Por Fernando DAddario
Lina Avellaneda no siempre
hizo tango, en sus quince años de carrera, pero siempre hizo música
ciudadana. En sus últimos trabajos afianzó su vínculo
con aquel género, al que se entregó plenamente en Tango
Lina, su flamante compact. Allí conviven temas propios, arreglados
por Osvaldo Burucúa, y clásicos (Oro y plata,
Vuelvo al Sur, Milonga de mis amores, Niebla
de Riachuelo) dirigidos orquestalmente por Daniel Binelli. Si algo
puede apreciarse de este disco es un hilo conductor que le da coherencia
en su diversidad, aunque, como define Lina en la entrevista con Página/12
con los temas míos me permito más libertades. A los
tradicionales les tengo más respeto, en el buen sentido de la palabra.
Avellaneda elige una alegoría pictórica para expresar su
actual momento artístico. Mi marido es pintor, y lo es desde
hace mucho tiempo, pero recién ahora admite que es pintor, porque
dice que es necesario un gran recorrido pictórico para armar tu
propia paleta. En mi caso, absorbí mucha música, desde chica.
Tengo adentro desde el tango más viejo, hasta los Beatles, Spinetta
y Piazzolla. Ahora, con eso, lo que yo traté de hacer fue armar
mi propia paleta, mi propia versión, porque sino, quedate con lo
que está y listo.
Esa versión propia, que se manifiesta en un estilo sobrio, de interpretación
despojada, no coincide con los esquemas que el tango trazó para
la mujer cantora, en ninguna de sus variantes. Sigo siendo una cantautora.
No soy una tanguera. No pego una con el estereotipo de la tanguera. No
me van a ver de noche, con un vaso de whisky en la mano, ni me hago la
arrabalera, ni me llevo el mundo por delante, porque no me va. Eso por
ahí me quita posibilidades, pero no tengo manera de cambiar.
Además de presentar su disco todos los viernes (21.30) en el Café
Homero, Lina tiene otra ocupación, a la que se dedica profesionalmente:
la recuperación de las cuerdas vocales. Estudió todo lo
relacionado con la voz y hoy tiene alumnos, a quienes dedica tanto esfuerzo
como a su público. Vive de eso. Cuando empecé a cantar
me di cuenta de que el canto no era gratis. Bajaba del escenario y estaba
cansada, disfónica. Con el estudio descubrió que las
cuerdas son, en rigor, un músculo chiquito, y al final, una
mucosa que vibra. De eso a Pavarotti. Investigar la voz es una aventura
fascinante. Es algo que te desnuda, te dice esta sos vos.
Y también te permite ser más feliz. Yo siento a mi voz como
la continuación de mi esquema interior. Todo lo que fue pasando
en mi vida fue repercutiendo en mi voz. Tuve que hacer mi duelo. Hay gente
que desde el dolor puede construir. Yo no.
Lina sufrió de manera personal y muy cercana el terror de la dictadura
militar, pero prefiere no hablar de eso. Nunca hice negocio con
mi historia personal dice Lo que me pasó no me
hace ni mejor cantante ni mejor autora. Hay mucho aprovechamiento de las
desgracias. Mi ideología está puesta en mi manera de manejarme,
en las canciones que escribo y las que elijo cantar. De su historia
personal prefiere exteriorizar, entonces, el recuerdo de su padre, José
María Pane, que le recitaba versos de Gagliardi antes de dormir,
y acordarme de cómo mis viejos bailaban Milonga de
mis amores cada vez que la canto.
Lina sostiene que no es su idea ser una outsider del negocio discográfico.
Y no es que no le de bola al mercado. Es que no hay mercado. Se acabó.
Andá a decirle a un programa de televisión de aire que lleve
a una cantante de tango. Así que vendo los discos en los shows,
o por Internet, o si me contratan para cantar en un country o en un barrio
cerrado. Es curioso, porque voy a esos lugares e interpreto canciones
de alto compromiso social, les estoy cantando la desigualdad. Pero no
me preocupa cómo estoy posicionada. No doy mi vida por el tango.
Y tampoco me interesa poner la cara para la campaña política
de nadie.
CHARLY
FALTO A LA PRESENTACION DE SI
Hay un pizarrón vacío
En un nuevo y extraño
capítulo del Sui Generis siglo XXI, Charly García decidió
no asistir a la presentación del nuevo disco, Si, dejando plantado
a su compañero Nito Mestre. García convocó al encuentro
la semana pasada y tenía planeado vestirse con un guardapolvo para,
con la ayuda de un pizarrón, explicarle a los periodistas
que no entendieron las claves del disco, registrado en vivo
en Boca Juniors y Parque Sarmiento y retocado en estudios. Un vocero del
sello afirmó que la negativa de Charly se debió a que su
idea era presentar temas en vivo, pero las autoridades del lugar dijeron
que era imposible por la estructura de principios de siglo del edificio.
Frente al desplante, Mestre fue interrogado sobre la continuidad del grupo:
Los dos somos libres para hacer proyectos pero vamos a cumplir con
los shows pactados en Colombia, México y Perú, y el interior.
La próxima presentación de SG será el viernes que
viene en Pinar de Rocha . Si va García, claro.
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