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QUEDO ABIERTO EL CAMINO PARA UN DESENLACE DE DOS ESTADOS INDEPENDIENTES
Yugoslavia ya fue, vivan Serbia y Montenegro

La Federación Yugoslava técnicamente dejó de existir ayer con el retiro de la coalición gubernamental del Partido Socialista de Montenegro. Es el último capítulo tras la entrega al Tribunal de La Haya del ex presidente Slobodan Milosevic.

Un manifestante agita una
pancarta con el retrato de Milosevic frente al Parlamento, ayer.

Por Rory Carroll y Andrew Osborne *
Desde Belgrado y La Haya

Yugoslavia entró en crisis anoche a medida que las consecuencias de la extradición de Slobodan Milosevic a La Haya provocaban el colapso del gobierno federal y abrían el camino a nuevas elecciones que podrían dividir al país. Algunos analistas dijeron que técnicamente Yugoslavia dejó de existir después que su primer ministro, Zoran Zizic, sacó a sus aliados del gobierno como protesta por la entrega de Milosevic al tribunal de crímenes de guerra de La Haya.
Unos 6 mil partidarios de Milosevic, algunos gritando “traición” y “levantémonos”, se reunieron frente al Parlamento federal de Belgrado para protestar contra la decisión de entregar a su ex líder. “Esto es un ultraje. Esto es bandolerismo. Esto es una flagrante violación a todas las leyes”, dijo Miodrag Sekulic, de 56 años, un maestro retirado de Belgrado y un decidido partidario de Milosevic, mientras pintaba un nuevo estandarte diciendo: “Arrestaremos a los traidores”. Los manifestantes, agitando botellas de plástico de agua, expresaban su enojo frente a los equipos de televisión y a los transeúntes, que los miraban con desaprobación. Sin embargo, ayer, los líderes occidentales ponderaron la extradición porque aseguraba el regreso de Yugoslavia a la familia europea. Como se esperaba, prometieron 1250 millones de dólares de ayuda.
Una nueva y más completa acusación entregada a Milosevic en su celda en los Países Bajos detalló entretanto su supuesta responsabilidad en atrocidades cometidas en Kosovo durante la guerra de 1999. Carla del Ponte, jefa de fiscales de crímenes de guerra de las Naciones Unidas, dijo que se estaban preparando nuevas acusaciones por crímenes en Bosnia y Croacia. No descartó la posibilidad de acusar de genocidio al ex presidente. Agradeciendo a Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania por apoyar la extradición, Del Ponte dijo que el juicio probablemente comenzaría en unos pocos meses y estaría presidido por tres jueces. “No todos en Yugoslavia estuvieron de acuerdo con la decisión de entregar a Milosevic –dijo–. Algunos hablan de una derrota para Serbia. Pero hoy no es una cuestión de derrota o de victoria. El pueblo serbio no está siendo juzgado aquí. La historia de Serbia no está bajo escrutinio, sólo Slobodan Milosevic como individuo.” Del Ponte declaró su esperanza de que Radovan Karadzic y Ratko Mladic, implicados en los horrores de Bosnia, pudieran ser capturados pronto. “Nadie está por encima de la ley o más allá del alcance de la Justicia internacional.”
La federación yugoslava, que está formada por Serbia y la mucho más pequeña república de Montenegro, estaba gobernada por una coalición de reformistas serbios y el Partido Socialista del Pueblo, un grupo montenegrino que se oponía a la extradición de Milosevic. Su líder, Zizic, dijo que había renunciado como primer ministro federal porque la entrega era inconstitucional e ilegal. “El precio iba más allá de cualquier dignidad. No puedo aceptar esto ni en mi nombre ni en el del pueblo.” Seguramente se llamará a elecciones anticipadas, lo que les daría a los separatistas de Montenegro la oportunidad de abandonar los restos de la federación forjada por Tito después de la Segunda Guerra Mundial.
La crisis también englobó al gobierno serbio al dejar al descubierto una lucha de poderes entre el presidente federal, Vojislav Kostunica, que quería que su predecesor fuera juzgado en Belgrado, y Zoran Djindjic, el primer ministro de Serbia, que dirigió la entrega desafiando una sentencia de la Corte Constitucional. Kostunica, humillado y furioso por haber sido dejado de lado, retiró a su partido del grupo parlamentario gobernante. “Kostunica es muy popular con el pueblo pero necesita convertir eso rápidamente en músculo político”, dijo un diplomático. Su rival, Djindjic, emergió fortalecido al brindar asistencia occidental a la devastada economía. Los furiosos por la extradición ya lo odiaban previamente.
Lord George Robertson, secretario general de la OTAN, dijo que el traslado del hombre asociado a los períodos más oscuros de la historiamoderna de los Balcanes le permitiría a Yugoslavia reunirse con la familia de naciones europeas. No obstante, Rusia condenó la extradición como un movimiento peligroso que podría inflamar el separatismo en Kosovo y Montenegro. En medio de todo este tumulto, uno de los jugadores más calmos parecía ser Milosevic mismo. Cuando se le dijo en su celda de Belgrado que iba a ser transferido a La Haya, preguntó: “¿Ya?”, antes de ponerse un par de medias limpias, guardando sus pantuflas y entrando al camión policial sin protestar. Cuando el fiscal de La Haya le leyó un resumen de su procesamiento frente a un helicóptero, dijo: “Yo no reconozco a su tribunal”.
La llegada de su equipo legal es esperada hoy en los Países Bajos.

* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère

 


 

UN LUGAR COMPARTIDO CON VIEJOS COMPAÑEROS Y VIEJOS ENEMIGOS
Cómo es la cárcel que aloja a Milosevic

Por Bosco Esteruelas y Sonia Robla
Desde La Haya

Frente a los altos muros de la cárcel de máxima seguridad que Naciones Unidas tiene en la localidad de Scheveningen, un balneario de lujo situado a tan sólo un par de kilómetros al noroeste de La Haya, se aguardaba ayer con expectación la llegada de los abogados defensores de Slobodan Milosevic. Posiblemente consciente de que su entrega al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia era ya inevitable, el ex dictador serbio nombró en marzo pasado a un letrado, Toma Fila, con un amplio currículum en la defensa de criminales de guerra. Considerado un nacionalista radical serbio, Fila es ya un viejo conocido en el Tribunal de La Haya, donde ha defendido a cuatro acusados para los que consiguió penas mínimas y hasta la liberación en un caso.
Mientras la puerta de la prisión que da acceso a la parte de los delincuentes comunes se podía franquear sin ninguna oposición, la entrada del ala nueva que alberga las 48 celdas de máxima seguridad construidas por Naciones Unidas era lo más parecido a un búnker vigilado en igual número por policías, periodistas y curiosos. En su interior, Milosevic ha entrado ya en la rutina de la vida carcelaria junto a los otros 38 reclusos, a pesar de que no va a entrar en contacto con ellos hasta dentro de 10 días, el período habitual de adaptación. Allí lo esperan viejos conocidos como la ex presidenta de los serbios de Bosnia Biljana Plavsic, a la que por deferencia a su sexo le han concedido dos celdas; el general Radislav Krstic, máximo responsable de la matanza de Srebrenica y otros 20 serbios más que durante años cumplieron puntualmente sus órdenes. También tendrá que compartir instalaciones con quienes eran, hasta hace poco, sus más acérrimos enemigos: once croatas, entre ellos el general Tihomir Blaskic que encerrado desde el 1 de abril de 1996 se ha convertido en el inquilino más antiguo, y dos bosnios.
Aunque resulte difícil de creer, según el director de la cárcel, el irlandés Timothy McFadden, la procedencia étnica carece de relevancia en la prisión: “Una vez que se encuentran en el mismo barco, todos tienen un enemigo común, la fiscal Carla del Ponte. Se apoyan los unos a los otros, cocinan juntos, se desean suerte en los juicios y se consuelan cuando las cosas no van como esperan”.
No se sabe con exactitud en cuál de las tres secciones o plantas en los que se divide la penitenciaria por cuestiones de organización ha sido alojado a Milosevic. En cualquier caso, disfrutará de muchos más lujos de los que ha tenido en la prisión central de Belgrado desde su detención el pasado 1º de abril. El edificio dispone de una biblioteca, salas para hacer deporte, patio donde los prisioneros disputan partidos de fútbol y vóleibol, habitaciones de descanso para jugar a las cartas y a los dardos, gimnasio, cocinas para hacer de vez en cuando las comidas que les apetecen y salas donde pueden pintar y hacer trabajos con barro.
A pesar de que el mobiliario de la celda es austero y sus medidas no muy amplias, unos 20 metros cuadrados, dispone de cuarto de baño privado, un armario y una mesa y ventana al gran patio, donde aterrizó el helicóptero que le transportaba y donde los presos hacen deporte. Además, reciben las televisiones nacionales en su propio idioma vía satélite, periódicos y hasta una computadora portátil. Milosevic, que tiene derecho a una hora de paseo matutino, recibirá, al igual que los demás, unos dos dólares diarios como dinero de bolsillo y si se aplica en labores de limpieza y lavado podrá ganar un extra que duplique su salario. También podrá acudir a los servicios religiosos ortodoxos, recibir masajes y clases de inglés y si lo precisa, la ayuda de psicólogos y psiquiatras que le ayuden a pasar el trago.
Los problemas psicológicos son más habituales aquí que en otro tipo de cárceles. Uno de los reos se ahorcó en noviembre de 1998. “La mayoría de ellos nunca han estado en prisión, son de edad mediana o avanzada y han tenido una vida muy cómoda y altos cargos privilegiados”, explica McFadden. “De repente, se encuentran a muchos kilómetros de sus casas, amigos y familias, no pueden recibir visitas con la frecuencia que se hace en una cárcel normal por cuestiones económicas y además los procesos pueden durar años”.
Es muy probable que en los próximos días su esposa Mirjana Markovic, que iba casi a diario a visitarlo en la prisión de Belgrado, se traslade a La Haya. Los horarios de visita son muy flexibles dado que los familiares viajan muy esporádicamente. Milosevic podrá estar con su esposa, los días que ella esté en la ciudad holandesa, entre las 9 de las mañana y las 16.45 de la tarde y dispondrán de una sala aparte.

De El País de Madrid, especial para Página/12.

 


 

EUROPA Y EE.UU. DONARON 1280 MILLONES DE DOLARES
Los “dividendos” de la democracia

Por Ian Black
Desde Bruselas

Finalmente, Yugoslavia se ganó unos generosos fondos de ayuda de las principales potencias occidentales, después de presentar sus credenciales permitiendo el arresto de Slobodan Milosevic para que enfrente acusaciones por crímenes de guerra. Horas después de que el ex presidente yugoslavo fuera trasladado al Tribunal Internacional de La Haya, donantes internacionales acordaron entregar 1280 millones de dólares, apenas un poco más que lo estipulado anteriormente (1250 millones) para ayudar a la reconstrucción de una economía devastada. Entre los donantes más importantes figuran la Unión Europea (UE), con 445 millones de dólares, el Banco Mundial, con 150 millones, y Estados Unidos, con 181 millones. Alemania, el miembro más importante de los 15 países que componen la UE, anunció que donaría 66 millones. Suiza prometió otros 22 millones.
Los países donantes se reunieron rápidamente luego del largamente esperado anuncio de anteayer que le permite a Yugoslavia reintegrarse al grupo de los países respetables de Europa. Y nadie objetó los términos en los que el crédito debía ser otorgado. “Nosotros lo hicimos. Ahora es el turno de la UE”, dijo, claramente complacido, el vicepremier yugoslavo Mirjoslav Labus. “Hemos prometido un corte radical respecto del pasado. Estamos en ese camino”.
El canciller alemán, Gerhard Schroeder, mostró un tono de apoyo hacia la decisión serbia y dio una gran bienvenida. “Todas las reservas que habíamos hecho sobre la ayuda, o sobre la rapidez de la ayuda, sea bilateral o multilateral, ya fueron dejadas de lado”, declaró. “Ahora es importante que el gobierno de Yugoslavia reciba los dividendos de la democracia”. La Unión Europea, que busca cumplir el rol principal en unos Balcanes destrozados por sucesivas guerras, dijo ayer que la extradición de Milosevic representa una vuelta de página. “Los fondos ayudarán a los esfuerzos de transformar el país en un miembro moderno de la familia de las democracias europeas”, manifestó Catherine Day, que coordinó la reunión de la Comisión Europea para este tema.
Serbia y Montenegro deberían ser considerados, a partir de ahora, como aspirantes a la membresía de la Unión Europea. Eslovenia, la primera república yugoslava que rompió relaciones con Belgrado en 1991, probablemente integre la UE en tres o cuatro años. “Política, diplomática y financieramente, hemos vuelto a la comunidad internacional”, dijo Labus. “Hemos tomado algunas decisiones difíciles. Hemos elegido la vía rápida para entrar a Europa.”

De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

 

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