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DE LA RUA DESATO UN NUEVO DEBATE ASEGURANDO QUE NO LE ALCANZA LA PLATA
Un blooper nuevo para Marcelo Tinelli

En la misma semana del desdichado, para el Gobierno, debate sobre la tinellización, el Presidente agregó
otro ítem a la agenda. Explicó que su sueldo, que se rebajó a principios de semana, no le alcanza. Y desató otra polémica que lo deja en el peor lugar.

Fernando de la Rúa se quejó ante �La Nación� de que 3500 pesos por mes no le alcanzan para vivir.

Por José Natanson

Primero fue la imitación de Fernando de la Rúa que aparece en “VideoMatch”: buena parte de los funcionarios del Gobierno salieron a hablar sobre el tema, amplificando la repercusión de la parodia y dándole pie a Marcelo Tinelli para seguir con las burlas. Pero no es el único episodio. Ayer el Presidente afirmó que su sueldo –3500 pesos– no le alcanza para vivir e instaló un debate sobre sus gastos, en el que –otra vez– el mayor perjudicado es el Gobierno. En ambos casos fueron los funcionarios quienes potenciaron la repercusión, lo que revela que, pese a la multiplicación de voceros, el Gobierno está lejos de encontrar una estrategia comunicacional acertada.
De acuerdo a su declaración jurada, el patrimonio total del Presidente araña el millón y medio de pesos. Los gastos fijos son altos –debe mantener la quinta de Villa Rosa y el piso en la calle Montevideo– y no llega a cubrirlos.
Es que, además de los dividendos que le reportan algunas acciones, el sueldo de De la Rúa se ha reducido sensiblemente: primero por el recorte a los salarios de la administración pública que dispuso al principio de su mandato. Después, por la medida del lunes pasado, cuando decidió imitar la reducción de salarios que habían aplicado los gobernadores peronistas Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota y Carlos Reutemann y el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra. En un acto en San Juan junto al austero gobernador Alfredo Avelín, el Presidente anunció que podaría su sueldo a la mitad y que no cobraría aguinaldo.
Resultado: De la Rúa percibe 3500 pesos por mes (los ministros alrededor de 8 mil), una cifra que no le alcanza para cubrir sus gastos. Por eso, según explicó a una cronista, tuvo que empezar a desprenderse de parte de sus acciones bursátiles, puso a la venta dos lotes en Capilla del Señor y ha pedido préstamos personales a algunos de sus amigos. No aclaró cuáles pero cabe imaginar que bien podría ser su vecino de country, Fernando de Santibañes.
A diferencia de otras oportunidades, la instalación del debate sobre las finanzas del Presidente no podrá ser endilgada a ninguno de sus voceros: fue el mismísimo De la Rúa quien aportó estos datos en una nota publicada ayer en La Nación.
Para colmo, la repercusión creció ayer con las declaraciones de varios funcionarios. El secretario General de la Presidencia, Nicolás Gallo, dijo que “no es justo que esto ocurra (que De la Rúa no llegue a fin de mes), pero estas son las realidades de hoy; hay muchas cosas que son injustas en el país, mucho más graves”. A continuación, Gallo recordó que “ni el Presidente, ni ningún ministro o secretario de Estado tienen un centavo de gastos reservados” y que “la única dependencia que cuenta con gastos reservados es la SIDE”.
El ministro del Interior, Ramón Mestre, sostuvo que en la actual gestión “las retribuciones de los funcionarios del Poder Ejecutivo son las más bajas de la historia, comparativamente”. Y cuando le preguntaron cuanto ganaba, fue tajante: “No lo sé y no me preocupa”, aseguró. Aunque no quiso hablar sobre el salario presidencial, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, informó que su sueldo es de 7900 y que a ella sí le alcanza para vivir.
Pero no sólo opinaron los funcionarios del Gobierno. Eduardo Duhalde consideró que la insolvencia financiera de De la Rúa “no es fácil de entender”. “Yo tengo la idea de que el doctor De la Rúa tiene muy buen pasar, que es de clase media alta. Así que no entiendo bien el comentario”, señaló el ex gobernador.
Más allá de las polémicas, es innegable que el debate no beneficia al Gobierno: De la Rúa tiene un patrimonio de casi un millón y medio de pesos, cobra un sueldo de 3500 y tiene muchos de sus gastos (casa, comida, transporte) cubiertos. Admitir que con esto no le alcanza para vivir justo en el momento en que se anuncia una nueva suba del índice de desempleo no aportará demasiados beneficios a la alicaída imagen oficial.
Es, en todo caso, un desacierto comunicacional. Pero no es el primero. Tres semanas atrás, el Presidente fue sometido a una angioplastia: fue todo tan sorpresivo y rápido que no hubo tiempo para que se expandiera la alarma. Sin embargo, un par de días después Héctor Lombardo admitió que De la Rúa sufría arteriosclerosis y arruinó la exitosa estrategia comunicacional que se había trazado sobre la salud del Presidente.
El segundo ejemplo ocurrió luego de que se conociera que la parodia “El Gran Cuñado”, protagonizada por el clon de Fernando De la Rúa, obtuvo picos de 38,5 puntos de rating. Como si estuvieran sincronizados, los diferentes voceros oficiales salieron a desmentir cualquier intento por silenciar el programa de Tinelli, aunque advirtieron sobre los “riesgos” del humor político y los supuestos perjuicios que la burla sistemática a De la Rúa traería a la “investidura presidencial”. Desde luego, la ofensiva mediática comandada por Juan Pablo Baylac sólo sirvió para potenciar el tema (y el rating de Tinelli).
La polémica por el sueldo presidencial es parecida, aunque es probable que perjudique aún más al Gobierno. Por lo pronto, ayer las críticas no tardaron en llegar. “Yo me quedé pensando: ¿por qué los hijos no trabajan y lo ayudan? Están en la edad de tirarle unos pesitos al viejo”, ironizó María Elena Walsh. El día anterior, Aíto de la Rúa había reconocido que su sueldo como titular de Educ.ar (con rango de subsecretario de Estado) es de 5 mil pesos. También dijo que sus gastos no le permitían aplicar un recorte como su padre.

 

Cita a los “gobernas”

El lunes, el Gobierno intentará recomponer la relación con los gobernadores del PJ, en crisis desde que éstos cortaron las negociaciones con el Ejecutivo. Los encargados de acercar posiciones son el ministro del Interior, Ramón Mestre, y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, que se reunirán con los jefes provinciales para conversar sobre la situación económica de las provincias y la campaña electoral de octubre. Además, presentarán a sus interlocutores una propuesta de reforma política que aborda temas como “transparencia institucional”, “modernización judicial”, “modificación de los sistemas electorales” y “financiamiento de los partidos políticos”. El diálogo se cortó la semana pasada cuando el consejo nacional del PJ anunció la suspensión de las negociaciones con el Gobierno. En la reunión, Mestre y Colombo presentarán un proyecto incluye una serie de puntos que comenzaron a debatirse el año pasado y que habla de la “modernización de las legislaturas provinciales” como uno de “los temas recurrentes en la agenda”. Con esos términos se refiere a “la necesidad de convertir a las legislaturas en órganos unicamerales”, aunque subraya que esa “necesidad” no debe “vincularse únicamente con cuestiones de caja”.

 

OTRAS VOCES

José Nun
(politólogo)
“El Presidente no es aburrido, es un bromista. Cuando fue al programa de Tinelli no equivocó la puerta de salida, sino que para entretenernos jugó a que se equivocaba. ¿Y el chiste de decir que López Murphy era inamovible para pedirle la renuncia al día siguiente? El Presidente se divierte. Ahora, ha decidido jugar a que anda mal de plata y les tiene que pedir prestado a los amigos.” “Claro que uno puede no compartir su sentido del humor. Que un millonario como el Presidente se queje mientras el Estado se hace cargo de sus gastos suena a broma pesada que no hace reír. Hasta lleva a pensar que esté hablando en serio, con lo cual revelaría que administra tan mal sus asuntos privados como la cosa pública. O peor aún, que empieza a vender algunas propiedades porque tampoco él tiene mucha confianza en la política económica que le ha impuesto a una sociedad que no lo votó para eso y que está cada día más arruinada. Sea cual fuese el móvil de sus lamentos, invita a recordarle un viejo adagio italiano: ‘Dicen que la riqueza no brinda la felicidad; imagínese entonces la pobreza’.”

Franco Castiglione
(politólogo)
“Hay dos cosas: una es que es muy inoportuno que el Presidente diga esto en estos momentos. La otra, es que el Presidente no tiene que cobrar 600 pesos, que es el salario mínimo que se necesita para subsistir, pero no tiene que decir cuánto sufre por el sueldo que tiene, porque es una cuestión privada y porque tiene un patrimonio muy superior al de la mayoría de los argentinos. ¿Qué tendría que decir el empleado estatal que cobraba 1100 pesos y le rebajaron el sueldo? Estas cosas desconectan a los políticos de la sociedad.” “Lo que también me parece un disparate es que el Presidente cobre la mitad que los ministros, o que haya titulares de entes o asesores que cobren más que él. En la mayoría de los países, es el Presidente el que más cobra. Pero acá todo es muy disparatado.”

Atilio Borón
(politólogo)
“Son declaraciones sorprendentes. Corresponden a un asunto privado, que no tiene entidad discutir en público, como nadie discute otros aspectos de la vida íntima de De la Rúa. Aparte, crean una cierta zozobra en la gente, que se pregunta: ‘Si no puede manejar su economía doméstica, ¿cómo hará entonces para solucionar la crisis del país?’.” “La verdad es que el Gobierno no tiene una política comunicacional. Ha estado improvisando todo el tiempo, y ha cometido un error gigantesco en meterse en ese discurso absurdo sobre la ‘tinellización’ de la figura de De la Rúa. Es una tomada de pelo que esas sean las preocupaciones del Gobierno, en un país que vio pasar el blindaje, el megacanje, y tres ministros de Economía en una sola semana.”

Rosendo Fraga
(director del Centro de Estudios Unión por una Nueva Mayoría)
“No ha sido una semana feliz para la política de comunicación. Primero fue el debate sobre el humor político, y luego el anuncio de la rebaja del salario presidencial y de que el Presidente tenía que vender valores propios para poder vivir. Probablemente, fue un intento de dar una señal de cercanía a la gente, en momentos en que se anticipa que el desempleo está superando el 16 por ciento.” “Pero un país con un salario promedio de 570 pesos, y con la sexta parte de la población sin ningún tipo de trabajo, el anuncio de que el Presidente no puede vivir con su salario rebajado no hace más que generar en la opinión pública un mayor escepticismo. La comunicación es un instrumento de la política y de la acción de Gobierno, pero no puede sustituirla y esto deben asumir quienes tienen hoy a su cargo la comunicación de la gestión oficial.”

Jorge Rivas
(diputado del ARI)
“Es surrealista todo esto. Me da vértigo que un Presidente se queje de sus ingresos, cuando tenemos un país con 14 millones de personas por debajo de línea de la pobreza. También hay que decir que no hay que ser demagógicos, porque el Presidente debe cobrar un sueldo acorde al cargo que ocupa. Pero todos sabemos que no cobra sólo tres mil pesos, porque si tiene un patrimonio declarado de un millón doscientos mil pesos, debe tener otros ingresos además de su sueldo.” “Otro punto es la política comunicacional del Gobierno; las comunicaciones y los mensajes oficiales son erráticos porque reflejan lo errático que es el Gobierno. O todos los voceros de este Gobierno son ineptos, o comunicar aciertos de esta gestión es algo muy difícil.”

Luis Farinello
(candidato a senador por el Polo Social)
“Esas declaraciones demuestran que De la Rúa y su entorno tienen un estilo de vida distinto al del pueblo. A lo mejor lo que dice es verdad, no tiene que decirlo. Seguramente para su estilo es lógico tener ese nivel de ingresos, pero demuestra que a los pobres los conocen sólo por fotos, o por números. Y a la pobreza hay que sentirla, palparla, olerla. Imaginante la reacción del pobre que escucha lo que dice De la Rúa y lo compara con lo que tiene. Hay que tener en cuenta que en las casas pobres los viejos toman un mate cocido para que los chicos puedan comer bien. El Gobierno está lleno de incongruencias. No saben dónde están parados. No tienen un estilo coherente para resolver las cosas.”

Carlos Raimundi
(diputado del Frepaso)
“Veamos: el dinero no te alcanza en función del nivel de vida que tenés. Si tenés más de una casa y mucho personal de servicio, es probable que 3500 pesos no te alcancen. Pero por otro lado, no está mal que el Presidente perciba lo que significa la crisis económica, aunque sea a su nivel. Tal vez sirva para conectar a los políticos con la angustia de la gente que gana un cero menos que lo que gana De la Rúa y con la angustia de los desocupados. Más allá de lo anecdótico, esto podría servir para ver si el poder se conecte con las decisiones concretas que tienen que tomar millones de argentinos.”

 

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