Mientras
palestinos e israelíes disputan sobre el fin de la violencia, ayer
volvió a recalentarse la frontera norte de Israel. El conflicto
en todos los frentes caracterizó a la corta historia del Estado
de Israel. Parecía en camino de acabarse cuando los israelíes
firmaron con los palestinos los Acuerdos de Oslo en 1994, y cuando se
retiraron hace poco más de un año del sur del Líbano.
Ayer, la aviación israelí atacó un radar sirio en
el sur del Líbano, respondiendo a los ataques del viernes del grupo
chiíta Hezbolá, apoyado por Siria. Hezbolá contraatacó
e Israel volvió a bombardear posiciones de la guerrilla. Hasta
ahora, murieron dos soldados sirios y dos libaneses resultaron heridos.
En cuanto a los palestinos, ayer murieron seis: tres integrantes de la
organización terrorista Jihad Islámica alcanzados por un
misil, otros dos palestinos que recibieron disparos israelíes mientras
construían una bomba y uno más a causa de heridas recibidas
en los enfrentamientos del viernes.
Se supone que palestinos e israelíes se encuentran en un período
de calma total, que debe durar una semana, acordado con el
secretario de Estado norteamericano Colin Powell, para comenzar luego
a aplicar las recomendaciones que hizo la Comisión Mitchell para
que la calma sea duradera y se reinicien alguna vez los diálogos
de paz. Según dijo ayer el premier israelí Ariel Sharon,
el período no empezó a correr porque la violencia palestina
continúa. Según el líder palestino Yasser Arafat,
el período sí comenzó, y el jueves mismo. Para Arafat,
no se puede interpretar literalmente la cuestión de la calma
total, ya que es imposible evitar todo enfrentamiento. La
verdad es que Arafat ha llegado a la conclusión estratégica
de que no obtendrá más logros políticos por medios
pacíficos, dijo ayer el ministro de Defensa israelí,
Benjamin Ben Eliezer.
El parte de ayer indica, que en los tiros hubo réplicas y contrarréplicas.
En el caso de ayer, la ciudad cisjordana de Jenín fue un polvorín.
Fue allí donde el Ejército israelí disparó
sobre unos palestinos que aparentemente fabricaban una bomba. Fue allí
donde un policía palestino y un activista de la organización
islámica Hamas fueron heridos en la madrugada del domingo por disparos
israelíes. Y fue allí donde, por la noche, tres integrantes
Jihad Islámica fueron muertos con misiles disparados desde helicópteros
israelíes. También hubo enfrentamientos en Jerusalén
y en Rafah (franja de Gaza).
El parte de guerra del frente israelí en el sur del Líbano
no es más reducido que el anterior, pero sí más novedoso:
el último incidente entre sirios e israelíes había
sido hace dos meses, y el anterior a ese se remonta a cinco años
atrás. El viernes, el Hezbolá atacó posiciones israelíes
en el territorio conocido como las granjas de Shebaa, de donde
Israel no se retiró porque considera que es de soberanía
siria y que sólo mediante un acuerdo de paz con ese país
puede abandonarlo.
Cazabombarderos israelíes respondieron ayer bombardeando un radar
sirio en Airum, al sur de la ciudad milenaria de Baalbek, en el valle
de Bekaa, porque interpretan que el Hezbolá actúa con informaciones
proporcionadas por las fuerzas sirias. Dos soldados sirios y uno libanés
resultaron heridos en el bombardeo. Luego, Hezbolá bombardeó
con cohetes Katiusha y obuses Hunt objetivos del Ejército israelí
en el sector de Shebaa. Y más tarde, la artillería israelí
disparó contra áreas cercanas al lugar de donde habían
partido los proyectiles de Hezbolá, dejando un herido. Aviones
israelíes sobrevolaron Sidón y Beirut, la capital libanesa.
Desde Baalbek, el secretario general de Hezbolá, jeque Hasán
Nasralah, afirmó que su organización responderá
esta vez a la agresión de forma diferente a las precedentes.
El canciller libanés, Mahmud Hamud, instó al Consejo de
Seguridad de la ONU a que haga cesar las agresiones de Israel
contra su país. Estados Unidos, a través de un funcionario
de la Casa Blanca, llamó a todas las partes a ejercitar el
máximo de moderación y a evitar los actos de
provocación. Quizás también en el sur del Líbano
haga falta un período de calma. Claro que si es como
el que llevan a cabo israelíes y palestinos, será cualquier
cosa menos calma.
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