Por Cledis Candelaresi
El fiscal general de la Nación,
Maximiliano Rusconi, formalizó ayer ante la Justicia una denuncia
contra Aerolíneas Argentinas por presunta subversión económica.
La nueva causa, que será competencia del juzgado federal de Jorge
Ballestero, conseguirá centralizar y, al mismo tiempo, revitalizar,
otros varios trámites dispersos en los tribunales, en los que se
investigan a la conducción de la empresa privatizada pero en base
a otras figuras delictivas como vaciamiento o administración fraudulenta.
Para su flamante presentación, la Unidad Fiscal de Investigaciones
de Delitos Tributarios y el Contrabando (Ufitco) detalló decisiones
administrativas adoptadas desde el primer momento de la privatización,
como la de haber cargado al balance con las deudas contraídas para
comprarla. Pero la jerarquía de esta denuncia puede dar al gobierno
argentino una herramienta adicional de presión para negociar con
los accionistas españoles, que aspiran a irse cuanto antes de línea
de bandera sin aportar un duro más.
La subversión económica es una figura penal creada por la
ley 2840 de la dictadura, pero pulida luego por el Congreso de la Nación
a través de la ley 23.075, que suprimió los artículos
que habilitaban la represión estatal. A los ojos de los fiscales
de la Nación, ese tipo delictivo ofrece al menos dos ventajas.
Una, es que puede fundarse en una serie de hechos que, en sí mismos,
pueden no ser delitos, pero que resultaron lesivos para la salud patrimonial
de la empresa (por ejemplo, haber vendido toda la flota para rearmarla,
luego, con leasing). Otra, es que, los delitos incluidos en el encuadre
de subvertir no prescriben.
Según la definición legal, existe subversión económica
cuando los directivos de una empresa toman decisiones con
ánimo de lucro o maliciosamente que ponen en riesgo el
normal funcionamiento de esa firma. También considera subversivo
al que indebida o fraudulentamente enajenare o disminuyera el valor
de máquinas, equipos y bienes de capital o comprometiere injustificadamente
su patrimonio (el de la empresa). Esta falta está agravada,
si afecta el normal suministro de servicios de uso común
o si condujere al cierre, liquidación o quiebra del establecimiento.
Sobre esta base, la Ufitco hizo un rápido recuento de aquellos
hechos que durante los diez años de la privatización menguaron
los activos de Aerolíneas. El detalle contiene alguna información
precisada en otras denuncias, que el fiscal federal Carlos Ríbolo
comenzó a centralizar. Salvo las causas de evasión, competencia
del fuero penal y económico, el resto de los expedientes podrían
alimentar al que se acaba de abrir en las oficinas de Ballestero y que
alude, entre otros tantos indicios de subversión, a los siguientes:
En el primer balance de Aerolíneas
se cargaron las deudas que el accionista contrajo para comprar la empresa.
Como agravante, esas obligaciones fueron garantizadas con los propios
aviones de ARSA (Aerolíneas Argentinas Sociedad Anónima).
En ese primer estado de cuentas
aparecen 70 millones de pesos en gastos de organización
que, a juicio de los fiscales, no tiene justificativo alguno pero que
compromete el patrimonio de la sociedad.
Otros gastos injustificados
son los costosos trabajos de mantenimientos encomendados a talleres del
exterior, cuando ésta tarea podría haberse realizado en
la propia empresa y a un precio muy inferior.
En 1994 el estado argentino
cedió su acción de oro y, por consiguiente, su derecho de
veto, a favor de Iberia recientemente privatizada por la Sociedad
Estatal de Participaciones Industriales. Como contrapartida, la
firma hispana debía realizar un aporte de capital de 500 millones
de dólares, finalmente eludido a través de una compleja
maniobra técnica. Según interpretan los fiscales, ese aporte
habría surgido de la propia Aerolíneas.
Aerolíneas pagó
500 millones de dólares a Interinvest sociedad creada por
los accionistas españoles para administrar su paquete accionario
a través de un pagaré firmado por Manuel Morán quien
presidía, al mismo tiempo, una y otra empresa. Para los investigadores,
más inquietante que esta coincidencia es no haber encontrado ningún
documento que respalde aquella acreencia.
Un informe de la Auditoría
General de la Nación, aconsejaba en 1996 la rescisión del
contrato de privatización, fundándose en incumplimientos
de su accionista mayoritario. Ese informe de AGN, incluido en la presentación
de la Unidad, puntualiza algunas irracionalidades como la de haber seguido
utilizando aviones obsoletos, enfrentando mantenimientos casi tan costosos
como la compra de otros nuevos, amén de haber ignorado el plan
de inversiones comprometido por contrato.
Aerolíneas contrató
servicios informáticos de Indra (empresa de la Sepi, parcialmente
privatizada), pero antes le transfirió su know how y más
de 140 empleados propios.
Si la denuncia de la Ufitco prosperase, a los responsables de la supuesta
subversión económica podría corresponderle entre
2 y 9 años de prisión. Por el momento, este riesgo involucra
a los administradores de la empresa, es decir, a los directores, síndicos,
eventualmente gerentes, y a quienes se hayan desempeñado como titulares
de Aerolíneas.
En esta instancia, la responsabilidad del Estado, dueño del 5 por
ciento del paquete accionario, es difusa y sólo le cabe directamente
a los representantes que tuvo en el directorio. Pero si la investigación
consiguiera profundizarse, la imputación podría alcanzar
a los ministros de Economía que tuvieron competencia en las renegociaciones
contractuales llevadas a cabo con el accionista español o en el
control de la empresa privatizada: sólo en esta circunstancia el
actual titular del Palacio de Hacienda, podría ser acusado de incumplir
con sus deberes de funcionario, por haber comprometido la integridad de
una empresa dedicada a la prestación de un servicio público
y en la que el propio estado tiene interés.
Los fiscales, sin embargo, hacen una imputación muy concreta contra
los administradores públicos. El Estado no utilizó
los controles que tenía a su disposición, sentencian.
Este es, quizás, el camino para que la Justicia incrimine a funcionarios
o ex funcionarios que tenían por misión controlar la ejecución
del contrato de privatización. Ese que la Auditoría General
de la Nación comandada por el radical Enrique Paixao, hace más
de cinco años ya denunció como un documento vulnerado y,
por lo tanto inválido. Pero entonces el gobierno de Carlos Menem
se negó a dar por caída la primera y más controvertidas
de sus privatizaciones.
Se busca comprador
Mientras que el ministro de Economía, Domingo Cavallo,
reiteró que la SEPI, holding de empresas españolas
que controlan Aerolíneas Argentinas, se comprometió
a buscar una empresa que se haga cargo de la compañía
aérea en crisis en 30 días y transferirla sin
pasivo, el presidente, Fernando de la Rúa, afirmó
que la situación de la compañía es muy
difícil y que la actitud de los gremios va empujando
cada vez más al abismo a la misma empresa que queremos todos,
acusó. Cavallo volvió a reiterar que está trabajando
para conseguir un comprador para AA. Muchos piensan que ese candidato
es Eduardo Eurnekian, aunque tampoco se descarta que el ministro
haya tentado a Gregorio Pérez Companc. Por su parte la ministra
de Trabajo, Patricia Bullrich, admitió que el compromiso
de la SEPI para recapitalizar la empresa se cayó el
día en que se presentaron en concurso de acreedores.
En tanto el delegado gremial de la Asociación del Personal
Aeronáutico detenido el miércoles durante una protesta
en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, fue liberado ayer luego
de negarse a declarar en un juzgado federal de Lomas de Zamora.
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Tribunales está
que arde
El destino de la concursada Aerolíneas Argentinas o
de lo que quede de ella si la SEPI se retira antes de que el Gobierno
encuentre un sucesor puede definirse en los tribunales. Aun
en el caso de que bajo la figura de subversión económica
se concentren varios de los expedientes en trámites, otros
seguirán su vida propia. Entre ellos, el que definirá
la suerte del concurso de la empresa liderada por la SEPI. El expediente
del concurso resultó un motivo de convulsión en tribunales.
Fuentes del sector aseguran que la jueza Nora Beatriz Di Noto está
apabullada por la complejidad de una convocatoria, donde entre los
acreedores tiene un lugar preponderante el propio accionista de
la compañía. La magistrada acaba de resolver contra
un reclamo de la Airbus para que Aerolíneas le restituya
cuatro aviones, con el argumento de que le hubiera quitado operatividad
a la compañía. Pero, al margen de esta medida de emergencia,
no avanzó en la cuestión de fondo que el azar le puso
en las manos. Aquella maraña de propietarios, acreedores
y deudores de Aerolíneas también se analiza en el
fuero penal y económico, donde se radicó una de las
denuncias formuladas por el defensor del Pueblo de la Nación.
Eduardo Mondino acusó a los administradores de Aerolíneas
por presunta evasión fiscal, imputación que fundó,
entre otros hechos, en la decisión de la compañía
de computar como vendidos en España los pasajes comercializados
en Buenos Aires a través del sistema internacional de reservas:
así, esos tickets no imponían la obligación
de pagar tributos al fisco argentino.
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SOLO
HAY FONDOS PARA UNA SEMANA
Aterrizaje forzoso
Mientras el Gobierno
y la SEPI ya evalúan los costos de una liquidación versus
una reprivatización ordenada, sectores gremiales presentarán
hoy un nuevo plan de rescate de Aerolíneas Argentinas basado en
su reprivatización. Creen que ésta es la única manera
de evitar el camino de la quiebra. En tanto, desde la propia Aerolíneas
se reconoce que, en las actuales condiciones y sin aportes de fondos frescos,
la empresa podrá seguir funcionando apenas una semana más.
En tal caso, la probabilidad de un pedido de quiebra por parte de la fiscalía
de la cámara será inevitable.
Una empresa paralizada, con 1000 millones de deuda y 7 gremios en
la calle, no la quiere nadie, evaluaba realista un funcionario del
Gobierno. Es claro que la evaluación ahora pasa por cuánto
cuesta reprivatizarla y cuánto liquidarla, con las indemnizaciones
incluidas. El funcionario se refería así a la incompatibilidad
que existe entre el compromiso del gobierno español de mantener
operable a Aerolíneas hasta que se consiga un comprador y la decisión
de venderla en 30 días. Cualquiera que sepa un poquito de
negocios sabe que vender una empresa en el estado actual de Aerolíneas
requiere tener una estrategia clara e insume mucho más que un mes.
Desde los gremios donde consideran que el único camino para
asegurar la continuidad de los puestos de trabajo es la reprivatización
creen que no se puede dejar el salvataje de Aerolíneas en
manos de la indecisión crónica de Fernando de la Rúa.
Afirman también que quedó claro que la solución
no vendrá de España. Por ello, hoy propondrán
un rescate basado en la reprivatización de la línea aérea
y que se designe para ello a un negociador. Tenemos que aprovechar
que ya existe consenso tanto en el parlamento como entre los gremios aeronáuticos
de que ese negociador sea Rodolfo Terragno, dijo a Página/12
la titular de Aeronavegantes Alicia Castro. La también diputada
nacional consideró que para que la empresa sea vendible se
necesita un plan estratégico, con lineamientos claros y propuestas
consensuadas y es este plan el que divulgarán hoy. Aunque
Castro no quiso revelar si se había conseguido un nuevo inversor
dispuesto a capitalizar la firma, afirmó que debe evitarse
el camino que quiere Cavallo, que es Cielos Abiertos, o el de un insolvente
como (el empresario Eduardo) Eurnekian, que le debe 130 millones al Estado
por cánones atrasados y cuyo proyecto es la creación de
un monopolio del cabotaje. Tampoco las empresas de los países
vecinos, como Lan Chile o TAM son una solución como socios, pues
seguro que en ese caso terminará en un take over (absorción),
concluyó.
En Aerolíneas también están preocupados. Saben que
si no se realizan nuevos aportes de fondos la empresa dejará de
funcionar completamente en no más de una semana. Esto se
incendia la semana que viene, reconoció sin eufemismos a
Página/12 uno de sus directores. En ese caso, si la compañía
se encuentra parada, se corre el riesgo de que la fiscalía
de cámara pida directamente la quiebra de la empresa, agregó.
Y si la quiebra es el final, no son pocos los temores que rondan el directorio,
en particular a sus miembros argentinos. El principal es que la quiebra
sea considerada fraudulenta por la justicia. Pero además,
que la medida cautelar dictaminada por el juez Martín Silva Garretón,
que impedía la votación de la convocatoria e indicaba retomar
los vuelos abandonados, termine en una acusación por desacato.
Con
bronca y sin planes frente al mayor desempleo
Tanto desde Trabajo como desde Economía se puso el
acento en el aumento del trabajo en negro, aunque no hay acuerdo
en los métodos para promover la creación de empleo.
De la Rúa expresó su bronca porque
la economía no crece. Viqueira reclamó más
recursos para los hogares indigentes.
Horacio
Viqueira, secretario de
Empleo, y una pulseada con Economía.
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El Gobierno no pudo, ni intentó,
ocultar ayer su preocupación por la elevación del índice
de desempleo que se anunciaría en las próximas semanas,
pero que ya fue anticipado por la titular de Trabajo, Patricia Bullrich.
Vengo con bronca, porque se ve la resistencia a bajar del desempleo
y a darse el crecimiento, manifestó contrariado el presidente
de la Nación, Fernando de la Rúa, mientras anunciaba un
nuevo acuerdo de competitividad, esta vez para el sector plástico.
La tasa de desocupación se encontraría por encima del 16
por ciento en el promedio de los conglomerados urbanos nacionales, y en
torno al 17 por ciento en el Conurbano bonaerense. Horacio Viqueira, secretario
de Empleo, admitió que el fenómeno se ve agravado por la
creciente precarización del trabajo para aquellos que lo conservan.
Lo que era trabajo asalariado con cobertura de seguridad social
se ha transformado en trabajo en negro, trabajo precario sin ningún
tipo de cobertura de salud ni de seguridad social, y muchas veces con
salarios muy por debajo de lo que corresponde por ley, señaló
Viqueira, al describir en una entrevista radial el actual cuadro laboral.
Este es para mí el fenómeno más grave, porque
no hay una destrucción masiva de empleo, si bien existen casos
de empresas en crisis; lo que existe es que en muchos casos hay empresas
o actividades que van saliendo de la economía formal y se transforman
en una parte más de la economía en negro de la Argentina.
Pese al dramático diagnóstico oficial, el Gobierno sigue
sin encontrar respuestas adecuadas al problema, más allá
del lamento presidencial porque el crecimiento se resiste
a aparecer. Tengo fe en que los acuerdos de competitividad generarán
más puestos de trabajo y crecimiento para la Argentina, manifestó
ayer De la Rúa, un día después que en el seno del
gabinete el reclamo de una partida de 60 millones de pesos para planes
de empleo generó una disputa entre sus ministros de Trabajo y Economía.
Viqueira se refirió ayer también a estos planes y al tironeo
por los fondos con el Palacio de Hacienda. Lo que estamos planteando
nosotros (el Ministerio de Trabajo) es la necesidad de atender a aquellas
personas que están desocupadas apuntó el secretario
de Empleo, y esto no es contradictorio, al contrario, puede ser
complementario con el impulso a programas de desarrollo, como el
que propuso la Secretaría Pyme para la zona de Tartagal y Mosconi,
en Salta. Estamos planteando la necesidad, como programa, de que
haya un ingreso social mínimo dirigido por lo menos a unas 200
mil familias en la Argentina que tienen hijos menores a cargo, reclamó.
También aludió a la rebaja en el impuesto a las Ganancias
para las personas en relación de dependencia, que generará
una devolución de gravámenes retenidos junto a las remuneraciones
correspondientes a julio. El tema es en qué sectores ponemos
las prioridades, (porque) el Estado está haciendo un esfuerzo importante
con muchas de las medidas que se están adoptando, pero me parece
que lo que no hay que hacer es dejar de lado la situación de aquellos
millones de personas, o inclusive de familias, que están en situaciones
prácticamente de indigencia total, porque no tienen ingresos: me
parece que a esta situación hay que atenderla, tanto por el clima
existente en el país y porque creo que, además, la falta
de ingresos de estos sectores dificultan el proceso de reactivación
económica.
Los resultados de un sondeo de opinión realizado por el Centro
de Estudios Nueva Mayoría, divulgados ayer, muestra que más
de la mitad de los que tienen trabajo, el 56 por ciento, tiene temor a
perderlo. Con respecto a una encuesta similar hecha por la misma institución
dos años atrás (junio de 1999), dicho índice aumentó
en 8 puntos. Cuanto mayor es la edad de las personas, mayor es el temor,
que también aumenta para aquellas franjas con menor nivel de educación
y de menor nivel socioeconómico.
CAVALLO
ASEGURA QUE HAY INDICIOS POSITIVOS
Una vela a la reactivación
Hay un aumento
de la desocupación y eso nos aflige a todos, pero hay indicios,
aunque muy tenues, de reactivación. El reconocimiento y el
mensaje esperanzador corrió por cuenta del ministro de Economía,
Domingo Cavallo, que además de salir a tratar de contrarrestar
el castigo de los mercados (ver página 5), debió
responder a las previsiones negativas con respecto del índice de
desempleo correspondiente a la medición de mayo, que se conocerá
en un par de semanas.
Si bien aclaró que todavía no se ha terminado de elaborar
el indicador, Cavallo admitió la suba en la tasa de desempleo con
respecto a las dos mediciones anteriores (mayo y octubre del año
pasado). La clave para que los problemas empiecen a resolverse es
la reactivación, proclamó, y anticipó que los
indicadores macroeconómicos para el mes de junio empezarán
a mostrar resultados positivos. En julio y agosto vamos a observar
una reactivación de la demanda interna, en el primero por el medio
aguinaldo (que cobran los trabajadores en relación de dependencia)
y en el segundo por la devolución del impuesto a las ganancias,
que beneficiará a 500 mil asalariados, aseguró.
Cavallo admitió que los bolsones de evasión son cada
vez mayores y anunció que hoy presidirá una reunión
para estudiar nuevas medidas de lucha contra quienes no cumplen con el
pago de sus impuestos. Subrayó que la mejor forma de luchar
contra la evasión es luchando contra el trabajo en negro, obligando
a que los empleadores cumplan con las leyes laborales, hagan las contribuciones
patronales y paguen las obras sociales. Justamente detectando
el trabajo en negro, estaremos detectando a los bolsones de evasión
que lamentablemente son cada vez mayores en nuestra economía,
subrayó. El jefe de la cartera económica aseguró
que el trabajo en negro se transforma en una causa de desocupación
porque crea competencia desleal y destruye las fuentes de trabajo genuinas.
En la citada reunión, participarán el titular de la AFIP
y los secretarios de Ingresos Públicos, Industria, de Comercio,
y de Agricultura y Ganadería.
Cavallo también se defendió de los cuestionamientos de los
gobernadores justicialistas, que reclaman fondos comprometidos por la
administración nacional a través de dos pactos federales
y que no se están cumpliendo. El ministro aseguró que ya
a partir de este mes el gobierno puso en marcha el compromiso de girar
20 millones de pesos mensuales a las provincias (sobre una partida anual
asignada de 225 millones) y en los meses siguientes irá compensando
el atraso por los cinco meses anteriores impagos. No existe la varita
mágica, la administración nacional y los gobernadores debemos
trabajar juntos, exclamó, antes de advertir que si
se hacen los enojados, van a tener cada vez menos créditos.
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