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EL FISCAL STORNELLI INVESTIGA A OTRO EX CUÑADO DE CARLOS MENEM
Las pistas que llevan a Karim

El juez Urso espera
que le expliquen las raras funciones que cumplió Karim en la Cancillería. El fiscal lo considera parte.

Karim era “secretario
de Asuntos Especiales,
de España e Italia, Medio Oriente y Africa del Norte”.

Por Eduardo Tagliaferro

Mientras el juez federal Jorge Urso espera que la Cancillería responda el oficio en el que reclamó información sobre cuáles eran las atribuciones y funciones de la Secretaría de Asuntos Especiales comandada por Alfredo Karim Yoma, el fiscal Carlos Stornelli lo consideró una pieza importante en la asociación ilícita que impulsó la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. En el subtítulo “La autoría responsable de Carlos Menem en orden a los hechos investigados. Su pertenencia a la organización criminal”, del dictamen en el que Stornelli pidió la prisión preventiva del ex presidente, se citan varios hechos que vinculan a Karim con el negocio de la venta de armas. Las menciones cimentan la creencia del fiscal de que el ex cuñado de Menem fue uno de los brazos del ex mandatario en este tipo de negocios.
El paso de Karim por la Cancillería fue tan fugaz como escandaloso. Lo primero que llamó la atención de los diplomáticos fueron las extrañas competencias que se le atribuyeron a la flamante repartición. Su nombre completo revela cuáles eran los temas a los que se dedicaría el empresario riojano: Secretaría de Asuntos Especiales, de España e Italia, Medio Oriente y Africa del Norte. La secretaría fue una invención a la medida de Karim y se disolvió luego de que llovieran denuncias sobre el ex cuñado sobre presuntas coimas para agilizar créditos italianos, provenientes de un convenio de asistencia firmado por el gobierno de Raúl Alfonsín. De asesor de Domingo Cavallo en las relaciones exteriores, Karim ascendió primero a director, a subsecretario luego y finalmente a secretario. Sus decisiones respondían a un equipo de asesores que él mismo había llevado a la Cancillería. Antes de abandonar la función pública, Yoma dejó su huella en varias iniciativas vinculadas a ventas de armas. Actuaciones que si bien no son el objeto central de la causa que instruye Urso, señalan un antecedente más que válido. Un virtual modus operandi que fue tenido en cuenta por Stornelli al momento de evaluar material probatorio sobre el desenvolvimiento de la agrupación ilícita.
Entre los anexos remitidos por el Ministerio de Relaciones Exteriores al juzgado, que Stornelli valoró al momento de avanzar sobre el rol desempeñado por Karim, figuran:
u Un documento en el que la entonces Subsecretaría de Asuntos Especiales objetó la relación comercial que para operar con Libia y Argelia tenía la empresa Zelfar Internacional Inc., perteneciente al vendedor de armas Horacio Calderón. Respecto de estos países, Yoma recomendó que las ventas se hicieran de gobierno a gobierno. Así se lo hizo saber al entonces subsecretario de producción para la defensa, Juan José Basualdo.
u El embajador Enrique Candiotti rechazó opiniones de Karim Yoma para comercializar productos del Astillero Domecq García. El principal emprendimiento que los astilleros tenían pendiente de realización eran submarinos nucleares y corbetas Mekko. Naves que formaron parte del faraónico plan de equipamiento naval presentado por el ex almirante Emilio Eduardo Massera al gobierno de Isabel Perón y que contó con la aprobación parlamentaria del peronismo en 1974.
u En el contexto de la venta de submarinos a Taiwán, Stornelli asentó el testimonio del vicecomodoro Tomás Medina, quien señaló que en una entrevista en la Casa Rosada, Menem le indicó que su referente en el tema era Karim. La operación se frustró luego de que el ex cuñado le pidió a Medina el 99 por ciento de la comisión. Por cierto antes de abandonar el negocio, el socio de Medina, el almirante Edmundo Schaer, había recibido de boca del propio Emir Yoma, en las famosas oficinas de la calle Paraguay al 500, una clara advertencia. “Este negocio no es más suyo. Nosotros lo vamos a hacer”.
u También figuran actuaciones en las que Yoma le solicita a Fabricaciones Militares autorizaciones para las empresas Interindustrial Consortium Inc. y Commerce Internacional Group.
La fiscalía reparó, además, en el memorándum 109 del 15 de enero de 1990, en el que el secretario de Asuntos Especiales le informaba a Menem que había aceptado viajar a Teherán el 14 de febrero de ese año. El memo estaba sellado como urgente y confidencial. En el encuentro que mantuvo con el presidente iraní Ali Rafsanjani, Karim Yoma entregó misivas con saludos de Menem y del entonces canciller Domingo Cavallo. En esa entrevista Karim manifestó que “el pueblo y el gobierno de Argentina apoyan los esfuerzos de Irán para permanecer independiente de los bloques de poder desde el triunfo de la revolución islámica en 1979”. Además del discurso, el funcionario comprometió un acuerdo para proyectos nucleares por cerca de 300 millones de dólares más la provisión de dos reactores nucleares.
Los reactores nucleares aparecieron como un tema recurrente en varias entrevistas que el menemismo supo tener con funcionarios de países árabes. El 3 de octubre del ‘99, en una entrevista con Página/12, el ex embajador Oscar Spinosa Melo le reveló a la periodista Susana Viau que, en ocasión de la primera visita de Carlos Menem a Siria y ya habiendo sido electo candidato a presidente por el justicialismo, “le prometió un reactor a los sirios”. Spinosa cuenta que Menem le realizó la promesa al vicepresidente Abul Haddam en su casa de fin de semana. “De alguna manera lo vamos a arreglar”, comentó Spinosa que fue la respuesta de Menem cuando le dijo “¿te das cuenta que no vas a poder cumplir la promesa.”
Antes de entrevistarse con Haddam, Menem había recorrido las calles de Yabrud fotografiándose con todos sus parientes lejanos. Spinosa reparó en un paisano que solía esconderse cada vez que se disparaba una foto. Curiosamente ese era el traficante de armas Monzer Al Kassar. La segunda visita de Menem a Siria sería en 1994 luego del atentado a la embajada de Israel y del de la AMIA. Para ese entonces, su hermano Munir era el embajador argentino en Siria.
Los investigadores judiciales tienen acreditado que Emir fue uno de los organizadores de la asociación ilícita que vendió ilegalmente armas a Croacia y Ecuador. Sobre su hermano Karim hay tantas sospechas, que no descartan que sea citado a declarar a pesar de que desde 1994 viene repitiendo: “Yo pienso que el calvario de la chiquita judía Ana Frank fue nada al lado de la persecución sistemática que se lleva a cabo contra los Yoma”.

 

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