Por Mariana Enriquez
El escritor Stephen King gusta
de ubicar sus relatos en pequeñas comunidades como Maine, donde
reside. Por lo general, esas pequeñas comunidades y su cotidianidad
se ven sacudidas por la presencia del Mal, en dos sentidos: es el poder
sobrenatural que ataca a los pobladores y es un indicio de que la oscuridad
se esconde en esos ciudadanos comunes, revelando sus miserias y maldades.
Ya lo hizo en La hora del vampiro, en Apocalipsis y en La tienda de los
deseos malignos, y ahora la señal Sony estrena, mañana a
las 19, La tormenta del siglo, una miniserie de King exclusiva
para la televisión, que describe las desventuras de la isla Little
Tall después de recibir una tormenta espantosa... y algo más.
La tormenta... fue escrita originalmente como guión
televisivo: no es la adaptación de una novela. Aunque para King
no es en realidad un drama televisivo o una miniserie. Es una novela
genuina en un medio diferente, según explica en la introducción
del guión publicado por Plaza Janés. Estrenada en 1999 por
la cadena ABC y con una duración de cuatro horas y media, La
tormenta... es un relato clásico de King: durante un temporal
de nieve y viento llega a la isla Andre Linoge, un hombre extraño
con un bastón que comienza a asesinar gente. Lo atrapan, pero la
cárcel no puede detener a Linoge y su sed de sangre, porque no
es humano. Linoge asegura que detendrá la matanza si le entregan
lo que quiere. Y lo que quiere es un niño. Tomar la espantosa decisión
de entregarle un hijo a ese ser que podría ser el Demonio hará
que la fachada amable de Little Tall caiga y revele hasta dónde
son capaces de llegar los apacibles isleños.
Cuando King escribió La tormenta... tenía en
mente venderla a una gran cadena de TV. Esto suponía enfrentarse
a la censura. Las discusiones, relata el escritor, fueron infinitas. Ya
había tenido que vérmelas con el asunto en Apocalipsis y
El resplandor, y resultó la parte más ardua del proceso,
explica. En La tormenta... existen varios momentos viscerales,
y tuvimos que luchar por cada uno. No soy la persona más popular
entre los organismos de censura: no paro de llamar para quejarme y amenazarlos.
Sin embargo, King prefiere que su trabajo se vea en una cadena, y no por
cable. Por mucho revuelo que hayan causado programas para cable
como Oz, la audiencia del cable es todavía reducida.
Realizar una miniserie para HBO sería como publicar una novela
importante en una editorial de segunda fila. No tengo nada contra eso,
pero si trabajo duro durante mucho tiempo prefiero tratar de acceder a
la mayor cantidad de gente posible.
La miniserie fue estrenada en EE.UU en 1999, y la dirección es
de Craig Baxley (The twilight man), un realizador convencional. La narración,
con su ambiente claustrofóbico, es de lo mejor que el escritor
realizó en muchos años, sobre todo desde que su inspiración
entró en un declive imparable en los años 90, con
la excepción del excelente folletín The Green... (conocido
en castellano como El pasillo de la muerte y en cine como Milagros inesperados).
A pesar de algunos lugares comunes (el horror de King suele ser más
efectivo en papel que visualmente), La tormenta... es inquietante,
técnicamente competente (ganó dos Emmys en rubros técnicos)
y como siempre King logra que la irrupción del Mal en la vida del
hombre común sea realista y creíble. Y por eso, doblemente
aterradora.
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