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Para Broda, la izquierda radical es sospechosa

El gurú se preguntó si los rumores del martes no tenían origen en la propia UCR, y pronosticó que la economía se achicará un 0,7 por ciento.

Miguel Angel Broda, uno de los consultores más consultados.
Dijo que el megacanje hará innecesario pedir préstamos.

Por Claudio Zlotnik

El feriado en Wall Street relajó los ánimos en la city. Los financistas le dedicaron más tiempo a evaluar la situación económica y política. Y qué mejor para hacerlo que contratar los servicios de algún consultor que les ofreciera información precisa sobre la crisis y los últimos acontecimientos políticos. En este marco, Miguel Angel Broda fue uno de los gurúes más requeridos por bancos y empresas. Y su hipótesis sobre el origen de los rumores que daban por cierta la renuncia de Fernando de la Rúa dejó boquiabierto a más de uno de sus clientes.
Según comentó a Página/12 un banquero que lo escuchó en vivo y en directo, Broda dijo sospechar que las versiones del martes provinieron de un sector del radicalismo que quiere presionar al jefe de Estado para que dé un “giro a la izquierda” en el plan económico. Como postre dejó sobre la mesa un pronóstico desalentador: este año, la economía se contraerá un 0,7 por ciento.
Las versiones en torno de la figura del Presidente sacudieron a los financistas. En la óptica de ellos, el Gobierno no logra hacerse fuerte ni aun con la presencia de Domingo Cavallo en el Palacio de Hacienda. Y la disparada del riesgo país no sólo se explica por la falta de expectativas sobre la recuperación económica sino también por una crisis política. Entonces, lo que fuera a decir Broda (y su socio Rosendo Fraga) sobre estas cuestiones podía ser muy relevante para sus negocios, en medio de la confusión general. Supuestamente, un gurú estrella maneja información de primera línea. Y sus clientes le pagan para que las revele.
En su último relato, el gurú manifestó que la ola de rumores partió del propio partido al que pertenece De la Rúa. Y que el objetivo de la movida sería condicionar al jefe de Estado a que le dé un “giro a la izquierda” al programa económico. Según la teoría conspirativa, con el riesgo país por las nubes en medio de las versiones y la economía en plena efervescencia, De la Rúa no tendría otro camino para recorrer que echar a su ministro de Economía. Ya sin Cavallo, entonces, sería el momento de dejar definitivamente la ortodoxia y alejarse de los mandatos que dan los “mercados”.
Según pudo saber este diario, la versión de Broda llegó a los despachos de la Casa Rosada. Preocupados, altos funcionarios del Ejecutivo se encargaron de hacer llamados telefónicos para constatar su veracidad.
Pero además de brindar su informe político, Broda se refirió a la economía. Al respecto, dejó trascender que es más pesimista que Cavallo y que los principales bancos de inversiones de Wall Street. Según su estimación, el Producto Bruto se contraerá 0,7 por ciento este año. Un cálculo más pesimista que el del propio Gobierno (0,5 por ciento positivo) y el del banco estadounidense Merrill Lynch, que anticipó una caída del 0,2 por ciento. Si se concretan los números de Broda, el 2001 sería aun peor que el año pasado, cuando el Producto cayó 0,5 por ciento. El economista incluso hizo la salvedad de que su pronóstico negativo se quedaría corto en caso de que el PBI no se expanda entre 2 y 3 por ciento entre octubre y diciembre. No obstante, y para tranquilidad de los financistas que lo escuchaban, Broda aseguró que, pese a las turbulencias en los mercados, la Argentina no caerá en cesación de pagos de la deuda en el corto plazo porque, hasta fin de año, el efecto del megacanje le evitará pedir prestado en los mercados internacionales de crédito. Este sería el tiempo máximo que Cavallo tiene para reactivar la economía.

 

OPINION
Por Pablo Javkin *

Hombres, no fantasmas

Una película que a veces se ve en el cable cuenta la historia de un grupo de guerreros convocados por el príncipe de un reino remoto porque está siendo acosado por una tribu de seres mitológicos con fuerza y poder extraordinarios. Estos seres (ni humanos ni animales) cuentan con una fuerza sobrehumana y tienen la carac-terística de despedazar a sus víctimas y llevarse como tro-feos sus cabezas desgarradas por sus uñas poderosas. El gru-po de guerreros acude en de-fensa del príncipe y comprue-ba, en su segunda batalla contra los semimonstruos, que éstos no son más que simples hombres disfrazados. Simples mortales que alimentan el mito de su ferocidad a base de enga-ños. Una vez descubierta la verdad, los días de los supues-tos monstruos están contados. Los humanos, disfrazados o no, son mortales, y pueden ser derrotados. En la Argentina, los supuestos “mercados” no son más que hombres que per-dieron privilegios y quieren recuperarlos haciendo que re-comience la fiesta menemista. La “falta de confianza”, el “riesgo país”, los “vaivenes de la bolsa” son mitos para meter miedo. Algunos incluso figu-ran en el libro de visitas de una quinta en Don Torcuato. Son los que no dejaron en paz a Machinea, cuestionan la “hete-rodoxia” de Cavallo, exigen la rendición incondicional frente al pensamiento único y quie-ren, una vez más, voltear a un Presidente que intenta gober-nar para todos y no para unos pocos. Desde el 6 de setiembre de 1930 sabemos que cuando al “régimen” le tocan sus intereses, no hay Constitución ni voluntad popular que valga. Durante 50 años usaron a mi-litares y civiles cómplices para terminar con el problema. Pero después del desastre del último proceso militar sofisticaron sus métodos y en 1989 hicieron volar por el aire las variables económicas. La “hiperinfla-ción” de la época de Alfonsín fue un golpe de Estado econó-mico. El menemismo, que es la deformación genética del peronismo, aprendió la lección y colocó la fórmula un dólar-un peso a cambio de patri-monio nacional. Y así vivieron felices durante diez años. Ahora vienen de nuevo por nosotros. Siembran el temor, la desconfianza, hacer circular rumores, salen al exterior a mentir, a generar caos. Alientan el estallido social y piden tanques y balas. Piden más recorte. Quieren represión para seguir lavando dinero de la droga. Pero solo son hombres, especuladores que juegan con la vida de los ar-gentinos y se filtran en las con-tradicciones y disensos propios de una democracia para sem-brar el caos. Son los mismos que quieren dolarizar, los que quieren que abandonemos el Mercosur y que nos transfor-memos en Puerto Rico. No quieren al país, quieren su di-nero. Buscan que vuelva el país de los corruptos que hoy están presos.

* Presidente del Comité Nacional de la Juventud Radical.

 

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