Por Ewen MacAskill
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Desde
Jerusalén
Israel estaba ayer en estado
de alerta después de que dos grupos militantes palestinos, Jihad
Islámica y Hamas, declararon formalmente que habían abandonado
el cese del fuego. Pero la Autoridad Palestina (AP) que preside Yasser
Arafat y el gobierno israelí continuaban aferrándose a lo
que queda de esa tregua, acordada tres semanas atrás. Ninguna de
las dos partes quiere asumir la responsabilidad del colapso del alto el
fuego. Pero funcionarios palestinos e israelíes creen que es sólo
cuestión de tiempo hasta que un ataque suicida con bomba, la explosión
de un coche bomba o un asesinato lleven a una declaración formal
de que el alto el fuego ya fue.
Un profundo pesimismo se hace evidente en las dos partes. El premier israelí
Shimon Peres declaró que la tregua estaba en una profunda
crisis, y añadió: El fin del alto el fuego resultará
trágico para todos. El ministro de información de
la AP Yasser Abed Rabbo acusó a Israel de estar empleando todos
los medios de agresión contra el pueblo palestino.
Jihad Islámica y Hamas anunciaron que el cese del fuego era nulo
por la muerte de tres palestinos alcanzados por un misil del ejército
israelí la noche del domingo en Cisjordania. El lunes el ejército
israelí mató a un taxista palestino de quien se sospechaba
que estaba colocando un paquete de explosivos en la ruta. El paquete contenía
verduras. Los dos grupos proclaman tener suficientes kamikazes, y de que
éstos están listos para ataques suicidas. La relación
de Arafat con los dos grupos es ambigua, ya que encarceló a integrantes
de ambos antes de la Intifada. Pero todos los grupos palestinos han colaborado
desde entonces, y Arafat se rehusó a criticar a los militantes
la semana pasada.
El gabinete de seguridad israelí se reunió ayer para tratar
el tema de la violencia que ha continuado diariamente desde el cese del
fuego. Hoy se reunirá nuevamente. Decidieron mantener la política
de contención que se traduce en autodefensa activa,
el ataque (y la muerte) de palestinos a los que se sospecha de estar involucrados
en acciones violentas o en estar planeándolas. Quince palestinos
y nueve israelíes fueron muertos desde que empezó el alto
el fuego.
Peres fue forzado a defenderse ayer por haberse encontrado con Arafat
la semana pasada en Lisboa, su primer encuentro desde que Ariel Sharon
se convirtió en premier israelí. Fue criticado por derechistas
en el Knesset (parlamento) mientras declaraba en el comité de Defensa
y Relaciones Exteriores. Advirtió que abandonaría el gobierno
de unidad nacional si no se le permite seguir un curso diplomático
propio al frente de la cancillería.
Una de las principales causas de desacuerdo en el interior de la coalición
es el futuro de los asentamientos judíos en Cisjordania y Gaza.
Un tema en el que Peres y el también laborista ministro de Defensa
Benajamin Ben Eliezer ganaron una batalla simbólica al triunfar
en su posición de erradicar por la fuerza a 15 colonias ilegales.
Se dice que Sharon, aunque criticó la forma en que se hizo pública
la decisión, apoya la medida.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Para seguir jugando
a los avioncitos
El avión espía estadounidense EP-3, cuyo aterrizaje
forzoso en la isla de Hainan perjudicó las relaciones con
China, va a ser reconstruido ahora que sus piezas van camino al
estado de Georgia. Pekín se opuso a que la reparación
fuera en su territorio y exigió la partida en piezas del
aparato que, a bordo de un avión de carga ruso, se prevé
llegue mañana a Estados Unidos, según indicó
la marina norteamericana y el fabricante Lockheed Martin. La oposición
china al despegue del avión entero respondía a un
problema de imagen: permitir su partida así nomás
hubiera supuesto un triunfo para los norteamericanos.
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ESCANDALO
EN LA BASE DE OKINAWA
Marines y samurais
Las tropas norteamericanas en
Okinawa siguen causando problemas. Ayer el alto mando de las fuerzas norteamericanas
en Japón, teniente general Earl Hailston, presentó una disculpa
al gobierno de la isla de Okinawa debido a que un marine estadounidense
violó a una japonesa de 20 años en la isla de Chatan, donde
se sitúa la base norteamericana que concentra 25.200 de los 50.000
soldados norteamericanos apostados en Japón. Ese mismo día
arribó a Tokio el nuevo embajador de Estados Unidos en Japón,
Howard Baker, quien desde el aeropuerto declaró: Como
lo dijo el presidente Bush, y yo repito, expresamos nuestras sinceras
disculpas sobre este incidente.
El incidente se suma al creciente rechazo de la población hacia
los soldados norteamericanos por reiterados episodios de violencia y abuso.
Pero, desde hace dos meses, esta hostilidad repercute en un escenario
que se prepara, progresivamente, para una eventual evacuación de
las tropas estadounidenses instaladas en territorio japonés desde
1945. La revolucionaria política del premier japonés, Junichiro
Koizumi, de crear un ejército propio, es en este contexto
avalada por el nuevo rol que el Pentágono de Donald Rumsfeld proyecta
en la zona, por el cual otorga a Japón mayores responsabilidades
en el financiamiento de las fuerzas propias y, por su parte, se concentra
en desarrollo de armas de largo alcance que no dependen de bases territoriales.
La disculpa norteamericana fue presentada después de que un tribunal
local libró una orden de arresto contra el sargento Timothy Woodland,
de 24 años, quien reconoció haber tenido relaciones sexuales
con la joven pero negó que haya sido por la fuerza, tras haberse
detectado sus huellas dactilares y las de la mujer en el lugar del hecho.
Sin embargo, en base al tratado que rige el estacionamiento de tropas
estadounidenses en Japón, el ejército norteamericano sólo
entrega a la Justicia a sus miembros sospechosos de haber cometido crímenes
cuando éstos son procesados, por lo que el caso de Woodland está
siendo estudiado por el Departamento de Estado norteamericano. Su vocero
declaró: Tomamos muy, muy en serio todos los incidentes de
esta naturaleza. Tratamos de actuar con las autoridades locales de una
manera responsable para estar seguros de que se hará justicia.
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