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MILOSEVIC DESAFIA A LA HAYA MIENTRAS LA FEDERACION SE DESHACE
El hombre que fue Yugoslavia

La caída de Slobodan Milosevic en manos del Tribunal de La Haya significó también el principio del fin para lo que queda de Yugoslavia. En estas páginas, la crónica de los hechos y opiniones contrastantes sobre lo que significa el arresto del ex hombre fuerte.

Manifestantes pro-Milosevic sostienen carteles y pancartas con la cara de su líder.

A esta altura ya no es una novedad, pero que lo diga él es significativo. El primer ministro serbio Zoran Djindjic, máximo responsable de la extradición del ex presidente Slobodan Milosevic al Tribunal Internacional de La Haya y de la crisis política actual en Yugoslavia, admitió ayer que es posible que el terremoto termine en la separación de Serbia y Montenegro, esto es, el fin de Yugoslavia. A partir del lunes, el presidente yugoslavo Vojislav Kostunica inicia las negociaciones para formar gobierno, pero tiene un límite difícil de franquear: el premier yugoslavo deberá ser montenegrino. El gobierno de Montenegro está a favor de abandonar Yugoslavia y la oposición montenegrina acaba de abandonar a Kostunica. Ayer, Milosevic habló por primera vez desde su detención. Dijo que “volveré sano y salvo” a Yugoslavia y que se trata de “un juicio político”. Y ayer llegaron las primeras voces rusas (cuyo país supo ser aliado incondicional de Milosevic) en protesta por su arresto.
En declaraciones a la cadena alemana de televisión ARD, Djindjic explicó cuáles pueden ser las variantes para administrar la crisis que estalló cuando el premier yugoslavo Zoran Zizic, del Partido Socialista de Montenegro, renunció anteayer a su cargo en rechazo a la extradición de Milosevic y dejó al gobierno de Kostunica con una mayoría relativa en el Parlamento que no le servirá para gobernar. Djindjic dijo que era posible hacer cambios en la Constitución yugoslava para dar lugar a una “federación reformada” y que a partir de ese momento se podrá convocar a elecciones para elegir un nuevo gobierno. Si la Constitución no se reforma, según el premier serbio, la separación de Serbia y Montenegro sería un hecho. Y él mismo puso más presión aún sobre Kostunica cuando dijo que esto se debe definir antes de fin de año. “En Serbia no podemos seguir sin saber si tenemos o no tenemos un Estado.” Sobre todo, se podría decir, cuando la Unión Europea y Estados Unidos acaban de donar, como respuesta a la detención de Milosevic, 1280 millones de dólares para la reconstrucción de Serbia.
Claro que el único preocupado en esta situación es Kostunica. En Serbia, en Montenegro y en el resto del mundo, la extradición de Milosevic es festejada. Salvo en Rusia, el país aliado del ex presidente yugoslavo. Fuentes del Kremlin indicaron que Moscú consideraba una eventual retirada de su contingente de 3400 hombres desplegados como fuerza de paz en la provincia serbia de Kosovo luego del bombardeo de la OTAN a Yugoslavia hace dos años. El vicepresidente de Asuntos Internacionales del Consejo de la Federación (Senado), Mijail Marguelov, dijo que “la extradición de Milosevic va contra los intereses nacionales rusos, porque lo que es malo para Yugoslavia es malo para Rusia”. El diputado Konstantin Kosachev, vicejefe de la Comisión de Exteriores de la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso), dijo que “la situación va a recordar mucho a lo que sucedió en 1991 con Mijail Gorbachov”, en referencia al intento de golpe de Estado contra el entonces presidente soviético que, pese a su fracaso, conduciría a la desintegración de la Unión Soviética.
Desde Scheveningen, a 2 km de La Haya, donde está detenido, Milosevic transmitió un mensaje a través de uno de sus 11 abogados. Según dijo Branimir Gugl a la radio B-92 de Belgrado, Milosevic pidió que su defensa ante el Tribunal Internacional sea política, ya que “el juicio es político”, y manifestó que “volverá sano y salvo” a Yugoslavia, si es que para entonces, y si puede volver, existe tal nación. También dijo que el Tribunal de La Haya es “ilegal y anticonstitucional”, y “que recurre a los secuestros”. En este sentido, en su edición de ayer, el semanario serbio Telegraph da otros detalles jugosos de la actitud de Milosevic ante la suerte que le toca. El ex presidente yugoslavo tardó mucho en darse cuenta de que el traslado era hacia La Haya y cuando se enteró dijo que “La Haya no es un tribunal, es un circo en el que se trata de domar al pueblo serbio hasta su destrucción total. Yo no le tengo miedo a esa bufonada de tribunal, se han equivocado de dirección; a los que tendría que juzgar esa los de la OTAN”, declaró. “A cada cual le llega su Haya, ya verán, no escaparán a la justicia; a mí no me han detenido, me han secuestrado.”
En todo caso, será un circo largo. Según el presidente del Tribunal de La Haya, el francés Claude Jorda, dijo que habrá que esperar al menos un año hasta que comience el juicio. El martes, Milosevic deberá declarar por primera vez ante los jueces.

 

CARLOS SLEPOY.
“Está políticamente teñido”

–¿Qué significa la extradición de Milosevic en la lucha judicial contra jefes de estado involucrados en delitos contra los derechos humanos?
–Es un hecho de extraordinaria trascendencia, toda vez que se cumple algo que hasta ahora no había ocurrido. No deja de llamar la atención que durante tanto tiempo se haya estado discutiendo si correspondía o no elegir la acción contra Pinochet en su carácter de ex presidente de Chile y no haya habido ningún problema para imputarlo a Milosevic aun siendo un ex jefe de estado. En mi opinión la acción contra Milosevic queda absolutamente empañada con el hecho de que fue un canje económico, se compró el que fuera extraditado y éste es un mal precedente.
–Pero siendo la captura de un ex jefe de Estado, ¿no estaría ayudando a terminar con la impunidad de otros?
–Indudablemente que ya nunca se va a poder decir más en ningún lugar del mundo que una persona, por haber sido jefe de Estado, pueda quedar impune. No obstante, Milosevic es responsable de los crímenes y, por tanto, es un avance para la justicia internacional. Esto es insuficiente porque se evidenció el designio político para detenerlo; tampoco se profundizó en todos los responsables de los crímenes cometidos en Yugoslavia. La acción de la justicia para ser realmente justicia debe ser imparcial y debe llegar a todos. A mí me parece que esta detención, con toda la importancia que tiene en cuanto a precedente, queda teñida por la influencia política para detenerlo. No se trata de una acción como la que se llevó a cabo, por ejemplo, contra Pinochet o como la que se está llevando contra el represor Cavallo, en donde está claro que la justicia actúa de modo independiente.
–Y en cuanto a la constitución de un tribunal penal de justicia, ¿cuál es su incidencia?
–Hoy no hay un tribunal internacional permanente –faltan firmas– pero aun si lo hay, va a estar limitado porque no tiene carácter retroactivo –los crímenes anteriores no son alcanzados por el tribunal–; el Consejo de Seguridad de la ONU tiene potestad –puede decir el incumplimiento del procedimiento judicial– y, por último, el único que lleva adelante la acusación es el fiscal, con lo que las víctimas no pueden acceder a la dicha acción. Deberíamos lograr los mecanismos para que la justicia internacional llegue a todos.
–¿De qué manera?
–Que las víctimas pudieran ejercer la acción judicial a través de una querella, que no hubiera intervención del Consejo de Seguridad y se juzgaran todos los crímenes contra la humanidad, perseguibles en todo tiempo y lugar. De hecho, el tribunal para Yugoslavia (La Haya) que juzga a Milosevic se constituyó después de los crímenes que él cometió –sin perjuicio de que cometiera otros a posteriori–. Lo ideal sería que este tribunal tuviera distintas sedes en el mundo para que actúe con inmediación, y que se democratizaran las instituciones internacionales y sobre todo la ONU.
Entrevista: Mercedes López San Miguel.

 

ADOLFO PEREZ ESQUIVEL.
�Hay que constituir el TPI�

–¿Cuál es el efecto de la captura de Milosevic a nivel mundial?
–Creo que lo más evidente es la necesidad de aplicar el derecho internacional, es decir, la constitución del Tribunal Penal Internacional que muchos países todavía no han ratificado y hay países que se oponen a que se constituya el mismo, fundamentalmente los Estados Unidos. Entonces es importante que se aplique el derecho internacional en el caso de Milosevic o de los dictadores como Pinochet o Videla.
–¿La extradición de Milosevic es un paso a terminar con la impunidad?
–De a poco se está imponiendo la aceptación que hace falta una justicia internacional, para sentenciar los crímenes contra los pueblos. Todavía faltan firmas, más de 70, y hay 30 de ratificaciones para que entre en funcionamiento el Tribunal Penal Internacional. Está bien que Milosevic sea juzgado por el Tribunal Internacional de La Haya.
–¿Cuál es el precedente de esta extradición?
–Que aquellos que violan los derechos humanos, que cometen crímenes de guerra paguen, porque no son delitos que proscriban con el tiempo. Hay que sentar el precedente de que la desaparición de personas también es un crimen de carácter continuo que no prescribe en el tiempo por más leyes de punto final y obediencia debida.
–¿Cómo afecta en nuestro país?
–Por más impunidad jurídica que exista en nuestro país, los criminales van a tener que comparecer ante la Justicia en algún momento, en este momento hay juicios en marcha, 12 casos en Alemania, se están reabriendo juicios, hay una búsqueda permanente de aplicar la justicia internacional tanto para los países del Primer Mundo como los mal llamados del Tercer Mundo. Y por eso Estados Unidos se niega a la constitución del tribunal. Creo que la extradición de Milosevic es un avance y apertura al juzgamiento internacional.
Entrevista: M.L.S.M.

 

HEBE DE BONAFINI.
“Debería ir preso Clinton”

–¿Qué significa la captura de Milosevic en la lucha judicial contra las dictaduras?
–A mí me parece que se olvidaron de llevar a Clinton, porque él también es un asesino. Está bien que vayan a los tribunales internacionales, pero tienen que ir todos los que matan, no solamente de los países que a ellos se les ocurre. Clinton mató mucha más gente con las bombas que Milosevic y, sin embargo, no va al tribunal. Milosevic está bien que esté extraditado, pero no es el único. Entonces acá se mira con un solo ojo y el otro se lo tapan.
–Siendo la primera captura de un ex jefe de gobierno, ¿ayudaría a terminar con la impunidad de otros jefes de gobierno también acusados?
–Es la primera captura y va a ser la única, no van a ponerlo a Clinton, eso es lo que veo. No creo que vaya a terminar con la impunidad, porque tendría que ahora estar Clinton con Milosevic en la misma cárcel. Pienso en Clinton porque es uno de los más asesinos, pero el actual presidente George W. Bush no se queda atrás, ya empezó a bombardear junto con los israelíes que también matan como loco a los palestinos y estamos hablando de gobiernos que se dicen democráticos; entonces hay unos cuantos para poner presos. Es como acá que los asesinos van custodiados y cuidados y a los empleados de Aerolíneas por parar un avión en la pista los sacan a patadas y esposado. Y Menem que le robó al país va muy custodiado y vive en una quinta, como Videla que está en su casa. ¿De qué prisión me están hablando de Videla o de Massera?, ¿no están como reyes?
–Precisamente, casos como el de Videla o Massera, ¿cómo se ven afectados por esta noticia de extradición y juicio internacional?
–No pasa nada porque se han apoyado por Estados Unidos, recordemos que acá todo empezó con la escuela de Panamá, de las Américas, entonces mientras Estados Unidos apoye lo que pasa, como apoya a Israel en contra de la Autoridad Palestina, no van a condenar a nadie. Es el que se opone a Estados Unidos el que es condenado. Y Estados Unidos es el país más terrorista que existe y está impune.
–¿No ayuda esta captura a la conformación de un tribunal internacional de justicia?
–El tribunal penal internacional nunca va a salir porque faltan más de 20 años para que salga y porque ni Estados Unidos ni Francia firman nada. Mientras estos países tan poderosos estén a la cabeza de todo y no permitan que los del tercer mundo los juzguen, no se avanzará en la conformación de una justicia internacional.
Entrevista: M.L.S.M.

 

ESTELA DE CARLOTO.
�La justicia siempre llega�

–¿Qué significa la captura de Milosevic en la condena de los delitos contra los derechos humanos?
–La detención y la remisión al juzgamiento de este sanguinario personaje significa que la justicia se cumple inexorablemente en cualquier lugar del mundo y se termina con la impunidad de este hombre, artífice de las muertes de miles de ciudadanos y de actitudes despóticas e incomprensibles. De modo que se lo remita para juzgarlo es un acto de justicia universal.
–¿Serviría como ejemplo para otros jefes de Estado acusados por delitos contra los derechos humanos, como es el caso de Pinochet?
–Si asimilamos a los dictadores de Latinoamérica que también han eliminado a sus conciudadanos en forma de genocidio, este ejemplo se puede extender por supuesto a un Pinochet, a un Videla, en caso de que en los países donde cometieron sus delitos no los juzgue, para que tenga también el consiguiente castigo en esta Corte internacional.
–¿Y cómo puede afectar en Argentina, con los casos de Videla o Massera?
–Por ahora estos personajes, los más asesinos, están en la cárcel, aunque domiciliaria, por el delito de sustracción de menores; pero acá no se trata sólo de purgar un delito, sino de todos los delitos, cosa que no se puede hacer por las leyes de punto final y obediencia debida. Si a nivel universal se considerara que acá no se los ha juzgado y que esto atenta contra los tratados internacionales suscriptos en Argentina, no sería imposible pensar que puedan también convocar la presencia y extradición de un Videla, un Massera, un Bignone.
–Este caso de extradición, ¿viene a ayudar a la conformación de un tribunal internacional de justicia?
–Yo creo que sí, porque si se lo boicotea como lo hace Estados Unidos, es porque no se quiere tener un tribunal penal internacional, porque aquellos que violentaran los derechos humanos serían juzgados y hay países que no aceptan eso. El caso Milosevic demuestra que con o sin el tribunal penal internacional en ese caso se está llevando a los tribunales a un genocida, así que los países que todavía no han suscripto a la declaración que se hizo en Roma en el 98 tendrían que pensar que con su firma o sin ella la justicia llega.
–¿Qué precedente establece esta captura?
–El precedente sería que los criminales no pueden estar sueltos y convivir con el pueblo al que victimizaron como si nada.
Entrevista: M.L.S.M.

 

OPINION
Por Rosendo Fraga*

Los efectos políticos

La globalización como fenómeno mundial de la posguerra fría tiene manifestaciones diversas y hasta contradictorias. La política, la economía y las comunicaciones se globalizan diluyendo lo nacional; pero la cultura, el deporte y el sentimiento religioso se transforman en núcleos de resistencia a este fenómeno.
En este marco, en los últimos años se han dado ejemplos diversos de globalización de la justicia.
Pero con este fenómeno puede suceder lo mismo que con el sistema de seguridad internacional: que su eficacia depende del grado de interés o prioridad que el caso tiene para las grandes potencias.
Desde esta perspectiva, la posición de los EE.UU. es clara: apoya la detención de Milosevic, porque se trata de un personaje que ha violado disposiciones de los organismos internacionales que fueron votadas bajo el impulso de Washington.
Pero la posición norteamericana no es la misma, cuando jueces europeos pretenden citar a declarar a Henry Kissinger, quien en el último número de la revista Foreign Affairs, en su artículo “Los peligros latentes de la jurisdicción universal”, define una postura que expresa un punto de vista gravitante en su país.
Sostiene que podrían ser institucionalizados “los procedimientos acordados a nivel internacional para enfrentar crímenes de guerra, genocidio y otros crímenes contra la humanidad”, pero advierte que debería ser evitada “la parcialidad de la búsqueda de la jurisdicción universal”, desde las decisiones jurídicas nacionales.
En el caso de América latina y en particular en el referido al juzgamiento de la represión de los años 70, la detención de Milosevic no tiene efectos jurídicos, dado que no hay decisiones provenientes de organismos internacionales.
Pero si tiene consecuencias políticas, ya que pueden impulsar una mayor actividad por parte de jurisdicciones nacionales europeas o incluso modificar algunas decisiones jurídicas del orden local.
En conclusión, la detención de Milosevic puede ser un paso en una mayor eficacia de la jurisdicción judicial internacional, pero no tiene efectos jurídicos hacia América latina, pero sí puede tenerlos políticos, al generar una mayor actividad por parte de la justicia de países europeos y cambios en la actitud la justicia latinoamericana, en el tratamiento de casos derivados de la represión de los años setenta en la región.

* Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

 

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