En medio de una situación
financiera crítica, la provincia de Buenos Aires resolvió
ayer cancelar la deuda que mantiene con proveedores mediante una emisión
de bonos. Los empleados públicos cobrarán los salarios de
junio en efectivo, pero el gobierno pagaría parte de los aguinaldos
con los mismos certificados que entregará a los proveedores. Al
hacer el anuncio, Carlos Ruckauf buscó demostrar que la responsabilidad
de la medida es compartida entre su gobierno y el de la Nación.
Lo hizo porque sabe del costo político al que se expone. Los proveedores
advirtieron que rechazarán los bonos, mientras que los empleados
públicos demostraron su oposición con cortes de calles.
Además de antipática, la apelación a los certificados
pone en evidencia las graves dificultades fiscales que atraviesa la mayor
provincia del país. Y que podrían redundar en bajas salariales
y cancelación de contratos.
Hace 17 años que soy proveedor del Estado bonaerense y nunca
me pagaron con títulos públicos, ni siquiera durante la
hiperinflación del 89, se lamentó en diálogo
con Página/12 Daniel Amato, titular de la Federación de
Mayoristas y Proveedores de la Provincia de Buenos Aires (Femape). Y dijo
que en respuesta no vamos a entregar insumos, no porque no querramos
sino porque no vamos a poder. Si nos pagan con bonos, con
la situación financiera del país, por uno de 100 pesos nos
van a dar 20 ó 30, con lo cual vamos a la quiebra, advirtió.
Amato calculó la deuda de la provincia en 180 millones de pesos,
y sostuvo que se viene acumulando desde hace un año. Ruckauf dijo
que se cancelará con certificados, debido a que la
provincia no tiene fondos para saldarla en efectivo.
Por otra parte, el gobernador admitió que también un
porcentaje de los aguinaldos de los empleados públicos se pagaría
con certificados, para lo cual se buscará un acuerdo
con la dirigencia sindical. Los empleados, para colmo, deberán
seguir esperando para cobrar el medio aguinaldo, ya que los pagos se harán
entre el 16 y el 20 de este mes. La única buena noticia que pudo
dar Ruckauf fue que los sueldos de junio se liquidarán en efectivo
durante las próximas 48 horas.
Los fondos para pagar los salarios fueron aportados por la Nación,
que ayer giró a la gobernación 40 millones de pesos y hoy
remitirá otros 150 millones. Después de una semana de tironeos,
el gobierno de Fernando de la Rúa y el de Ruckauf suscribieron
ayer un nuevo acuerdo. La provincia se comprometió a un severo
ajuste fiscal, de 500 millones de pesos hasta fin de año y de otros
500 millones en el primer semestre de 2002. A cambio, la Nación
le entregó 190 millones para esquivar la actual crisis financiera.
Como si la situación social en la provincia no fuera ya explosiva,
el nuevo apretón fiscal puede poner al gobernador en más
de un apuro. De hecho, el subsecretario de Relaciones con las Provincias
del Ministerio de Economía, Hugo Garnero, anticipó algunas
medidas que se estarían preparando y que, seguramente, aumentarán
la conflictividad social. Dijo que se cancelarían contratos con
trabajadores, se reducirían salarios y se cortarían horas
extras y otros gastos adicionales. Seguramente, la provincia de
Buenos Aires hará modificaciones en su masa salarial, que en términos
anuales supera los cinco mil millones de pesos, evaluó Garnero.
Ruckauf, por su parte, buscó achacarle parte de la responsabilidad
al gobierno nacional. Remarcó que los pagos con certificados
fue una de las indicaciones que recibió de parte del jefe de Gabinete,
Chrystian Colombo, y el viceministro de Economía, Daniel Marx,
en el marco del nuevo acuerdo. Para demostrar su preocupación por
la situación que atraviesa el país, decidió
convocar a un gabinete de crisis, lo que sería algo
así como una declaración de emergencia para que su gobierno
trabaje sin descanso. Para llevar algo de tranquilidad, subrayó
que no habrá despidos masivos en la administración
pública bonaerense.
Desde el gobierno nacional, el secretario de Hacienda, Jorge Baldrich,
dijo sin demasiadas contemplaciones que cuando un déficit
no es financiable, hay que cerrar el agujero fiscal. Eso es lo que
se propone hacer la administración bonaerense, incluso recurriendo
a títulos públicospara cancelar deudas. Para el viceministro,
Daniel Marx, las emisiones de bonos serán muy acotadas en
el tiempo y en los montos, y la idea es que se reduzcan paulatinamente,
a medida que se reabra el acceso al financiamiento internacional.
Bonos para el aguinaldo
Al igual que en Buenos Aires, los empleados públicos de
La Rioja cobrarán una parte de los aguinaldos con bonos.
La situación fiscal es complicada en varias provincias y
se recurre a emisiones de títulos públicos para cancelar
pagos. En Formosa, ante las crecientes quejas de la población,
los ministros del Ejecutivo decidieron renunciar al cobro del medio
aguinaldo. Y dejaron abierto un registro para que se sumen
secretarios y directores, en un gesto de solidaridad con el
resto de los empleados públicos, quienes esperan ansiosos
que se les paguen los salarios de mayo, junio y el medio aguinaldo.
La provincia afronta una delicada situación económica,
producto de un crecimiento explosivo de su deuda en los últimos
cinco años, que prácticamente se duplicó y
trepó a los 1100 millones de pesos. El recurso de renunciar
al aguinaldo para acallar descontentos se extendió a La Rioja.
Allí los empleados públicos cobrarán una parte
de los aguinaldos con bonos, pero los miembros del bloque justicialista
de diputados provinciales renunciaron a la cuota de julio del salario
anual complementario. Lo hacemos para garantizar que el resto
de los empleados públicos puedan percibir ese beneficio,
dijeron a través de un comunicado. El anuncio lo formuló
el titular del principal bloque oficialista, Oscar Chamía,
quien dijo que la decisión de sus pares se tomó tras
una reunión con el gobernador Angel Maza, quien les explicó
las graves dificultades financieras que atraviesa la provincia.
En cambio, los legisladores de la Alianza adelantaron que el aguinaldo
es un derecho y que se presentarán a cobrarlo
cuando llegue el momento. En tanto, el Ejecutivo riojano confirmó
que pagará los sueldos de junio a partir de la próxima
semana, íntegramente en efectivo. Y dijo que espera reunir
los fondos para pagar el medio aguinaldo en la segunda quincena
de julio, aunque una parte se integrará con bonos.
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LAS
PROVINCIAS TODAVIA NO DIERON EL SI AL AJUSTE
El acuerdo es sólo virtual
Después
de una semana de fuertes discusiones entre la Nación y las provincias,
el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, se dedicó ayer a resaltar
las bondades del acuerdo alcanzado. Sin embargo, lo único que está
claro hasta el momento es que la provincia de Buenos Aires suscribió
un convenio con pautas definidas, mientras la situación con once
distritos del interior sigue indefinida. Colombo sostuvo que se girarán
a ese grupo de provincias 250 millones de pesos, pero a cuenta
de la deuda que la Nación había acumulado con ellas en el
segundo trimestre. El punto es que no se resolvió qué ocurrirá
con los pagos de esta segunda mitad del año.
Como la Nación no tiene fondos para cumplir con ellos, propuso
un esquema de ajuste fiscal compartido. Los gobernadores escucharon la
propuesta, aceptaron el pago a cuenta de la deuda atrasada,
pero nunca respondieron sobre si harán o no el ajuste que les pide
la Nación que, en rigor, se les tornaría políticamente
intolerable.
El gobierno nacional está urgido de mostrar que el conflicto con
las provincias está definitivamente resuelto. Las tensiones políticas
y financieras le estrechan el margen de acción y le agotan el tiempo.
De allí que en sus declaraciones, los funcionarios aludieran a
los gobernadores como si éstos ya hubieran estampado la firma a
un nuevo acuerdo. Algo que todavía no ocurrió. Es
un acuerdo relevante, porque atiende a un esfuerzo conjunto que hace la
Nación y las provincias en tratar de reducir los desequilibrios
entre recursos y gastos, y por lo tanto ayudar a la mejora del crédito
público, que lo compartimos todos, señaló el
viceministro de Economía, Daniel Marx, sin precisar al alcance
del aludido acuerdo.
Por su parte, Colombo, también optimista, subrayó que con
la reducción de gastos nos vamos acercando a una situación
en la que nos es posible acceder, con el esfuerzo de todos, a los mercados
de crédito para financiar los niveles de déficit existentes.
Precisamente, la clausura del acceso al crédito privado es uno
de los causantes del actual estado de crisis, donde ni la Nación
ni las provincias consiguen los recursos para enjugar el déficit
de estas últimas.
El subsecretario de Relaciones con las Provincias de Economía,
Hugo Garnero, dio otra versión. Sostuvo que están
adelantadas las gestiones con las once provincias que integran el
Programa de Saneamiento Fiscal para lograr un acuerdo que permita financiar
el Fondo Fiduciario. En esta discusión, según la óptica
del gobierno nacional las provincias deberán hacer un recorte en
conjunto de 325 millones (proporcional a sus desequilibrios) y a cambio
recibirán una suma total de 650 millones de pesos, de los cuales
140 millones serán girados en el corto plazo. Las provincias incluidas
en este programa son: Catamarca, Chaco, Chubut, Formosa, Jujuy, Misiones,
Neuquén, Río Negro, San Juan, Tierra del Fuego, Tucumán.
El resto deberán conseguirlo las propias provincias mediante la
emisión de un bono sin garantía ni avales del Estado nacional.
Esta última autorización, que había sido expresamente
prohibida en el acuerdo financiero federal alcanzado a fines del año
pasado, representa la vuelta al mercado de los bonos basura.
Garnero se mostró confiado en una resolución en los
próximos días, al tiempo que anticipó que el
compromiso respetará el tope de déficit provincial pautado
con el FMI y que asciende a 2760 millones de dólares. Frente a
este escenario, la Argentina se apresta a producir un recorte en sus cuentas
de 1100 millones durante el segundo semestre del año, producto
de la restricción de 300 millones anunciada por la Nación,
500 millones de la provincia de Buenos Aires y 300 millones que esperan
lograr rebanarles a las provincias que integran el Fondo Fiduciario.
Ahorrar
billetes aumenta mucho el costo político
Por
Felipe Yapur
Es su peor momento
frente a la provincia de Buenos Aires. Ahogado financieramente, negoció
con la Nación que le girara los fondos para poder pagar los sueldos
y el aguinaldo. Pero esto tiene un alto costo político. No sólo
deberá realizar un ajuste en la administración pública.
También podría recurrir a la emisión de bonos con
los que, según anticipó, sólo utilizará por
ahora para saldar los pagos a proveedores. Pero la aclaración no
evitó la ira de los gremios estatales que ayer cortaron los principales
accesos a La Plata. Carlos Ruckauf consiguió oxigenar su situación,
pero no pudo evitar que se debilitara su figura hacia el interior del
PJ bonaerense.
Acosado por distintos frentes de conflicto, Ruckauf se jugó a solucionar
el problema más importante, el pago de sueldos. Lo consiguió
a partir de hablar con De la Rúa, con quien se comunicó
el jueves mientras estaba reunido con los intendentes y legisladores bonaerenses.
Le dijo que si la provincia estalla, si el conurbano estalla, vos
también serás perjudicado. Fue una jugada magistral,
aseguró un diputado nacional bonaerense cercano a Duhalde pero
al mismo tiempo advirtió: Zafó por ahora. En 15 días
tendrá que salir a buscar plata para pagar los sueldos de julio.
Y ahí lo quiero ver.
Pues bien, todo indica que el diputado no tendrá que esperar dos
semanas. Las primeras consecuencias ya se empiezan a sentir. La llegada
del dinero de la Nación le permitió a Ruckauf anunciar el
pago atrasado del sueldo de junio, y dice que también el aguinaldo.
Pero el gobierno nacional el mismo que lo continúa acusando
de ser el uno de los responsables de las intrigas que pretenden debilitar
a Fernando de la Rúa- ahora le aprieta más las clavijas
al exigirle una reducción del gasto público en mil millones
de pesos. Ruckauf dijo que no será por esa cifra pero que lo hará.
Y lo hizo, según comentaron hombres cercanos a él, para
poder desactivar al sector del gobierno que puja por agudizarle la crisis
en la provincia. Ruckauf asegura que detrás de todo esto está
la mano de Raúl Alfonsín quien logró encontrar eco
entre algunos colaboradores del Presidente. El gobernador bonaerense no
hace nombres, prefiere no hacerlo, sobre todo después del frágil
acuerdo que le permitió bajar los decibeles de la crisis. Todo
lo ocurrido significó para muchos justicialistas bonaerenses una
muestra del debilitamiento político que sufrió su imagen
durante estas últimas 48 horas de crisis.
Las principales quejas contra el gobernador provienen de los intendentes.
Estos son los que enfrentan día a día los cortes de rutas,
las movilizaciones, las protestas. Muchos ya realizaron ajustes en sus
municipios y sienten que la provincia no cumple con ellos.
Le piden explicaciones a Ruckauf quien a su vez acusa a la Nación
de sus padeceres.
Pero el problema financiero de la provincia tiene otra consecuencia además
del acuerdo con el gobierno nacional: la emisión de bonos. El gobernador
ya hizo el anuncio y dijo que, en principio, lo utilizará para
pagar a los proveedores del Estado. Con esta aclaración logró
desactivar las protestas y el corte de los principales accesos a La Plata
que había realizado la Asociación de Trabajadores del Estado
(ATE) en rechazo al pago en bonos. Pero como sucede por estos días
en la provincia de Buenos Aires, todo es por ahora. Ruckauf deslizó
que en caso de que la Nación no gire el resto del dinero que le
adeuda parte del aguinaldo tendrá que ser pagado con bonos.
Por lo tanto, es casi seguro que las protestas gremiales vuelvan a las
calles para desgracia del principal candidato presidencial del PJ.
Ante este panorama, a Ruckauf no le quedó más remedio que
dar un paso al costado y entregarle el manejo de la política a
Duhalde. El ex gobernador no abandonará a su socio, aseguran hombres
de su confianza, pero tampoco promoverá grandes movilizaciones
o demostraciones de fuerza en defensa del amigo en desgracia. Una razón
para retacear el apoyo sería la candidaturaa senador de Duhalde:
Jamás se arriesgaría a convocar a una gran movilización
para exigir que la Nación saque la soga del cuello de Ruckauf.
El sabe que una vidriera rota sería la peor publicidad para su
campaña, advierte un colaborador del ex candidato presidencial.
Pero Duhalde es consciente de que su éxito electoral depende de
la suerte del gobernador. Es por ello que estaría dispuesto a realizar
un acto en un estadio, con una cantidad de gente determinada y con muchas
cámaras de televisión: Matará dos pájaros
de un tiro. Hace un discurso de apoyo a la gestión de Ruckauf,
pero al mismo tiempo es un acto de campaña. Así no defrauda
a nadie, explicó un legislador incondicional de Duhalde.
Esto también tiene un costo para Ruckauf y giraría alrededor
de aceptar cambios en su gabinete. Los nombres, aseguran, los pondría
Duhalde.
En la Rosada, podridos
En la Rosada admitían ayer que Carlos Ruckauf había
pasado un límite cuando tomó la postura más
opositora entre los gobernadores del PJ que se negaron a reunirse
con el Presidente. Estamos podridos de que el tipo nos demande
plata todo el tiempo y después salga con un discurso de estadista.
Arma un show muy poco serio, decía un vocero, explicando
porqué de un día para el otro el gobernador pasó
de aliado a enemigo. En el Gobierno sostienen que la provincia viene
pagando tres campañas presidenciales decían
que así gobernó Eduardo Duhalde hasta el 95 primero
y luego hasta el 99, igual que ahora Ruckauf y que era
necesario que alguien tomara las riendas de la administración
para evitar que se convierta en un polvorín. La Nación
hizo los deberes y él no. Ahora tiene que bajar mil millones
de déficit. Seguramente terminaremos arreglando con Ruckauf,
pero tiene que volverse serio. Por ejemplo, que evite que Duhalde
siga haciendo declaraciones contra De la Rúa, porque repercute
mal afuera y el crédito se termina tanto para ellos como
para nosotros, completaba el vocero.
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LOS
INTENDENTES DEL CONURBANO, MUY PREOCUPADOS
Todos al borde del estallido
Por
M. P.
Los intendentes
del conurbano saben que están parados sobre un territorio devastado
por la desocupación, donde el conflicto se contiene con planes
sociales, becas a estudiantes y una dosis importante de voluntarismo.
Al panorama, similar en todos lados, se le suma ahora la posibilidad de
que La Plata pague con atraso la coparticipación, con la que los
municipios financian hospitales y escuelas. La situación ya ha
provocado realineamientos dentro del PJ bonaerense: públicamente
se dice que hay mucha unidad y se habla de una movilización
a Luján o Plaza de Mayo. Pero, lejos de las cámaras y los
micrófonos, algunos analizan que el gobernador Carlos Ruckauf quedó
debilitado de la crisis de estos últimos tres días.
No sabría realmente cuánto más puede aguantar
esta situación, graficó un intendente del Noroeste
del Gran Buenos Aires, tras escuchar los anuncios del mandatario bonaerense.
Su declaración sintetizó el ánimo que reinaba entre
los jefes comunales de la primera y tercera sección electoral.
Estamos absolutamente preocupados, comentó uno de ellos
a este diario unas horas más tarde, después de escuchar
a Ruckauf hablar de bonos y cronogramas de pago. La situación se
tratará el próximo martes en La Plata, en la reunión
del consejo partidario de la provincia. Hasta entonces, los jefes comunales
se preocuparon por dar señales de unidad. Vamos a accionar
en conjunto, Ruckauf y la totalidad de los intendentes justicialistas,
repetían con insistencia.
Lo que más los agobia es el atraso de la coparticipación.
Sin embargo, el uso de bonos, que ya fue confirmado por Ruckauf, alarmó
enseguida a muchos en el Conurbano. Un intendente de la zona, por ejemplo,
destacó que pagar con bonos es malo para nuestra provincia,
es emitir en forma encubierta. Por ejemplo, en José C. Paz,
donde hay un 70 por ciento de desocupación y subempleo
el estado financiero es muy grave: ya se postergaron los pagos a las empresas
proveedoras del municipio y el medio aguinaldo está en discusión.
La escena se repite en Merlo, Lomas de Zamora, La Plata, Quilmes y San
Martín.
La crisis estalló cuando el Gobierno retrasó el envío
de fondos a las provincias. Ruckauf puso el grito en el cielo y, en una
reunión de madrugada con sus pares, repitió que estaba dispuesto
a presentar la renuncia. Después se desmintió.
Los intendentes de su provincia sintieron el vértigo por unas horas.
Para algunos miembros del partido, la amenaza en falso fue demasiado.
Nos pareció que se le salió la cadena. La ansiedad
lo está matando, se analizaba ayer en el entorno de uno de
los intendentes de la tercera sección electoral.
Según esos análisis, el gobernador quedó deteriorado,
y eso se podría trasladar al difícil equilibrio que mantiene
en el distrito con Eduardo Duhalde. Se va a notar en el armado de
listas, razonaba la misma fuente. Es que la conformación
de las boletas es, por estos días, el termómetro que marca
la correlación de fuerzas entre Ruckauf y el presidente del PJ
bonaerense. Otro indicador de la interna es el alineamiento de un grupo
de intendentes que hasta ahora mantenían una tirante distancia
con Duhalde. Ellos prevén un fortalecimiento del candidato a senador
y temen que éste vuelva a controlar todo el aparato provincial.
De todas formas, tomaron como un gesto conciliador el anuncio de que Alberto
Pierri no estará en las boletas de diputados.
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