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LOS INTEGRANTES DE LA ASOCIACION ILICITA
La compañía de Menem

El ex jefe del Ejército, Martín Balza, y el ex subjefe, Raúl Gómez Sabaini; los ex ministros Antonio Erman González (Defensa) y Guido Di Tella (Relaciones Exteriores) fueron también procesados por Urso.

El armamento que entregó el Ejército a Fabricaciones Militares terminó en Ecuador y Croacia.

Por Adriana Meyer

Martín Balza, Antonio Erman González, Guido Di Tella y Raúl Gómez Sabaini también terminaron de caer en desgracia. El juez Jorge Urso amplió el procesamiento de Balza y Erman y les dictó la prisión preventiva como organizadores de una asociación ilícita, en el marco de la causa que investiga el tráfico de armas a Croacia y Ecuador. El magistrado estableció un embargo de un millón cien mil pesos sobre los bienes de ambos. Al ex canciller Di Tella le correspondió un procesamiento, pero sin prisión preventiva como miembro de una asociación ilícita y por falsedad ideológica, y fue embargado en medio millón de pesos.
A partir de ahora, Menem compartirá la condición de procesado y detenido con su ex cuñado Emir Yoma pero además con Balza y Erman González. Di Tella y Gómez Sabaini fueron considerados parte de la banda aunque no irán presos. En su extensa resolución, escrita en un lenguaje barroco, Urso describió la situación de cada uno de los presuntos socios de Menem. La agrupación delictiva se completa con el ex interventor en Fabricaciones Militares, Luis Sarlenga, que está excarcelado porque dejó de ser considerado jefe pero quedó implicado como organizador. Y podrían llegar a sumarse Alberto Kohan, Karim Yoma y el financista Pedro Stier.
El ex jefe del Ejército: “Balza participó de la asociación promoviendo y facilitando su accionar con la entrega de material bélico del Ejército Argentino, a sabiendas de que iba a ser incluido en distintos embarques que tendrían destino final en la repúblicas de Croacia y Ecuador”, afirmó Urso. Para el magistrado, “los descargos y la firme negativa” del general ante los hechos que se le imputaban “se topan y caen por tierra ante la evidencia que le apunta”. Además, el juez detalló que “la entrega de cañones, obuses, fusiles y munición que bajo su tutela y responsabilidad se encontraban, efectuada previo aviso a la salida de los buques y aviones que partieron con el material, con su conocimiento, se conforman así en el aporte vital que realizó a la organización y transforman su rol en indispensable para la concreción del plan pergeñado”. Balza fue detenido el 6 de junio, cuando fue indagado como presunto organizador de una asociación ilícita. Y la Cámara Federal ratificó su procesamiento por falsedad ideológica de documento público y por malversación de caudales públicos. El ex jefe del Ejército fue citado a indagatoria para el 11 de julio por el juez en lo penal económico Julio Speroni, que investiga el presunto contrabando de material bélico en una causa paralela.
El ex ministro de Defensa: Urso consideró que Antonio Erman González “estableció y puso en práctica aspectos formales de las operatorias y en ello radica su vital aporte a la asociación”. El magistrado aseguró que Erman González “sentó las bases de las operaciones y permitió la cobertura legal suficiente por la que se accedió a las maniobras implementando el sistema que las facilitó”. Destacó además que el ex funcionario menemista no atendió “a los avisos que se le hicieron llegar al respecto” y “distribuyó gente de confianza en Fabricaciones Militares, como el caso de Sarlenga que operó y ejecutó fielmente los planes trazados”. Además, entendió que González cumplió un rol “que sirvió de respaldo a los demás integrantes de la asociación que continuaron con el camino trazado, que no era otro que afrontar cualquier ofrecimiento” referido a armamento.
Tomando las palabras de la sala II de la Cámara Federal afirmó que el ex ministro fue “uno de los promotores de aquella asociación formada por múltiples actores que, aprovechándose de los cargos que ejercían, trabajaron organizadamente para llevar adelante las maniobras propuestas, en forma metódica e implicando diversos ilícitos a fin de ocultar el verdadero destino de los materiales a exportar”. Erman González está detenido desde el 23 de mayo pasado en el escuadrón Buenos Aires de Gendarmería, por orden del juez Speroni. Sin embargo, el 31 de ese mes pasó a estar a disposición de Urso, que lo detuvo como presunto organizador de una asociación ilícita, delito por el que ayer fue procesado.
El ex canciller: Según la resolución, Guido Di Tella “colaboró con los fines perseguidos por la organización”. El 4 de abril, la sala II de la Cámara Federal confirmó el procesamiento del ex ministro de Relaciones Exteriores por falsedad ideológica de documento público. Y Urso lo tuvo en cuenta al decidir la situación procesal de Di Tella. El 24 de mayo cuando fue indagado, Di Tella entregó un escrito en el que manifestó que “los tres decretos tuvieron origen en el área del Ministerio de Defensa, que había sido quien propició las operaciones de venta”. Y aseguró que firmó los decretos “de buena fe”, porque creyó que “las armas irían a los destinos consignados y no a otros”. El ex canciller es el único de los ex funcionarios menemistas procesado por Urso –Antonio Erman González, Emir Yoma, y el mismo Menem– que no está detenido debido a que el delito, miembro de una asociación ilícita, es excarcelable.
El ex subjefe del Ejército: Raúl Gómez Sabaini también fue procesado sin prisión preventiva como “miembro de una asociación ilícita”. Fue considerado responsable, al haber firmado un falso convenio, en octubre de 1994, junto con Sarlenga, que contemplaba la entrega de armamentos y municiones para mejorar el estado y mantenimiento del Ejército Argentino. “Fue el propio imputado quien ordenó la entrega de los obuses Oto Melara asentados en el Grupo de Artillería Aerotransportadora a la Fábrica Militar de Río Tercero para su presunto reacondicionamiento”, concluyó Urso.

 

OPINION
Por Eduardo Tagliaferro

Mentiras Políticas

Si hubo un desvío de las armas, es culpa de los intermediarios”, dijo Carlos Menem cuando se conoció que armamento argentino supuestamente vendido a Venezuela y Panamá apareció en Croacia y Ecuador. Luego de seis años, la Justicia no sólo comprobó que sus dichos no eran ciertos, sino que además ocultaban la verdad. Con el conocimiento real de los hechos, el juez federal Jorge Urso lo consideró jefe de la banda que traficó las armas. La explicación del ex presidente no representó la primera mentira en su carrera. “Si decía lo que iba a hacer no me votaban”, admitió públicamente justificando la traición de la plataforma que lo había llevado al gobierno.
Un resultado colateral de la causa judicial fue mostrar que la mentira está integrada al discurso político. En esta causa, la verdad tardó seis años en conocerse. Cuántas verdades están esperando para presentarse en sociedad. Quizás sea el momento de no esperarlas resignadamente sino de salir a buscarlas. Para que se concrete la venta ilegal, el general Martín Balza facilitó el armamento de su fuerza. Hasta el cansancio, dijo “el Ejército no entregó armas para la venta”. En su caso, la afirmación integró un comprensible discurso defensivo. Sin embargo no hay que esforzarse mucho para darse cuenta de que no estuvo a la altura de la autocrítica pública que realizó sobre el papel del Ejército durante la última dictadura militar. Claro que Balza nunca utilizó la palabra dictadura ¿Habrá sido bienintencionada su autocrítica? A la luz de su comportamiento en la venta de armas, cabe por lo menos tener la duda.
“Menem también está preso por lo de Aerolíneas Argentinas”, aseguró hace poco uno de los funcionarios que supo estar a su lado en los tiempos de bonanza. Aunque forzada, la frase permite entender el cartel que mi suegro, reciente retirado de la línea aérea de bandera luego de 46 años de trabajo en ella, escribió de puño y letra debajo del estandarte que todos los días pone al frente de su casa: “Menem en parte estás pagando algo de lo que nos hiciste”.
Aunque públicamente Fernando de la Rúa sostuvo que la detención de Menem es una muestra de la independencia del Poder Judicial, en privado mostró su preocupación y toleró varias gestiones de buenos oficios para que el ex presidente tenga mejor suerte en los tribunales de alzada. Hay motivos para que De la Rúa esté preocupado: las patas de la mentira son cortas y tienen en jaque a los políticos. Claro que aunque pocas, hay honrosas excepciones. “¿Por qué no puedo venir a una plaza y reunirme con piqueteros? ¿Porque tienen armas? En este gobierno se han recibido traficantes de armas, que están bajo la Justicia, armas gruesas y 6500 toneladas de armas”, dijo el ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo Cafiero, cuando a contramano de su gobierno se presentó en el corte de ruta de General Mosconi. La verdad es mucho más poderosa que la mentira. Más aún si la Justicia la acompaña.

 

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