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La Iglesia habló de hacer política

El encuentro de la Pastoral Social tuvo como tema la política, �forma más alta de la caridad�. La tribuna fue aprovechada por el arzobispo Bergoglio para decir que es �antihumano� privatizar la asistencia social.

Por Washington Uranga

El cardenal Jorge Bergoglio aprovechó el sábado último la tribuna que se montó con ocasión de la Jornada de Pastoral Social realizada en Buenos Aires, y de la que participaron más de mil personas y aproximadamente cincuenta dirigentes políticos, para volver a insistir en el tema de la dirigencia política y para decir esta vez que es necesario “comprometerse a rehabilitar la política, que es una de las formas más altas de la caridad, porque apunta al bien común”. El arzobispo porteño, que también es vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Argentina, estuvo acompañado en el acto de clausura por la vicejefa de Gobierno de la Ciudad, Cecilia Felgueras. Bergoglio advirtió además que “es antihumano privatizar la asistencia social” y coincidió con el argumento de otros obispos en el sentido de que el Estado no puede deslindar su responsabilidad en la promoción y la asistencia social.
La Jornada de Pastoral Social, promovida por el arzobispado porteño, convocó a dirigentes políticos y sociales de la ciudad y de todo el país, y puso en evidencia la voluntad de la jerarquía de la Iglesia Católica para abrir espacios de debate sobre el papel de la dirigencia política y su responsabilidad en el futuro del país. Los dos últimos documentos colectivos del Episcopado Argentino se ubicaron en la misma temática. En la convocatoria al encuentro, titulado “Política y sociedad”, el propio Bergoglio hizo un llamado a participar “a todo el Pueblo de Dios y en particular a aquellos que tienen responsabilidad en la construcción de la sociedad, para reflexionar sobre la política como servicio al bien común”.
Carlos Accaputo, el sacerdote encargado de la Pastoral Social en Buenos Aires, pidió un “esfuerzo para reconvertir la política como servicio al bien común y perder el miedo a la amistad social aceptando las diferencias y dejando de lado los intereses particulares y sociales”.
Cecilia Felgueras asumió que “la política atraviesa una crisis” pero agregó que al mismo tiempo “es necesario un reconocimiento de la política como herramienta legítima de transformación de la realidad”. Del encuentro, que funcionó en doce mesas de trabajo sobre distintos aspectos de la realidad social, participaron dirigentes políticos y sociales, entre los que se contaron el diputado Mario Cafiero, la investigadora y funcionaria Adriana Puiggrós, el presidente de la Unión Industrial, José Ignacio de Mendiguren, legisladores, funcionarios, dirigentes sindicales y técnicos.
Al hablar en el encuentro de Mendiguren sostuvo que es necesario “definir el país que queremos y comprometernos” a asumir el desafío de “convocar a una alianza entre los distintos sectores para construir un proyecto nacional”. Puiggrós diagnosticó que el problema más grave es “la ‘mala calidad’ de los miembros políticos”, propuso la creación de controles éticos y afirmó que “la política tiene que ser una mano que siembra, colaborando con sus nuevos saberes, difundiéndolos”.
En la misa de clausura Bergoglio advirtió sobre la violencia como “antivalor”. “Todo lo que sea violentar” es un anti-valor, subrayó, y sostuvo que “por este camino no se va a ninguna parte” y “en este momento estamos alerta”. El cardenal porteño se ocupó sin embargo de explicitar el alcance de sus palabras al precisar que se estaba refiriendo a “cualquier tipo de violencia: no hace falta que explote una bomba, pero está la violencia del lenguaje, la violencia de destruirnos unos a otros”.

 

 

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