Por Julián
Gorodischer
El casting de Gran Hermano
2 convocó a 120 mil personas, de las cuales han sido preseleccionadas
hasta ahora 36, de entre 21 y 40 años. La asombrosa convocatoria,
uno de los tantos resultados evidentes, ha tenido en jaque al equipo de
producción del programa, que se las arregló para ir armando
la segunda parte mientras concluía la inicial. La notoriedad de
Marcelo, Tamara, Gastón, Daniela, Martín and Co., los 200
mil dólares en juego o simplemente una huida de la Argentina en
problemas parecen ser las motivaciones básicas de la multitud que
se anotó en el casting. Sin embargo, buena parte de los aspirantes
repitieron al ser indagados un discurso que suponen eficaz para el acceso:
Quiero probarme a mí mismo. Ana Laura De Luso, la responsable
de la selección, piensa que los aspirantes eligen en masa ese argumento
como si estuvieran convencidos de que la segunda parte de esta saga los
pretende heroicos, a tono con el mis valientes que les dirigió
Soledad Silveyra a sus precursores.
En las entrevistas de los que tuvieron oportunidad de conocer el juego
puede notarse un patrón que parece controlar los discursos e inhibir
rarezas o anécdotas fuera de lo común. En el primer
casting dice De Luso no entendían bien de qué
se trataba todo esto. Era un motivo fuerte para el filtro. Ahora, eso
no sucede. En las entrevistas, el descarte pasa por otro lado: la presencia,
el manejo del habla, la prueba de cámara, la disposición
a dejar sus trabajos por tres meses. La seleccionadora no cree que
la masiva vocación de participante sea una resultante de la crisis
económica. Pocos hablan del dinero, revela.
Ese sábado 21 de julio en el cual el ciclo volverá a largar
(según se estima), no habrá demasiados cambios en un formato
probado, reglado por La biblia en la jerga, el manual
que dicta la empresa holandesa Endemol, dueña de los derechos del
programa, sin demasiado margen para versiones libres o experimentaciones.
Allí estará, se espera, Soledad Silveyra para repetir el
Estás nominado de rigor y la misma cantidad de concursantes
para inaugurar otra carrera rumbo a los 112 días. Puede ser
que cambie el sistema de nominaciones, y que se pulan los temas para debatir
en los tópicos, en base a lo que no fue funcionando, adelanta
Marcos Gorban, productor general, propenso a mantener un éxito
antes que buscarle la vuelta. La estructura dice será
básicamente la misma.
De las 36 personas con buenas chance de participar, seis son suplentes
que quedaron de la primera tanda. Otros 30 pasaron con éxito las
entrevistas y los tests psicológicos, y muestran cierta compatibilidad
como grupo identificable con cualquier club, escuela, oficina o
barrio, una prioridad para Gorban. Pero la última palabra
no fue dicha. Lo explica Ana Laura De Luso: La convocatoria sigue
abierta por una semana más, y siempre puede aparecer un mejor candidato.
Para muestra, basta un antecedente: así surgió Gastón,
la estrella del primer Gran Hermano, por descarte de un seleccionado
que a último momento se echó atrás.
Sobre los peligros que implica el conocimiento del juego que los nuevos
traerán desde el vamos, no parecen existir demasiadas precauciones.
Para De Luso, no va a molestar porque el encierro siempre es más
fuerte y hace que se olviden de las cámaras. Lo vimos con los chicos
de Gran Hermano 1: potencia aspectos desconocidos de la personalidad
y nivela el lenguaje para abajo. También confiado, Gorban
entrega todas sus cartas a la eficacia del formato: Está
probado que la vida en directo es el reflejo de lo que les pasa a las
personas comunes sin ningún tipo de artificialidad.
¿Consejos para aprobar el examen de esta previa? En principio,
no salirse demasiado del canon hombre-mujer joven de 21 a 40 que luzca
televisivo para la prueba de cámara y sea potencialmente popular,
como Tamara o Santiago. A los seleccionadores guía una cuestión
de ojo, unacierta intuición que ya dio pruebas de eficacia.Gorban
insiste en que no hay condicionamientos para elegir: No vamos a
buscar gente; la gente viene a nosotros. Su referente no es individual:
imagina un grupo viable, con tensiones y afinidades, una futura usina
de climas dramáticos, romances y problemas. Como en el fútbol
dice podremos contar con excelentes número 9, pero
con eso no se arma un equipo. De aquí en más, espera
una pausa breve para dormir un poco, bromea Gorban, y después
de vuelta a la carga con el ritmo fabril de la NASA la sala de control,
en la jerga, la preparación de una nueva trama de complots
y nominaciones. A la espera, siempre, de que el rating confirme que el
nuevo fenómeno de la televisión argentina son los famosos
repentinos por no hacer nada.
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