Mi defendido declaró
ante el fiscal Marcos Pagella que no tuvo ninguna relación con
los hechos que se le imputan y pidió que le hagan las pruebas de
ADN que pueden certificar que nada tuvo que ver en la violación,
aseguró ayer el defensor oficial Ricardo Mendoza, quien representa
al sargento primero Ricardo El Mono Suárez, de 40 años.
El agente es uno de los dos policías acusados de haber participado
en el crimen de la joven Natalia Melmann, ocurrido en Miramar en febrero
de este año. La declaración del Mono fue un calco de la
que hizo ante el fiscal el otro imputado, el sargento primero Oscar Echenique,
de 41. En las dos horas que duró su declaración indagatoria
ante Pagella, lo único que reconoció Suárez es que
conocía a Gustavo El Gallo Fernández, quien
fue el primer detenido por su presunta participación en el homicidio.
Sin embargo, según informó el defensor Ricardo Mendoza,
el Mono aclaró que su relación con el Gallo es sólo
la que puede tener un policía que detuvo a una persona.
Suárez dijo que, por lo demás, el Gallo era un delincuente
de menor cuantía pero muy conocido en Miramar. Sin
embargo, los policías seguirán presos, al menos por ahora,
porque pesan sobre ellos los cargos por privación ilegítima
de la libertad agravada, abuso sexual agravado y homicidio triplemente
agravado por ensañamiento y alevosía. Un cóctel
de imputaciones que podrían merecer, llegado el momento, una condena
a cadena perpetua.
Suárez dijo ante el fiscal Pagella que nunca tuvo relación
con la familia Melmann, desmintiendo así las manifestaciones formuladas
por el padre de la chica, Gustavo Melmann. El abogado Mendoza sostuvo
que la noche del crimen, su defendido durmió en su domicilio
y al día siguiente se presentó en la comisaría de
Miramar, como era habitual. El defensor comentó a los periodistas
que el caso es muy mediático, dando a entender que
existe una fuerte presión sobre la Justicia para lograr su esclarecimiento.
Sin embargo, reconoció que el fiscal Pagella no se ha dejado
influenciar por la presión de la prensa.
Los abogados particulares de Echenique, Néstor Alfredo Simonetti
y Rubén José Domingo Palo, confirmaron que su cliente también
se declaró totalmente inocente. Precisaron que el policía
relató cada uno de sus movimientos durante la noche en que
presuntamente ocurrieron los hechos y proporcionó el nombre de
varios testigos que pueden ratificar sus dichos. Al igual que Suárez,
pidió que en forma urgente se incorporen a la causa las pruebas
de ADN que Echenique considera que lo dejarán libre
de culpa y cargo, al menos en lo que atañe a la violación.
El abogado Simonetti calificó de actitud irresponsable
la del procurador de la Suprema Corte bonaerense, Eduardo de la Cruz,
quien el viernes afirmó que los dos detenidos participaron
abiertamente en el crimen, a la vez que les atribuyó una
posible participación en otros hechos similares. De la Cruz expresó
su convencimiento de que con la detención de Suárez y Echenique
el caso está resuelto y no descartó que haya
otros policías involucrados por encubrimiento.
EN
UN ASALTO EN VILLA DEL PARQUE
Otro policía muerto
Es la víctima número
32 de la Policía Federal en lo que va del año. El cabo Andrés
Carlos Velozo (foto) murió ayer luego de impedir que tres hombres
asaltaran una sucursal del Correo en Villa del Parque. En el tiroteo también
resultó herida de consideración una empleada del local,
que tuvo que ser internada aunque se informó que estaba fuera
de peligro.
Los sucesos comenzaron a las 12.30, cuando tres delincuentes ingresaron
en el local de la esquina de Cuenca 3384. Velozo, asignado a la comisaría
31, estaba de custodia, realizando un servicio de policía adicional,
de uniforme y con chaleco antibala.
Velozo se enfrentó a tiros con los ladrones, que finalmente huyeron
en un Gol rojo, sin concretar el robo. El policía fue herido de
gravedad en la espalda, la ingle y un brazo. Murió cuando era trasladado
al hospital Churruca. La empleada herida está internada en el Zubizarreta.
La Policía Federal informó que Velozo había nacido
el 4 de febrero de 1970, era soltero y padre de dos hijos de 6 y 2 años.
Había ingresado a la fuerza en 1994.
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