Diez mil habitantes tiene el
pueblo formoseño de Comandante Fontana. Pero por chico no es que
festeje menos cuando se da una alegría futbolera. De corazón
bostero, la pasión de los hinchas del centro de la provincia, en
tierra de sequías, se desató la noche del miércoles
con todos sus ritos, y algunos excesos. Tanto que no faltó el chistoso
al que se le ocurrió hacer algo con ese tren que había quedado
varado allí con 30 vagones cargados de petróleo. Alguien,
según los técnicos que ayer supervisaron el lugar, rompió
un precinto de seguridad y abrió un grifo. El líquido negro
y viscoso se derramó hasta la última gota. Una mancha de
35 mil litros de crudo cubre desde ayer los cien metros que rodean la
vieja estación del pueblo. Y hasta ayer a la tarde los lugareños
continuaban cargando botellas y recipientes varios. Según el intendente
Héctor Argañaraz, pensaban utilizarlo para matar la raíz
de los binales, unos árboles que son plaga en la zona, con
espinas de 20 centímetros y bajo los cuales no crece
nada. Sin embargo, algunos pobladores dijeron que lo llevaban para
usar como combustible o curativo, lo que disparó la
alarma.
El convoy de 30 vagones trasladaba petróleo extraído del
yacimiento de Palmar Largo, en el extremo noroeste de la provincia, cerca
de la frontera con Bolivia, y a unos 450 kilómetros del lugar del
derrame. El tren había llegado a Comandante Fontana a las 20.30,
cuando se detuvo justo frente a la vieja y abandonada estación
para esperar a que se resolviera el descarrilamiento de otra formación,
cuarenta kilómetros más allá, en el pueblo de Palo
Santo. Fue en el centro del pueblo explicó a Página/12
el intendente Argarañaz porque las vías lo dividen
por la mitad, al norte y al sur, el petróleo cayó hacia
el costador sur. Cuando el funcionario llegó al lugar por
la mañana se encontró con cientos de vecinos rodeando la
mancha negra que ya había desagotado por una zanja que va a dar
a una laguna natural cercana. La mayoría intentaba hacerse de unos
litros de crudo. ¿Para qué? Algunos dijeron a los medios
que lo usarían para calefacción y otros como curativo, porque
se cree que es bueno para los músculos.
Ante esta última novedad la organización ecológica
Greenpeace puso el grito en el cielo. El coordinador de la Campaña
de Energía de la ONG, Juan Carlos Villalonga, explicó el
riesgo de contaminación aguda que representa el contacto
con el hidrocarburo o la inhalación de las emanaciones que genera
al estar en contacto con el aire. El especialista señaló
que el petróleo se compone de carburos alifáticos
y aromáticos, y que estos últimos, entre los que se
encuentran los bencenos son los más volátiles y también
los más tóxicos cuando el combustible entra en contacto
con el aire. Dentro de estos carburos aromáticos están
los alquilbencenos, que pueden provocar irritación en los ojos,
en la membrana mucosa y la piel, y pueden generar riesgos mayores, como
una contaminación aguda, si se lo manipula sin los recaudos necesarios
que eviten su contacto con la piel, advirtió.
Ayer a la misma hora que en Buenos Aires se hacían estas advertencias
el intendente de Comandante Fontana le decía a este diario hasta
ahora no sabemos cuales son los peligros del derrame. Vinieron gente de
la compañía pero no pasaron por la municipalidad, nadie
los ha visto. Por su parte el comandante José Francisco Pereyra
explicaba que el descarrilamiento del convoy en Palo Santo se debía
a que como hace cinco años que ya no corre por esas vías
el tren de pasajeros y solo de vez en cuando lo hace el carguero, los
durmientes ya no están en condiciones. Ya no hay peones de
ferrocarril, y hasta la estación no se ocupa, graficó
Argañaraz.
Según lo que transmitió por la tarde la dirección
de hidráulica de la provincia de Formosa sería conveniente
una guardia alrededor del derrame para que la gente no lleve mas el petróleo.
El mayor peligro a futuro estaría, según el área,
en la contaminación de la laguna natural. Comandante Fontana está
en una zona árida, donde además de los binales
que ayer se suponía que querían eliminar los lugareños
arrojándoles petróleo, se cultivan maíz, zapallo
y sandías. Dentro de tres meses seviene la sequía
y ahí los caballos y las vacas van a la laguna a buscar agua,
explicó el intendente.
ASESINAN
A DOS JÓVENES BOLIVIANOS
Con tinte xenofóbico
Una chica de 16 años
y su hermano, un joven boliviano de 23, que trabajaba como quintero, fueron
asesinados brutalmente en la madrugada de ayer por un grupo de ladrones
que ingresó a robar una humilde casa en Cañuelas. El ensañamiento
contra los dos muchachos hizo pensar en que, más allá del
robo, el crimen pudo haber sido producto de la más terrible xenofobia.
Las autoridades bolivianas en el país ya manifestaron su preocupación,
ya que este hecho se suma a una serie de atentados contra ciudadanos bolivianos
en la Argentina.
El hecho ocurrió ayer a la 1.30, en una quinta ubicada en la colectora
Autopista Ezeiza-Cañuelas y Camino General Belgrano, donde viven
y trabajan varios ciudadanos bolivianos. En la casa estaban Herbín
Guatipaio, de 23 años, su hermana, argentina, de 16 y Estanislao
Perales, también boliviano, de 36 años. Perales escuchó
ruidos extraños y vio la luz de una linterna que se acercaba a
la vivienda. Entonces decidió escapar y comenzó a correr
los 10 kilómetros que los separan de la casa de su patrón,
Saiham Iga, un japonés de 61 años, para pedirle ayuda.
Los dos hombres volvieron a la humilde vivienda, y allí se encontraron
con el estremecedor hallazgo: el cuerpo sin vida de Herbín estaba
tendido en el piso, sobre un charco de sangre, con una puñalada
en la nuca y el rostro desfigurado por los golpes. El cuerpo de su hermana
estaba boca abajo, tendido sobre la cama de la habitación. Estaba
vestida y, según las primeras pericias, no había sido violada.
Pero también la habían golpeado salvajemente y se presume
que habría sido estrangulada con un lazo.
Según determinaron los investigadores, los delincuentes se llevaron
una garrafa, un televisor, una radio y otras pertenencias de las víctimas.
La humildad de la vivienda y el escaso valor de los objetos robados, sumado
a la violencia con que fueron atacados los dos hermanos, hizo pensar en
que el móvil del ataque fue más allá del simple robo.
Los atacaron con mucha saña y odio comentó uno
de los investigadores. Se deben haber creído que iban a encontrar
dinero y, como no había, los castigaron todavía más.
La preocupación de las autoridades bolivianas se basa en una serie
de episodios que tuvieron como víctimas a ciudadanos bolivianos:
hace un mes, una mujer y su hijo de un año murieron al caer de
un tren, a los que presuntamente empujaron por el sólo hecho de
ser bolivianos; y en abril del año pasado, en Escobar, un grupo
de quinteros de la misma nacionalidad sufrió brutales agresiones
que incluyeron torturas con picanas, cadenazos y golpes. La violencia
fue tal, que dos de ellos fueron asesinados.
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