Por
Claudio Zlotnik
La
desvalorización de los títulos de la deuda no da tregua.
Ayer volvió a escalar el riesgo país hasta 1061 puntos,
lo que representa una desmejora del 3,5 por ciento respecto del cierre
anterior, con una caída de los bonos de un 1,0 por ciento en promedio.
Las acciones, en cambio, revirtieron cuatro sesiones consecutivas con
signo negativo, y terminaron con una ganancia del 1,0 por ciento. El banco
de inversión estadounidense Merrill Lynch, uno de los más
importantes de Wall Street, pronosticó que el Producto Bruto volverá
a mostrar una contracción este año, esta vez del 0,2 por
ciento. No obstante, confío en que la economía empezará
a despegar, aunque suavemente, durante el tercer trimestre, señaló
a Página/12 el economista senior para América Latina de
Merrill Lynch, Francis Freisinger.
¿A qué atribuye el constante aumento del riesgo país?
preguntó Página/12 a Freisinger.
Existe un sentimiento muy malo hacia la Argentina por parte de los
inversores de Wall Street, a pesar de que en las últimas semanas
no hubo malas noticias: los principales indicadores económicos,
como las reservas y los depósitos bancarios, se vienen recuperando
paulatinamente. Si no aparece una sorpresa, una noticia perjudicial para
la economía, el riesgo país empezará a bajar.
¿Podría darse esa mejora a pesar de que usted mismo
prevé que este año el PBI volverá a contraerse?
Yo creo que la economía retomará el crecimiento durante
este tercer trimestre. Aunque debo reconocer que ese despegue será
paulatino, muy suave. En ese escenario, el hecho de que el Producto termine
con un leve signo negativo es por una cuestión de arrastre estadístico.
Sin embargo, por ahora no existen signos de reactivación...
Habría que esperar una mejora del consumo interno durante
este mes y el que viene. No se puede pronosticar mucho más allá.
Aun teniendo en cuenta que no hay ingresos de capitales desde el exterior.
Tanto Freisinger como otros analistas consultados por este diario, como
Rafael Ber, de la consultora Argentine Research, coincidieron en que la
máxima preocupación de estos días presenta un costado
político, además del económico. En concreto, se trata
del conflicto entre el gobierno nacional y las provincias, en el cual,
para los financistas, se juega el éxito del cumplimiento de las
pautas fiscales con el Fondo Monetario.
En este marco de incertidumbre, los inversores se abstienen de tomar riesgo.
Ayer hubo muy pocas operaciones en la plaza de bonos de la deuda. Quienes
tienen papeles en su poder, los bancos de inversiones, tiran abajo el
precio para comprar los bonos porque hay muy pocos interesados en el mercad.
Así, sólo venden quienes tienen urgencia de hacerse de efectivo,
tirando hacia abajo las cotizaciones (y subiendo el riesgo país)
con escasas operaciones.
El derrape de los títulos públicos será un condicionante
muy importante para el gobierno. Domingo Cavallo licitará Letes
el próximo martes: 350 millones de dólares a seis meses,
y otros 500 millones a un año de plazo. Actualmente, el Bonte 2002
(que vence dentro de un año) mostraba un rendimiento del 18 por
ciento anual. Y una Lete a cinco meses (similar a la que se licitará
en una semana) rinde un 17,2 por ciento. Estos habrían sido los
costos que Economía hubiese pagado si la operación se concretaba
ayer. Y lo será en caso de que no mejore el panorama o bien que
Cavallo llegue a un acuerdo amistoso con los bancos creadores
de mercado.
El
Galicia compró el ABN Amro
A
pesar de que el Grupo Financiero Galicia adquirió las sucursales
del ABN Amro Bank, ello no significa que la entidad holandesa desactive
sus negocios en el país. ABN Amro no se va de la Argentina,
aseguró ayer José Fernández, gerente general
del banco europeo. Esta transacción no está ligada
con la situación económica y política del país,
añadió. La compra del Galicia incluyó 22 sucursales,
una cartera de 55 mil clientes y la totalidad del personal de la banca
minorista del ABN Amro. La operación se habría cerrado
en torno a los 46 millones de dólares, aunque el monto final
se conocerá en los próximos 90 días. Eduardo
Arrobas, gerente del Galicia, precisó que los clientes del
ABN serán transferidos a la entidad adquirente, a la vez que
estimó que seguirán funcionando el 80 por ciento de
las 22 sucursales del ABN, pero con un logotipo diferente. Esta operación
forma parte de la revisión de las negocios internacionales
del ABN. De ahora en más, profundizará y desarrollará
las bancas corporativa y de inversiones de particulares. |
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