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Por Diego Schurman
 Carlos Menem pidió ampliar
a más de 20 personas el plantel permanente de la quinta de Don
Torcuato. Lo hizo al presentar a la Justicia un listado de gente que considera
“imprescindible” tener a su lado, como un electricista, un calderista,
dos mozos (uno cama adentro), cuatro caseros, un administrador, dos secretarios,
cuatro asistentes y el personal doméstico de Cecilia Bolocco. Pero
no fue el único reclamo: el ex presidente quiere, además,
una flexibilización del régimen de visitas al considerar
que las nuevas restricciones también someten a su esposa al arresto
domiciliario.
Menem realizó su pedido a través de un “recurso de
reposición”, que su abogado defensor Oscar Roger presentó
ayer a Jorge Urso. El juez había dispuesto el miércoles
que el ex presidente conviva con un máximo de tres personas y sea
visitado únicamente entre las 10 y las 20 horas en tandas de a
dos.
El tema lo desvela al riojano. No concibe esas restricciones, que le alteran
su calidad de vida. Desde el miércoles, al conocerse la prisión
preventiva, él y su mujer redujeron el personal doméstico
a dos personas. Menem quiere que desembarque allí un numeroso plantel,
y hasta un empleado de control de la gente, para asegurar “el normal
desenvolvimiento” en la quinta.
“Vale aclarar que el personal citado de la residencia (ver facsímil)
en donde se encuentra alojado mi pupilo, si bien vive en el lugar, prácticamente
no tiene contacto con éste”, dice el escrito de Roger, que
también lleva la firma del abogado Marcelo Rocchetti, intentando
mostrar que con el pedido no se alterará la conducta del detenido.
Claro que el reclamo de Menem no es solo por el personal doméstico
y de mantenimiento. En el listado también figuran la “familia
de (Armando) Gostanian”, dueña de la quinta; y Juan Carlos,
un sobrino del ex titular de la Casa de la Moneda, quien administra las
cuentas del lugar.
También aparecen sus secretarios Ramón Hernández
y Humberto Keller y sus asistentes Federico Azzarini (vocero oficial),
Osvaldo Torcelli, Hernán Lazarini y Eduardo Colacilli, éste
último presentado como arquitecto. Roger no justifica por qué
la necesidad de la presencia de este grupo. Sí, en cambio, avanza
a la hora de reclamar una flexibilización del régimen de
visitas. “El círculo íntimo de Menem se encuentra integrado
por un importante número de personas, las que, de aplicarse el
nuevo régimen, no podrían mantener con éste un contacto
fluido, circunstancia que sin duda alguna provocarían un innecesario
detrimento en la faz emocional, psíquica y física del encartado,
lo cual no puede dejarse de lado teniendo en cuenta su edad y antecedentes”.
Ayer mismo, César Arias, uno de los operadores del menemismo, debió
soportar el frío en la puerta de la quinta: tenía que aguardar
su turno ya que Carlos Corach y Eduardo Bauzá se encontraban en
plena tertulia con Menem. Finalmente, no pudo atravesarla y debió
emprender regreso sin ver “al Jefe”. Lo mismo le ocurrió
al brigadier Andrés Antonietti.
En tan decidida avanzada contras las restricciones impuestas por el juez,
Bolocco tiene capítulo aparte. En el “listado de buena fe”
aparecen Ximena Cambell Montaldo y Lilian Alvarado, colaboradora y personal
doméstico de la flamante esposa del ex presidente. Las malas lenguas
dicen que Cecilia no puede vivir sin ellas.
El sufrimiento de Bolocco –los diarios chilenos aseguraron que tuvo
un ataque de histeria al conocer la prisión preventiva de su marido–
aparece en el centro de la solicitud escrita por Roger. “Ve cercenado
su derecho de recibir amistades en el domicilio en que mora si su marido
se encuentra acompañado con dos amigos, quedando de tal forma tanto
el doctor Menem como su esposa sujetos al régimen de arresto domiciliario,
lo que en el caso de la segunda, cercena nítidamente su sistema
de vida social”. Lo que no consideró el defensor es que Bolocco,
a pesar de ser garante de la detención, sí puede salir de
la casa –de hecho ya fue a Costa Salguero y La Rioja– y ver
a sus amigos y amigas en el momento que desee.
Según el abogado, no hay razones para disponer mayores restricciones
a su cliente –que repercutirían en su esposa–, ya que
“la única limitación clara que surge es la obligación
del acusado de no abandonar el lugar de detención. Toda otra restricción
que no esté fundada en la finalidad de asegurar los fines del proceso
significa un avasallamiento del principio de inocencia. El juez basa su
decisión en el texto normativo que regula la privación de
libertad en establecimientos carcelarios y que, claramente, no es aplicable
a la detención domiciliaria”.
ENTREVISTA
A CAVAGNA MARTINEZ
“Voy a renunciar”
Por D. S.
Mariano Cavagna Martínez
renunciará formalmente hoy a la defensa de Carlos Menem. Así
lo aseguró el abogado defensor a Página/12, luego de jurar
una y otra vez la inocencia del ex presidente. “Creo que no tiene
ningún compromiso con el tema armas, y menos como jefe de una asociación
ilícita. Y mi renuncia no tiene nada que ver con un fracaso”,
dijo.
–¿Llegó el momento de su renuncia?
–Mañana (por hoy) presentaré mi renuncia ante el juez
Jorge Urso. Hablé con Eduardo Menem, Bauzá y Corach. Y lo
vi a Menem para despedirme.
–¿Por qué se va?
–Porque nunca estuve atado a ningún silla. Ahora hay dar liberad
para encontrar un reemplazante que tome la posta y haga la otra etapa,
que comienza ahora con todo el empuje y la fuerza de esta índole.
–En el entorno menemista lo acusaron de “lento”.
–No hablo de las operaciones. Yo creo haber hecho todo lo que me
pareció indicado por el doctor Menem. No renuncio por fracaso.
–¿Qué opinión le mereció el fallo de
Urso?
–Creo que esto fue una decisión que tiene contenidos extrajurídicos.
Hay una intención de perjudicar a Menem. No sé de quien.
Pero esto estaba cantado desde que le fiscal tenía hecho desde
48 horas o un 1 mes antes su dictamen. No pudo haber escrito 500 páginas
en dos días.
–¿Qué dice del nuevo régimen de visitas de Menem?
–Que el doctor Menem tenga a sus asesores y secretarios trabajando
o viviendo en su casa es lo más normal del mundo...
–...¿y que haya un electricista en forma permanente también?
–No sé si es exagerado. A mí me encantaría tener
en mi casa un asesor en forma permanente.
–Pero usted no está preso
–Afortunadamente no es mi caso.
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