la posibilidad de marcar un gol tan importante”. En tanto, Maximiliano Rodríguez expresó: “ellos nos sorprendieron. Jugaron muy bien y nos plantearon un partido muy difícil”.
El equipo argentino entrenará hoy por la tarde en el predio de Ezeiza, esperando el encuentro del domingo.

 


 

HOY SE JUEGA EL RESTO DE LOS OCTAVOS
Brasil y Egipto a cuartos de final

Mientras Brasil continúa su marcha arrolladora, goleando esta vez 4-0 a Australia, Egipto sorprendió ganándole a Estados Unidos con dos tantos en los últimos quince minutos del partido.
Los octavos de final terminarán hoy con cuatro encuentros: en Mendoza, a las 14, jugarán Ucrania y Paraguay; en Salta, a la misma hora, lo harán Costa Rica y la República Checa. Los ganadores de ambos partidos jugarán entre sí en cuartos de final. En Rosario, a las 16.45, jugarán Angola y Holanda: el ganador se enfrentará con Egipto. En Mar del Plata, en idéntico horario, se medirán Ghana y Ecuador, y el vencedor será el rival de Brasil.

 

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