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En La Rioja se pelean por ver quién es más �leal�

El acto del viernes fue una proeza del aparato, con asueto pago, transporte gratis e �invitaciones� a los empleados públicos. Grupos de la interna hacen guerras de pintadas para ver quién es más leal a Carlos Menem. Mientras, se cobrará con bonos.

Bolocco cerró el acto del viernes en lugar de Eduardo Menem, lo que la consagra como símbolo.

Por Luis Bruschtein
Desde La Rioja

El viernes fue el acto en la capital riojana por la libertad del hijo más famoso de la provincia, el ex presidente Carlos Menem, en el que participaron según fuentes policiales alrededor de 20 mil personas, lo cual aquí es mucha gente. Y fue también una fiesta de cumpleaños con música y fuegos artificiales. El sábado, los riojanos volvieron a la realidad pensando en qué va a pasar cuando el gobierno provincial empiece a pagar salarios y deudas con bonos. Para bien o para mal, Carlos Menem sigue siendo una figura importante para los riojanos, pero no más que sus problemas, sobre todo si se tiene en cuenta que muchos de ellos se los deben a él.
Los no menemistas protestan porque dicen que en Buenos Aires “nos meten a todos en la misma bolsa, como si todos los riojanos fuéramos menemistas”. Es cierto que mucha gente no lo es, pero de todos modos también es cierto que una mayoría se siente identificada afectivamente con quien fuera tres veces gobernador, dos veces presidente de la República y ahora está preso. “Más allá de lo que haya hecho, aquí la gente lo quiere porque es un presidente que salió de La Rioja”, justificaba un taxista.
Pero por más esfuerzo que pongan los dirigentes y autoridades provinciales por asemejar la figura de Menem con las de Perón y Evita, los riojanos no pierden la cabeza. Muchos de los carteles del acto tenían fotos de Perón y Menem con la leyenda: “A los dos les hicieron lo mismo y los dos Volvieron”. Todos los carteles eran flamantes y con letras de molde, muy pocos estaban hechos a mano y algunos grupos trataban de usar la vieja liturgia combativa del peronismo y la JotaPé de los ‘70 a favor de Carlos Menem. “Luche y vuelve” decían varios carteles y otros llevaban la “V” con la “M” en vez de la histórica “P” del Perón Vuelve. Otro decía: “Cueste lo que cueste, Menem Presidente en el 2003” y lo firmaba un “Peronismo que Resiste”.
Pero esta liturgia que en los años ‘70 descolocaba a los poderosos se vuelve patética instrumentada en esta causa que a los poderosos no les mueve un pelo. El mismo ministro Coordinador de la provincia, Luis Beder Herrera, secretario del PJ provincial, en su discurso del viernes no tenía demasiados argumentos para diferenciar, desde un punto de vista popular, al gobierno de la Alianza con el de Menem. El argumento de mayor peso fue recordar que el riesgo país con Menem estaba en 200 puntos y con el actual gobierno pasó los 1000, lo cual a la gente humilde que participó en el acto no la conmovió demasiado y en todo caso habla más de la confianza que le tenían los poderosos a Menem.
Por este motivo, muchos riojanos se identifican con Menem, pero no comen vidrio. De hecho, el acto de ayer sólo pudo realizarse con un gran esfuerzo de aparato, poniendo decenas de colectivos y camionetas gratis para trasladar la gente del interior, decretando asueto en las dependencias oficiales y declarando gratuito el transporte y el estacionamiento en la Capital durante todo el día, además de hacer circular “invitaciones” al acto en las oficinas públicas, con la firma de sus directores.
El aparato solo no garantiza la masividad de un acto. La gente asistió además porque lo sentía. Pero las autoridades tuvieron que hacer ese tremendo esfuerzo de aparato porque desde la detención de Menem, todos los actos en su apoyo más o menos espontáneos o populares fueron un fracaso. Los tres antecedentes más importantes habían sido el envío de tres colectivos bastante despoblados desde La Rioja hasta los Tribunales de Comodoro Py cuando Menem se presentó a declarar y quedó detenido. Después hubo un corte a la violeta en la Ruta 38, que incluso debió contar concierta colaboración policial. Y una marcha de las antorchas que no pudo exceder el nivel barrial.
Los tres fracasos provocaron sendos problemas en la interna del PJ, conmovida por la inminencia de las elecciones de octubre. El corte de la Ruta 38 fue estimulado por el jefe del bloque de diputados provinciales del PJ, el diputado Oscar Chandía. Comparado con los cortes en Cutral-Có, La Matanza o General Mosconi, el de la Ruta 38, que sólo fue parcial, duró 24 horas y contó con apoyo de policías y autoridades, se trató en realidad de una especie de comedia de equívocos. Pero a efectos de la interna se lo adornó con visos heroicos. Y así apareció un “Comando Ruta 38”, que ingresó al acto del viernes como si fueran veteranos de Malvinas y se trenzó en una guerra de pintadas contra el grupo que organizó la marcha de las antorchas, que se llama “En nombre de La Rioja” y que encabeza el diputado Daniel Alem, del entorno de Eduardo Menem, que aquí ha sido bautizado con el nombre menos glorioso de “El Shopping”.
Chandía le dio soga al Comando Ruta 38, pero cuando éste se trenzó en la guerra de pintadas con “El Shopping”, trató de poner distancia, aunque ya era tarde: se había ganado el mote de “piquetero” por parte de sus adversarios en la interna. El Shopping, que encabeza Eduardo Menem, también conocidos como “eduardistas”, está aliado con la gente del gobernador Angel Maza y el ministro Coordinador Beder Herrera. Los dos candidatos a senadores son Eduardo, el hermano de Carlos, y Ada, o “Adita”, la hermana del gobernador Angel. Los dos sectores coexisten más o menos en paz, aunque suelen producirse chisporroteos.
La guerra entre el Comando Ruta 38 y El Shopping tuvo algunos matices exagerados, porque todos querían ganar en el lealtómetro. Así, el diputado Nicasio “Chingolo” Barrionuevo propuso que en los colegios se dictaran clases alusivas a la vida y obra de Carlos Menem. Y cuando el fiscal federal Guillermo Marijuan visitó La Rioja por una causa por jubilaciones fraudulentas, el Comando Ruta 38 volvió al ataque y pintó los alrededores de la plaza central consignas como “Urso aliancista” y otras que aluden de mala manera a la madre del juez. Las pintadas de la guerra con El Shopping fueron tachadas para no afectar la imagen de unidad del menemismo, pero las dirigidas al juez Jorge Urso se mantienen. El Comando Ruta 38 no se rinde.
Cuando se lanzó la idea de la ley de bonos, los gremios de los empleados públicos comenzaron un plan de lucha, con actos de protesta, una “marcha de la bronca” y el intento de poner una carpa frente a la gobernación. En ese momento llegó el titular de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), Víctor de Gennaro, para apoyar la lucha de los trabajadores. De Gennaro hizo declaraciones públicas fuertes contra Carlos Menem y fue agredido en el aeropuerto local. Pero el mismo día en que Eduardo Menem responsabilizaba públicamente al gobierno de la Alianza por la detención de su hermano, el ministro de Acción Social, Juan Pablo Cafiero, era muy bien recibido aquí por el gobernador y su ministro Coordinador. Menem se puso furioso y algunos afirman que por esa razón recibió en Don Torcuato al ex gobernador Bernabé Arnaudo, adversario de Maza y Beder Herrera. “¿Cómo es esto –decía un dirigente de los empleados públicos– si alguien viene a solidarizarse con los trabajadores le pegan, pero si traen un peso, aunque sean los que metieron preso a Menem lo abrazan?” Una maestra igualmente enojada, que hizo paro el jueves con la Ctera, protestaba: “A nosotras nos descontaron el día porque hicimos paro, pero el asueto decretado por la libertad de una persona que está presa legalmente se paga...”
Lo cierto es que Bernabé Arnaudo estuvo presente también en la zona VIP del palco del viernes y que tanto Beder Herrera como Maza fueron los más duros en sus discursos al referirse al gobierno nacional, pese a que el tema de los bonos depende de la actitud del Banco Nación. Estas diferencias se notan. Por ejemplo, cuando en su discurso Eduardo Menem utilizó una frase de Evita que dice “en tiempos normales ser peronista es un derecho, pero cuando la patria está en peligro es una obligación”, una mujer del público preguntó en voz alta y con sorna: “¿Y desde cuando éste es peronista?”.
Los organizadores del acto habían discutido si el último orador sería Eduardo Menem o Cecilia Bolocco de Menem. Finalmente el lealtómetro apuntó a la chilena, lo que da cuenta del espacio que va ganando la ex Miss Universo en el universo menemista, donde ya hay que hacer cursos de boloccología para estar al día.
La otra pata del espectro peronista es el senador Jorge Yoma, quien se alió por fuera del PJ con un sector del radicalismo que encabeza Gastón Mercado Luna y con el gremialismo opositor. Antes del acto, la ciudad estaba empapelada con carteles sin firma que decían: “Menem preso político. Yoma + Ruckauf= traición”. Yoma tomó distancia de la movilización y la interna menemista, aunque se cuidó en señalar que sentía la “situación injusta que afronta el ex presidente”.
Otra de las ideas para el acto del viernes era pedirle a la gente que llevara un regalo para el cumpleaños del ex presidente, que es el lunes 2 de julio. Pero parecía demasiado. Menem es a todas luces un hombre que ha progresado económicamente, al revés que la mayoría de los riojanos y los argentinos, que se han empobrecido. Y encima, pedirles un regalo para el hombre rico parecía un exceso. La idea era fletar un colectivo cargado de regalos para que llegara a la quinta de Don Torcuato mañana, cuando Menem cumple 71 años. Siempre que el Comando Ruta 38 no volviera al ataque.

 

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