Por Luis Bruschtein
Desde
La Rioja
El viernes fue el acto en la
capital riojana por la libertad del hijo más famoso de la provincia,
el ex presidente Carlos Menem, en el que participaron según fuentes
policiales alrededor de 20 mil personas, lo cual aquí es mucha
gente. Y fue también una fiesta de cumpleaños con música
y fuegos artificiales. El sábado, los riojanos volvieron a la realidad
pensando en qué va a pasar cuando el gobierno provincial empiece
a pagar salarios y deudas con bonos. Para bien o para mal, Carlos Menem
sigue siendo una figura importante para los riojanos, pero no más
que sus problemas, sobre todo si se tiene en cuenta que muchos de ellos
se los deben a él.
Los no menemistas protestan porque dicen que en Buenos Aires nos
meten a todos en la misma bolsa, como si todos los riojanos fuéramos
menemistas. Es cierto que mucha gente no lo es, pero de todos modos
también es cierto que una mayoría se siente identificada
afectivamente con quien fuera tres veces gobernador, dos veces presidente
de la República y ahora está preso. Más allá
de lo que haya hecho, aquí la gente lo quiere porque es un presidente
que salió de La Rioja, justificaba un taxista.
Pero por más esfuerzo que pongan los dirigentes y autoridades provinciales
por asemejar la figura de Menem con las de Perón y Evita, los riojanos
no pierden la cabeza. Muchos de los carteles del acto tenían fotos
de Perón y Menem con la leyenda: A los dos les hicieron lo
mismo y los dos Volvieron. Todos los carteles eran flamantes y con
letras de molde, muy pocos estaban hechos a mano y algunos grupos trataban
de usar la vieja liturgia combativa del peronismo y la JotaPé de
los 70 a favor de Carlos Menem. Luche y vuelve decían
varios carteles y otros llevaban la V con la M
en vez de la histórica P del Perón Vuelve. Otro
decía: Cueste lo que cueste, Menem Presidente en el 2003
y lo firmaba un Peronismo que Resiste.
Pero esta liturgia que en los años 70 descolocaba a los poderosos
se vuelve patética instrumentada en esta causa que a los poderosos
no les mueve un pelo. El mismo ministro Coordinador de la provincia, Luis
Beder Herrera, secretario del PJ provincial, en su discurso del viernes
no tenía demasiados argumentos para diferenciar, desde un punto
de vista popular, al gobierno de la Alianza con el de Menem. El argumento
de mayor peso fue recordar que el riesgo país con Menem estaba
en 200 puntos y con el actual gobierno pasó los 1000, lo cual a
la gente humilde que participó en el acto no la conmovió
demasiado y en todo caso habla más de la confianza que le tenían
los poderosos a Menem.
Por este motivo, muchos riojanos se identifican con Menem, pero no comen
vidrio. De hecho, el acto de ayer sólo pudo realizarse con un gran
esfuerzo de aparato, poniendo decenas de colectivos y camionetas gratis
para trasladar la gente del interior, decretando asueto en las dependencias
oficiales y declarando gratuito el transporte y el estacionamiento en
la Capital durante todo el día, además de hacer circular
invitaciones al acto en las oficinas públicas, con
la firma de sus directores.
El aparato solo no garantiza la masividad de un acto. La gente asistió
además porque lo sentía. Pero las autoridades tuvieron que
hacer ese tremendo esfuerzo de aparato porque desde la detención
de Menem, todos los actos en su apoyo más o menos espontáneos
o populares fueron un fracaso. Los tres antecedentes más importantes
habían sido el envío de tres colectivos bastante despoblados
desde La Rioja hasta los Tribunales de Comodoro Py cuando Menem se presentó
a declarar y quedó detenido. Después hubo un corte a la
violeta en la Ruta 38, que incluso debió contar concierta colaboración
policial. Y una marcha de las antorchas que no pudo exceder el nivel barrial.
Los tres fracasos provocaron sendos problemas en la interna del PJ, conmovida
por la inminencia de las elecciones de octubre. El corte de la Ruta 38
fue estimulado por el jefe del bloque de diputados provinciales del PJ,
el diputado Oscar Chandía. Comparado con los cortes en Cutral-Có,
La Matanza o General Mosconi, el de la Ruta 38, que sólo fue parcial,
duró 24 horas y contó con apoyo de policías y autoridades,
se trató en realidad de una especie de comedia de equívocos.
Pero a efectos de la interna se lo adornó con visos heroicos. Y
así apareció un Comando Ruta 38, que ingresó
al acto del viernes como si fueran veteranos de Malvinas y se trenzó
en una guerra de pintadas contra el grupo que organizó la marcha
de las antorchas, que se llama En nombre de La Rioja y que
encabeza el diputado Daniel Alem, del entorno de Eduardo Menem, que aquí
ha sido bautizado con el nombre menos glorioso de El Shopping.
Chandía le dio soga al Comando Ruta 38, pero cuando éste
se trenzó en la guerra de pintadas con El Shopping,
trató de poner distancia, aunque ya era tarde: se había
ganado el mote de piquetero por parte de sus adversarios en
la interna. El Shopping, que encabeza Eduardo Menem, también conocidos
como eduardistas, está aliado con la gente del gobernador
Angel Maza y el ministro Coordinador Beder Herrera. Los dos candidatos
a senadores son Eduardo, el hermano de Carlos, y Ada, o Adita,
la hermana del gobernador Angel. Los dos sectores coexisten más
o menos en paz, aunque suelen producirse chisporroteos.
La guerra entre el Comando Ruta 38 y El Shopping tuvo algunos matices
exagerados, porque todos querían ganar en el lealtómetro.
Así, el diputado Nicasio Chingolo Barrionuevo propuso
que en los colegios se dictaran clases alusivas a la vida y obra de Carlos
Menem. Y cuando el fiscal federal Guillermo Marijuan visitó La
Rioja por una causa por jubilaciones fraudulentas, el Comando Ruta 38
volvió al ataque y pintó los alrededores de la plaza central
consignas como Urso aliancista y otras que aluden de mala
manera a la madre del juez. Las pintadas de la guerra con El Shopping
fueron tachadas para no afectar la imagen de unidad del menemismo, pero
las dirigidas al juez Jorge Urso se mantienen. El Comando Ruta 38 no se
rinde.
Cuando se lanzó la idea de la ley de bonos, los gremios de los
empleados públicos comenzaron un plan de lucha, con actos de protesta,
una marcha de la bronca y el intento de poner una carpa frente
a la gobernación. En ese momento llegó el titular de la
Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), Víctor de Gennaro,
para apoyar la lucha de los trabajadores. De Gennaro hizo declaraciones
públicas fuertes contra Carlos Menem y fue agredido en el aeropuerto
local. Pero el mismo día en que Eduardo Menem responsabilizaba
públicamente al gobierno de la Alianza por la detención
de su hermano, el ministro de Acción Social, Juan Pablo Cafiero,
era muy bien recibido aquí por el gobernador y su ministro Coordinador.
Menem se puso furioso y algunos afirman que por esa razón recibió
en Don Torcuato al ex gobernador Bernabé Arnaudo, adversario de
Maza y Beder Herrera. ¿Cómo es esto decía
un dirigente de los empleados públicos si alguien viene a
solidarizarse con los trabajadores le pegan, pero si traen un peso, aunque
sean los que metieron preso a Menem lo abrazan? Una maestra igualmente
enojada, que hizo paro el jueves con la Ctera, protestaba: A nosotras
nos descontaron el día porque hicimos paro, pero el asueto decretado
por la libertad de una persona que está presa legalmente se paga...
Lo cierto es que Bernabé Arnaudo estuvo presente también
en la zona VIP del palco del viernes y que tanto Beder Herrera como Maza
fueron los más duros en sus discursos al referirse al gobierno
nacional, pese a que el tema de los bonos depende de la actitud del Banco
Nación. Estas diferencias se notan. Por ejemplo, cuando en su discurso
Eduardo Menem utilizó una frase de Evita que dice en tiempos
normales ser peronista es un derecho, pero cuando la patria está
en peligro es una obligación, una mujer del público
preguntó en voz alta y con sorna: ¿Y desde cuando
éste es peronista?.
Los organizadores del acto habían discutido si el último
orador sería Eduardo Menem o Cecilia Bolocco de Menem. Finalmente
el lealtómetro apuntó a la chilena, lo que da cuenta del
espacio que va ganando la ex Miss Universo en el universo menemista, donde
ya hay que hacer cursos de boloccología para estar al día.
La otra pata del espectro peronista es el senador Jorge Yoma, quien se
alió por fuera del PJ con un sector del radicalismo que encabeza
Gastón Mercado Luna y con el gremialismo opositor. Antes del acto,
la ciudad estaba empapelada con carteles sin firma que decían:
Menem preso político. Yoma + Ruckauf= traición.
Yoma tomó distancia de la movilización y la interna menemista,
aunque se cuidó en señalar que sentía la situación
injusta que afronta el ex presidente.
Otra de las ideas para el acto del viernes era pedirle a la gente que
llevara un regalo para el cumpleaños del ex presidente, que es
el lunes 2 de julio. Pero parecía demasiado. Menem es a todas luces
un hombre que ha progresado económicamente, al revés que
la mayoría de los riojanos y los argentinos, que se han empobrecido.
Y encima, pedirles un regalo para el hombre rico parecía un exceso.
La idea era fletar un colectivo cargado de regalos para que llegara a
la quinta de Don Torcuato mañana, cuando Menem cumple 71 años.
Siempre que el Comando Ruta 38 no volviera al ataque.
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