Por Fernando Cibeira y José Natanson
Fue al mediodía cuando
las versiones se hicieron más fuertes y lo más increíble
se repetía como algo verdadero en sectores políticos: que
Fernando de la Rúa había renunciado a la Presidencia. El
rumor se apoyaba en un único dato: el gobernador radical de Chaco,
Angel Rozas, calificó al Presidente como desbordado
por la situación. El resultado fue desastroso porque el riesgo
país subió a 1.079 puntos y la Bolsa cayó más
del 4 por ciento, arrastrando a la de San Pablo. La situación convirtió
a la quinta de Olivos en cuartel de operaciones. De la Rúa recibió
las más variadas adhesiones y su renuncia fue desmentida de todas
las maneras posibles. Por la noche, en Olivos responsabilizaban de las
versiones a la derecha económica del CEMA, al menemismo y al gobernador
Carlos Ruckauf. Estamos con la cara pintada, le vamos a dar pelea,
prometía un funcionario delarruista. Entre las alternativas que
incluía esta pelea no se descartaba la posibilidad de un nuevo
cambio de gabinete.
Por Olivos pasó lo más variopinto del oficialismo. En una
de las pocas consecuencias positivas que los delarruistas podían
extraer de la negra jornada de ayer, resaltaban que todo el radicalismo
se había abroquelado alrededor del Presidente como hacía
tiempo que no sucedía. Quienes conversaron con De la Rúa
relataron que lo vieron serio pero firme. Eso era traducido
como que el Presidente estaba dispuesto a presentar batalla a los sectores
que, supuestamente, quieren tumbarlo. En su estilo, claro: sin levantar
la voz, sin enojarse, sin responder. El desfile no decayó hasta
tarde.
El jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y la ministra de Trabajo, Patricia
Bullrich, fueron invitados a cenar con De la Rúa. El secretario
general de la Presidencia, Nicolás Gallo, conversaba con el vocero
Juan Pablo Baylac en un salón contiguo. La televisión había
quedado sintonizada en un canal de noticias por el que siguieron las declaraciones
de Eduardo Duhalde, que llegaba al encuentro de los gobernadores justicialistas
en el CFI. El presidente de la UCR, Raúl Alfonsín, también
estaba invitado a la cena, pero se excusó porque era el cumpleaños
de su mujer, María Lorenza. A cambio, hoy irá a almorzar.
Los funcionarios más cercanos al Presidente coincidían en
el análisis de la como la calificaban maniobra
de pinzas que había determinado la nueva caída a pique
de los mercados:
CEMA: el ministro Domingo Cavallo viene acusando diariamente a
Roque Fernández y a sus economistas de trabajar en contra de Hacienda.
La semana pasada, señaló a los técnicos ultraortodoxos
como responsables de los rumores sobre su renuncia. Ayer, el CEMA habría
respondido a las acusaciones de Cavallo con sus contactos en los mercados
financieros. Los delarruistas incluían en el mismo rubro a todos
los sectores que operan a favor de la dolarización y los especuladores
que juegan contra los bonos argentinos.
Menemismo: los funcionarios más cercanos al Presidente
remarcaban que no debía separarse lo sucedido ayer de la caravana
menemista que el lunes recorrió la ciudad reclamando la libertad
del ex presidente. Subrayaban el vínculo natural entre el menemismo
y los economistas ortodoxos de Roque.
Ruckauf: había quienes englobaban aquí a todos los
gobernadores peronistas por el sólo hecho de haber faltado a la
convocatoria de la Rosada. Pero, entre ellos, a quien acusaban con más
énfasis era a Ruckauf por su supuesta especulación sobre
una convocatoria a elecciones presidenciales anticipadas en octubre. Tiene
problemas financieros en la provincia y se le acortan los tiempos porque
va a empezar a tener estallidos, aseguró un ministro que
pasó ayer por Olivos.
Más allá de las sospechas, en el Gobierno admitían
que los rumores se apoyan en ciertos datos de la realidad. Las operaciones
no hacen pie en la nada, explicaba anoche un secretario de Estado
con acceso cotidiano al despacho presidencial. Y enumeraba las debilidades
de la administracióndelarruista que permitían que de un
chispazo se haga un incendio: la economía no arranca, la base política
del Gobierno está raleada y hasta permitieron que una convocatoria
a los gobernadores opositores fuera olímpicamente boicoteada.
La otra señal de la realidad la dio el gobernador radical Rozas,
en unas declaraciones históricas (por lo inoportunas). Justamente,
en una versión periodística publicada en un matutino de
negocios, Rozas era mencionado como presidente interino si De la Rúa
renunciaba. Ayer temprano, al ser consultado sobre esa posibilidad, el
gobernador chaqueño la desmintió, pero también se
las ingenió para darle oxígeno a lo que hasta ese momento
era un disparate. Los acontecimientos lo han superado, dijo
Rozas sobre el Presidente (ver asimismo reportaje aparte).
Aunque luego salió a aclarar sus palabras (e incluso se comunicó
con De la Rúa), ya era tarde: los gobernadores del peronismo aprovecharon
para decir lo suyo. Yo creo que quien fue elegido para gobernar
debe gobernar, dijo el cordobés José Manuel de la
Sota. Aunque admitían que De la Rúa y Rozas habían
tenido un duro cruce el día anterior en la reunión de gobernadores
aliancistas, en la Rosada no cargaban las tintas sobre el chaqueño.
Fue una torpeza, creemos que no tuvo una segunda intención,
sostenían en las cercanías presidenciales.
Anoche, en Olivos, De la Rúa y algunos de sus funcionarios más
importantes diseñaron la estrategia que comenzarán a implementar
a partir de hoy y que incluye una serie de movidas con el objetivo de
mostrar una gestión en plena actividad: al mediodía, el
Presidente buscará el respaldo explícito del radicalismo
cuando se reúna a almorzar con Raúl Alfonsín. Un
rato después se encontrará con diputados y senadores de
la Alianza: las autoridades de la Cámara baja adelantaron ayer
que hoy sesionarán como todas las semanas para dar la señal
de que el Gobierno funciona normalmente, y emitirán un comunicado
de respaldo a la Rosada. Si le queda tiempo, De la Rúa conversará
también con economistas y empresarios.
Mientras, Bullrich recibirá a los sindicalistas de la CGT y a los
líderes del Grupo Productivo.
Uno de los participantes de las reuniones de ayer en Olivos, anoche, al
salir, no descartó la alternativa de que De la Rúa decida
relanzar el gobierno haciendo retoques en su gabinete. Necesitamos
alguien que se ponga al frente del Gobierno, resumía un delarruista
desencantado.
ANGEL
ROZAS, EL RADICAL QUE DETONO LOS RUMORES
De la Rúa está desbordado
Por Laura Vales
Los acontecimientos lo
han superado, dijo por la mañana, cuando le preguntaron qué
le pasaba a Fernando de la Rúa. Por la tarde insistió en
que había sido mal interpretado y que no había querido alentar
los rumores de una renuncia presidencial. Por la noche, y aun en el centro
de la tormenta que cooperó a alimentar, el gobernador chaqueño
Angel Rozas siguió apostando a tomar distancia del Gobierno. En
diálogo con Página/12, el mandatario mezcló en dosis
iguales las críticas por la situación económica con
la sugerencia de convocar a un verdadero acuerdo de unidad nacional.
¿Por qué aseguró que ve a De la Rúa
desbordado?
Quiero aclarar que mis palabras fueron sacadas del escenario razonable.
¿Qué quiso decir?
Que gobernar es difícil y hay días en que nos sentimos
desbordados por las demandas múltiples que se generan en la sociedad.
A mí me pasa como gobernador del Chaco y lo mismo les debe pasar
a todos los gobernadores argentinos. Yo no sugerí un escenario
de ingobernabilidad... Debo confesar que en muchas circunstancias me sentí
desbordado, pero nunca pensé en renunciar a la gobernación.
¿Pensó que De la Rúa sí podría
hacerlo?
Para nada. No pensé que el Presidente fuera a renunciar,
ni que deba hacerlo, ni que haya motivos para hacerlo..., más allá
de reconocer que la economía está demorada en su crecimiento,
que llevamos tres años de recesión y que el tema es una
alta preocupación nuestra, de todo el pueblo y del propio Presidente.
Pero de ahí a creer que, porque estemos en esta situación,
el Presidente deba irse de la responsabilidad de gobernar realmente no
lo comparto. Nunca lo he compartido, cualquiera sea el color político
del Presidente. Yo soy un hombre pluralista y democrático.
Usted tiene aspiraciones presidenciales...
(interrumpe) Claro, jamás lo oculté. Pero lo que dije
en la radio fue porque un periodista me hizo concretamente la pregunta
después de descalificar al Presidente.
¿Habló con él después de dar esa nota?
Sí, claro. Tengo la tranquilidad de conciencia de saber que
el Presidente sabe que soy un hombre frontal y que el día que tenga
que decir alguna de cosa de peso a los medios, primero lo haré
saber en la Casa de Gobierno.
¿Qué le dijo De la Rúa?
Tuvimos una conversación normal, de amigos. Le aclaré
que lo que yo había dicho tenía un contenido exactamente
inverso del que le quisieron dar algunos periodistas. Le dije también
que yo no apuesto a ningún adelantamiento de nada, que soy respetuoso
de los plazos constitucionales. Quiero que le vaya muy bien porque amo
al país y si a De la Rúa le va mal al país no le
va a ir mejor. ¿Cómo voy a pretender una cosa distinta?
¿Cómo interpreta la profusión de estas versiones
de renuncia?
No sé qué origen tienen. Pero es evidente que hay
algunas ideas macabras. Las declaraciones de Guillermo Calvo, por ejemplo,
no se pueden pensar como una cosa ingenua. (Calvo especuló la semana
pasada con que la Argentina va a tener problemas para pagar su deuda externa.)
Muchos están actuando con un sectarismo y con un egoísmo
que llama la atención.
¿Su idea es que también salen de adentro del Gobierno?
No. Salen de muy lejos del Gobierno.
Pero prenden en la sociedad. ¿Por qué cree que ocurre?
Porque no estamos bien. El humor social está muy sensible.
En cualquier lugar del mundo una economía que arrastra tres años
de recesión... si quisiéramos exagerar un poco ya podríamos
hablar de una depresión económica. Pero no creo que este
sea un problema que se solucione adelantando las elecciones. Creo en algunas
sugerencias, como tratar de hacer un verdadero acto de unidad nacional.
Y no es lo quealgunos entienden poniendo un ministro de cada partido político.
Acá hay que convocar a los políticos, a los empresarios,
a los trabajadores y delinear las cuatro o cinco grandes políticas
de Estado a quince o veinte años, que trascienda la alternancia
de los partidos.
AITO
EXPLICA POR QUE CONFIA EN LA ARGENTINA
Tenemos los cuatro climas
El hijo menor del Presidente,
Fernando Aíto de la Rúa, se sumó a los
múltiples voceros del oficialismo. Fue uno de los encargados de
desmentir ayer las versiones sobre la renuncia de su padre. A continuación,
las declaraciones de Aíto sobre el tema y su particular visión
del Gobierno y los problemas argentinos que ofreció ayer a Radio
Mitre.
No hay una conspiración,
hay opiniones de la gente y la verdad es que no me sugieren nada, porque
él (De la Rúa) va a seguir trabajando. La gente lo eligió
por cuatro años. No estamos preocupados: ni él, ni la gente
que está cerca por lo que dicen los medios, por si termina o no
termina. El tiene un mandato popular, tiene un compromiso con la gente
y lo va a cumplir
En otro tramo del reportaje,
Aíto depositó su confianza en el ministro de Economía.
Yo creo que hay que dar tiempo. A veces los tiempos se agotan y
la paciencia de la gente se agota, eso es lo que hay que evitar que pase,
no hay que perder la esperanza. Yo sí creo en (Domingo) Cavallo,
creo que de a poco él va a sacarnos adelante. Creo que hay que
pensar cuánto tiempo lleva Cavallo en el Gobierno.
La situación es
muy compleja y acá no hay recetas mágicas, no es que llegue
Cavallo y su sola presencia o su figura va a sacar a la Argentina de una
recesión de tres años. Esto es más difícil,
tenemos un problema de fondo y creo que hay que tener confianza. Creo
que no podemos pedirle a nadie que en tres meses recupere tres años,
aseguró, como si fuera su padre y no Cavallo el que
asumió hace tres meses.
Hay que esperar que termine.
Acuérdense cuando Clinton empezó su gobierno, estaba pésimo
en las encuestas. Entonces, la visión de cómo fue el Gobierno
hay que darla cuando termine.
Consultado por la impresión
que le provoca el país luego de un viaje al exterior, Aíto
respondió: Cuesta, porque tenemos un país tan lindo,
un país tan perfecto... tenemos las mismas cosas que teníamos
cuando fuimos grandes: tenemos los cuatro climas, tenemos una gente bárbara,
tenemos todo en cuanto al paisaje.
El Presidente tiene que
hacer un montón de cosas pero siempre lo principal es esto: la
gente, el transporte, que no haya piquetes, que la gente tenga trabajo,
que anden los hospitales, que los transportes no paren. En esto trabaja
el Gobierno y en esto trabaja mi padre desde que asumió.
Creo que seguimos siendo
un país seguro. Voy mucho a San Pablo y no se puede salir a la
calle y tenés que estar encerrado en esos departamentos que tienen
como una reja abajo.
(De la Rúa) Está
bárbaro de salud. Está muy bien, está preocupado,
pero eso no tiene nada que ver con la salud.
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